Frontera de la Neblina
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Re: Frontera de la Neblina
En caso de que se necesite un sustituto, estoy dispuesta a hacer a Malfuin feliz y desvestir a Baseryn.
De primeras no tendria problemas con ningun horario, ya que los que me puedan ir mal le van a venir mal tambien a Ami xD
De primeras no tendria problemas con ningun horario, ya que los que me puedan ir mal le van a venir mal tambien a Ami xD
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Re: Frontera de la Neblina
Yo salvo el 31 debería estar disponible, si bien no sé la estabilidad de horarios que tendré al llegar a Budapest. Aún así, me interesa mucho participar en lo de irse de putas con el gato.
- bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina
Si me dejais al menos el jueves que viene y el lunes y martes siguientes libres...
Re: Frontera de la Neblina
Bueno, pues en ese caso serán Arsna, Akerteh, Kineban y Baseryn tendrán su misión el martes día 30, que si no he entendido mal todos parecéis disponibles entonces. Elijo a Baseryn antes que a otros posibles suplentes ya que el propio remitente de la misión lo solicitaba y porque siendo la única chica del clan, va a dar más juego en esta misión 

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Re: Frontera de la Neblina
Tras acabar la misión, decidí darme una vuelta por la ciudad, quizás también pasarme por la biblioteca para ver si habían descubierto algo sobre un posible segundo miembro de mi raza. ¿Cuánto tiempo llevábamos ya atrapados en aquel mundo? Al menos diez años y en todo ese tiempo, no había llegado a verle ni una vez.
Se suponía que él estaba aquí y tras varias semanas seguía como siempre. Golpeé la pared de una de las casas furiosa ¡¿Dónde diablos se escondía ese canalla?! Un grito de sorpresa y miedo me sacó de mis pensamientos cuando vi a un par de mujeres humanas mirándome asustadas, parecía que con aquel golpe las había alterado.
No pude evitar fijarme en su vestimenta y es que aquellas humanas casi no llevaban ropa y la que usaban solo servía para remarcar su cuerpo. Aquello consiguió que me acordase de la misión en la que tendríamos que colarnos en uno de aquellos lugares en donde las personas eran tratadas como objetos. Creo que si no hubiesen estado ahí ya habría vuelto a golpear el edificio.
—Disculpadme, no era mi intención asustaros —les dije para intentar calmarlas, pero verme hablar parece que solo las asustó más, una de ellas miraba fijamente mis cuernos, mientras que la otra no parecía quitarle ojo a mis alas —. Sí, soy un monstruo podéis ir a decírselo a un guardia ya.
Lancé un pequeño rugido para que las mujeres se fueran ya corriendo. Y a mí ahora iba a tocarme hacer lo mismo. Desplegué las alas y salí volando de aquella zona para regresar al barco. Ya allí empecé a buscar entre las habitaciones en donde se encontraban los otros y golpeé en la que pensaba que era la correcta.
—¿Gato estas ahí? —pregunté sin abrirla —. Si vamos a esa misión… voy a necesitar tu ayuda…
Durante el vuelo había pensado sobre eso y que tenía seguro de que con la ropa actual que llevaba iba a tener difícil el atraer la atención, algo que realmente prefería no hacer, pero debía hacerlo por el resto del clan. Aun así era capaz de decirle al gato en que debía ayudarme, no al menos sin que me empezara a parecer un Dragoviano de fuego.
—Tú… conoces la zona y… supongo que puedes ayudarme a buscar algo… de ropa para la misión —solté tras bastante esfuerzo. Cogí algo de aire antes de seguir —. Aunque no insistas conque me cubra los pies, lo intenté y siempre rompo todo con mis zarpas —le advertí con algún que otro gruñido.
Tras que regresáramos con aquellas nuevas y ridículas ropas, me dedicaría a entrenar con ellas, no fuera que me tocara luchar y sufriera sus limitaciones. Supongo que si seguía pudiendo moverme como siempre con aquellos trapos, es que ya era una Maestra (con el cuchillo) en el combate cuerpo a cuerpo.
Se suponía que él estaba aquí y tras varias semanas seguía como siempre. Golpeé la pared de una de las casas furiosa ¡¿Dónde diablos se escondía ese canalla?! Un grito de sorpresa y miedo me sacó de mis pensamientos cuando vi a un par de mujeres humanas mirándome asustadas, parecía que con aquel golpe las había alterado.
No pude evitar fijarme en su vestimenta y es que aquellas humanas casi no llevaban ropa y la que usaban solo servía para remarcar su cuerpo. Aquello consiguió que me acordase de la misión en la que tendríamos que colarnos en uno de aquellos lugares en donde las personas eran tratadas como objetos. Creo que si no hubiesen estado ahí ya habría vuelto a golpear el edificio.
—Disculpadme, no era mi intención asustaros —les dije para intentar calmarlas, pero verme hablar parece que solo las asustó más, una de ellas miraba fijamente mis cuernos, mientras que la otra no parecía quitarle ojo a mis alas —. Sí, soy un monstruo podéis ir a decírselo a un guardia ya.
Lancé un pequeño rugido para que las mujeres se fueran ya corriendo. Y a mí ahora iba a tocarme hacer lo mismo. Desplegué las alas y salí volando de aquella zona para regresar al barco. Ya allí empecé a buscar entre las habitaciones en donde se encontraban los otros y golpeé en la que pensaba que era la correcta.
—¿Gato estas ahí? —pregunté sin abrirla —. Si vamos a esa misión… voy a necesitar tu ayuda…
Durante el vuelo había pensado sobre eso y que tenía seguro de que con la ropa actual que llevaba iba a tener difícil el atraer la atención, algo que realmente prefería no hacer, pero debía hacerlo por el resto del clan. Aun así era capaz de decirle al gato en que debía ayudarme, no al menos sin que me empezara a parecer un Dragoviano de fuego.
—Tú… conoces la zona y… supongo que puedes ayudarme a buscar algo… de ropa para la misión —solté tras bastante esfuerzo. Cogí algo de aire antes de seguir —. Aunque no insistas conque me cubra los pies, lo intenté y siempre rompo todo con mis zarpas —le advertí con algún que otro gruñido.
Tras que regresáramos con aquellas nuevas y ridículas ropas, me dedicaría a entrenar con ellas, no fuera que me tocara luchar y sufriera sus limitaciones. Supongo que si seguía pudiendo moverme como siempre con aquellos trapos, es que ya era una Maestra (con el cuchillo) en el combate cuerpo a cuerpo.
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- bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina
Tras cenar, me preparé para marcharme. Me transformé en pájaro y me fui volando en dirección a la casa en la que habíamos estado esa tarde.
Sin padres y tras habernos cargado una de las piezas más importantes de Raulen, no se sabía lo que podría ocurrirles a partir de ahora. Es por ello que hasta que viera conveniente, me dedicaría a proteger la casa desde las sombras.
En el tejado, escuchando los sonidos de animales y árboles transformado en lagartija, haría guardia esa noche.
Sin padres y tras habernos cargado una de las piezas más importantes de Raulen, no se sabía lo que podría ocurrirles a partir de ahora. Es por ello que hasta que viera conveniente, me dedicaría a proteger la casa desde las sombras.
En el tejado, escuchando los sonidos de animales y árboles transformado en lagartija, haría guardia esa noche.
- Impredecible
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Re: Frontera de la Neblina
Nunca había estado más confuso después de una misión.
Aterricé lentamente sobre el barco, plegando las alas. Había salido volando por mi cuenta sin esperar al resto del grupo, y me había arrepentido de ello prácticamente desde que había despegado, pero necesitaba un segundo de intimidad para entender por qué me sentía tan mal.
Di vueltas por la cubierta del barco, pensativo. Técnicamente, todo había ido bien. Habíamos conseguido infiltrarnos (incluso si mi parte había consistido en sentarme y beber, al menos lo había hecho sin estropear nada), nos habíamos cargado a la madame, y todo había salido bien... Pero la forma en la que nos habíamos deshecho de ella me seguía dando vueltas en la cabeza.
Podríamos haber intentado negociar. Podríamos haber tenido el detalle de haberla apartado de su casa para no matarla con sus hijos delante. Podríamos haberle dado una muerte rápida en vez de dejar que se desangrase en el suelo. ¡Podríamos haber hecho tantas cosas!
Suspiré, frotándome la cara con las manos. Respira, saco de plumas. Te estás viniendo abajo.
No había tanta diferencia respecto al resto de gente que habíamos matado hasta ahora, suponía, aunque esta vez hubiese tenido que reconocerlo en persona. No podía dejarme llevar por los sentimientos en este trabajo. Si me deprimía, por lo menos que fuese después de las misiones.
Voces cercanas me alertaron de que el resto del grupo acababa de llegar al barco, y me escabullí con rapidez, caminando en silencio hacia mi habitación. Tendría que pedirles perdón por ponerme borde, y ver que tal le había ido la experiencia a Kine y Bas, pero aquello podía esperar un ratito. Mejor calmar los ánimos primero.
Aterricé lentamente sobre el barco, plegando las alas. Había salido volando por mi cuenta sin esperar al resto del grupo, y me había arrepentido de ello prácticamente desde que había despegado, pero necesitaba un segundo de intimidad para entender por qué me sentía tan mal.
Di vueltas por la cubierta del barco, pensativo. Técnicamente, todo había ido bien. Habíamos conseguido infiltrarnos (incluso si mi parte había consistido en sentarme y beber, al menos lo había hecho sin estropear nada), nos habíamos cargado a la madame, y todo había salido bien... Pero la forma en la que nos habíamos deshecho de ella me seguía dando vueltas en la cabeza.
Podríamos haber intentado negociar. Podríamos haber tenido el detalle de haberla apartado de su casa para no matarla con sus hijos delante. Podríamos haberle dado una muerte rápida en vez de dejar que se desangrase en el suelo. ¡Podríamos haber hecho tantas cosas!
Suspiré, frotándome la cara con las manos. Respira, saco de plumas. Te estás viniendo abajo.
No había tanta diferencia respecto al resto de gente que habíamos matado hasta ahora, suponía, aunque esta vez hubiese tenido que reconocerlo en persona. No podía dejarme llevar por los sentimientos en este trabajo. Si me deprimía, por lo menos que fuese después de las misiones.
Voces cercanas me alertaron de que el resto del grupo acababa de llegar al barco, y me escabullí con rapidez, caminando en silencio hacia mi habitación. Tendría que pedirles perdón por ponerme borde, y ver que tal le había ido la experiencia a Kine y Bas, pero aquello podía esperar un ratito. Mejor calmar los ánimos primero.
Re: Frontera de la Neblina
Arsna permaneció cerca de la mansión. Observó cómo los guardias rodeaban la zona y retiraban el cadáver. Contempló cómo los niños eran sacados de la casa y llevados de la mano a otro lugar (una mansión cercana, probablemente de un familiar consanguíneo o político). No vio ninguna señal de los Pradekka ni nada por el estilo, no parecía probable que fueran a implicarse en aquello.
Cuando regresó al barco volador, se encontró con Hsarjâ, que estaba trabajando en una pequeña reparación en el lateral del barco. Se había atado con una cuerda a la cubierta. Debía ser extraño para ella tener que depender de tales artificios para evitar caer al vacío.
No es que hubiera desarrollado ninguna clase de miedo a las alturas. Al ver a Arsna, se impulsó lejos del barco con los pies, cortó la cuerda y sobrevoló el vacío dando una pirueta para acabar aterrizando sobre el muelle, junto a él.
-Se te ve preocupado -dijo la capitana-. He estado un poco ocupada, pero creo que ahora tendré tiempo de enseñarte a pilotar el barco... al menos a un nivel medianamente funcional. Hacen falta años de experiencia para aprender a interpretar los vientos y saber cómo hacer frente a la infinidad de situaciones que se pueden presentar... así que recomiendo que no lo pilotes sin mi supervisión salvo que tu propia vida dependa de ello. No me gustaría nada que lo estrellaras.
No había habido demasiados cambios en las misiones. Quizá todo había estado un poco demasiado tranquilo en los últimos tiempos. Lo único que notó Akerith Elisen en aquella ocasión fue que Silz había mandado un nuevo documento.
Cuando regresó al barco volador, se encontró con Hsarjâ, que estaba trabajando en una pequeña reparación en el lateral del barco. Se había atado con una cuerda a la cubierta. Debía ser extraño para ella tener que depender de tales artificios para evitar caer al vacío.
No es que hubiera desarrollado ninguna clase de miedo a las alturas. Al ver a Arsna, se impulsó lejos del barco con los pies, cortó la cuerda y sobrevoló el vacío dando una pirueta para acabar aterrizando sobre el muelle, junto a él.
-Se te ve preocupado -dijo la capitana-. He estado un poco ocupada, pero creo que ahora tendré tiempo de enseñarte a pilotar el barco... al menos a un nivel medianamente funcional. Hacen falta años de experiencia para aprender a interpretar los vientos y saber cómo hacer frente a la infinidad de situaciones que se pueden presentar... así que recomiendo que no lo pilotes sin mi supervisión salvo que tu propia vida dependa de ello. No me gustaría nada que lo estrellaras.
No había habido demasiados cambios en las misiones. Quizá todo había estado un poco demasiado tranquilo en los últimos tiempos. Lo único que notó Akerith Elisen en aquella ocasión fue que Silz había mandado un nuevo documento.
Guía turística
Cazador
Supongo que he de formalizar mi petición a un formato más adecuado. He invitado a Sincronópolis a un importante señor que debe visitar los diversos rincones de la ciudad, escoltado en todo momento y manteniendo su identidad oculta al resto de la población. Creo que puedo confiar en ustedes para esta tarea, a la que confío accederéis más temprano que tarde. Hay mucho en juego; esta misión nos acercaría un pequeño paso a la derrota de Raulën.
Silz, el Héroe de la Mañana.
Materiales especiales
Cazador.
Vuelvo a estar en mi taller y es todo gracias a vosotros. Pero me he encontrado con que mi equipo está un tanto incompleto y desfasado. Por ponerlo en palabras simples, necesito repuestos. Os haré una pequeña lista.
-Un saco de carbón.
-Una caja de engranajes de 16 dientes.
-Una válvula de diafragma.
-Una llave Walker.
Y lo más complicado:
-Un relé-ntizador (sí, está bien escrito) de vibraciones abstractas.
Podría comprar la mayoría de estos materiales, pero sería más caro y qué demonios, prefiero robar a Raulën y daros trabajo a vosotros. Que se fastidie. Deberíais ser capaces de encontrar todos los componentes en la fábrica 4.LloydRecompensa: 300 monedas
A la caza del Tancaballero
Cazador.
Unos desalmados han logrado destruir ya tres trenes mercantes en el último mes. Los supervivientes hablan de una especie de tanque con armadura que es capaz de moverse a la velocidad del tren y hacerlo descarrilar a espadazos. Los responsables deben tener acceso a alguna de las Fábricas para haber podido construir algo así, ¡pero eso es lo que menos me preocupa ahora! ¡Destruid al Tancaballero, y si es posible, traedme con vida a su piloto! Pagaré bien.Matis Damon, comercianteRecompensa: 250 monedas
De compras con el ángel
¿Cazador, supongo?
La rosa-gema-cosa que brilla que sacamos del cangrejo-planta-cosa que casi nos mata ha resultado ser una prisión mágica de espíritus cabreados cuyo poder podríamos aprovechar para nosotros. El tipo de la tienda necesita que le consiga unos materiales y yo necesito que alguien venga a echarme una mano con ello. Parece que no será un paseo a la tienda de la esquina precisamente.
Podréis quedaros con todo lo que encontremos allí que no sea lo que yo necesito y que tenga pinta de poder comerse, usarse o venderse.
Sí, podría deciros esto cara a cara, pero me hacía ilusión hacer esto.AkerRecompensa: 400 monedas
Última edición por Malfuin el 02 Sep 2016, 18:55, editado 1 vez en total.
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Re: Frontera de la Neblina
¿Qué era aquel sentimiento? Hacía mucho tiempo que no me sentía de aquella manera. Creía que había perdido los escrúpulos a la hora de matar a alguien. Lo había hecho ya muchas veces, después de todo. Cuando eran otros quienes herían a mi familia, yo me enfadaba. Era lo natural. Pero aquella vez... había sido yo el que había destrozado una familia. No podía perdonar a la matriarca, eso estaba claro. Debía morir, fuera como fuera. Pero los niños no sabían eso. No iban a entender eso. Igual que no lo entendía yo cuando mataban gente delante de mí en mi niñez.
¿Iban a acabar como yo? ¿Terminarían ellos rompiendo familias por haber experimentado lo mismo en sus propias carnes? ¿Estaba yo... reforzando el círculo sin fin que tanto quería romper? ¿Por qué no podía ser todo blanco y negro? Sería mucho más sencillo.
Volviendo de la misión me separé del resto del grupo, no queriendo hablar del tema con nadie. Especialmente no con Akerteh, cuya sangre debía estar todavía bullendo. Me moví un tiempo por diferentes escondrijos y callejuelas del barrio de los Lores, tratando de reunir toda la información que fuera capaz. ¿Sabían que habíamos sido nosotros? No debía haber muchos más grupos de “asesinos” cuyos miembros fueran un Tharul, un ángel, una dragona azul y un perro que se puede convertir en pájaro. Si los niños se fueran de la lengua podrían delatar a Akerith Elisen con mucha facilidad. ¿Quiénes eran los culpables para la gente de la calle? ¿Cuál era la opinión general de Lady Bayley? ¿Estaba la gente contenta tras su muerte o muchas personas tratarían de vengarse? Para el final del día sentía que había aprendido a Escuchar los rumores de la ciudad sin ser detectado.
Una fuerte pasión ardía en mi corazón tras los sucesos de aquel día. Mis sentimientos encontrados sobre mis propios actos eran como un incendio interior. Tal vez por eso decidí distanciarme un poco de mis dos elementos principales y comprar las páginas de Hdaur y Dahun Hdaur. Quizá convertir algo en cenizas me haría sentir un poco mejor. Pero probablemente no.
Al regresar al Barco Volador busqué a Baseryn insistentemente. Puede que ella tampoco tuviera muchas ganas de charlar tras lo que acababa de pasar, como Aker, pero necesitaba saber cuál era su opinión. Ella era, a mis ojos, lo más parecido a la justicia ciega en nuestro clan. Aker era también muy bueno, pero sabía que estaba dispuesto a romper las normas cuando era necesario.
-Baseryn... -mascullé cuando la encontrara-. Bas, tengo muchas dudas. He venido para ver si puedes ayudarme. ¿He hecho bien? Tú eres la más justa del clan. ¿Crees que debería haber matado a esa mujer? Yo... Yo ya no sé si estoy ayudando o no a Sincrópolis. No sé si nada de lo que estoy haciendo va a ser útil algún día -suspiré-. Ahora la situación será mejor para los trabajadores de la calle. Pero, ¿y cuándo esos niños crezcan? ¿Y si su sed de venganza crea algo incluso peor de lo que era Turba? ¿Algo peor que Antracita y Lignito? Sé que esa criminal debía morir... pero aún así, también siento que estoy perpetuando esta espiral de trauma, muerte y venganza.
Tras terminar de hablar con la dragona fui a coger la misión de la Guía Turística para Silz. Era lo más parecido que podía encontrar en aquel momento a la paz interior: realizar una misión que, al menos pensaba, iba a ayudar a conducir Sincrópolis en una mejor situación. También me apunté en De compras con un ángel como segunda opción. Aunque sabía que Aker estaba enfadado y no me atrevía todavía a hablar con él por miedo al rechazo, todavía seguía siendo importante para mi y deseaba ayudarle en todo lo posible. Tal vez le alegraría que cumpliéramos su misión.
¿Iban a acabar como yo? ¿Terminarían ellos rompiendo familias por haber experimentado lo mismo en sus propias carnes? ¿Estaba yo... reforzando el círculo sin fin que tanto quería romper? ¿Por qué no podía ser todo blanco y negro? Sería mucho más sencillo.
Volviendo de la misión me separé del resto del grupo, no queriendo hablar del tema con nadie. Especialmente no con Akerteh, cuya sangre debía estar todavía bullendo. Me moví un tiempo por diferentes escondrijos y callejuelas del barrio de los Lores, tratando de reunir toda la información que fuera capaz. ¿Sabían que habíamos sido nosotros? No debía haber muchos más grupos de “asesinos” cuyos miembros fueran un Tharul, un ángel, una dragona azul y un perro que se puede convertir en pájaro. Si los niños se fueran de la lengua podrían delatar a Akerith Elisen con mucha facilidad. ¿Quiénes eran los culpables para la gente de la calle? ¿Cuál era la opinión general de Lady Bayley? ¿Estaba la gente contenta tras su muerte o muchas personas tratarían de vengarse? Para el final del día sentía que había aprendido a Escuchar los rumores de la ciudad sin ser detectado.
Una fuerte pasión ardía en mi corazón tras los sucesos de aquel día. Mis sentimientos encontrados sobre mis propios actos eran como un incendio interior. Tal vez por eso decidí distanciarme un poco de mis dos elementos principales y comprar las páginas de Hdaur y Dahun Hdaur. Quizá convertir algo en cenizas me haría sentir un poco mejor. Pero probablemente no.
Al regresar al Barco Volador busqué a Baseryn insistentemente. Puede que ella tampoco tuviera muchas ganas de charlar tras lo que acababa de pasar, como Aker, pero necesitaba saber cuál era su opinión. Ella era, a mis ojos, lo más parecido a la justicia ciega en nuestro clan. Aker era también muy bueno, pero sabía que estaba dispuesto a romper las normas cuando era necesario.
-Baseryn... -mascullé cuando la encontrara-. Bas, tengo muchas dudas. He venido para ver si puedes ayudarme. ¿He hecho bien? Tú eres la más justa del clan. ¿Crees que debería haber matado a esa mujer? Yo... Yo ya no sé si estoy ayudando o no a Sincrópolis. No sé si nada de lo que estoy haciendo va a ser útil algún día -suspiré-. Ahora la situación será mejor para los trabajadores de la calle. Pero, ¿y cuándo esos niños crezcan? ¿Y si su sed de venganza crea algo incluso peor de lo que era Turba? ¿Algo peor que Antracita y Lignito? Sé que esa criminal debía morir... pero aún así, también siento que estoy perpetuando esta espiral de trauma, muerte y venganza.
Tras terminar de hablar con la dragona fui a coger la misión de la Guía Turística para Silz. Era lo más parecido que podía encontrar en aquel momento a la paz interior: realizar una misión que, al menos pensaba, iba a ayudar a conducir Sincrópolis en una mejor situación. También me apunté en De compras con un ángel como segunda opción. Aunque sabía que Aker estaba enfadado y no me atrevía todavía a hablar con él por miedo al rechazo, todavía seguía siendo importante para mi y deseaba ayudarle en todo lo posible. Tal vez le alegraría que cumpliéramos su misión.
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Re: Frontera de la Neblina
Bueeeeno, bueeeeno. Parece que ver tetitas ha alterado mucho a los zagales. Me pregunto que puñetas habrá pasado. Fui a llamar a la puerta de Akerteh, que parecía desanimado después de todo aquello.
-¡Eh, machote! Sal del agujero, estar encerrado así no es bueno para los canarios. Venga, va, iremos de compras y si te portas bien, puede que incluso te cuente la historia de mi vida entre birra y birra, ya que tanto te interesaba.
Eso era lo mejor que se me ocurría para que volvieran al trabajo, pero si no servía de nada, tendría que ir A la caza del tancaballero o en busca de Materiales especiales con el grupo no deprimente del clan. Del humor que estaban, no podían tomar la decisión de unirse o no a Silz, no de forma civilizada al menos.
-¡Eh, machote! Sal del agujero, estar encerrado así no es bueno para los canarios. Venga, va, iremos de compras y si te portas bien, puede que incluso te cuente la historia de mi vida entre birra y birra, ya que tanto te interesaba.
Eso era lo mejor que se me ocurría para que volvieran al trabajo, pero si no servía de nada, tendría que ir A la caza del tancaballero o en busca de Materiales especiales con el grupo no deprimente del clan. Del humor que estaban, no podían tomar la decisión de unirse o no a Silz, no de forma civilizada al menos.
Ora Ora Ora Ora Ora

