Frontera de la Neblina

Por +3 de defensa llevaría los calzoncillos por encima, ya lo creo
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Amilinne
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Amilinne » 20 Mar 2016, 04:34

-... y Bas se enfadó un poco conmigo, pero creo que ya se le ha pasado -terminé de explicarle a Aker-. Gracias a Ars conseguimos testigos, apagaron el fuego rápidamente para que no se extendiera y aún completamos la miausión. ¡No puedo esperar a ponerme a practicar para poder lanzar este hechizo nuevo! ¿Me ayudarás, verdad?

Maullé, sonriente. A pesar de la precaria situación en la que nos encontrábamos, no todo estaba perdido, así que intentaba mantener altos los ánimos del grupo. Además, había escuchado la conversación entre Arsna y la posadera. Aunque estuviéramos siendo perseguidos... que la gente tuviera esperanza en ellos me hacía sentir bien. Jamás había recibido tanto apoyo, aunque fuera de manera indirecta. Eso significaba que estaban haciendo lo correcto, ¿verdad? Metí la zarpa en mis pantalones y saqué aquel broche del que sabía tan poco. ¿Cuánta faltaba para encontrar alguna pista sobre ellos...?

-¿Vamos a mirar si hay alguna misión nueva, monada? -bromeé, cogiéndole de la mano, pero la solté casi enseguida-. B-bueno, nos vemos abajo si eso. ¡Miau!

Eché a correr apresuradamente, algo raro en mí. Últimamente me sentía un poco raro con Aker. El tonteo y las bromas se habían convertido en algo más importante para mí. Quería demostrarle mi aprecio, pero ¿cómo? Necesitaba encontrar alguna manera... El ángel era callado, tal vez demasiado, y no solía reaccionar demasiado a mis avances. Tenía que ser más directo. ¿Un regalo, tal vez? Hm, era algo en lo que pensar durante la misión que realizara. Vi a Lwi bajando las escaleras y le saludé con entusiasmo, prácticamente lanzándome encima de él, pero asegurándome de no hacerle perder el equilibrio para no hacerle caer.

-¡Lwi! ¿Todo bien con Redd? Es simpático, ¿vermiau? -enseñé todos los dientes mientras me separaba de él-. Veamos qué nos toca hacer esta semana. Me siento con bastante energía... ¡Tengo que aprovechar, miau! Ah, pero... Una cosa... -me puse serio un momento-. Esta será la última vez que te de la lata con el tema, lo prometo, pero... Ten mucho cuidado con ese libro, ¿de acuerdo? Es posible que provoque más daño que beneficio. Recuerda que es un lujo, algo que usar en caso de emergencias. No lo trates como cualquier juguetito nuevo.

Tras la conversación me giré hacia el tablón de misiones.

Mi reacción fue inmediata.

-¡¿Qué diablos es esto?! -Estuve a punto de arrancar la hoja de papel, pero me contuve. Todavía no habían llegado todos los miembros del clan-. Akerith Elisen... ¡¿uniéndose a Räulen?! ¡¿Después de todo lo que ha hecho para impedir que esta ciudad avance?! ¡¿Después de todo lo que ha hecho para mantener esta sociedad podrida e injusta?! ¡No, no, NO! -sacudí la cabeza con rabia-. ¡No me he pasado los últimos veinte años de mi vida en las calles de Sincrópolis viviendo de la mierda de otras personas como para que ahora el culpable de mi sufrimiento venga a pedirme ayuda, miaaau! ¡Aaaagh! -jadeé, tratando de recuperar el aliento-. ¿Cómo puede siquiera atreverse...?

Yo no era Freya. Nunca había hecho un esfuerzo real para cambiar la situación. Nunca me había visto capaz, ni le había visto sentido intentarlo. Pero ahora estábamos consiguiendo algo. Yo y el resto del grupo. Todavía no estaba seguro de si unirme a una rebelión era una buena idea. ¡Pero desde luego lo que no haría ni muerto era asociarme con aquellos que me habían hecho a mí y a muchos otros vivir y morir en las calles! ¡Con aquellos que permitían criminales como los que habían destapado durante las misiones de Gudd Ferrel camparan a sus anchas! Estaba cabreado. Muy cabreado. Necesita destrozar la garganta de alguien. Y nada mejor que Los que acechan en las sombras y Los sucios negocios del cielo para eso.

Escuché a Bolvir llamándome. Era probable que se hubiera pasado así un rato, intentando hablar por encima de mis gritos. Suspiré y fui a sentarme con él, enfurruñado y cruzándome de brazos, y esperé a que llegara el resto del clan. Una vez estuvimos todos y Bolvir empezó a explicar sus ideas, fruncí más y más el ceño. No iba a explotar de nuevo, ya había liberado la gran mayoría de mi frustración, pero tampoco iba a dejar que las dulces palabras del lobo pringaran las mentes de los demás. Puse ambas manos en la mesa con fuerza para hacerme notar.

-Creo que tú ya has escuchado lo que opino -miré a Bolvir. Estaba tan molesto por todo aquello que el lobo ni siquiera me intimidaba-, pero lo repetiré ahora que estamos todos. Yo me opongo total y absolutamente a Räulen y a todo este plan. No participaré en esa misión y no aceptaré ni el dinero ni el nombramiento de esas sucias alimañas con delirios de grandeza -aseguré con un deje de asco en mi voz-. De todos los que estamos aquí yo soy el que más tiempo ha pasado en Sincrópolis. He vivido aquí prácticamente desde siempre. Y lo que he vivido ha sido una época de estancamiento, incluso decadencia absoluta. No solo sus hombres viven y mueren por él: también aquellos de las calles, familias, inocentes que sólo tratan de continuar con su día a día, pierden sus vidas a diario por los caprichos de un pésimo y ególatra monarca. -Estaba intentando sonar lo más serio posible para contrarrestar la imponente apariencia de Bolvir en comparación a mi menudez-. ¿Vale la pena hacerle creer que seguimos sus órdenes? Su yugo llega mucho más lejos de lo que todos imagináis. ¿Veis lo rápido que nos han calado? Igual de rápido nos pillarían si tratáramos de traicionarlos tras pactar con ellos. Y creedme, más rápida y brutal sería su venganza. -Clavé las uñas en la mesa de madera-. No puedo decir que confíe en Z. Diablos, tengo tan pocas ganas de unirme a esta rebelión como probablemente tengáis vosotros. Pero algo tiene que cambiar, y nosotros somos el catalizador de ese cambio. ¡Ya habéis visto lo mucho que hemos influenciado en tan poco tiempo! ¡No queremos perder el apoyo que hemos conseguido! -extendí los brazos para mostrar a todos el flujo aumentado de gente que se pasaba ahora por la posada-. Z no ha sido inteligente. Pero si trabajáramos juntos con los miembros de este movimiento, tal vez podríamos elaborar planes mejores. Acabar uno a uno con los pilares de Räulen, sus hombres de confianza, y con el tiempo llegar hasta él en lugar de lanzar un asalto directo. Estoy, sin embargo, a favor de esperar al menos una semana más a tomar una decisión. Completar una misión, vaciar la mente y pensar con la cabeza fría sobre todo esto. Si podemos mantenernos neutrales más tiempo... mejor. Pero si hay que elegir, mi sitio siempre estará con aquellos que quieren hacer de este sitio un lugar mejor -zanjé-. “Mejor malo conocido que bueno por conocer” no me sirve en esta situación, miau. Mientras Räulen esté sentado en el trono... esta ciudad y todos los que habitan en ella sufrirán. Nunca pensé que me vería envuelto en algo así, pero es mucho pedir no mancharse cuando ya estamos metidos en mierda hasta el cuello.

Suspiré y me recosté sobre la silla, satisfecho. Era probable que no hubiera conseguido convencer al resto. La idea de Bolvir era un punto medio demasiado tentador, un “nos llevaremos bien con todos”. Pero yo no me creía nada de eso. Si cumplíamos esa misión y jugábamos al agente doble acabaríamos mucho peor que si nos decantábamos por un bando y dejábamos clara nuestra alineación desde un principio, estaba seguro. Al menos yo no participaría en todo aquel paripé.
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Santi_gf
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Santi_gf » 20 Mar 2016, 14:20

Me tapé los oidos cuando Kine empezaba a... decir en voz alta, por no decir chillar, delante del tabón de misiones. Antes de tratar no perder mis tímpanos estaba considerando las palabras que este me había dicho sobre el libro, y la verdad es que no compartía del todo su punto: si solo lo usaba cuando era necesario, ¿no sería esto mucho más arriesgado? Al fin y al cabo, eso haría que justo cuando más lo necesitase no tendría ni idea de los pensamientos del espíritu este del libro. Antes de firmar en él había pensado que lo mejor sería empezar con un hechizo simple y "poco" peligroso como Hsaur en los combates que usara el Libro del Viento Oculto, con tal de "pedirle permiso" al librito, y ya después usar los demás hechizos que brindaba, si hacían falta. Bajé las manos a las caderas al ver que Kine ya acababa, aunque me había enterado bastante bien de todo lo que había dicho. Como toda la taberna, supuse.

Mirando las misiones y reflexionando sobre ellas decidí que las que me interesaban era Carta a lo desconocido, El expreso de madrugada y Estímulo mortal. La misión de la carta me atraía por permitirme conocer mejor los bandos en los que se podía meter Akerith Elisen, aparte del de Raulën... Por otra parte, la misión de Lloyd consistía en colarnos en el Archivo de Sincrópolis, y aquello no podía llamar más mi atención, desde luego. Si se trataba de conseguir información vetada al público, planeaba salir de los Archivos lleno de tatuajes con todo lo que pudiese leer mientras estuviera dentro, aunque, claro, también estaba el problema de cómo colarse sin alertar a los guardias con tal de poder detenerse a buscar el cuaderno de Lloyd y además conseguir algún extra de información. Estaba dificil, pero era mi favorita de esta ronda. La última, bueno, era la de Freya y tenía pensado seguir ayudando a la gente de Sincrópolis con su ayuda, ¿no estaba la taberna rebosante de alegría por lo que estabamos haciendo? Precisamente por eso me planteaba quitar aquella misión del tablón con tal de que no se dijese nada perjudicial para nuestra reputación solo por tener esta en el tablón... aunque lo mismo eso ya lo hacía otro. Yo por el momento escribí los detalles de la misión en mi muslo derecho, por si Nvazka u otra persona decidía quitar eso de ahí, con tal de no quedarnos sin la información de esta antes de tomar una decisión. Porque estaba claro que necesitabamos tomar una decisión.

Aún así, quería hacer un par de cosas antes de meterme a discutir, así que fui a la planta de arriba, a esperar a que salieran Arsna y Baseryn. A Arsna le quería poner al corriente de lo que sabía de las misiones de Lloyd con tal de pedir su ayuda en esta: tras ver lo que era capaz de hacer creía que nos serviría bastante con tal de colarnos en los Archivos. Y a Baseryn le tenía que dar sus 50 monedas, que ya era hora. Era un poco extraño no habermela encontrado antes por la posada, ¿donde se metía? Lo mismo se lo preguntaba, quizás, si no se había levantado de mal humor.

_______________________________________________________________________________________________________________

Ya con todos reunidos, y después de escuchar las palabras de Bolvir y de Kineban, me puse a mirar al resto de las personas de la taberna. Seguía teniendo a bastante gente como para que aquella conversación fuera más apropiada hacerla en basicamente cualquier otro sitio, pero me gustaba que Kine estuviese mostrandose tan en contra de la propuesta y que lo estuviese diciendo claramente y por todo lo alto, así no perderíamos esta fama de ser solidarios con la gente por titubear ante la oferta de "Kuo", fuese quien fuese. Bebí un sorbo más de la jarra que me había conseguido antes de sentarme con los demás y decidí plantear una alternativa más, aunque fuera parecida a la que ya propuso Bolvir. Pero, por si acaso había algún agente escuchando la discusión, la escribí en una notita para pasarsela al Tharul. Ya entonces tenía claro que no nos ibamos a unir a Raülen como sus subordiandos para hacer lo que el quisiese, y no lo decía por lo que yo opinara (que también), sino por la oposición que presentarían a todo esto Kineba, Baseryn y también Vinudren, si no lo había juzgado mal. Pero de todas formas, lo que estaba escribiendo en la nota tenía que salir a considerarse en esta discusión, y era lo siguiente:

Código: Seleccionar todo

¿No deberíamos hablar de esto en un sitio más privado? Aunque ya da igual. Bueno, lo que quería comentar: ¿no seríamos más de ayuda a cualquier bando opuesto a Raülen desde dentro de su sistema que desde fuera? Sé que si nos pillan estamos muertos, pero si nos negamos a ayudarles tambien lo estamos de todos modos, así que prefiriría apostar con todo. Aunque, si hacemos eso perderíamos el apoyo de las masas...
Con la nota en las manos pensé que eso era precisamente lo único que no debiamos perder en todo esto, y ser fichados como simpatizantes del régimen se cargaría todo lo que habíamos conseguido en ese aspecto. Despedacé la notita en cachitos diminutos antes de pronunciarme, con las ideas ya claras.

- Estoy de acuerdo con Kineban, deberíamos darnos al menos una o dos semanas para pensar en esto, porque este es un tema muy importante. Por ahora, estoy en contra de aceptar la oferta, ni siquiera para tratar de traicionarles.

Volví a apoyarme en mi asiento y eché mano a la jarra sin saber si debería haber dicho más o si debería haber dicho menos. Desde luego, la próxima vez teníamos que acordar en un lugar mejor para discutir, aunque ya con un sorbo de cerveza en la boca la idea de hacer la reunión en la taberna no me parecía tan descabellada.
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Impredecible
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Impredecible » 20 Mar 2016, 19:01

Entre desconcertado e intrigado por el comportamiento del Tharul, salí detrás de este en dirección al tablón de misiones, confiando en que aún hubiese disponible alguna de las misiones que prometían acción. Aun si la anterior había estado a punto de aniquilar a la mitad de mi subgrupo, seguía con ganas de bronca. Un poco de acción a la semana era saludable para el cuerpo y yo procuraba cuidarme mucho.

Y mis deseos se cumplieron. No había nada en ese tablón que me decepcionase. Ojalá todas las semanas fuesen así. ¿Cuanto tiene que pedir un ángel con tendencias psicópatas para que le dejen pelearse un poco de vez en cuando?

Mi prioridad, sin embargo, seguía siendo Carta a lo desconocido. Quería terminar mi noble labor de cartero aunque fuese para poder sentirme bien conmigo mismo. Y seguía siendo dinero fácil. ¿Y por qué estaba buscando razones para ello? Había llevado todas las cartas anteriores, llevaría esa aunque fuese por pura cabezonería.

Ahí seguían las misiones de Ferrel. Esta vez decidí que prefería Los sucios negocios del cielo. Me transmitía una imagen de combates aéreos y era una imagen interesante. Las alas se apolillan si no les das actividad de vez en cuando.
Y había pillado aquella fiesta empezada, pero mantenía cierto interés por continuar El expreso de madrugada. Quizá incluso podía continuar con el anterior subgrupo. Había sido divertido, incidentes aparte.

Con las misiones seleccionadas, me centré en lo que parecía ser la fuente del enfado gatuno y de la tensión que parecía respirarse en el ambiente.

Oh, genial. Justo lo que necesitábamos.

--

-No -contesté, sencillamente, mirando a Bolvir, una vez todo el grupo se había reunido y tanto el lobo como Kineban y Lwi habían expuesto sus puntos de vista-. Ahí está toda la respuesta que necesitamos... pero te está fallando la pregunta. Has preguntado de qué parte vamos a estar, y la pregunta correcta es "¿Estamos de parte de alguien?". Me remito a la respuesta anterior.

Me recosté ligeramente en la silla, mirando al resto del grupo, y continué.

-Si aceptamos, queráis o no, estaremos uniéndonos a un bando. No me gusta tomar bandos, es una forma sencilla y estúpida de facilitar a otra gente que te culpe por cosas que no te van ni te vienen, pero, concretamente, tomar bandos cuando acabamos de empezar es además una idiotez importante... Ahora estamos empezando a ser alguien, no tiremos eso por la borda solo porque alguien ha decidido que quiere que seamos su cara bonita. -Distraidamente, desenfundé mi katana, alzándola para que soltase destellos a la luz-. ¿Por qué atarnos a alguien cuando nos está yendo bien siendo mercenarios? Es cerrarnos puertas y buscarnos problemas a lo tonto... Además, si ya están empezando a intentar convencernos de que nos pongamos de parte de unos o otros, es que tenemos potencial... ¿Para qué desaprovecharlo?

Me encantaba aquella situación: había caos y teníamos el control. Volví a recostarme en la silla y clavé la vista en el grupo, con una sonrisa amplia muy poco característica de mi.

-Vamos a quedarnos en un rincón y dejar que se maten por ver con quien nos tenemos que quedar. ¡Es mucho más divertido!
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Para variar, estoy libre toda la semana. Venid a mi, fechas. Venid a mi.
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bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 20 Mar 2016, 19:59

Unos gritos inesperados me sobresaltaron. Me transformé en perro y salí corriendo escaleras abajo por si había un problema para encontrarme a Kineban gritando indignado sobre una misión. Decidí volver a mi habitación y cambiar de forma antes de volver a bajar a ver qué ocurría.

Tras leer el tablón, comprendí mejor lo que sucedía. No había vivido el tiempo que él aquí, pero no me parecía correcto unirme a ese tal Raulën después de lo que me había dicho la posadera, ni tampoco me parecía bien traicionar a Ferrel que había sido un buen contratante.

De las que había, las que parecían ser más interesantes eran carta a lo desconocido y los sucios negocios del cielo. Además, de eso, Lwi me habló de la misión el expreso de madrugada. Le dije que me lo pensaría, pero que como no había hecho ninguna de ese contratante anteriormente, no era mi prioridad actual. No sabía exactamente lo que estaba sucediendo con él.

Más tarde el grupo se reunió para discutir la misión de Kuo. Parecía que el lobo estaba dispuesto a aceptarla y convertir esto en un "clan oficial". Tanto Kineban como Aker parecían oponerse, sin embargo.

—Según el papelajo, si aceptamos no podremos hacer nada que esté en contra de lo que permita Raulën. Encima estaremos en contra del pueblo y de la que nos da cama. Yo digo que podemos hacer como si no hubiéramos visto ese papel y dejar las cosas como están.
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Crow
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Crow » 20 Mar 2016, 21:21

Estaba tan tranquilo tomándome una cerveza y lamentando que no fuera más fuerte o espesa cuando un borrón con alas dejo un papelajo en el tablón de misiones, que fui a comprobar un momento. Ya había tomado interés por Carta a lo desconocido, Expreso de madrugada y Estímulo mortal, y no iba a cambiar ninguna de esas por esa tamaña gilipollez. Bolvir fue avisando a cada miembro del grupo para organizar una reunión, pero yo no pensaba irme de la sala, así que me senté de nuevo en la barra.
-Nvazka, ponme algo de esas sobras, anda, que tengo gusa.

Estaba atacando un trozo de carne fría cuando los demás se sentaron todos en corro a discutir sobre si le hacían caso a la ultima misión o no. Seguí con mi trozo de carne hasta que solo quedó el hueso y pasé el ultimo mordisco con un buen trago de cerveza.
-Yo no me preocuparía por colar esto, esta de muerte incluso frío -desde mi silla me dirigí al corro de mercenarios, y hablé bien alto para que nos escucharan todos en la sala-. A ver, chiquillada. ¿Se puede saber por que os preocupa tanto la proposición del tipo que quería que nos corriéramos a hostias para decidir el líder del clan? Si vamos a elegir un bando, no será el de Raúl, eso esta claro. Porque la mayoría tenéis pinta de haber venido del campo, y si, habréis visto sangre, habréis peleado con vuestros congéneres, pero eso no son más que una pelea de bar comparado con lo que he vivido yo -me producía risa, y no podía disimular mi sonrisa, al verles dudar con algo tan fácil. De que sitio habrían salido estos que fueran tan ajenos a todo esto, no sabían la suerte que tenían-. Yo he visto a un imperio caer. Y si os unís al corrupto gobierno de esta ciudad, estaréis firmando vuestra sentencia de muerte. Porque la rebelión ya ha empezado. Y puede que sea sofocada. Pero empezará otra, que puede ser sofocada también. Y puede que hasta Z sea asesinado, pero eso no evitará que la gente se alce una tras otra vez, hasta que la monarquía caiga. Es como el magma intentando salir a la superficie, puede tardar más o menos, pero si quiere salir, saldrá, es inevitable, y ni siquiera nadie tan poderoso como Raluën puede evitarlo. Si estáis de su lado cuando eso ocurra, solo pueden pasar dos cosas, o que os despedace una multitud o que os encierren en una mazmorra en la que os revolcareis en vuestra mierda hasta el día que os ejecuten. Si, claro, podemos volver, pensaréis. Mientras tengamos un propósito y fuerza de voluntad. No creo que un saco de mierda que trabaje sacrificando a los inocentes para vivir sin cansarse tenga fuerza de voluntad para volver. Y todo eso ocurrirá más pronto que tarde, yo os aviso.
Ora Ora Ora Ora Ora
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Malfuin
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Malfuin » 21 Mar 2016, 20:32

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Bueno, ya lo sabíais pero los grupos quedan del siguiente modo:

Miércoles: Los Sucios Negocios del Cielo, con Ami, Impre, Fornax y Boku.

Viernes: Expreso de Madrugada, con Santi, Light, Crow y Impre.

Obligatorio traer torrijas al master para entrar en la sesión.

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LightHelco
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por LightHelco » 24 Mar 2016, 15:26

Observé la gran batalla que se estaba produciendo en la zona de aquellas estructuras que los habitantes llamaban fabricas. Gruñí e intenté impedirme a mi misma ir hacia allí para ayudar a las personas que ajenas a los bandos estaban siendo atrapadas en los diferentes incendios que provocaban los dos ejércitos. Pero ya le había causado bastantes problemas al grupo apareciendo en la casa, no me importaba que clase de fama pudiese tener, porque tan pronto como acabara con aquel desgraciado no tendría porque seguir en esta ciudad de pesadillas, mas no quería manchar sus nombres sin razón tampoco.

No tenía otra opción, desplegando las alas volví a la posada para conciliar el sueño unas pocas horas. Gritos y otro tipo de ruidos desagradables provenientes de abajo fue lo que me despertaron al día siguiente. Bajé con lo puesto y me encontré con el grupo discutiendo sobre el si unirnos a alguien o no, me costó bastante descubrir que se referían al señor de la ciudad. El demonio que había transformado aquel lugar en un infierno para los vivos.

Mi respuesta fue clara. Arranqué la hoja del tablón y fui a la mesa donde el grupo estaba sentado y la dejé en el centro con un sonoro golpe.

—Quien quiera firmar esto que lo haga ahora —declaré mirando con fiereza al lobo —. No pienso luchar al lado de alguien que apoyo a este demonio. Me importa poco si lo hacéis por gloria, dinero o miedo. Quien firme aquí ya no será parte de mi clan, solo escoria que no duraré en matar.

Dicho eso dejé la mesa para ir a poner mi nombre en la nueva misión que nos había dado el pequeño ogro. Cada vez estábamos más cerca de salvarlo.

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Fornax
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Fornax » 24 Mar 2016, 20:46

Bolvir andaba lentamente por las calles de Sincronópolis en dirección a la posada, en compañía de Kineban y Akerteh. El pequeño Tharul seguía sin separarse del ángel, todavía muy alterado por la muerte que había tenido Arsna. A él no le preocupaba la muerte de un Forastero que podía regresar dentro de poco, pero sí que lo hacía que hubiera otro grupo de aventureros con los que es posible que tuvieran que enfrentarse en otras misiones, o el tal Kuo...

…O Madam Baserin.

Bolvir todavía recordaba las palabras de amenaza que había proferido la dragona, y de no ser porque estaban todos reunidos, era seguro que se hubiera batido en duelo con ella. Cuando ella regresara de su misión, tendría que darle una lección.

-“Pero no ahora” –pensó con el brazo dolorido mientras llevaba las cajas con la droga que había salvado del barco, además de las botellas de vino. Mientras iban llegando a su destino, les contó todos los detalles sobre el trato que había hecho con la capitana, cómo ahora trabajaba para ellos y el collar de su madre que tenía para localizarla cuando lo necesitaran.

Una vez en la posada, Bolvir subió a su habitación y tras dejar las cajas debajo de su cama, comenzó a lavarse y a tratar la herida. El brazo poco a poco iba recobrando la sensibilidad, pero harían falta algunas horas más hasta que estuviera sano de nuevo. Aprovechando su nuevo rango de cazador, decidió salir un rato y dirigirse a los anticuarios que vendían páginas de magia.

-Buenas noches –saludó al hombre a cargo del negocio, lo que no evitó que se sobresaltara, aunque esta vez tenía mucho mejor aspecto que la otra vez que vino-. Deseo comprar las páginas de Hdaur Athroi, Hsaur Athroi y Hwaur Athroi.

Tras depositar las 500 monedas de oro, se fue con las nuevas adquisiciones de su libro de conjuros y decidió callejear un rato por la ciudad. Sin saberlo, se dio cuenta de que la oscuridad que había en el barrio de los deudores no era la misma que había cerca de las fábricas, más pesada y mezclada con la contaminación y ninguna de las dos se parecía a la que pudiera haber en el barrio de los lores, más refinada, pero a la vez con reticencia a desaparecer a pesar del alumbrado. Viendo estos tipos de diferencias, el lupino empezó a comprender la oscuridad.

De vuelta a la posada, se acercó a Nvazka y le pasó 20 monedas de oro, 10 por la semana pasada, que no le había pagado y 10 por ésta. Cuando estaba empezando a subir las escaleras, vió la posada llena de gente y se acercó a hablar con la tabernera en susurros.

-Madam Nvazka, sé que no hemos hablado más de lo estrictamente necesario, pero tengo una duda tras los recientes acontecimientos –Bolvir señaló la nota de Kuo-. ¿Usted qué opina? Todos hemos dado nuestra opinión, pero no hemos oído la suya, que es la dueña del edificio. ¿No teme que los esbirros del Raulen vengan y destrocen la posada y la maten a usted si nos ponemos en contra suya? Y en el caso de que aceptáramos ser un clan oficial, ¿seguiría alojándonos como si nada, aun sabiendo lo que haríamos?

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Un rato más tarde, el lobo por fin llegó a su habitación. Todavía oía los lloros del tharul por la muerte de Arsna, pero no había nada que pudiera hacer. Empezó a recitar las oraciones de agradecimiento a sus padres por su regreso, cuando se le ocurrió una idea. Se levantó y se dirigió hacia el origen del llanto.

-Lamento interrumpir su dolor, pequeño Tharul, pero quizá haya algo que le ayude a levantar el ánimo. Sígame a mi habitación, por favor.- Tras asegurarse de que los dos estaban en la habitación, Bolvir empezó a explicarle el culto a los ancestros que regía la vida de su pueblo.

-Normalmente, parte del espíritu de una persona, o de un animal, reside tras su muerte en sus huesos. Es por eso que solemos hacer figuras con los huesos de nuestros padres, familiares o amigos cercanos una vez han fallecido. Por ejemplo, esa figura –señaló una estatua tallada de 50 centímetros que presidía el altar y que representaba a un lupino- está hecha con los huesos de mis padres y la bestia que les mató cuando fueron a darle caza. Su sabiduría me acompaña, igual que la fuerza del monstruo. Pero este no es tema del que quería hablarte. A veces hablamos con nuestros antepasados cara a cara sin necesidad de los huesos: usamos drogas y pociones que preparamos para que nuestro espíritu se eleve y poder hablar con ellos. Digo esto porque podemos usar un poco de la droga que recuperé del barco y ver si somos capaces de ver a maese Arna en su mundo, a pesar de que pronto volverá por ser un Forastero.

Tras estas palabras, Bolvir cogió una de las botellas de vino, echó un puñado del polvo que había en una de las cajas y tras agitarla, le dio un gran trago, tras lo cual le ofreció la botella a Kineban.


(Los efectos de la droga corren a cuenta de Malf, pues no se que efectos en concreto tiene)

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bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 24 Mar 2016, 21:03

Cuando Cerno abrió los ojos, ya no estaba en una habitación con turbinas. No estaba siquiera en Sincronópolis.

Cerno había aparecido en un lugar desolado. El terreno a su alrededor estaba seco, lleno de los restos del incendio que lo había arrasado. Algunos cadáveres de animales yacían en el suelo, nadie se había preocupado de despejar la zona.

Tardó un poco en recordar lo que había sucedido, el fuego arrasando todo y la carrera contra su destrucción. Como todos los de su tribu habían intentado escapar a través de la espesura de la selva.

Sin dudarlo un instante, alzó sus alas. Se convirtió en un águila y voló buscando a los suyos. Buscó entre los huecos de los árboles, transformado en ardilla. Levantó piedras y árboles convertido en oso.
La búsqueda duró días, hasta que finalmente consiguió encontrar a cinco de los suyos.

Dos de los goran habían escapado juntos. Cuando las llamas comenzaron a amainarse, decidieron que encontrarían a los demás. Uno de ellos se había escondido en una madriguera, mientras los otros dos habían volado hasta estar a salvo y no volvieron hasta que pasaron un par de días.

Los seis comenzaron entonces un proceso de reconstrucción de lo perdido, lejos de los restos de las llamas, donde el ojo público no pudiera alcanzarlos. Cada día, se dividirían en tres grupos cuyas funciones serían buscar comida, montar nuevas viviendas y buscar a más goran perdidos.

El tiempo pasó, y el grupo tan solo aumentó en cuatro personas más. Algún que otro día, el grupo de búsqueda encontraba rastros de otros como ellos, otros lo que encontraban eran restos carbonizados.

Pero aún había esperanza, aún podían encontrar a los que faltaban. Quizás los que faltaban habían hecho lo mismo y estaban en la misma situación. Ese pensamiento daba fuerzas al grupo. Todo se restauraría con el tiempo, solo era necesario esperar y seguir con la búsqueda.

Día tras día, Cerno buscó y buscó. Hasta que encontrara a su familia y los que aún estaban desaparecidos, buscaría.

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Amilinne
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Amilinne » 24 Mar 2016, 23:11

Esta vez había ocurrido delante de mí. Lo de Vinudren me lo habían contado, y no me lo había creído, pues había vuelto poco después. Me lo tomé como una broma. Mis familias siempre me habían dicho que las historias sobre los Forasteros eran todas falsas. Pero ahora un miembro de Akerith Elisen había sido despedazado delante de mis ojos y aunque me aseguraban que volvería, yo no estaba tan seguro. Las viejas creencias, al igual que los viejos hábitos, no desaparecía con tanta facilidad. No iba a estar tranquilo hasta que viera a Arsna entrar por aquella puerta como lo hizo Vinudren en su día.

… ¿Y si no volvía? ¿Entonces qué...?

Me separé de Aker y Bolvir y les pedí que continuaran sin mí hasta la posada. Me paré en la armería de siempre y entregué tanto mi viejo arco corto como el cuchillo de ladrón de Dottie. A estas alturas dudaba volver a encontrármela, así que poco importaba. Me quedé ahí unos segundos mirando al vacío. Me sentía un poco raro. Normalmente siempre se me ocurrían maneras de alegrarme. Siempre que había perdido a algún Tharul de mis numerosos grupos del pasado, pensar en ponerme a dormir veinticuatro horas o comerme un banquete de raspas de pescado me quitaba la angustia. Pero por alguna razón, aquello no funcionaba con Akerith Elisen. Al menos no en aquel momento. Pero tal vez sí que podía pensar en una manera de hacer a otra persona feliz... Y eso me haría sentir mejor.

-Quiero eso de ahí... -señalé vagamente con el dedo y esperé a que el herrero me diera el arma que había pedido.

También compré la página del hechizo Hsaur antes de regresar a la posada para, con suerte, empezar a dominar mejor el viento para aquel hechizo que me había regalado Lwi. Una vez en lo que había sido nuestro hogar durante las pasadas semanas le pedí a Akerteh que viniera a mi habitación.

-Siento molestarte tanto, pero eres... eres la persona en la que más confío de Akerith Elisen -confesé una vez nos hubimos sentado ambos en la cama-. Me has tratado bien desde el principio, a pesar de que... bueno, me forcé un poco en ti. Igual no fue la mejor manera de hacerme conocer, pero a veces no me controlo, miau. -Aparté la mirada-. Sé que... Sé que todos decís que Arsna volverá, que a Vinudren le pasó lo mismo, pero... ¿Pero y si no es así? Y aunque lo sea... ¿Qué...? ¿Qué me pasará a mí? -Me miré las manos mientras decía aquello. Sí, estaba muy preocupado por Ars... Pero aunque suene egoísta, lo estaba mucho más por mí mismo-. He vivido aquí toda mi vida. ¿Y si yo no soy como vosotros? ¿Dónde acabaré cuando muera? ¿Y si...? ¿Y si no acabo en ninguna parte? ¿Y si Sincrópolis es mi verdadera casa y cuando me maten, será el fin? Aker, me da mucho miedo el fin... ¡Tengo miedo! -Me aguanté las ganas de echarme a llorar de nuevo, pero me agarré al ángel-. E incluso si soy Forastero, como me han dicho todas mis familias... ¿Dónde iré a parar? No sé cuál es mi mundo de origen, no sé nada de él. No sabré qué hacer... Cómo volver aquí...

Esperé un momento a que Aker me contestara, si es que tenía algo que decir a todo aquello. Realmente necesitaba algo, lo que fuera, que me ayudara a superar el miedo a lo desconocido. No necesariamente una solución, pero sí algo de consuelo. Entonces recordé la verdadera razón por la que había traído allí al ángel.

-Perdón... -musité una vez calmado, sonriendo débilmente-. No era eso lo que quería decirte, pero gracias por escucharme. Volviendo al principio... Me has tratado muy bien desde el primer momento. Y eso... Eso significa mucho para mí, miau. Así que... ¡te he comprado esto! -desvelé un sable que había estado escondiendo todo este tiempo-. ¡Es una Kotetsu! Mucho mejor que la que tienes ahora, miau. Yo, eh... -me rasqué los bigotes-. Bueno, supongo que ya lo habrás notado, pero eres muy especial para mí. Pero quería decírtelo directamente, miau. Quería decirte que me gus-

Alguien tocó a la puerta en aquel momento. Gruñí ligeramente y me levanté para ver de quién se trataba. Me sorprendí al escuchar su oferta y me lo pensé durante unos segundos.

-Bueno... Luego hablamos, ¿vale, Aker? -le sonreí-. Bolvir me necesita, pero tú y yo tenemos una conversación pendiente. Perdón por haberte molestado. Luego te invito a cenar para compensar, ¡miau! Espero... Espero que esa espada te de suerte.

Seguí al lobo hasta su habitación y éste se puso a contarme su religión y sus hábitos. Escuché atentamente, curioso. Me interesaba aprender sobre mis compañeros... incluso si ese compañero había propuesto aceptar la misión de Kuo y luego además había aceptado un trato con una contrabandista de drogas. No es que fuera el que mejor me caía de todo Akerith Elisen... de hecho, era probablemente el que más cosas había hecho para cabrearme. Pero eran un clan y no podía dejarse llevar por las emociones. Iba a tener que trabajar con él durante mucho tiempo, o eso creía. Aquella era una oportunidad para conocerle más a fondo y tal vez, en el futuro, evitar que tomara esa clase de decisiones sin consultar antes al grupo.

-¿Tus padres? Vaya... Lo siento -dije parcamente, echándole una mirada rápida a mi broche.

Estaba a punto de alabar lo interesante que parecía todo aquello cuando me propuso... ¿drogarme con él? Fruncí el ceño. ¿Iba en serio? ¿Era aquella alguna clase de broma? Tal vez por eso no le había dado demasiada importancia a intercambiar todo aquel cargamento por una aeronave y su conductora... Bolvir. Qué hombre tan extraño.

-Tu cultura es realmente fascinante, Bol, y me encantaría escuchar más mientras tomamos algo de beber juntos algún día -levanté ambas manos al nivel de mi cara-, pero no estoy seguro de que esto sea para mí... Es decir, drogarse es diferente para nosotros que para... -Entonces fruncí el ceño. ¿Arsna? Si tomaba eso... ¿iba a poder ver a Ars? ¿Tal vez ayudarle? ¿Guiarle de vuelta a nuestro mundo?

Miré fijamente la botella que le ofrecía Bolvir. Intercambié miradas entre el lobo y el brebaje con sentimientos encontrados. ¿Merecía la pena...? Oh, qué diablos. Cosas peores me había metido en la boca en todos aquellos años viviendo en la calle. Agarré la botella y le pegué un pequeño sorbo, tras lo cual se la devolví a Bolvir. Aquello podía salir muy mal, pero después de aquella horrible misión ya no podía pensar con claridad. Tal vez en otras circunstancias me habría negado rotundamente. Pero en fin, sólo se vive una vez... O al menos eso decían los Nativos.
Spoiler: Mostrar
(Vender arco corto y puñal) 460+250=710
(Comprar Kotetsu y Hsaur) 710 – 500 = 210
Te ahorro las cuentas, Mufu (?)

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