Frontera de la Neblina

Por +3 de defensa llevaría los calzoncillos por encima, ya lo creo
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bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 14 Mar 2016, 22:15

Ese día no salí fuera a pasear como hacía habitualmente.

Mientras miraba cómo una mosca recorría de un lado a otro de la sala, me puse a pensar en el tiempo antes de llegar a Frontera. Aunque tenía algunas lagunas, estaba seguro de que mis habilidades habían disminuido bastante desde mi llegada, ¿qué era lo que tenía ese lugar que me había dejado en tal estado? ¿Quizás no era cosa de ese sitio sino cosa mía? Es posible que los otros también hubieran perdido alguna facultad que otra.

El otro grupo volvió de la misión, me fijé en los componentes. No creía que el enano tuviera ninguna habilidad especial, parecía bastante normal. Por otra parte, no estaba muy seguro de si el lobo carecía de alguna habilidad, era un lobo y muy grande, parecía todo correcto. No estaba muy seguro de si era lo mejor conversar demasiado con el lagarto volador, la última vez no había ido bien la cosa y no me apetecía pelear de nuevo.

Entonces fijé la mirada en el hombre pájaro. ¿Habría perdido la habilidad de hablar con otros pájaros como yo había perdido la de hablar con animales? Iba a hablar con él cuando salió del lugar, por lo que decidí transformarme en gato y seguirle desde los tejados. Estaba seguro de no poder ser reconocido, no le había mostrado esta forma a ninguno de los del lugar.

Cuando volvimos a la posada, parecía que alguien había decidido vandalizarla.

Me escondí para volver a mi forma humana y corrí hacia la posadera.

—¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué ha sido todo esto?

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LightHelco
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por LightHelco » 15 Mar 2016, 14:14

Rugí de dolor en la cama al sentir las heridas que había recibido en la misión. Había sufrido grandes heridas en mi tiempo en el desierto, pero jamás algo así, nunca me había fallado mi aliento de aquella forma. Gruñí al volver a sentir el dolor intentando limpiar la sangre e impedir que pudieran infectarse.

No sabía cómo iba a poder estar para realizar la misión de la gata, pero no iba a abandonarla ni a ella ni a los otros que habían cogido la misión, quizás estuviera aun en desacuerdo con lo ocurrido, pero no dejaría que muriesen por tener que luchar solos. Además, necesitaba recuperarme de este golpe, de esta derrota.

—Necesito entrenar —decidí terminando de vendarme las heridas y volviendo a vestirme —. No puedo dejar que esto vuelva a ocurrir. Quizás ese enano haya regresado de entre los muertos, pero nada me asegura que yo pueda hacer lo mismo.

Salí de mi habitación y baje a la entrada, en donde me encontré con una situación que hizo que me hizo hervir la sangre. Mis ojos se clavaron en las pintadas de insultos que habían dejado por toda la posada. Le pregunté a Seis Cazuelas sobre si había visto a los culpables de tal fechoría. Cuando lo hiciera, subiría al tejado de la posada para ver si mis heridas aun me dejarían usar alguna Acrobacia como aquella y desde la cima rugí y extendí las alas preparándome para volver a recorrer la ciudad.

Otra noche en la que saldría de cacería, pero en esta ocasión no mataría a mis objetivos, solo les dejaría claro que no éramos asesinos.

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Crow
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Crow » 15 Mar 2016, 15:54

Parecía una patata que se habían olvidado en las brasas. Fueron varias horas metido en un barreño de agua fría frotando con el cepillo hasta que salió todo el hollín de mi y de mi... bueno, era complicado llamarlo ropa en ese estado. Decidí que iría a sustituir lo quemado por otras prendas y por el camino busqué una casa abandonada y amplia para practicar mis estocadas. Pronto sería algo más que un Aprendiz de espada, pero de momento tendría que valerme con eso.

Al volver a la posada tras mi entrenamiento vespertino me encontré cierta conmoción en la entrada de la posada. Con resignación, aparté los cascotes más grandes a un lado para que no molestaran. Que remedio, fue idea mía. Aunque yo solo dije que pusieran la viga... En fin, hace tiempo que no cargaba piedras.
Ora Ora Ora Ora Ora
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Fornax
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Fornax » 15 Mar 2016, 23:06

La cama hizo un sonoro crujido cuando Bolvir se echó sobre ella. El camino desde la mina hasta la posada lo había fatigado y acababa de terminar las letanías de agradecimiento a sus padres por la protección que había tenido, pues su ayuda había sido mucha, ya que él apenas había sufrido daños, mientras que su compañero enano se mantenía vivo por pura fuerza de voluntad, al igual que la dragona.

Tumbado en la cama, el lupino no paró de darle vueltas a las misteriosas runas que había visto y que hablaban sobre la tumba de un dios y de cómo su poder todavía seguía latente en aquel lugar. Desde luego, Lloyd debía saber algo sobre el asunto y cuando éste fuera libre, lo primero que haría sería interrogarle sobre el asunto.

Durante un buen rato la mente del lobo estuvo ocupada en estos pensamientos, hasta que al final se rindió al sueño, pero poco había de durarle, pues empezó a levantarse un fuerte viento que hacía que las ventanas se abrieran y cerraran estrepitosamente. A desgana, Bolvir se levantó, y lleno de curiosidad, trepó por la fachada de la posada hasta llegar al tejado, desde el cual tenía una buena vista del barrio de los deudores. El viento soplaba tan fuerte que casi lo levantaba y entonces tuvo una corazonada: decidió dejarse llevar mientras seguía la dirección del viento saltando sobre los tejados impulsados por éste, hasta que consiguió comprender el viento.

Un buen rato después, regresó a la posada, donde vio cómo Vinudren, Baseryn y la posadera estaban limpiando las paredes y recogiendo escombros, que al parecer habían sido tirados como represalias por los daños sufridos al parar la locomotora. Aunque Bolvir no era (ni se sentía) culpable de que los operarios tiraran los escombros haciendo daños a inocentes, sólo por ver cómo el enano y la dragona, incluso en su delicado estado, ayudaban en todo lo posible, hizo que el lupino decidiera echarles una mano.

Tras terminar el trabajo, Bolvir subió a la habitación del ángel para pedirle una de las garras que habían recuperado de la bestia. Golpeando con los nudillos la puerta, pidió permiso para entrar.

-Saludos, Akerteh, ¿verdad? Vengo a por una de las garras de la bestia. Su poder era formidable, y estoy seguro de que su espíritu me protegerá bien una vez lo haya moldeado en algunos talismanes y anillos.

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Impredecible
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Impredecible » 16 Mar 2016, 02:08

Tras recorrerme toda tienda medianamente conocida de la ciudad cargando con las garras, una forma estupenda de no llamar la atención de nadie, por fin encontré una que me hacía buen precio. 375 monedas era un buen número, y una recompensa más que digna por tanto sufrimiento en la mina.

Volví animado a la posada, contento de poder hacer mi buena acción del día sin tener que decapitar a alguien, pero la alegría me duró el tiempo justo de llegar y fijarme en la nueva "decoración" con la que contábamos.

Oh. Genial.

Viendo que la posadera no parecía querer que me fijase en ello, fingí no haberlo hecho, pese a que mi estado de ánimo acababa de propulsarse contra el suelo, y me dirigí a mi habitación a trote rápido. Estaba claro que se imponía una reunión de urgencia con el grupo para decidir qué ibamos a hacer con aquello. No era cosa de tener aún peor imagen que la que ya teníamos.

Sin embargo, varias voces en la planta baja, y un ya familiar rugido sobre el tejado, me indicaron que la mayoría del grupo ahora estaba a cosas más importantes, así que opté por entretenerme haciendo montoncitos de monedas para preparar el reparto de dinero.

375 monedas entre 4 salía a 93 por persona, que sumadas a las 100 de la recompensa daban 193. No era la gran cosa, pero era más de lo que esperábamos al empezar, así que no estaba mal.
Sin embargo, me sobraban tres monedas sueltas y rebeldes, y, tras un momento de pensar, deposité una de cada en los montones de Baseryn, Vinudren y Bolvir. Balanza equilibrada.

Justo acababa de terminar el reparto cuando la puerta me interrumpió, con el lobo asomándose en busca de su garra.

-¡Oh! Claro, toma... -contesté, alejándome un momento para ir en busca de la garra sobrante y volviendo a la puerta con esta y con el montón de monedas que correspondían al lobo.- Toma, y ten esto también. Después de lo sucedido creo que todos podemos permitirnos un pequeño capricho. Buen trabajo allí, por cierto... Fue un buen combate.
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Fornax
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Fornax » 16 Mar 2016, 19:48

-¡Oh! Claro, toma... -contesté, alejándome un momento para ir en busca de la garra sobrante y volviendo a la puerta con esta y con el montón de monedas que correspondían al lobo.- Toma, y ten esto también. Después de lo sucedido creo que todos podemos permitirnos un pequeño capricho. Buen trabajo allí, por cierto... Fue un buen combate.

El lobo miraba el pequeño montón de dinero que el ángel le estaba tendiendo, confuso, hasta que comprendió.

-Gracias por el cumplido, maese Akerteh, pero ha habido un malentendido: cuando dije que quería una de las garras de la bestia, es que la garra fuera mi parte del botín y el resto os las repartierais, así como el dinero que sacarais con ellas. Por lo tanto, el dinero debe repartirlo entre tres y no contar conmigo. Los objetos protectores que haga a partir de estos restos bien lo valen.

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Amilinne
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Amilinne » 18 Mar 2016, 04:36

Volvía a la posada de buen humor. Aunque había discutido un poco con Baseryn, la misión en general había ido muy bien. Habían conseguido dinero, algunos hechizos y un garrote. Por lo que sabía, ninguno de mis compañeros usaba aquel tipo de arma, así que nos vendría bien para aumentar la paga extra. Fruncí el ceño al recordar a Freya. Menos mal que no me habían mandado a mí a recibir el pago, porque igual me hubiera puesto violento. Aquella maldita Tharul... Tenía buenas intenciones, eso no se lo podía quitar a nadie. Pero era casi tan impulsiva y descuidada como la Tsil-fan a la que habían reclutado días atrás. El tiempo que había trabajado con ella había sido suficiente como para darme cuenta de que no valía la pena. Si había ido con Baseryn, Lwiestho y Arsna era mayormente para asegurarme de que Freya no les hacía hacer algo demasiado peligroso, aparte de por la promesa de tesoro, claro. Lo que habían hecho había sido... totalmente ilegal, claro. Pero podría haber sido mucho peor. Esperaba que nadie enlazara el incidente con Akerith Elisen.

Me despedí de Baseryn con la mano tras pagar a Seis Cazuelas, esperando que los otros dos volvieran sin ningún rasguño del intercambio, y con el (¡horriblemente frío!) garrote me lancé a la tienda de armas y armaduras más cercana. Lo coloqué sobre el mostrador, agradeciendo inmensamente no tener que seguir sujetando aquel instrumento del demonio, y esperé a que me ofrecieron un precio. ¡No podía esperar a volver a casa, hacer el reparto y meterme en la cama con Akerteh! ¡Necesitaba ese calor humano enseguida! Aunque antes tenía que hablar con Lwi sobre las cosas que había encontrado... Oh, bueno, ¡ya pensaría en eso cuando llegara el momento!

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Santi_gf
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Santi_gf » 18 Mar 2016, 12:46

Tras la reunión con Freya para conseguir la recompensa, volvimos a la posada sin entretenernos mucho. Me deshice de los cambios que había hecho con tal de no ser tan reconocible justo antes de entrar, así que dejé de ser completamente negro y volví a no tener arrugas ni cicatrices. Eché un vistazo por si alguien de la posada se había extrañado con la transformación, aunque comparado con lo que era capaz de hacer Arsna... No tenía ni idea de que el último compañero de Akerith Elisen fuese capaz de hacer esas cosas, y ni siquiera sabía en qué más cosas podía transformarse. A saber, desde luego, aunque sus habilidades habían resultado muy utiles durante la misión y, entre todos, habiamos logrado que saliese bastante bien. Sobre las recompensas de esta, bueno, todavía quedaba algo por hacer, pensé palpando los bolsillos en los que llevaba tanto el libro como las hojas de hechizos.

Subí a mi habitación, seguramente Kine ya me encontraría allí más tarde, y me dispuse a trabajar descifrando los textos del Libro del Viento Oculto, para después seguir con los hechizos: Ekirth Hdaur Antursath Uruthru Abaï y Hsaur ain Hlaur Abaï. La verdad, estaba un poco emocionado porque recordaba que el número de palabras de un hechizo se relacionaba con el poder que este tenía, así que me aseguré de que tenía suficientes velas como pasarme unas cuantas horas examinandolos detenidamente, hice hueco en mis tatuajes para las notas que fuese haciendo mientras descifraba y me puse a ello, sin prisas en la labor.

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Malfuin
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Malfuin » 18 Mar 2016, 14:04

Cuando Kineban llegó a la tienda, encontró al dueño sentado sobre el mostrador, tratando de limpiar la herrumbre de una espada casi tan grande como él, tarea que sin duda le llevaría horas y horas. Pareció alegrarse al ver aparecer al cliente y saber que podría tomarse un ligero descanso.

-Un garrote encantado, ¿eh? -preguntó-. No trataré de adivinar de dónde lo has sacado, pero te diré que es poco habitual que alguien encante un objeto tan tosco... ¿Lo has probado? -Kineban negó con la cabeza-. Muy bien, supongo que has tenido suerte, si mi intuición es correcta.

El vendedor fue al fondo de la tienda y volvió con el brazo embutido en un grueso guantelete tan pesado que apenas podía levantar la mano. Cogió el garrote de hielo, caminó hasta un maniquí de exposición y, tras tomar aliento, golpeó el muñeco con el arma mágica.

Largos cristales de hielo salieron de la agrietada madera, multiplicando claramente el daño que haría normalmente. SIn embargo, los cristales brotaron de TODO el garrote, friccionando con el metal del guantelete y rompiéndose. Si alguien hubiese tratado de usarlo con la mano desnuda, los cristales se la habrían atravesado.

-Bueno, se trata de un garrote de escarcha, sin duda -dijo el tendero, quitándose el guantelete-. Se considera un arma maldita. Normalmente las armas malditas se venden a mitad de precio. Si un garrote normal cuesta 50 monedas, este costaría 25. Redondeando al alza, tú podrías venderlo por 13 monedas (una cantidad ideal para recibir por un arma maldita). Sin embargo... la magia en sí misma tiene su propio valor. Conozco a un mago teórico que estudia los mecanismos de esta clase de conjuros y al que puedo vendérselo. Te lo compraré por 100 monedas, si te parece bien -se encogió de hombros-. Es la mejor oferta que puedo hacerte... Supongo que el garrote perteneció originalmente a algún troll de escarcha o alguna criatura por el estilo, inmune al hielo. Es peligroso juguetear con esta clase de cachivaches si uno no conoce estos temas.

***

Tras horas de estudio, Lwiestho tenía una idea bastante precisa de lo que tenía entre manos. Había descifrado los hechizos en primer lugar, lo que no le había costado demasiado trabajo.

Hsaur ain Hlaur Abaï había sido fácil, podía traducirse literalmente como Invocar viento y trueno. Sin embargo, había un matiz inquietante: en la lengua antigua, aquel verbo invocar o guiar se usaba específicamente para seres vivos, seres conscientes. ¿Por qué tratar a los elementos como si tuviesen mente propia? Era probable que en realidad se tratara de una página que permitiera invocar un elemental de aire y rayo. Por supuesto, requería conocer ambos elementos.

Ekirth Hdaur Antursath Uruthru Abaï había tenido una traducción más peliaguda, sobretodo porque una de las palabras del conjuro era un nombre propio, y la otra un sustantivo poco común. Ekirth era sencillo, hacía referencia simplemente a que se trataba de una hoja de conjuros del Libro Negro (lo que se notaba a simple vista). Hdaur tampoco tenía mucho misterio. Antursath había obligado a Lwiestho a consultar unos cuantos bestiarios, hasta que encontró que era el término en Amidentha para la palabra kraken. Uruthru, según dedujo por la sintaxis de otras invocaciones, era el nombre propio de un kraken en concreto, y por último Abaï era una vez más el verbo invocar. En sus notas, tras la larga tarea de traducción de la letra pequeña en la hoja del conjuro, ponía algo así:
Ekirth Hdaur Antursath Uruthru Abaï:
Uruthru, el kraken de fuego. Una vez por misión y durante cinco turnos, invocas al poderoso kraken gigante Uruthru, que domina el fuego y que puede actuar independientemente y lanzar cualquier conjuro que le indiques y contenga la palabra Hdaur. Uruthru vive en los lejanos desiertos de arena líquida y es una criatura subterránea, aunque también puede nadar en el mar.
Acierto: 40%
Requiere: Hdaï ain Hkaï Arthamath:
Por último, Lwiestho descifró el Libro del Viento Oculto. Descubrió que había pertenecido a un hechicero muerto en una misión y que permitía lanzar a cualquier persona hechizos de hasta tres palabras que pertenecieran al libro blanco y contuvieran la palabra Hsaur. El espíritu del mago caído moraba en el libro y unía su poder al del portador del objeto, así que no importaba si el aventurero todavía no había alcanzado el rango de mercenario. Para usar aquel libro, sólo había que escribir el propio nombre en la primera hoja (Lwiestho se fijó en que había cinco o seis nombres tachados allí).

Por desgracia, el espíritu del mago tenía sus propias opiniones e ideas: si intentaba utilizarse aquel libro para un fin que el hechicero no hubiera aprobado, la magia se volvería contra el portador y le dañaría a él. Como el nombre del hechicero original estaba totalmente tachado, no había forma de comprobar sus motivaciones ni su alineación personal...

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Amilinne
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Amilinne » 18 Mar 2016, 17:37

La demostración del tendero me dejó a cuadros. ¿Qué clase de arma era aquella que podía destrozar el brazo de aquel que la usaba? Un arma maldita, me reveló el dueño de la tienda momentos después. ¿Y estaban vendiendo aquello como si fuera un arma normal y corriente? Vaya desalmados. Me desanimé sobremanera al darme cuenta de que aquello significaba que no me iban a dar demasiado dinero por el garrote. Yo que pensaba que me había tocado el gordo... Menos mal que aquel herrero en concreto conocía a alguien que pagaría bien por aquella pieza. Acepté el trato, pero en lugar de esperar a que me pagara le di yo otras cien monedas aparte del garrote y le pedí que me diera un arco largo.

Volví a la posada mientras tensaba la cuerda de mi arma nueva. Nunca había recibido ningún entrenamiento especial con el arco, pero no se me había dado mal usarlo durante las misiones pasadas. Necesitaba algo más de práctica, pero ya me consideraba por lo menos un Aprendiz del arco. Separé trescientas monedas de mi montón y busqué a Arsna y Baseryn para darle cien a cada uno.

-Perdón por lo de antes, Ars -musité cuando le encontré, ligeramente avergonzado-. Eres un buen amigo y compañero, y siempre lo haces genial en las misiones... Pero me pongo nervioso cuando te conviertes en perro. ¡No me lo tengas en cuenta, miaaau! Haré todo lo posible por... superarlo. Pero a lo mejor necesitaré tu ayuda.

Tras conversar con el cambiaforma, me dirigí a la habitación de Lwiestho. Toqué a la puerta y entré sin esperar con un “¡Con permiso, miau!”. Vi que estaba enfrascado en sus traducciones. Miré por encima de su hombro el libro y las páginas, pero no entendía una miaurda. Algún día le pediría a él o a Bolvir que me enseñaran más palabras mágicas. Dejé sus cien monedas sobre la mesa y asalté su cama, haciéndome una bola para echarme una siestecita mientras el tatuado terminaba. Ya me despertaría Lwi en algún momento para explicarme lo que había descubierto.

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