Soul Eater: Black Priest

[LightHelco]

—¡Mola! La de dinero que nos vamos a ahorrar en sacacorchos con esto —reí burlón mirando el nuevo juguetito de Yu.

Habíamos conseguido decapitar a la armadura y ahora esta parecía algo debilitada, además de que nos mostraba sus dos siguientes puntos débiles.

—Que, tío, ¿aun sigues con hambre? Porque creo que nos toca pasar al segundo plato del día —le avisé a mi compañero apuntando con el gancho a uno de los brazos de la armadura —¡LEÑAALAARMADURACOLEGA!

Lancé el gancho esperando liarlo alrededor de uno de los brazos de la descabezada armadura y saltar entonces contra ella para propinarle una patada en el pecho. Si veía que me atacaba tiraría de la cadena del gancho para lanzarla contra alguna pared, aunque principalmente la idea era intentar reventar su brazo con el taladro y sacarle la gema para que Yu pudiese comérsela.

—¡Qué te aproveche!

[Dark]

El tio iba de raro a peor, y algo que funcione a base de poder de voluntad puede destruir galaxias, que lo aprendí viendo series. Lo mejor sería deshacernos de él, la cuestión es el cómo, y me muero de hambre. Espera, ¡claro, hambre, eso es!

Agarré a Valeria por el mango al revés y la hundí en el parabrisas con el filo mirando hacia mí. Aprovechando eso y hundida hasta cerca del mango, rápidamente dejaría de agarrarme al coche para hacer fuerza hacia abajo. Con un poco de suerte, la velocidad haría el resto, creando un tajo que atravesase el coche entero y cuando hubiese pasado el techo del coche la giraría rápidamente para tener más facilidad a la hora de agarrarme y además no salir despedida.

Si por un casual no surtiese efecto, haría del techo un colador. Más le valdría tener un seguro contra puercoespines gigantes o le saldría mal la cosa.

[Aritriel]

Mire hacia la puerta de la que Ern me había hablado.

-Así que más fuerte, ¿eh?-sonreí.

Probablemente el combate fuera un reto, pero me sentía confiado. ¡El de esta sala había sido genial y había conseguido dos huevos! Igna, Suria y yo formábamos un equipo de primera. Además, parecía que siempre había un combate después de cada misión, así que sólo teníamos que estar atentos cuando terminase y golpear primero. Piece of cake! Estaba de tan buen humor que me entraron ganas de coger el micrófono y cantar, pero me contuve. Lo primero era entrar en esa otra sala.