Al final nos dividimos en dos grupos. Lo cierto era que una parte de mi agradecía que la cantidad de gente se hubiera reducido. Lo malo era que me había quedado solo con el extranjero del Tentomon hiperactivo que no parecía tener dos dedos de frente. Al menos sabía que si teníamos que luchar sería el último en rendirse.
-Iré contigo-le dije al otro chico-. Nos pueden atacar en cualquier momento y será más seguro que ir solo-hice una mueca de disgusto mientras lo decía. Lo que más quería era ir por el camino que él no eligiera, pero supuse que lo soportaría si no me daba mucho el coñazo por el camino-. No sabemos nada de los sitios a los que podemos ir, así que no me importa que elija tu Tentomon.
Digimon: Data Disruption [Rol]
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
—¡¡¡¡TRIS!!!!
Aquella voz gritando mi nombre sonaba una y otra vez, retumbando dentro de mi cabeza. Sólo conseguía recordar eso. Después, un ruido ensordecedor y la oscuridad más absoluta.
—¡¡¡¡TRIS!!!!
Otra vez esa palabra. Estaba comenzando a aborrecer mi dichoso nombre. Pero aquella vez sonaba distinto. La voz no resonaba dentro mi cabeza, sino que la sentía cercana.
—Opo... ssumon... —musité, despertando poco a poco, al reconocer al emisor de dicha voz.
Abrí los ojos bruscamente, y todo vino a mi mente de súbito. Recordaba nítidamente cómo Armormon me estaba apuntando en el pecho y disparó, acertando también a Opossumon.
—¿D-Dón... Dónde...? —balbuceé, nerviosa, poniéndome de pie.
Estaba muy nerviosa. Recordé el momento de los disparos una vez más, y me llevé las manos al pecho como acto reflejo. Pero no sentía nada de dolor, aunque al observar bien, comprobé que efectivamente tenía las heridas allí. Dirigí la mirada a mi compañera, confusa. ¿Acaso Opossumon y yo estábamos...?
—Tris… ¿Dónde estamos…? Hace un segundo estábamos en el barco… Armormon te estaba apuntando con sus armas, así que me lancé para protegerte y nos disparó a ambas… Y ahora, ¿estamos aquí…?
No respondí, pues estaba tan confusa como ella, o posiblemente más incluso. Simplemente exploré el lugar con la mirada, intentando mantener la calma, para buscar una salida.
Nada. Sólo oscuridad. Oscuridad y una especie de mono tumbado en el suelo, mirando a la nada.
—¿Quién es? —pregunté a Opossumon mientras me acercaba al simio—. ¿Un Digimon?
Sobresaltada, di un salto hacia atrás cuando se levantó. ¿Sería hostil?
La criatura comenzó a hablar. Escuché con toda la atención que pude prestar las palabras que salían de forma monótona y perezosa de la boca de aquel ser, aunque era difícil teniendo en cuenta su tono de voz.
Estaba confusa al escuchar lo que nos estaba diciendo. ¿De veras nos estaba ofreciendo algo así? Sí, en parte sonaba tentador por la forma en que nos lo intentaba pintar, pero seguía sonando muy siniestro.
Opossumon intervino entonces para compartir conmigo su decisión respecto a la propuesta del mono.
—Sí, sería muy sencillo ponerse a dormir para siempre y dejar las preocupaciones a un lado —dije tras asentir con complicidad a Opossumon—. ¿Pero qué gracia tendría la vida así? No podríamos jugar a videojuegos, vivir aventuras juntos, reír, conocer a gente nueva... Dejaríamos escapar muchas buenas experiencias —me quedé pensativa unos segundos antes de continuar—. Sí, posiblemente muchas cosas nos saldrán mal... Pero nos tenemos la una a la otra, y a otros muchos compañeros, que nos pueden ayudar y enseñar a arreglar nuestros fallos. Para eso están los amigos, después de todo. Podemos aprender de los errores, y tener una segunda oportunidad. Vale la pena esforzarse para tener la conciencia tranquila a la hora de ir a dormir, sabiendo que has dado lo mejor de ti, día tras día. ¡Sólo quiero descansar de esa forma! Por eso vale la pena intentar vivir la vida que tú quieres, aunque esté llena de baches y altibajos. Y Opossumon y yo viviremos esa vida juntas, cueste lo que cueste, no sin antes derrotarte.
>>Así que, Makuramon... ¡rechazo tu oferta! —exclamé colocándome en pose defensiva, para estar preparada si el simio decidía atacarme directamente a mí—. ¡Bombas de globos locos! —ordené a Opossumon con la intención de tener la iniciativa a la hora de atacar.
Aquella voz gritando mi nombre sonaba una y otra vez, retumbando dentro de mi cabeza. Sólo conseguía recordar eso. Después, un ruido ensordecedor y la oscuridad más absoluta.
—¡¡¡¡TRIS!!!!
Otra vez esa palabra. Estaba comenzando a aborrecer mi dichoso nombre. Pero aquella vez sonaba distinto. La voz no resonaba dentro mi cabeza, sino que la sentía cercana.
—Opo... ssumon... —musité, despertando poco a poco, al reconocer al emisor de dicha voz.
Abrí los ojos bruscamente, y todo vino a mi mente de súbito. Recordaba nítidamente cómo Armormon me estaba apuntando en el pecho y disparó, acertando también a Opossumon.
—¿D-Dón... Dónde...? —balbuceé, nerviosa, poniéndome de pie.
Estaba muy nerviosa. Recordé el momento de los disparos una vez más, y me llevé las manos al pecho como acto reflejo. Pero no sentía nada de dolor, aunque al observar bien, comprobé que efectivamente tenía las heridas allí. Dirigí la mirada a mi compañera, confusa. ¿Acaso Opossumon y yo estábamos...?
—Tris… ¿Dónde estamos…? Hace un segundo estábamos en el barco… Armormon te estaba apuntando con sus armas, así que me lancé para protegerte y nos disparó a ambas… Y ahora, ¿estamos aquí…?
No respondí, pues estaba tan confusa como ella, o posiblemente más incluso. Simplemente exploré el lugar con la mirada, intentando mantener la calma, para buscar una salida.
Nada. Sólo oscuridad. Oscuridad y una especie de mono tumbado en el suelo, mirando a la nada.
—¿Quién es? —pregunté a Opossumon mientras me acercaba al simio—. ¿Un Digimon?
Sobresaltada, di un salto hacia atrás cuando se levantó. ¿Sería hostil?
La criatura comenzó a hablar. Escuché con toda la atención que pude prestar las palabras que salían de forma monótona y perezosa de la boca de aquel ser, aunque era difícil teniendo en cuenta su tono de voz.
Estaba confusa al escuchar lo que nos estaba diciendo. ¿De veras nos estaba ofreciendo algo así? Sí, en parte sonaba tentador por la forma en que nos lo intentaba pintar, pero seguía sonando muy siniestro.
Opossumon intervino entonces para compartir conmigo su decisión respecto a la propuesta del mono.
—Sí, sería muy sencillo ponerse a dormir para siempre y dejar las preocupaciones a un lado —dije tras asentir con complicidad a Opossumon—. ¿Pero qué gracia tendría la vida así? No podríamos jugar a videojuegos, vivir aventuras juntos, reír, conocer a gente nueva... Dejaríamos escapar muchas buenas experiencias —me quedé pensativa unos segundos antes de continuar—. Sí, posiblemente muchas cosas nos saldrán mal... Pero nos tenemos la una a la otra, y a otros muchos compañeros, que nos pueden ayudar y enseñar a arreglar nuestros fallos. Para eso están los amigos, después de todo. Podemos aprender de los errores, y tener una segunda oportunidad. Vale la pena esforzarse para tener la conciencia tranquila a la hora de ir a dormir, sabiendo que has dado lo mejor de ti, día tras día. ¡Sólo quiero descansar de esa forma! Por eso vale la pena intentar vivir la vida que tú quieres, aunque esté llena de baches y altibajos. Y Opossumon y yo viviremos esa vida juntas, cueste lo que cueste, no sin antes derrotarte.
>>Así que, Makuramon... ¡rechazo tu oferta! —exclamé colocándome en pose defensiva, para estar preparada si el simio decidía atacarme directamente a mí—. ¡Bombas de globos locos! —ordené a Opossumon con la intención de tener la iniciativa a la hora de atacar.
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
@Jeremy (100%) @Asch (150%)
-¡S-sí! ¡B-buena idea, Asch! –exclama Yuri pegando un saltito-. ¡Vam…!
El Ginryumon se queda parado un segundo antes de seguirte, mirando a Tentomon, Seraphiel y sus respectivos compañeros humanos. Seraphiel se acerca a Yuri, le acaricia la cabeza y le susurra algo al oído. El digimon dragón asiente, aunque algo triste, y echa a volar detrás de Asch.
-Remy… ¿E-estás bien…? –te murmura Nori cuando empiezas a balbucear de esa forma-. Oye, si no quieres ir con Strabimon, podemos…
Pero echas a correr antes de que Norizuna pueda terminar la frase. El Kudamon se queda en silencio un rato, y luego intenta tranquilizarte emitiendo un calor reconfortante en tu cuello.
-Todo saldrá bien, Remy, no te preocupes. Yo estoy aquí –asegura Nori-. A nosotros no nos pasará nada, y a ellos tampoco. Les volveremos a ver. Ellos también son fuertes. ¿Zekkoushou mientras estoy dentro de mi artefacto? Pues no estoy muy seguro, nunca lo he intentado. –El Kudamon se pone a pensar-. Supongo que podríamos intentarlo. No debería haber ningún problema siempre que tenga las patas fuera o algo así. Je, je, no puedo esperar a ver qué magnífica estrategia se te ha ocurrido esta vez.
Ambos termináis por alcanzar a Strabimon, que al principio parece un poco sorprendido por vuestra repentina aparición. Se lamenta por el hecho de que los otros dos hayan decidido quedarse atrás, y os cuenta un par de interesantes historias sobre el mundo digital mientras camináis juntos.
Termina por hacerse de noche cuando por fin perdéis de vista el terreno montañoso, y Strabimon se encarga de encender un fuego, hacer unos sacos de dormir improvisados con hojas y lianas, y buscaros algo de comer. No es mucho, pero bastará de momento. Aunque os ofrecéis a partir guardias, es Strabimon el que se queda despierto toda la noche para asegurarse de que nadie os ataque mientras descansáis.
A la mañana siguiente, vuestro guardián sigue donde le dejasteis anoche, completamente inamovible. Con la luz de la mañana, podéis ver perfectamente la modesta ciudad de Internalia no demasiado lejos. Bien entrado el mediodía, llegáis a sus puertas. Os encontráis con un lugar bastante pintoresco. Las casas son individuales y están bastante separadas las unas de las otras. Cada una es única, como si hubiera sido construida por alguien completamente distinto a quien alzó la anterior. Aunque las fachadas son de colores parecidos, los tejados se pasan de extravagantes: formas extrañas, estatuas hechas con tejas, colores fucsias, añiles y verdes… Lo que más os llama la atención, sin embargo, es lo bullicioso que es el lugar. Las calles están repletas de puestos, mercadillos, y digimon. Es un cambio enorme comparado con lo vacío que dejaron Halsemon y Meramon el Asentamiento de DemiMeramon. Burgermon regentan puestos de comida, veis digimon insecto anunciado a gritos su ropa para el invierno hecha con seda natural… Si no estuviera todo lleno de seres y animales extraños, diríais que habéis vuelto a Mitchelstown.
-Explorad todo lo que queráis –os invita Strabimon con una media sonrisa-. Seguramente vuestros digimon tengan hambre. Tienen cara de gruñones ahora mismo. Conseguidles algo de comer, hablad con los locales si os apetece, mirad a ver si os apetece comprar algún souvenir para cuando volváis a casa… Aquí hay de todo. –Entonces se acerca a vosotros y os susurra-. Cuando queráis reuniros conmigo, simplemente decidle a cualquier vendedor “Que la Luna ilumine las noches de Persia”. Oh, y no os perdáis de vista el uno al otro. Hay mucha gente y separarse es fácil. Es lo que hay.
Y con esas palabras, Strabimon desaparece entre el bullicio del mercado.
@Matías (100%) @Adair (50%)
Seraphiel se queda mirando a los que se alejan, obviamente entristecido. No parece que le haya gustado nada que el grupo se haya separado. Sin embargo, no dice nada al respecto. Tentomon, por otra parte, está zumbando alrededor de Matías.
-¡Perdedores! ¡Os arrepentiréis de haberos separado de SuperMolonmon! –exclama Tentomon mientras Jeremy y Asch se alejan-. Oh, ¿me dejáis elegir a mí? Je, je, je…
El Lucemon se lleva una mano a la frente.
-Al menos no estamos solos… -murmura, casi para sí mismo-. Pero, ¿de verdad había que dejar elegir a Tentomon? No es que sea el más listo de todos los que estamos aquí, el pobre diablo…
-Pues a ver, podemos ir a Sitio Cursi y Aburrido con Colorines Estúpidos… ¡O a Castillo Oscuro Súper Guay lleno de Malos a los que Apalizar con el poder incomparable de Tentomon! –Tentomon aletea con más entusiasmo-. Es decir, podemos matar gente en ambos sitios, pero creo que no os gustaría que matara gente en el sitio donde seguro que no hay malos malosos… ¡Así que vamos a donde sí que puedo matar cosas!
Estéis o no de acuerdo, os resignáis a la decisión de Tentomon y comenzáis la travesía en dirección al castillo de piedra medieval. Al igual que Jeremy, Asch y Strabimon, os topáis con el anochecer cuando por fin conseguís abandonar las cordilleras en las que os encontrabais. Realizáis todas las preparaciones necesarias para pasar la noche al aire libre. Mientras cenáis bastante pobre y rústicamente, Seraphiel suspira.
-Todavía no puedo creerme que llegáramos tarde… -murmura el ángel-. Les prometimos a los DemiMeramon que los salvaríamos… Y ahora, todos han sido borrados. Si se han comido sus huevos… simplemente, ya no existen. Todo es por mi culpa, otra vez…
Al alba, todavía con un poco de hambre debido a lo mal que cenasteis anoche, llegáis a las puertas del castillo. Flanqueándolo hay dos torres de vigilancia, también hechas de piedra, pero no parece que ningún vigía os haya detectado todavía.
-Estamos a tiempo de echarnos atrás –os recuerda Seraphiel-. Internalia está a unas horas de aquí.
-¡¿Internalia?! ¡Bah, aquí es donde tenemos que estar! –exclama Tentomon-. ¡Aventura! ¡Sangre! ¡Sacrificio! ¡Lenguaje Soez! ¡Todo eso y más, en Tentomon os Salva de la más segura de las Muertes! Próximamente en cines.
@Alice (150%)
Angewomon coge el dispositivo digital cuando se lo enseñas. Se lo queda mirando y le da un par de vueltas, curiosa, pero no pulsa ninguno de los botones.
-Cómo mola… Jamás pensé que vería algo así en mi vida. –Parece increíblemente interesada-. Espérame aquí un segundo, voy a instalarte el mapa y enseguida vuelvo. Oh, y no te preocupes por Válor –sonríe Angewomon, tratando de calmarte-. Todos tenemos nuestros conflictos internos, ¿no? Y todos son una mierda. No seas muy dura.
Para cuando Angewomon abandona la sala, has agarrado a Kiwimon del cuello para hablar con él y éste parece completamente acobardado.
-Yo… yo… ¡Yo siempre soy sincero! –replica Válor con dificultad-. Yo siempre soy sincero… contigo… ¡Así que no te he dicho ninguna mentira! ¡No he roto la promesa! Es que… es que… -El Kiwimon traga saliva-. Me sale así… Así es como me siento más seguro… Si no tengo que mostrar la realidad, no tengo que mostrar cómo soy por dentro… -Válor aparta la mirada-. Soy débil, ¿vale? ¿Es eso lo que quieres escuchar? Esa es la verdad. ¡No soy tan fuerte como tú! ¡No soy tan valiente como para ser sincero con todo el mundo! Yo… no sé cómo lo haces tú… Pero yo no puedo, por mucho que me esfuerce…
Válor se zafa de tu agarre y se levanta.
-Si no te gusta cómo soy, ¡puedes dejarme aquí e irte sola! ¡No me importa! ¡Siempre he estado solo porque nadie me aguanta! ¡Todos en el grupo de digimon tenían amigos menos yo, porque siempre estaba hablando a sus espaldas! –Sus ojos se llenan de lágrimas-. ¡Así que si me dejas tú también, no me importa! ¡No serías la primera en dejarme tirado! ¡¡Estoy acostumbrado!!
En la lejanía podéis escuchar la suela de los zapatos de Angewomon chocando contra el mármol del suelo. Parece que ya está volviendo.
@Tris (200%)
-¡Bien dicho, Tris! –coincide Opossumon, mirando a Makuramon con el ceño fruncido-. ¡Vamos a luchar! ¡Por un futuro lleno de buenas experiencias, y no de vacuidad! ¡Para vivir y disfrutar de todo, de los aciertos, de los errores, de hacer nuevos amigos, de las discusiones y de las reconciliaciones! ¡Y al final del día, poder dormir con una sonrisa de satisfacción! ¡Todo forma parte de una vida completa! ¡Makuramon, desafiamos el destino que nos presentas!
Opossumon se está preparando para realizar el ataque que le has ordenado, pero entonces Makuramon se ríe, sin dejar de miraros con sus ojos vacíos. Su risa no es alegre, ni cruel. No tiene ninguna clase de emoción. Y entonces, Makuramon empieza a crecer. Crece y crece frente a vosotras hasta el punto que tenéis que echaros hacia atrás para no ser empujadas por sus enormes pies. Cuando termina de reírse, Makuramon es gigantesco. Colosal.
-Yo represento los fondos más ocultos de tu compañero. –La voz de Makuramon retumba por toda la dimensión-. El pecado de Labramon me hace crecer. Lo aburrida que ve su vida incrementa mi poder. Lo vacío que encuentra el mundo me hace colosal. Nada es más grande que la nada en su corazón.
Su pecho brilla con un resplandor verdoso. Makuramon se agacha y extiende su brazo en vuestra dirección para agarraros a ambas con la mano. Opossumon lanza sus globos explosivos a la palma de vuestro enemigo, pero no parece hacerle ningún efecto. Apenas esquiváis el agarre del simio. Acto seguido, Makuramon se yergue y alza el pie para aplastaros de un pisotón.
-¡S-sí! ¡B-buena idea, Asch! –exclama Yuri pegando un saltito-. ¡Vam…!
El Ginryumon se queda parado un segundo antes de seguirte, mirando a Tentomon, Seraphiel y sus respectivos compañeros humanos. Seraphiel se acerca a Yuri, le acaricia la cabeza y le susurra algo al oído. El digimon dragón asiente, aunque algo triste, y echa a volar detrás de Asch.
-Remy… ¿E-estás bien…? –te murmura Nori cuando empiezas a balbucear de esa forma-. Oye, si no quieres ir con Strabimon, podemos…
Pero echas a correr antes de que Norizuna pueda terminar la frase. El Kudamon se queda en silencio un rato, y luego intenta tranquilizarte emitiendo un calor reconfortante en tu cuello.
-Todo saldrá bien, Remy, no te preocupes. Yo estoy aquí –asegura Nori-. A nosotros no nos pasará nada, y a ellos tampoco. Les volveremos a ver. Ellos también son fuertes. ¿Zekkoushou mientras estoy dentro de mi artefacto? Pues no estoy muy seguro, nunca lo he intentado. –El Kudamon se pone a pensar-. Supongo que podríamos intentarlo. No debería haber ningún problema siempre que tenga las patas fuera o algo así. Je, je, no puedo esperar a ver qué magnífica estrategia se te ha ocurrido esta vez.
Ambos termináis por alcanzar a Strabimon, que al principio parece un poco sorprendido por vuestra repentina aparición. Se lamenta por el hecho de que los otros dos hayan decidido quedarse atrás, y os cuenta un par de interesantes historias sobre el mundo digital mientras camináis juntos.
Termina por hacerse de noche cuando por fin perdéis de vista el terreno montañoso, y Strabimon se encarga de encender un fuego, hacer unos sacos de dormir improvisados con hojas y lianas, y buscaros algo de comer. No es mucho, pero bastará de momento. Aunque os ofrecéis a partir guardias, es Strabimon el que se queda despierto toda la noche para asegurarse de que nadie os ataque mientras descansáis.
A la mañana siguiente, vuestro guardián sigue donde le dejasteis anoche, completamente inamovible. Con la luz de la mañana, podéis ver perfectamente la modesta ciudad de Internalia no demasiado lejos. Bien entrado el mediodía, llegáis a sus puertas. Os encontráis con un lugar bastante pintoresco. Las casas son individuales y están bastante separadas las unas de las otras. Cada una es única, como si hubiera sido construida por alguien completamente distinto a quien alzó la anterior. Aunque las fachadas son de colores parecidos, los tejados se pasan de extravagantes: formas extrañas, estatuas hechas con tejas, colores fucsias, añiles y verdes… Lo que más os llama la atención, sin embargo, es lo bullicioso que es el lugar. Las calles están repletas de puestos, mercadillos, y digimon. Es un cambio enorme comparado con lo vacío que dejaron Halsemon y Meramon el Asentamiento de DemiMeramon. Burgermon regentan puestos de comida, veis digimon insecto anunciado a gritos su ropa para el invierno hecha con seda natural… Si no estuviera todo lleno de seres y animales extraños, diríais que habéis vuelto a Mitchelstown.
-Explorad todo lo que queráis –os invita Strabimon con una media sonrisa-. Seguramente vuestros digimon tengan hambre. Tienen cara de gruñones ahora mismo. Conseguidles algo de comer, hablad con los locales si os apetece, mirad a ver si os apetece comprar algún souvenir para cuando volváis a casa… Aquí hay de todo. –Entonces se acerca a vosotros y os susurra-. Cuando queráis reuniros conmigo, simplemente decidle a cualquier vendedor “Que la Luna ilumine las noches de Persia”. Oh, y no os perdáis de vista el uno al otro. Hay mucha gente y separarse es fácil. Es lo que hay.
Y con esas palabras, Strabimon desaparece entre el bullicio del mercado.
@Matías (100%) @Adair (50%)
Seraphiel se queda mirando a los que se alejan, obviamente entristecido. No parece que le haya gustado nada que el grupo se haya separado. Sin embargo, no dice nada al respecto. Tentomon, por otra parte, está zumbando alrededor de Matías.
-¡Perdedores! ¡Os arrepentiréis de haberos separado de SuperMolonmon! –exclama Tentomon mientras Jeremy y Asch se alejan-. Oh, ¿me dejáis elegir a mí? Je, je, je…
El Lucemon se lleva una mano a la frente.
-Al menos no estamos solos… -murmura, casi para sí mismo-. Pero, ¿de verdad había que dejar elegir a Tentomon? No es que sea el más listo de todos los que estamos aquí, el pobre diablo…
-Pues a ver, podemos ir a Sitio Cursi y Aburrido con Colorines Estúpidos… ¡O a Castillo Oscuro Súper Guay lleno de Malos a los que Apalizar con el poder incomparable de Tentomon! –Tentomon aletea con más entusiasmo-. Es decir, podemos matar gente en ambos sitios, pero creo que no os gustaría que matara gente en el sitio donde seguro que no hay malos malosos… ¡Así que vamos a donde sí que puedo matar cosas!
Estéis o no de acuerdo, os resignáis a la decisión de Tentomon y comenzáis la travesía en dirección al castillo de piedra medieval. Al igual que Jeremy, Asch y Strabimon, os topáis con el anochecer cuando por fin conseguís abandonar las cordilleras en las que os encontrabais. Realizáis todas las preparaciones necesarias para pasar la noche al aire libre. Mientras cenáis bastante pobre y rústicamente, Seraphiel suspira.
-Todavía no puedo creerme que llegáramos tarde… -murmura el ángel-. Les prometimos a los DemiMeramon que los salvaríamos… Y ahora, todos han sido borrados. Si se han comido sus huevos… simplemente, ya no existen. Todo es por mi culpa, otra vez…
Al alba, todavía con un poco de hambre debido a lo mal que cenasteis anoche, llegáis a las puertas del castillo. Flanqueándolo hay dos torres de vigilancia, también hechas de piedra, pero no parece que ningún vigía os haya detectado todavía.
-Estamos a tiempo de echarnos atrás –os recuerda Seraphiel-. Internalia está a unas horas de aquí.
-¡¿Internalia?! ¡Bah, aquí es donde tenemos que estar! –exclama Tentomon-. ¡Aventura! ¡Sangre! ¡Sacrificio! ¡Lenguaje Soez! ¡Todo eso y más, en Tentomon os Salva de la más segura de las Muertes! Próximamente en cines.
@Alice (150%)
Angewomon coge el dispositivo digital cuando se lo enseñas. Se lo queda mirando y le da un par de vueltas, curiosa, pero no pulsa ninguno de los botones.
-Cómo mola… Jamás pensé que vería algo así en mi vida. –Parece increíblemente interesada-. Espérame aquí un segundo, voy a instalarte el mapa y enseguida vuelvo. Oh, y no te preocupes por Válor –sonríe Angewomon, tratando de calmarte-. Todos tenemos nuestros conflictos internos, ¿no? Y todos son una mierda. No seas muy dura.
Para cuando Angewomon abandona la sala, has agarrado a Kiwimon del cuello para hablar con él y éste parece completamente acobardado.
-Yo… yo… ¡Yo siempre soy sincero! –replica Válor con dificultad-. Yo siempre soy sincero… contigo… ¡Así que no te he dicho ninguna mentira! ¡No he roto la promesa! Es que… es que… -El Kiwimon traga saliva-. Me sale así… Así es como me siento más seguro… Si no tengo que mostrar la realidad, no tengo que mostrar cómo soy por dentro… -Válor aparta la mirada-. Soy débil, ¿vale? ¿Es eso lo que quieres escuchar? Esa es la verdad. ¡No soy tan fuerte como tú! ¡No soy tan valiente como para ser sincero con todo el mundo! Yo… no sé cómo lo haces tú… Pero yo no puedo, por mucho que me esfuerce…
Válor se zafa de tu agarre y se levanta.
-Si no te gusta cómo soy, ¡puedes dejarme aquí e irte sola! ¡No me importa! ¡Siempre he estado solo porque nadie me aguanta! ¡Todos en el grupo de digimon tenían amigos menos yo, porque siempre estaba hablando a sus espaldas! –Sus ojos se llenan de lágrimas-. ¡Así que si me dejas tú también, no me importa! ¡No serías la primera en dejarme tirado! ¡¡Estoy acostumbrado!!
En la lejanía podéis escuchar la suela de los zapatos de Angewomon chocando contra el mármol del suelo. Parece que ya está volviendo.
@Tris (200%)
-¡Bien dicho, Tris! –coincide Opossumon, mirando a Makuramon con el ceño fruncido-. ¡Vamos a luchar! ¡Por un futuro lleno de buenas experiencias, y no de vacuidad! ¡Para vivir y disfrutar de todo, de los aciertos, de los errores, de hacer nuevos amigos, de las discusiones y de las reconciliaciones! ¡Y al final del día, poder dormir con una sonrisa de satisfacción! ¡Todo forma parte de una vida completa! ¡Makuramon, desafiamos el destino que nos presentas!
Opossumon se está preparando para realizar el ataque que le has ordenado, pero entonces Makuramon se ríe, sin dejar de miraros con sus ojos vacíos. Su risa no es alegre, ni cruel. No tiene ninguna clase de emoción. Y entonces, Makuramon empieza a crecer. Crece y crece frente a vosotras hasta el punto que tenéis que echaros hacia atrás para no ser empujadas por sus enormes pies. Cuando termina de reírse, Makuramon es gigantesco. Colosal.
-Yo represento los fondos más ocultos de tu compañero. –La voz de Makuramon retumba por toda la dimensión-. El pecado de Labramon me hace crecer. Lo aburrida que ve su vida incrementa mi poder. Lo vacío que encuentra el mundo me hace colosal. Nada es más grande que la nada en su corazón.
Su pecho brilla con un resplandor verdoso. Makuramon se agacha y extiende su brazo en vuestra dirección para agarraros a ambas con la mano. Opossumon lanza sus globos explosivos a la palma de vuestro enemigo, pero no parece hacerle ningún efecto. Apenas esquiváis el agarre del simio. Acto seguido, Makuramon se yergue y alza el pie para aplastaros de un pisotón.
~ Search for your own Paradise ~
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Internalia.
Una algarabía de Digimon de todas las formas y colores charlando y abarrotando extrañas calles flanqueadas por edificios la mar de dispares. No me había sentido tan desorientado desde que había estado en Dublin el año pasado. Miré a Kudamon, comprendiendo por qué se mostraba tan antipático. Si tenía hambre, era normal. En realidad, ocupados en seguir a Strabimon, no habíamos hablado mucho desde la tarde anterior.
-No sé si es magnífica o no, pero creo que será mejor que no tengas que llegar a ver esa estrategia -respondí, un poco azorado-. Es más bien un último recurso, para situaciones desesperadas. Vamos a poner una clave, ¿vale? Cuando diga Kamikaze Zekkouhatsu, te metes en la bala sin hacer preguntas. Y cuando me oigas decir CERO asomas la oreja o lo que sea y haces el Zekkoushou más potente que puedas. Si todo va bien, puede salvarnos la vida...
Esperaba no tener que utilizar aquello, pero siempre era buena idea ser previsor. En aquel momento, no lo había sido demasiado. Strabimon había desaparecido antes de que pudiéramos ver a donde iba, y sólo nos había dejado unas instrucciones extravagantes.
-Que mencione Persia en su santo y seña sólo le hace parecer más sospechoso -comenté pensativo, mirando a Asch-. Deberíamos acabar rápido y tratar de reunirnos con él, vete a saber con quién estará encontrándose ahora mismo. Pero si resulta que todo es una trampa, nos conviene estar bien alimentados, así que... -miré a Kudamon-. ¿Qué te apetece comer? La verdad es que no tengo dinero, Nori... Strabimon no lo ha mencionado, ¿es que aquí no hace falta? En el peor de los casos, puedo intentar trocar mi chaqueta o algo por el estilo. Es abrigadita y deberían darme bastante, ¿vale?
Una algarabía de Digimon de todas las formas y colores charlando y abarrotando extrañas calles flanqueadas por edificios la mar de dispares. No me había sentido tan desorientado desde que había estado en Dublin el año pasado. Miré a Kudamon, comprendiendo por qué se mostraba tan antipático. Si tenía hambre, era normal. En realidad, ocupados en seguir a Strabimon, no habíamos hablado mucho desde la tarde anterior.
-No sé si es magnífica o no, pero creo que será mejor que no tengas que llegar a ver esa estrategia -respondí, un poco azorado-. Es más bien un último recurso, para situaciones desesperadas. Vamos a poner una clave, ¿vale? Cuando diga Kamikaze Zekkouhatsu, te metes en la bala sin hacer preguntas. Y cuando me oigas decir CERO asomas la oreja o lo que sea y haces el Zekkoushou más potente que puedas. Si todo va bien, puede salvarnos la vida...
Esperaba no tener que utilizar aquello, pero siempre era buena idea ser previsor. En aquel momento, no lo había sido demasiado. Strabimon había desaparecido antes de que pudiéramos ver a donde iba, y sólo nos había dejado unas instrucciones extravagantes.
-Que mencione Persia en su santo y seña sólo le hace parecer más sospechoso -comenté pensativo, mirando a Asch-. Deberíamos acabar rápido y tratar de reunirnos con él, vete a saber con quién estará encontrándose ahora mismo. Pero si resulta que todo es una trampa, nos conviene estar bien alimentados, así que... -miré a Kudamon-. ¿Qué te apetece comer? La verdad es que no tengo dinero, Nori... Strabimon no lo ha mencionado, ¿es que aquí no hace falta? En el peor de los casos, puedo intentar trocar mi chaqueta o algo por el estilo. Es abrigadita y deberían darme bastante, ¿vale?
- Spoiler: Mostrar
-
bobokukemon
- Mensajes: 1541
- Registrado: 23 Ago 2011, 13:14
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Acabo de meterme en un problema, ¿verdad?
Tentomon estaba demasiado animado con la idea de entrar en un sitio lleno de peligros, si no lo mantenía a raya podría acabar metiéndonos en un lío.
—Oye, espera un momento, se te ha olvidado una cosa importante: sigilo. No vamos a arriesgarnos a diñarla solo porque te estés aburriendo. No solo estás tú aquí, así que tienes que ser algo más responsable. Los cuatro tenemos que depender los unos de los otros, ¿entendido? Perfecto.
Miré a mi alrededor, no parecía que nos hubieran descubierto. Con un poco de suerte podríamos colarnos sin ser vistos. No tenía pensado revelarme hasta saber si el gobernante del lugar era un amigo o enemigo.
—Intentemos investigar dentro antes de presentarnos, no quiero quedarme sin cuello nada más llegar —le dije al chico que me acompañaba.
Tentomon estaba demasiado animado con la idea de entrar en un sitio lleno de peligros, si no lo mantenía a raya podría acabar metiéndonos en un lío.
—Oye, espera un momento, se te ha olvidado una cosa importante: sigilo. No vamos a arriesgarnos a diñarla solo porque te estés aburriendo. No solo estás tú aquí, así que tienes que ser algo más responsable. Los cuatro tenemos que depender los unos de los otros, ¿entendido? Perfecto.
Miré a mi alrededor, no parecía que nos hubieran descubierto. Con un poco de suerte podríamos colarnos sin ser vistos. No tenía pensado revelarme hasta saber si el gobernante del lugar era un amigo o enemigo.
—Intentemos investigar dentro antes de presentarnos, no quiero quedarme sin cuello nada más llegar —le dije al chico que me acompañaba.
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Tras esquivar la mano de Makuramon, observé a Opossumon con algo de tristeza tras oír las duras palabras del simio.
"¿De verdad se siente así...?"
Acto seguido, recorrí con la mirada el inmenso cuerpo de Makuramon, de arriba a abajo, fijándome especialmente en el brillo de su pecho. No iba a ser fácil acabar con algo así, ¿pero qué gracia tienen los jefes si no son un reto?
"¡Pues eso se va a acabar!"
El pie de Makuramon se levantó, amenazante, dispuesto a aplastarnos a ambas. Sin perder ni un segundo, salté hacia atrás para ponerme a salvo mientras ordenaba a Opossumon que se echase a un lado.
Cuando ambas lográramos esquivar el pisotón del gigantesco mono, diría a Makuramon que lanzase, si la puntería y la fuerza le alcanzaban, un globo explosivo a la cara de Makuramon para distraerle unos instantes que ella debería aprovechar para lanzar un Orbe misterioso al pecho de nuestro rival, directo a la fuente de la brillante luz verdosa.
"¿De verdad se siente así...?"
Acto seguido, recorrí con la mirada el inmenso cuerpo de Makuramon, de arriba a abajo, fijándome especialmente en el brillo de su pecho. No iba a ser fácil acabar con algo así, ¿pero qué gracia tienen los jefes si no son un reto?
"¡Pues eso se va a acabar!"
El pie de Makuramon se levantó, amenazante, dispuesto a aplastarnos a ambas. Sin perder ni un segundo, salté hacia atrás para ponerme a salvo mientras ordenaba a Opossumon que se echase a un lado.
Cuando ambas lográramos esquivar el pisotón del gigantesco mono, diría a Makuramon que lanzase, si la puntería y la fuerza le alcanzaban, un globo explosivo a la cara de Makuramon para distraerle unos instantes que ella debería aprovechar para lanzar un Orbe misterioso al pecho de nuestro rival, directo a la fuente de la brillante luz verdosa.
-
LightHelco
- Mensajes: 2823
- Registrado: 05 Feb 2011, 23:03
- Ubicación: en cualquier lugar que se pueda usar un lapiz
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
—¡¿Enserio crees que te abandonaría?! —le grité enfadada —. Me has salvado la vida dos veces, abandonarte sería la cosa más egoísta y cobarde que pudiese hacer en mi vida. Ni se te ocurra volver a pedirme que te deje, mejor dicho, ni se te ocurra volver a pensar siquiera que voy a dejarte atrás nunca.
Me quedé mirando a Válor amenazante a muy pocos centímetros de su pico, quería dejarle claro que iba en serio con aquello. No iba a dejarle solo por una chorrada como esa, era mi compañero y amigo, además de que tenía una gran deuda con él.
—Sobre lo de ser sincero o no… —me cruce de brazos y miré hacia otro lado —. Es solo que las mentiras duelen. En ocasiones pensamos que una pequeña mentirijilla no hará ningún mal, pero esta puede volverse en algo tan grande que llegara un punto en que no lo controlemos y… nos hará más daño del que esperábamos…
Aquello había sido algo que me había pasado con anterioridad, es por ello que no me gustaban nada las mentiras, me hacían sentirme mal y siempre acababa ocurriendo lo peor debido a ellas. Era algo que no quería que le pasara a Válor, que sufriera por no ser capaz de decir la verdad.
—No te pido ser como yo, no te pido ser como nadie… solo te pido que no tengas miedo de ti mismo —me quité la chaqueta para coger las dos mangas que había usado de vendas, las cuales estarían ya secas y con la herida cerrada para usarlas como pañuelo y secarle las lagrimas a Válor —. Mentir es lo que te vuelve débil, porque entonces estás ocultando tu debilidad. Pero ser fuerte, ser valiente no es no tener debilidades… es admitir que las tienes y luchar para dejar de tenerlas, ocultándolas no solucionaras nada, solo acabarás haciéndote daño.
>>Ya te dije que aunque mi Digimon ideal era un Musculadomon, un Bunnymon como tú también me hace feliz.
Me quedé mirando a Válor amenazante a muy pocos centímetros de su pico, quería dejarle claro que iba en serio con aquello. No iba a dejarle solo por una chorrada como esa, era mi compañero y amigo, además de que tenía una gran deuda con él.
—Sobre lo de ser sincero o no… —me cruce de brazos y miré hacia otro lado —. Es solo que las mentiras duelen. En ocasiones pensamos que una pequeña mentirijilla no hará ningún mal, pero esta puede volverse en algo tan grande que llegara un punto en que no lo controlemos y… nos hará más daño del que esperábamos…
Aquello había sido algo que me había pasado con anterioridad, es por ello que no me gustaban nada las mentiras, me hacían sentirme mal y siempre acababa ocurriendo lo peor debido a ellas. Era algo que no quería que le pasara a Válor, que sufriera por no ser capaz de decir la verdad.
—No te pido ser como yo, no te pido ser como nadie… solo te pido que no tengas miedo de ti mismo —me quité la chaqueta para coger las dos mangas que había usado de vendas, las cuales estarían ya secas y con la herida cerrada para usarlas como pañuelo y secarle las lagrimas a Válor —. Mentir es lo que te vuelve débil, porque entonces estás ocultando tu debilidad. Pero ser fuerte, ser valiente no es no tener debilidades… es admitir que las tienes y luchar para dejar de tenerlas, ocultándolas no solucionaras nada, solo acabarás haciéndote daño.
>>Ya te dije que aunque mi Digimon ideal era un Musculadomon, un Bunnymon como tú también me hace feliz.
Recompensa: Firma rotatoria
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Tentomon no había dicho más de dos frases seguidas y ya me arrepentía con todas mis fuerzas de haberle dejado elegir. Esa cosa no se callaba y cada palabra que decía me mostraba más y más lo vacía que tenía la cabeza. Llegué a preguntarme si sería un caso único de digimon nacido sin cerebro.
-La próxima vez que cometa la estupidez de dejar que ese escarabajo rosa decida algo por mi, haz lo que sea para detenerme-le murmuré a Seraphiel. No había hecho demasiadas cosas estúpidas en mi vida, pero esa tenía que ser, sin duda, la peor de todas.
Cuando nos detuvimos a cenar, el lucemon seguía sintiéndose culpable por lo que había pasado con la aldea de los DemiMeramon. No sabía qué decirle para que se sintiera mejor, así que sólo apoyé la mano en su hombro. Estas cosas no se me dan nada bien.
A la mañana siguiente Seraphiel nos dijo que todavía podíamos ir a Internalia; pero ni el castillo que teníamos delante ni la ciudad desconocida me parecían buenas opciones, así que no dije nada. Aunque sí agradecí que el compañero de ese robot insecto insoportable fuera muchísimo más sensato que el digimon.
-De acuerdo-le respondí-. Y será buena idea que nos preparemos para correr por si acaso. Espero que puedas controlar a Tentomon antes de que nos meta en un problema del que no podamos salir-estaba bastante irritado por la actitud del digimon, y no pensaba ocultarlo. Por no mencionar que su deseo de luchar sin parar podía resultaren nuestra muerte con más facilidad de la que me gustaba.
-La próxima vez que cometa la estupidez de dejar que ese escarabajo rosa decida algo por mi, haz lo que sea para detenerme-le murmuré a Seraphiel. No había hecho demasiadas cosas estúpidas en mi vida, pero esa tenía que ser, sin duda, la peor de todas.
Cuando nos detuvimos a cenar, el lucemon seguía sintiéndose culpable por lo que había pasado con la aldea de los DemiMeramon. No sabía qué decirle para que se sintiera mejor, así que sólo apoyé la mano en su hombro. Estas cosas no se me dan nada bien.
A la mañana siguiente Seraphiel nos dijo que todavía podíamos ir a Internalia; pero ni el castillo que teníamos delante ni la ciudad desconocida me parecían buenas opciones, así que no dije nada. Aunque sí agradecí que el compañero de ese robot insecto insoportable fuera muchísimo más sensato que el digimon.
-De acuerdo-le respondí-. Y será buena idea que nos preparemos para correr por si acaso. Espero que puedas controlar a Tentomon antes de que nos meta en un problema del que no podamos salir-estaba bastante irritado por la actitud del digimon, y no pensaba ocultarlo. Por no mencionar que su deseo de luchar sin parar podía resultaren nuestra muerte con más facilidad de la que me gustaba.
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
@Tris (200%)
Tris, consigues esquivar el pisotón de Makuramon. Aunque cualquier golpe sería fatal, tienes la ventaja de ser más rápida que el gigantesco digimon. Opossumon también se echa a un lado perfectamente utilizando sus globos para flotar. Entonces aumenta la altura de su vuelo hasta colocarse frente a la cara de Makuramon y le lanza uno de sus globos locos explosivos. Aunque el simio no parece especialmente herido, sí que se ve obligado a retroceder.
Cegado por la explosión, pega un manotazo descendente a ciegas. Opossumon se aparta sin problemas, pero tú no te esperabas el ataque y te cuesta más esquivarlo. La onda expansiva cuando el gigantesco puño golpea el negro suelo hace que te caigas.
Opossumon aprovecha y saca un orbe de cristal de su sombrero mientras Makuramon trata de ubicarse. Tras concentrarse unos segundos… ¡Makuramon utiliza su otro brazo para agarrar a Opossumon en el aire! Tu compañera ahoga un grito de sorpresa, pero entonces frunce el ceño.
-¡Deja de intentar sumirnos en un sueño eterno! –grita-. ¡Vamos a vivir…! ¡Vamos a vivir! ¡VAMOS A VIVIR!
El resplandor del orbe milagroso se escapa de entre los dedos de Makuramon y alcanza su gigantesco cuerpo. El simio emite un grito desgarrador que te chirría en los oídos, hinca una rodilla en el suelo y entonces… nada. Se ha quedado completamente quieto, aunque puedes notar su cuerpo vibrando ligeramente.
-¡Está paralizado, pero no por mucho tiempo! –grita Opossumon-. Yo no… ¡No puedo salir de aquí…! No alcanzo mis globos, he gastado mi orbe… Estoy… agotada…
El puño de Makuramon todavía está frente a ti, y su brazo forma una diagonal perfecta hasta su hombro. Entonces te das cuenta de que tu circuito está reaccionando. Cuando lo sacas, descubres que el destello es exactamente del mismo color que el que emite el pecho de Makuramon.
Tris, consigues esquivar el pisotón de Makuramon. Aunque cualquier golpe sería fatal, tienes la ventaja de ser más rápida que el gigantesco digimon. Opossumon también se echa a un lado perfectamente utilizando sus globos para flotar. Entonces aumenta la altura de su vuelo hasta colocarse frente a la cara de Makuramon y le lanza uno de sus globos locos explosivos. Aunque el simio no parece especialmente herido, sí que se ve obligado a retroceder.
Cegado por la explosión, pega un manotazo descendente a ciegas. Opossumon se aparta sin problemas, pero tú no te esperabas el ataque y te cuesta más esquivarlo. La onda expansiva cuando el gigantesco puño golpea el negro suelo hace que te caigas.
Opossumon aprovecha y saca un orbe de cristal de su sombrero mientras Makuramon trata de ubicarse. Tras concentrarse unos segundos… ¡Makuramon utiliza su otro brazo para agarrar a Opossumon en el aire! Tu compañera ahoga un grito de sorpresa, pero entonces frunce el ceño.
-¡Deja de intentar sumirnos en un sueño eterno! –grita-. ¡Vamos a vivir…! ¡Vamos a vivir! ¡VAMOS A VIVIR!
El resplandor del orbe milagroso se escapa de entre los dedos de Makuramon y alcanza su gigantesco cuerpo. El simio emite un grito desgarrador que te chirría en los oídos, hinca una rodilla en el suelo y entonces… nada. Se ha quedado completamente quieto, aunque puedes notar su cuerpo vibrando ligeramente.
-¡Está paralizado, pero no por mucho tiempo! –grita Opossumon-. Yo no… ¡No puedo salir de aquí…! No alcanzo mis globos, he gastado mi orbe… Estoy… agotada…
El puño de Makuramon todavía está frente a ti, y su brazo forma una diagonal perfecta hasta su hombro. Entonces te das cuenta de que tu circuito está reaccionando. Cuando lo sacas, descubres que el destello es exactamente del mismo color que el que emite el pecho de Makuramon.
~ Search for your own Paradise ~
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
—Opossumon... —mascullé reincorporándome.
—¡Está paralizado, pero no por mucho tiempo! Yo no… ¡No puedo salir de aquí…! No alcanzo mis globos, he gastado mi orbe… Estoy… agotada…
—¡Aguanta! ¡Encontraré la forma de salvarte!
Noté entonces algo raro en el pecho. Al sacar el colgante extraño que había aparecido en mis manos al despertar aquel día, me precaté de que estaba reaccionando, emtiiendo un brillo idéntico a la luz que surgía del pecho de Makuramon. ¿Tendrían alguna relación?
—Opossumon —pensé en voz alta, con una sonrisa confiada en el rostro—, no vas a ser tú siempre la que se esfuerce, ¿no? Hoy por ti, y mañana por mí, ¿recuerdas?
Sin perder más tiempo, salté a la mano de Makuramon, agarrando fuertemente el circuito luminoso en mi puño, y comencé a correr, escalando su brazo, manteniendo el equilibrio lo máximo posible sin demorarme demasiado, hasta su hombro. Una vez allí, estiraría el brazo, con el colgante en la mano apuntando al pecho de Makuramon, y si no ocurría nada, a la cautiva Opossumon.
—¡Vamos, que pase algo!
—¡Está paralizado, pero no por mucho tiempo! Yo no… ¡No puedo salir de aquí…! No alcanzo mis globos, he gastado mi orbe… Estoy… agotada…
—¡Aguanta! ¡Encontraré la forma de salvarte!
Noté entonces algo raro en el pecho. Al sacar el colgante extraño que había aparecido en mis manos al despertar aquel día, me precaté de que estaba reaccionando, emtiiendo un brillo idéntico a la luz que surgía del pecho de Makuramon. ¿Tendrían alguna relación?
—Opossumon —pensé en voz alta, con una sonrisa confiada en el rostro—, no vas a ser tú siempre la que se esfuerce, ¿no? Hoy por ti, y mañana por mí, ¿recuerdas?
Sin perder más tiempo, salté a la mano de Makuramon, agarrando fuertemente el circuito luminoso en mi puño, y comencé a correr, escalando su brazo, manteniendo el equilibrio lo máximo posible sin demorarme demasiado, hasta su hombro. Una vez allí, estiraría el brazo, con el colgante en la mano apuntando al pecho de Makuramon, y si no ocurría nada, a la cautiva Opossumon.
—¡Vamos, que pase algo!