
La Leyenda de la Bruja Dorada
Capítulo 6: El cabeza de familia

Novelette
Llegáis tarde, mocosos. Daos prisa y tomad asiento.
El viejo nos metió prisa para que nos sentáramos. Los únicos espacios en ese grupo de gente eran aquellos en los que se suponía que debíamos sentarnos, lo cual nos hizo sentir nuestra tardanza aún más.
La silla en la cabecera de la mesa, llamada Silla del Incipiente, era para el de mayor rango, reservada para el abuelo. Todavía estaba vacía. Seguramente quería aparecer el último para darle un efecto dramático…
Desde la perspectiva de alguien frente a la Silla del Incipiente, el orden iba de izquierda a derecha con los rangos más bajos progresando en filas de dos en dos. Así que, al lado izquierdo de la primera fila, en el sitio más cercano a la Silla del Incipiente, era donde el tío Krauss debería haber estado sentado, pues era el de segundo mayor rango. Parecía que no había llegado todavía, así que esa silla estaba vacía…
Frente a su asiento, al lado derecho de la primera fila, se sentaba la hija mayor de la familia, la tía Eva, quien era la tercera en rango. El lado izquierdo de la segunda fila era el cuarto en rango. Ahí se sentaba mi padre, Rudolf, el tercero de los hermanos. Frente a él, al lado derecho de la segunda fila, se sentaba la tía Rosa, la hermana más joven.
En este punto esperarías que siguieran los maridos y mujeres, pero no, en el asiento del lado izqiuerdo de la tercerda fila, sexto en el rango, se encontraba Jessica. Frente a ella estaba George. Yo me sentaba al lado de Jessica… y Maria frente a mi.
Y, finalmente, a mi lado en el lado izquierdo de la quinta fila, se sentaba la tia Natsuhi, décima en rango. Frente a ella estaba el tío Hideyoshi. Al lado de la tía Natsuhi, en la sexta fila y en el asiento final del lado izquierdo, se sentaba Kyrie.
El asiento opuesto a Kyrie estaba vacío, aunque se había puesto cubertería y todo. De acuerdo con este sistema de rangos, ese sitio era donde se sentaría el marido de la tia Rosa. Aunque se suponía que no iba a venir, su sitio estaba colocado…

Es terrible, pero con este sistema, mi abuela tendría un rango menor al mío, si aún estuviera viva. En su juventud, obedecen a su padre, cuando se casan, a sus maridos, al envejecer, sus hijos. Como dice el viejo dicho: "Las mujeres no tiene hogar en ningún mundo".
Hace tiempo, cuando era incapaz de entender todo esto, pensaba que era genial que pudieramos hablar en nuestros pequeños grupos, hermanos adultos con hermanos adultos y primos con primos. Sin embargo, ahora que puedo reexaminar el orden de asiento tras haber crecido un poco, me despierta sentimientos muy complicados.
La tía Natsuhi, que estaba casada con el hijo mayor y era la número dos de facto en dirigir la familia, se sentaba a mi derecha… lo que significaba que estaba dos pasos por debajo de mi en orden de rango. Era difícil imaginar qué podría estar pasando por su cabeza. Por eso le hice un pequeño gesto de disculpa anes de sentarme.


¿Eh? Oh *risas* ¡Lo siento!
Tras una pausa corta, se rió conmigo, aunque parecía que no podía averiguar sobre qué se estaba riendo.

Apenas hablaba con nosotros los niños, y en todos mis recuerdos ella estaba hablando con los adultos de cosas complicadas con una cara que daba miedo. De hecho, como apenas nos hablamos, pensé mucho tiempo en cómo acercarme a ella… Aunque parece que mis esfuerzos han terminado en fracaso…
Los cubiertos yacían ordenados sobre la mesa, pero la comida no se había traído todavía. Como norma general, no podías empezar una comida hasta que la persona que se sentaba a la cabecera de la mesa hubiera llegado. Así que, mientras el abuelo no apareciera, la comida se quedaría en espera indefinidamente. No llegarían ni los entremeses. En pocas palabras, el silencio de la habitación estaba causado por nuestros padres, que aguantaban su hambre mientras esperaban que el abuelo llegase.
(¿Y los primos no tenéis hambre también?)

El abuelo llega bastante tarde… Que recuerde, siempre había sido muy estricto con la hora.
Bueno, eso puede haber sido cierto hace seis años… pero últimamente no ha sido así. De hecho, está en su propio mundo con tanta frecuencia que ni siquiera aparece en las comidas familiares. Aún así, me imaginé que al menos vendría hoy… Aunque me siento mucho más relajada y feliz sin él.
¡Jessica…!
Cuando su madre la regañó, Jessica sacó la lengua y miró a otro lado.
No podíamos hacer nada… Teníamos que eserar que llegara nuestro anfitrión. Cuando miré la hora, vi que casi eran las 12:20…

Shukashiyuri
En el reloj ya había pasado el mediodía, pero ni siquiera intentó levantarse de su asiento. Con las gafas puestas, había hecho una pila de libros con encuadernación elaborada, los cuales estaba leyendo inensamente. No podías decir que se estaba divirtiendo tanto que no podía parar. Más bien, Kinzo llenaba la habitación con una sensación de impaciencia, o quizás con un sentimiento de peligro inminente, como si cada segundo malgastado fuera una tragedia.
En esta habitación sellada, una densa capa de polvo danzaba por el aire, el cuál era denso por la peste de químicos que exudaban una mezcla de olores sospechosos. De alguna forma eran dulces… y densos. Si alguien con una nariz normal viniera aquí, lo primero que haría sería abrir una ventana para ventilar la habitación.
Los golpes en la puerta llevaban un rato sonando. Una voz llamando "Padre" ha veces se intecalaba con los golpes. Kinzo respiró hondo mientras cerraba el viejo libro en sus manos de golpe y golpeaba la mesa con él. Entonces le grió a Krauss, que aún estaba golpeando la puerta.

(Kinzo no parece la persona más agradable del mundo, no)
Padre… es el día de la conferencia familiar, que ocurre sólo una vez al año, ¿no? Todo el mundo se ha reunido abajo. Por favor, sal.
Krauss llamó a su padre a través de la puerta cerrada. Kinzo siempre se encerraba en el estudio, y odiaba cuando casi todo el mundo, hasta su familia, entraba en la habitación. Por esa razón, Krauss no tenía más elección que llamarle desde el pasillo…

(Ya empezamos…)
Al otro lado del a puerta, Krauss, Nanjo y Genji seguían esperando por el señor de la casa, quien tercamente se negaba a salir.
Mmm… Parece que me odia hasta el fondo. Mi voz ya no le alcanza.
Krauss se encogió de hombros como si dijera "no sirve de nada" y sonrió con amargura. No había esperado que su padre respondiera a sus llamadas desde el principio. Sin embargo, como era su deber como el hijo mayor, lo había intentado por protocolo.
Señor Kinzo, sus hijos y nietos han venido a verle, ¿verdad? ¿Podría dejar que le vieran la cara, aunque sólo fuera un rato…?
¡¡Cállate, silencio!! ¡¡¿Te atreves a reprenderme, Nanjo?!! ¡¡Nunca le dije a nadie que te trajeran, sino que trajeran a Genji!! ¡Llamadlo inmediatamente! ¡¡El tiempo se agota, y los apóstoles ya están preparando sus trompetas, así que ¿por qué no podéis vosotros, ovejas idiotas, entenderlo?!!
Kinzo golpeó un viejo libro contra la mesa una y otra vez. El alboroto expresaba claramente su disgusto. Se quitó las gafas y se levantó de la silla rápidamente. Extendió los brazos, como si fuera a cantar en una ópera llena de gente, como si intentara atraer a alguien, y gritó.
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué siempre hay alguien en mi camino!? ¡¡Lo tiraría todo, lo ofrecería todo; y sólo hay una única cosa que pediría a cambio!!


No tengo ni idea de lo que está hablando. Probablemente ya haya perdido la cabeza.
Señor Krauss, ¿no es un poco duro decir algo semejante de su propio padre?
Mi padre ya está muerto. No queda nada más que el fantasma de lo que padre fue una vez. En cualquier caso, mientras no tenga intención de salir, no hay nada que podamos hacer.
Señor Kinzo…
La tos se seguía oyendo salir del estudio…
Voy a bajar. Sería un desperdicio dejar que se enfríen más los frutos del preciado talento de Gohda con la cocina. Es una de las pocas cosas que nuestros familiares pueden esperar con ganas cuando vienen a esta casa. Buf.
Kraus se giró. Miró el reloj de mano, rezongando y actuando como si hubiera perdido el tiempo haciendo algo que sabía que sería en vano.
Genji… Padre te está llamando. Hazle compañía.
Por supuesto…
Doctor Nanjo, bajemos a comer… Si nos quedamos más tiempo aquí, esta peste dulzona arruinará nuestro sentido del gusto.
Sin esperar a Nanjo, Krauss bajó las escaleras.
Genji instó a Nanjo para que bajara y comiera. Nanjo miró de reojo la puerta del estudio y la espalda de Krauss mientras éste último desaparecía por las escaleras, y dejó salir un suspiro.
Lo siento, Genji, pero permíteme dejar esto en tus manos.
Sí… por favor, déjemelo a mi.
Haz lo que puedas para evitar darle alcohol. Es un hábito que es demasiado difícil de romper.
¡¡¡¿Genji aún no está aquí?!!! ¡¡¿Quién se atreve a impedir que Genji venga?!! Aah, ¡¡¡dónde está Genji, llamad a Genji!!!

(Genji tiene cara de querer huir lo más lejos y rápido posible)
Genji le observó marcharse y llamó a la puerta del estudio.
Señor… Es Genji.
¡¡¿Genji?!! ¡¡¿Por qué me has tenido esperando tanto tiempo?!! ¡Confío en que estés solo!
Correcto. Estoy solo.
Kinzo volvió a su asiento en el estudio y presionó un botón anticuado en la mesa. Tras esperar un poco, se pudo escuchar el pesado sonido de la puerta abriéndose.
Kinzo estaba convencido de que su familia quería desordenar su estudio. O quizás alguien había abierto la ventana alguna vez para que entrase algo de aire y terminó desperdigando las cosas que, para él, eran importantes materiales de investigación, dejándole en un estado de ánimo terrible.
Kinzo le había puesto a su habitación una cerradura formidable, impidiendo que nadie entrara sin su permiso, y sellándose de este modo en una jaula de su propia creación. Genji, aquel en quien más confiaba, era relativamente libre de entrar en la habitación, pero no siempre. Si Kinzo estaba de mal humor, ni siquiera Genji sería capaz de entrar.
Cualquier otro estaría limitado a mantener una conversación a través de la puerta, incapaz de ver la cara de Kinzo. Y la mayor parte del tiempo, lo que conseguía apenas podría llamarse conversación.



(Nadie diría que estaba chillando como un loco hace segundos con esa expresión)
Genji se dirigió a una esquina del estudio. Allí se encontraban expuestas botellas de aspecto sospechoso alardeando con colores venenosos. En realidad eran licor, pero considerando la atmósfera sombría de esta habitación, uno podría sospechar fácilmente que eran espantosos venenos.
(¿Entonces podemos descartar que Genji vaya a asesinar a Kinzo en cuestión de segundos?)

Pero si los llamaras "libros viejos" Kinzo se enfurecería y te diría…
¡Llámalos Grimorios!
También había numerosos objetos misteriosos que presuntamente contenían algún significado en relación a la magia negra, como velas sospechosamente fundidas y moldeadas en extrañas formas. Las constelaciones dibujadas en un globo celestial concreto contenían unas pocas formas que arrancarían miradas confusas a cualquiera familiar con la noche noctura de hoy.
Libros cosidos con descuido contenían numerosas ilustraciones, todas ellas de naturaleza religiosa o misteriosa… incluyendo algunas representaciones de sujetos demonicamente grotescos o estraños diagramas de varios círculos mágicos.
Y, por encima de todo, un olor dulce y venenoso llenaba la estancia, asaltando con fuerza los ojos y narices de quienes entraban por primera vez. Con el tiempo, seguramente haga que una persona se quede insensible y pierda en sentido de la realidad.
(No me estás describiendo un estado mental muy positivo para Kinzo)

Lo echó en el cristal. Entonces, puso un cubo de azúcar en una cuchara con forma extraña y añadió agua de un cántaro que había más arriba.

(Y Genji no ha tardado ni diez minutos en ignorar las ordenes del médico)
No había receta. Su éxito se medía únicamente por los cambios de humor de Kinzo cuando la bebía, y le había costado a Genji muchas décadas aprender cómo hacerlo correctamente.
Genji puso la copa en una bandeja y caminó hacia Kinzo. En ese momento, Kinzo estaba mirando a través de la ventana.

Mirando a este hombre por detrás mientras inclinaba su copa y miraba el paisaje por la ventana… proyectaba una sensación de dignidad e inteligencia.
Para permitir que Kinzo pudiera posar la copa en cualquier momento, Genji esperó sin moverse detrás de Kinzo, a su izquierda, como si fuera un aparador viviente. Entonces, si apartar la mirada de la ventana, Kinzo le tendió la bebida.
Sólo quedaba un trago. No era un gesto que pretendiera dejar la copa en la bandeja, sino un movimiento para entregarle la copa a Genji.
Bebe… amigo mío.
Sus palabras son demasiado amables para mi…
Las ceremonias no son necesarias entre nosotros. Bebe, amigo mío.
Gracias…
Genji recibió la copa respetuosamente y la inclinó un poquito para probar su contenido. Tras eso, dio un trago.
He intentado imitar tu brebaje, pero no importa cuántas veces lo intente, no puedo reproducir el sabor. La manera en que tú lo haces es puro deleite.

Hemos envejecido juntos… Hace tiempo que dejé de contar los años.
Es completamente gracias a usted, señor, que he sido capaz de vivir así hasta hoy.
Kinzo sonrió levemente, como si estuviera diciendo que no necesitaba halagos.
Hasta ahora, me has servido extremadamente bien. Mis hijos me llaman excéntrico. Los sirvientes, que una vez los hubiera en multitud, han renunciado todos por miedo a mi. Ahora sólo me sirves tú…
(Y a Kumasawa, Gohda, Kanon y Shannon que les peten, supongo)
Sus palabras son más de lo que me merezco.
Mi vida no durará mucho más… Mis hijos son buitres, esperando perezosamente que mi herencia les caiga en sus manos.
…


¡¿¡¿Por qué la sangre Ushiromiya es tan incompetente?!?! ¡¿No hay nadie merecedor de heredar la gloria que he construido?! Ah, por supuesto, esto es parte de la maldición de Beatrice, ¡¡lo sé!! Ah, Bruja Dorada, ¿estás intentando vengarte de mi de esta forma?

(Se le ha ido mucho)
Tras aullar, Kinzo volvió a atragantarse de nuevo. Genji dejó la bandeja y frotó la espalda de su señor. La expresión facial de Genji no cambió.
La situación siempre era así…
*cof* Nnggg… Gracias, amigo mío.
…
Cuando su cólera trastornada pareció sosegarse, Kinzo recuperó su compostura de nuevo. Era como ver dos personas diferentes, un Kinzo salvaje y un Kinzo sereno, viviendo dentro del mismo cuerpo.
Así que… he decidido… que no puedo soportar pasar los sombríos años que me queden perdiendo el tiempo de esta manera. Si tengo una última moneda que apostar, entonces elijo abandonarla a los caprichos de la Ruleta de los Demonios. El poder de la magia siempre está determinado por el riesgo de la apuesta. Como visitar un templo en la Hora del Buey en la antigua brujería japonesa, como clavar una muñeca maldita a un árbol. El poder mágico se produce específicamente por el riesgo de que será visto en los siguientes siete días que conlleva la maldición. Cuanto mayor sea el riesgo, mayor será el poder mágico.

Sin embargo, ¡¡la gente que de verdad posee poder mágico pueden agarrar ese milagro y hacer que el enigma nazca!! ¡Y si ese poder existe en mi…! ¡Conseguiré ese milagro! ¡¡Tendré una oportunidad en hacer que el deseo al que dediqué mi vida se haga realidad!!

¡¡¡Si tan sólo…!!! ¡¡Si tan sólo fuera capaz de atrapar ese milagro!! Oooh… Beatrice… Beatrice… Muéstrame tu encantadora sonrisa una vez más… No importa cuánto tiempo pase, tu cara no se desvanece… Sólo quiero ver tu cara de nuevo, ¡eso es todo…! ¡Te devolveré todo cuanto me has entregado! ¡Te devolveré toda la gloria que he ganado desde ese día! ¡¡No necesito fortuna, prestigio u oro!! ¡¡Te devolveré todo lo que me has dado!! ¡¡Sólo quiero ver tu sonrisa!! ¡¡Te lo suplico, Beatrice!! ¡¡OOOoooooOooh… oOoOOoh… oooh…!!
Sus chillidos sin sentido se convirtieron en un grito… y luego en sollozos.

(Pobre Genji, lo que tiene que aguantar)

(Es verdad, en otro sitio había gente muriéndose de hambre)

Doctor Nanjo, ¿de verdad es la condición de padre tan mala? ¿No podría al menos haberse dejado ver?
¡Es más un problema de su estado de ánimo que de su condición física...! Y no hay medicina que pueda recetarle para ello.
Oye, ¿estámos hablando de su "estado de ánimo" otra vez? Tienes que estar bromeando. Hemos tenido que sacar tiempo de nuestras agendas durante esta apretada estación de otoño sólo para venir y descubrir cómo se encuentra. Y ahora él…
Ja… Entonces deberías estar contento, Rudolf. Ya sabes cómo se encuentra… ¿O qué? ¿Prefieres tomar mi lugar e intentar persuadir nuestro malhumorado padre para que se una a nosotros?
¿Estás bromeando…?
Rudolf se encogió de hombros. Por lo visto, aunque estaba dispuesto a indignarse con lo egoísta que era su padre, no se encontraba particularmente decepcionado por librarse de un encuentro cara a cara.
Krauss, ¿es posible que su estado de ánimo mejore antes de la cena?
No tengo ni idea. Si quieres saberlo, deberías preguntarle directamente… Aunque creo que mejorará más rápido si no le molestamos.
Genji es el único que puede sacar al abuelo de un bajón. Es bastante patético, sin embargo, hacer que los sirvientes tengan que aguantar el mal humor de tus propios padres.
Jessica, no digas lo que no debes.

Si está tan cascarrabias como dicen, no puede estar tan enfermo, ¿verdad? Quiero decir, están diciendo que está de mal humor, no que no tenga energía, lo que al menos demuestra que aún conserva el juicio.
(Lo dudo mucho, Battler)
Es porque el abuelo tiene una fuerza de disciplina especialmente fuerte. Sin embargo, eso nos significa que su cuerpo será capaz de aguantar. Llevan diciendo que le quedan tres meses de vida desde el año pasado. Si el diagnóstico inicial era correcto, el abuelo ha estado prolongando su vida sólo con su fuerza de voluntad. Es adecuado que nos preocupemos por él…
La comida comenzó con el asiento del cabeza de familia aún vacío. El hombre que debería haber estado sentado allí ya había envejecido y la gloria brillante que había reconstruido la familia Ushiromiya en el lapso de una única vida se estaba olvidando.
Aunque estaban comenzando la comida con ese asiento vacío, ya no me parecía extraño a nadie…

Perfiles de personaje:


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