La luz del círculo te envuelve y, antes de desaparecer, puedes ver cómo Wall-E y EVA te dedican unos gestos de despedida. Mo sigue a lo suyo...
Apareces en el Corazón de Todos, donde ves que, además de Koda, se encuentra una chica de coletas con un austero vestido azul. Ésta está acariciando la cabeza del osezno, que canturrea complacido. Cuando te ve llegar, se pone de pie y adopta una postura formal.
-S-soy Valefor -dice, intentando sonar segura-. Sara me ha traído hasta aquí, pero puedes usar parte de mi fuerza.
Tu pulsera de invocación comienza a vibrar, y en ella aparece una pequeña esfera brillante que se parece mucho a la de Koda, pero esta es de color beige.
Has obtenido Brillo de Cielo
¡Has aprendido a invocar a Valefor, el Eón Celestial!
-Tienes que prometerme una cosa -dice, con mirada penetrante-. Que no hagan daño a más corazones de Pura Luz.
Da la impresión de que se había estado guardando ese comentario durante mucho tiempo, buscando la fuerza necesaria para expresarlo en alto. Fuese como fuese, la presa que ejercen sus manos sobre las tuyas se hace cada vez más fuerte, y las yemas de tus dedos se están poniendo blancas.
-¡Claro que nos vamos! ¡Haremos una pedazo fiesta que ni te imaginas! -exclama Tidus, pletórico y mirando hacia Sara con brillo en sus ojos.
-¡Ni que fueseis heroínas o algo, eh! -secunda Wakka, cogiendo a Edurna por el cuello de forma amistosa, pero soltándola al momento.
Los dos comienzan a caminar hacia las balsas, pero Tidus se da la vuelta.
-Sara, yo... quería decirte que...
Pero al mirar atrás ya no se encontraría a sus amigas en la playa. Ellas estaban ya muy lejos, en el Corazón de Todos, y nunca oirían lo que Tidus quería decirle a Sara.
-¿Sabías que al principio de todo, todos los mundos eran uno solo? Parece increíble, ¿verdad? Pero era así.
Oyes una voz aguda segundos después de la ceguera producida por el Círculo de Luz. No estás en el Corazón de Todos, pero quien te habla no parece ser un enemigo. A medida que tu vista se va despejando, puedes entrever a alguien bajito entre la luz, de pie sobre una cristalera a la que le faltan trozos. Está de espaldas a ti, pero eso no te impide fijarte en sus grandes orejas redondas, sobre su cabeza. Cuando se da la vuelta puedes apreciar un hocico ligeramente prominente y una fina cola. El ser viste con ropa roja y azul, llena de bolsillos y cremalleras, y lleva unos enormes zapatos amarillos.
-Mi nombre es Mickey, por cierto, ¡ja, ja! -dice, dedicándote una amplia sonrisa-. Pero cada cosa a su tiempo: los mundos. Digamos que el concepto de "mundo" no existía al principio de los tiempos como lo conocemos ahora. Todos los pueblos, razas y criaturas de todo tipo vivían en paz y rodeados de luz... una luz que pronto quisieron apresar. Capturarla y apoderarse de ella. Una guerra que acabó con la rotura y dispersión de los mundos como los ves ahora.
>Este estado primigenio del mundo, con su radiante luz, proporcionaba una estabilidad a todos los seres que, tras su separación en muchos pequeños, acabó deteriorándose. No es que de un momento a otro vayamos a deshacernos ni nada así, ¡ja, ja! Pero nuestros corazones son mucho más frágiles ahora de lo que eran en aquellos tiempos. Este corazón fragmentado... si viviésemos en aquel mundo no llegaría a este estado.
Mickey suspira y se lleva una mano al pecho. Parece alicaído hasta cierto punto, pero cambia rápidamente su expresión a una absoluta sonrisa y te mira con alegría.
-¡Pero qué tanto hablo, ja, ja! ¡Seguro que tendrás muchas preguntas! Pero... bueno, creo que sólo voy a poder responderte una, estando como estoy.
Un brillo tenue envuelve el Corazón de Todos y, tras otro resplandor de luz, Sara aparece sola de la nada. Valefor se da cuenta entonces de lo fuerte que está agarrando las manos de Boku y la suelta, avergonzada y un poco colorada.
-¡Hola, Sara! -saluda Koda, para llenar el silencio.
-¡Bah, son tontos te digo! ¡Tontos, kupó! -insiste Monty-. ¡Son solo casas, no me vengas a mí con pamplinas, kupó!
El moguri suspira. Quizás se ha dado cuenta de que Felanan tiene algo de razón, al fin y al cabo.
-¡Y Loki está abajo, obviamente, kupó! -exclamó, como respuesta a la pregunta del hombre-. ¡Con lo ruidosos que son me extraña que no los hayas llegado oír, kupó!
Monty da media vuelta y se dirige a una de las máquinas de la orfebrería, ocupándose con ella aparentemente. Su humor no ha mejorado en absoluto.
Loki y Zodiark comienzan a subir las escaleras para llegar a la Orfebrería, pero Ashe explota al oír las risitas de éstos. Felanan puede oírlo desde arriba.
-¡¡¿Os dais cuenta de lo que está pasando?!! -grita Ashe, con una expresión de furia poco típica de ella- ¡¡¿No os habéis parado a pensar en por qué estoy llorando?!! ¡¡Os quedáis cuchicheando entre vosotros y riendo por lo bajo mientras todo ocurre a vuestro alrededor!!
La chica se suelta del abrazo de Cid, que la observa conmocionado mientras se dirige hacia Loki y le pega una fuerte bofetada en la cara. Luego comienza a golpearle con los puños en el pecho como quien aporrea una puerta, aunque cada vez con menos fuerza medida que vuelve a romper a llorar.
-¡¡¡RASLER ESTÁ MUERTO!!! -exclama.
El clon de agua hace un gesto militar con la mano tras recibir tu orden y placa al Acorazado Elemental plateado con fuerza. Parece que, al ser Danza un ataque mágico, el sincorazón se ve afectado por él aunque no sea de un elemento contrario, aunque no parece hacerle daño. Sin embargo, sale volando contra el rosa... ¡y los dos desaparecen en el acto!
-¡¡¡EQUIPO GALIMATÍAS CLASIFICADO!!! -oyes por el megáfono.
¿Cómo? ¿Clasificado? ¡Si todavía os quedaba uno! Entonces ves llegar a Zap.
-Me tropecé con uno negro y se murió -dice, simplemente.
Unos guardas aparecen entre la multitud y os sacan del bullicio de forma un tanto forzada, arrastrándoos hasta una entrada lateral que parecía dar a unos vestuarios. Debían ser mixtos, porque en ellos se encontraban tanto hombres como mujeres. Al entrar, te sientes observado y vuelves a ver a la chica de cabellos azules que te había estado mirando antes de comenzar el torneo. Está sentada sola, delante de una taquilla.
En contraposición con la mirada de aquella chica, que te sigue a todas partes, notas un extraño movimiento en un rincón del vestuario. Un chico que se encuentra de espaldas a ti, reunido con otros cuatro de tamaños y complexiones dispares, parece estar rehuyendo tu mirada y la de Zap. Lleva un turbante sobre la cabeza, y un manto le cubre la mitad superior del cuerpo.
