Nori asiente y rápidamente sigue al resto del grupo, dejándote a ti solo con Strabimon. Éste coge en brazos a Yuramon y se lo pone en la cabeza mientras continúa haciendo cosas que no comprendes con las pantallas holográficas y el resto de la maquinaria.
-Estará tan seguro como cualquiera de nosotros, lo cual no es mucho teniendo en cuenta lo que acaba de pasar -suspira-. Espero que no sea ninguna trampa de Persiamon. Bueno, corre, muchacho. De lo contrario te perderás lo que sea que esté ocurriendo. -Entonces parece recordar algo-. ¡Espera! Dile a tu amigo que si nos otorga la Memoria que él posee... también es posible restaurar los datos de los Digimon que murieron allí. Puede que eso le convenza.
@Asch (200%) @Luke (100%) Alan (100%) Tris (-25%)
Dianamon salta a la cubierta del barco para encararos. Parece severa, pero tras escuchar lo que habéis dicho, no necesariamente enfadada. Sospechosa, tal vez.
-¿Más Niños Elegidos? -Dianamon se lleva la mano al mentón-. Curioso. Demasiada casualidad. ¿Una trampa? No, no noto ninguna presencia peligrosa en este barco. La hubo, pero debéis haberos encargado de ello. ¿Un golpe de suerte? Supongo que es mejor ver el vaso medio lleno... -Se acerca a vosotros y os empuja ligeramente hacia la barandilla-. Aquí ya hay dos como vosotros. Humanos, quiero decir. Creo que ahí abajo hay uno. El otro parece haberse quedado atrás.
Tris, reconoces al instante a Asch junto a un digimon de aspecto draconiano. Ha sido tu compañero de clase durante bastantes años, aunque nunca habéis hablado demasiado el uno con el otro.
-Venid conmigo. Creo que os interesa lo que puedo contaros. Y de paso, os podéis reunir con el resto -os invita mientras vuelve a bajar del barco de un salto-. Ah, qué pesadez... Supongo que mandaré a alguien a que vigile el navío. ¡Gente, gente! ¡Vamos, circulen! ¡No hay nada que ver aquí!
Poco a poco la multitud se va dispersando.
-Puez... Zupongo que puedo ir con vozotroz... Al menoz, de momento -Dodomon evita el contacto visual contigo, Luke-. No parecez... Mala gente... Dezde luego, eres máz zimpático que Perziamon y los zuyos... Aunque erez un poco tonto. Puede que me quede en Internalia si a la larga vozotroz oz vaiz, pero hazta entoncez, voy a tener que hacerte aprender un par de cozas.
Dodomon se separa unos minutos del grupo y se las arregla para bajar una pasarela por la que podáis pasar todos. Entonces vuelve con Luke.
-No te preocupes, Tris -te sonríe Cara-. Ambas hicimos lo que nos pareció correcto en aquel momento. Las cosas no han salido como esperábamos... pero podrían haber pasado cosas mucho peores. Así que no me quejo. -Mueve la colita-. Además, ¿no soy adorable ahora? Aunque un poco redonda... ¿Habré cogido peso?
-Yo estoy perfectamente, Alan -contesta Sunflowmon-. Espero que tú tambien. He... intentado protegerte todo lo que he podido. Siento que no haya sido lo suficiente. -La digimon baja la cabeza, ligeramente avergonzada-. En todo caso... ¿Vamos a ir con esa tal Dianamon?
-¡Oh, ese es Kudamon! -exclama entonces Flynn-. No sé quién es el Ginryumon, pero podría ser otro de nuestros amigos evolucionado. ¡Yo digo que al menos bajemos! Una vez fuera del barco ya nos podremos preguntar cuál es el curso de acción más prudente.
@Matías (125%) @Adair (100%)
Quetzalmon escucha atentamente vuestras palabras. DemiDevimon intenta interceder varias veces, pero el digimon Campeón no se lo permite. Cuando termináis de explicar vuestra situación, Quetzalmon suspira.
-Desde luego se nota que no sois más que niños. Cometer una imprudencia así, contar tantas mentiras sin saber siquiera qué clase de recompensa os espera al final de tanto paripé... Toda una niñatada, de eso no hay duda. -Os mira fijamente-. Pero no os sintáis mal. Sois niños humanos. No se puede esperar más.
Tentomon parece furioso. No hace más que lanzarte miraditas, Matías, a ti y al dispositivo digital.
-¡Si sólo queríais iros de aquí, haberlo dicho en la propia entrada, cabezas de chorlito! -os grita DemiDevimon, obviamente ofendido.
-¡Calma! Esta es una verdadera afrenta, y no saldrías ilesos de esta si el Maestro estuviera aquí -dice sin dejar de miraros, analizaros, ni un momento-. Pero él no está aquí. Estoy yo. Así que... ¿qué os parecería hacer un trato conmigo? No puedo simplemente dejaros ir después de atentar contra mis centinelas de esta manera. Confío en que lo comprendáis.
Quetzalmon no deja de acercarse más y más a vuestras caras. Es entonces que Seraphiel coloca su escoba entre vosotros y Quetzalmon.
-Suficiente -musita con un tono de voz que da hasta miedo-. No te muevas más. Sólo di qué quieres.
-¿Oh? ¿Amenazas? Eso no mejora la situación de tus humanos, joven Witchmon. -A pesar de sus palabras, Quetzalmon retrocede un poco-. Quiero que traigáis aquí al resto de los Niños Elegidos. Al resto de los humanos -se corrige a si mismo-. No os permito preguntar para qué. No os permito cuestionarlo. Sólo contestad: sí o no. Eso sellará vuestros destinos.
@Alice (???%)
Detienes el golpe de D'Arcmon con tu machete. En cualquier otra situación, un digimon de nivel Campeón sería mucho más fuerte que tú, pero la pérdida de una extremidad y subsecuente sangre parece haber debilitado a tu oponente hasta el punto en que, utilizando tus dos manos, estáis más o menos al mismo nivel.
La patada en el estómago le hace perder la respiración y soltar su única espada. Se lleva la mano libre a la zona herida mientras retrocede a tropezones.
-Cree... lo que quieras... Pronto... lo verás... con tus propios ojos... -masculla, acercándose a la ventana-. ¡Larga vida a la Reina y a Persiamon!
Y con ese grito, se lanza de cuerpo entero contra la ventana. El cristal se esparce por toda la habitación, pero ninguno llega hasta ti. Has conseguido librarte de D'Arcmon. Ahora sólo queda liberarte de tus ataduras.
- Spoiler: Mostrar