Parecía que los guardas se habían tragado lo que Matías les había dicho.
El castillo era enorme y había puertas por todas partes. Parecía demasiado fácil quedarse atrapado en alguna habitación en caso de que tuviéramos que huir. Entonces el Demidevimon nos asaltó con una pregunta. Seraphiel le respondió en seguida, pero sólo para decir que nosotros hablaríamos. Me quedé en blanco un segundo.
-El Maestro es consciente de que vuestras tareas como vigilantes y defensores del castillo son demasiado importantes como para molestaros por este problema-respondí, cuando quedó claro que mi compañero no iba a hablar por nosotros-, de manera que buscó a alguien que pudiera ayudar fuera del castillo. Fue así cómo nos enteramos de que estabais buscando nuevos reclutas; y decidimos que merecía la pena trabajar para vosotros.
Cuando Matías terminó de echarle la bronca a su digimon, descubrí para mi horror, que pensaba sacarlo de la bola de hojas en la que estaba encerrado. ¿Qué te da todo igual? ¡Pues no me metas a mi en el saco, que no tengo ganas de morir todavía! ¡Por eso no puedes confiar en la gente! Maldito idiota.
-¿Podrías evolucionar a algo con alas para sacarnos de aquí si las cosas se ponen feas?-le susurré a Seraphiel para que los otros dos digimon no se enteraran.
Digimon: Data Disruption [Rol]
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Se ha rendido rapido, pero se vuelve a repetir lo mismo, esta vez si que no.
- Esta es la segunda vez que le perdonais y le dais otra oportunidad, ya ha demostrado en la anterior que en cuanto se sienta mas seguro nos la va a volver a colar, solo se interesa el mismo, un egoista pirata como cualquier otro, en cuanto aparezca alguien mas poderoso que nosotros se pondra de su parte, nunca sera tu amigo.
Se supone que el barco solo lo podian tripular unos digimon especificos, pero ahora esta en otra forma y lo esta tripulando de todas maneras.
- Tambien nos has mentido en lo de que solo vosotros podeis tripular el barco, voy a ser muy claro, para proteger a la gente que me importa hare lo que sea necesario, y eso, querido amigo, te incluye a ti en el mal sentido, tienes una unica oportunidad para convencerme de por que no debo convertirte en algo mucho menor que un Demiveemon, y por supuesto nos vas a llevar de vuelta.
El que si me interesa es el otro, no se como sera frogmon, pero con suerte la traicion le habra colocado de nuestro bando.
- Esta es la segunda vez que le perdonais y le dais otra oportunidad, ya ha demostrado en la anterior que en cuanto se sienta mas seguro nos la va a volver a colar, solo se interesa el mismo, un egoista pirata como cualquier otro, en cuanto aparezca alguien mas poderoso que nosotros se pondra de su parte, nunca sera tu amigo.
Se supone que el barco solo lo podian tripular unos digimon especificos, pero ahora esta en otra forma y lo esta tripulando de todas maneras.
- Tambien nos has mentido en lo de que solo vosotros podeis tripular el barco, voy a ser muy claro, para proteger a la gente que me importa hare lo que sea necesario, y eso, querido amigo, te incluye a ti en el mal sentido, tienes una unica oportunidad para convencerme de por que no debo convertirte en algo mucho menor que un Demiveemon, y por supuesto nos vas a llevar de vuelta.
El que si me interesa es el otro, no se como sera frogmon, pero con suerte la traicion le habra colocado de nuestro bando.
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
@Jeremy (50%) @Asch (200%)
Kudamon sale de su bala nada más escucharte hablar y se aleja de ti volando como si te acabaras de convertir en un monstruo, colocándose tras Asch.
-¡¿C-cómo puedes decir eso, Remy?! ¿Lo que ocurra con Persiamon te trae… sin cuidado? ¡Pensaba que te importábamos! –Norizuna parece totalmente contrariado-. ¡Todos queremos librarnos de Persiamon, pero tienes que tener en cuenta que los que trabajan para ella siguen siendo digimon con sueños y sentimientos! ¡Puede que incluso familia! ¡¿Y si les han lavado el cerebro, como con los Tanemon?! Jeremy… No puedo creer que realmente pienses lo que estás diciendo. No me lo esperaba para nada…
El Kudamon recoge los bits que ha dejado Lunamon y se los guarda.
-Así que sólo quieres volver a casa, ¿eh? Que nos las arreglemos aquí como queramos… Supongo que Lunamon tenía razón. No eres tan diferente de Persiamon, si piensas de una manera tan egoísta… Puede que no vayas a convertirte en un dictador, pero eres peor. ¡Eres de los que miran a los demás sufrir y no hacen nada, igual que MetalMamemon en “Disputas de Fronteras”! Los digimon también somos personas. Dejad ya de asumir que todos queremos veros muertos, que todos somos traidores. Persiamon no somos todos. –Nori mira a Asch-. ¿Me dejas quedarte contigo un ratito, por favor?
Y entonces vuelve a meterse en su artefacto sagrado, que cae en un bolsillo de Asch. Yuri se ha quedado boquiabierto ante esa escena sacada de un drama, y Piddomon suspira desde detrás de la barra mientras empieza a caminar en vuestra dirección.
-N-Nori puede ser un poco d-dramático e idealista a veces. Es por leer m-muchos libros –se disculpa-. I-intentaré tranquilizarle, no te p-preocupes, Jeremy… Aunque en parte estoy de acuerdo con A-Asch y con él… Lunamon no parecía tener n-ninguna mala intención, sólo estaba preocupada por su f-familia…
Piddomon se sienta junto a vosotros, dejando su bastón a un lado y trayendo una jarra de alguna clase de líquido dorado. Por su parte, parece que Yuramon ya ha salido del bar por su cuenta.
-Nadie está muy seguro de qué pasó exactamente con Persiamon –empieza el digimon ángel, pegando un sorbo a su bebida-. Nuestro anterior gobernante era un digimon de nivel Supremon llamado Dominimon. Él manejaba el reino desde el palacio que se encuentra al este de aquí. Nosotros, los digimon, aceptábamos sus leyes y políticas de trabajo debido a que no conocíamos nada mejor. Nos explotaba, e incluso cuando estábamos tan cansados que regresábamos a nuestra forma bebé, seguía obligándonos a trabajar… Había quejas y manifestaciones, claro, pero eran muy escasas y apenas tenían efecto. Teníamos demasiado miedo. Y con razón, porque cada vez que algún “rebelde” empezaba a ganar fama, Dominimon le hacía desaparecer.
Piddomon suspira y se toma una pausa en que se bebe más de la mitad de la jarra.
-Fue entonces cuando llegó ella. Persiamon. –Piddomon baja la mirada-. Sus discursos eran apasionados, llenos de idealismo y deseo de justicia. Decía que el Mundo Digital era para que todos los digimon lo disfrutemos por igual, no para que haya una persona por encima de nosotros que nos gobierne. “¡Nosotros somos más!”, solía decir. “¡Nuestra voluntad es mucho más poderosa que la de una sola persona! ¡Podemos crear un futuro para nosotros! ¡Un mundo de armonía y cooperación, donde podamos actuar según el bien común, y no tal y como le plazca a alguien que se cree poderoso!”. Empezó hablando en locales y bares apartados, no sabemos exactamente cuándo o dónde. La gente empezó a susurrar su nombre, a repetir sus frases durante las comidas familiares. Consiguió dar alguna que otra conferencia pública antes de que Dominimon se diera cuenta de su existencia. Era buena a la hora de escabullirse, esta gatita. –Piddomon bufa-. Para cuando Dominimon se dio cuenta de la verdadera amenaza que era Persiamon, era tarde. Ella era ahora la que tenía ventaja. Se había ganado miles de seguidores gracias a sus palabras, y otros miles debido a lo rápido que se extendía aquel secreto a voces. Dominimon no tuvo ninguna oportunidad cuando invadieron su palacio.
El ángel le pega un último trago a su bebida y se levanta.
-Nadie sabe qué pasó con Dominimon después de eso. ¿Está muerto? ¿Encerrado? Sólo Persiamon lo sabe. Pasaron un par de días en que no sabíamos exactamente qué iba a pasar con nosotros, ahora que éramos libres… -Piddomon deja el recipiente de cristal sobre la barra y mira hacia el techo-. Pero entonces ella salió del palacio. Y se nombró nueva gobernante de esta región del Mundo Digital, ahora que Dominimon estaba indispuesto. Las reacciones fueron mixtas. Había quien estaba de acuerdo con que la persona que les había liberado fuera su nueva guía, otros trataron de volver a rebelarse y la llamaban mentirosa y manipuladora. Éstos últimos fueron desapareciendo rápidamente. Renamon… -Piddomon parece perderse en sus recuerdos durante unos segundos-. Nadie sabe qué hizo que Persiamon cambiara tanto. ¿Era así desde el principio? ¿Le dijo algo Dominimon? Sea como sea… Es imperdonable. Ella nos explota igual, tal vez más, que nuestro anterior dictador. Nos obliga a alistarnos en su ejército, a trabajar en el campo y a minar… Y se hizo con el control de la Ciudad de los Tanemon, nuestra capital, que antes era un lugar bello y lleno de cultura. Ahora es poco más que una fortaleza. En poco más de tres meses se ha convertido en alguien incluso más tóxico que Dominimon. –Para terminar, Piddomon os mira a ambos-. Ahora se le ha metido en la cabeza que os quiere muertos. ¿Por qué? No lo sé. Pero lo que Persiamon no quiere -Piddomon sonríe- Internalia lo recibe con los brazos abiertos. Pensaba que no lo dirías nunca, chico.
Tras esas últimas palabras dirigidas a Jeremy, Piddomon camina hasta las puertas del restaurante, las abre de par en par y grita:
-¡¡¡Y QUE SU LUZ PURGUE LA OSCURIDAD DE SU MANDATO!!!
Al principio os parece que escucháis el eco del tabernero cuando la frase se repite una segunda vez. Y una tercera. Pero entonces empezáis a escuchar gritos y gritos que se atropellan los unos a los otros proviniendo del exterior. Os levantáis para echar un vistazo… y lo que veis os asombra. Lo que antes había sido un mercado bullicioso y desordenado ahora era un camino perfecto hecho de personas alineadas que exclamaban la segunda parte del santo y seña.
-Y no te preocupes por Lunamon –sonríe Piddomon, orgulloso-. Aquí no hay ningún subordinado de Persiamon. No se atreve a mandar a nadie. No a Internalia. Ningún ejército podría enfrentarse a nuestra ciudad y salir bien parado.
Es entonces que veis a Strabimon aproximándose utilizando el camino que todos los ciudadanos han formado. Todos le vitorean, y el digimon sonríe y asiente, dándole la mano a algún que otro digimon. Al final, llega frente a vosotros. Piddomon también le tiende la mano, y Strabimon la estrecha con una media sonrisa.
-Qué pronto habéis terminado vuestra visita, apenas me ha dado tiempo de avisar a mis compañeros de vuestra llegada –admite-. Y ahora, ¿me acompañáis hasta la base de operaciones? Toda esta gente quiere veros desfilar como los héroes que sois. Y no vale utilizar la excusa de que todavía no habéis hecho nada. Yo tampoco he hecho mucho, y me toca aceptarlo. La gente de a pie sólo necesita una esperanza a la que agarrarse, y esa esperanza somos nosotros. Es lo que hay.
@Matías (100%) @Adair (100%)
DemiDevimon parece quedarse pensativo cuando le respondes, Adair.
-Pero si el Maestro hubiera salido del castillo, nos hubiera avisado para prestáramos especial atención… -masculla-. ¡Y no lo ha hecho! ¡¿Cómo explicáis eso?!
-Porque nosotros dos hemos hecho de mensajeros entre el Maestro y estos humanos.
Tras liberar a Tentomon, Matías, éste echa a volar en dirección a Seraphiel y le señala a él y a sí mismo mientras miente a DemiDevimon y Kokuwamon.
-¡¿De dónde has…?!
-He estado aquí todo el rato. Vosotros os pasáis el día en vuestras torres de vigilancia, así que es probable que no os dierais cuenta de cuando íbamos y veníamos. Igual que no te has dado cuenta de que he estado aquí todo este tiempo. No sois muy buenos vigías. ¿Verdad, Seraphiel?
-Sí, eso mismo –asiente con una sonrisa.
-Koku, koku.
-¿Y vosotros sois para el Maestro…? -traduce DemiDevimon.
-Viejos conocidos –responde enseguida Tentomon-. ¡Cuánta desconfianza! No sé si al Maestro le gustaría escuchar que nos habéis hecho tantas preguntas a sus aliados de confianza y nuevos reclutas.
-Entre eso y que os habéis quedado dormidos en el trabajo… -murmura disimuladamente Lucemon, apartando la mirada.
-¡P-prometistéis no contar nada de eso…! –DemiDevimon se echa para atrás, vencido-. O-os pido disculpas por mi desconfianza… ¡Pero seguimos siendo veteranos, así que nada de tratarnos como inferiores! Venga, continuemos con la visita…-El digimon empieza a gruñir por la bajo-. ¿Qué clase de problemas requerirá de humanos? Ugh, Maestro, ¿por qué no confiáis en mí pero sí en esta gente que no he visto en mi vida…?
Seraphiel suspira aliviado y deshace el ataque que estaba formado a su espalda. Cuando te acercas a él y le susurras, Adair, muestra una expresión de disculpa.
-No estoy muy seguro de si podré controlar a qué evoluciono… Pero si me concentro mucho en que sea algo que pueda volar, espero que funcione –responde inseguro-. Y por cierto… Lo siento mucho por haberte obligado a contestar a ti solo. Esperaba que Matías te ayudara… Me he quedado bloqueado hasta que Tentomon me ha ayudado. No volverá a pasar.
Por su parte, Tentomon se pone a volar a tu lado, Matías.
-Vale, me he estado portando como un inconsciente. Supongo que esa es la razón por la que no me tomáis en serio –gruñe Tentomon-. Pero es que, ¿qué gracia le veis a la vida si no podéis divertiros? ¿Si no podéis luchar y acabar con vuestros enemigos? Os seguiré el rollo porque no quiero que os pase nada… Pero espero que me busques algo que destrozar cuando hayamos salido de aquí, o algo –Tentomon te coloca una pata en el hombro-. Lo siento, ¿vale, Matías? N-no digas que te doy igual, anda… Quiero ser fuerte para poder acabar con todo el que intente haceros daño. Pero seré más obediente, siempre que no me digas algo estúpido como “vete y no vuelvas a hablarme” –bromea-. Espero que podamos llevarnos bien a partir de ahora.
Matías, tu dispositivo digital deja de vibrar poco a poco hasta que se calma por completo.
DemiDevimon y Kokuwamon empiezan a guiaros de nuevo a través del castillo. Parecen ignorar todas las salas situadas en aquel vestíbulo y pasan directamente a la puerta a la que conduce la alfombra. Atravesáis la misma, y os encontráis con un largo pasillo, también flanqueado por series de portones de madera vieja. Esta vez si que entráis en unas cuantas. Os enseñan el comedor de los soldados, la sala de recreo, el cuarto de baño… Básicamente todos los lugares a los que los soldados tienen acceso. No os encontráis con ningún otro digimon en esas habitaciones, sin embargo. Entonces llegáis al final del pasillo.
-Koku kokuwa ku.
-Tras esta puerta está la sala del trono –DemiDevimon vuela alrededor del enorme portal-. Seguramente su consejero esté con él. ¿Estáis preparados para ver al Maestro?
@Luke (100%) @Alan (100%) @Tris (210%)
Flynn corresponde a tu abrazo con una sonrisa.
-Era una broma –se ríe-. Sí que es verdad que no hemos hecho casi nada, pero para eso están los amigos, ¿no? –Entonces se gira en dirección a Tris y Khumbiramon y Alan y Sunflowmon-. ¡Muchas gracias, chicos! No habríamos salido de esta sin vosotros.
Tris, Kumbhiramon te sonríe cuando elogias su capacidad de desdoblarse.
-Es útil, ¿eh? No estaba muy segura respecto a esta nueva forma, pero tampoco está tan mal –se ríe mientras guarda sus patas y se pone a rodar por el suelo como una pelota. Después de jugar un rato, se pone seria al escucharte-. Pues no estoy muy segura… Si fuera por mí, le mandaba directo al DigiNido, después de lo que ha estado a punto de hacerte. Pero es verdad que viajaríamos más rápido en barco… Supongo que lo que sí que puedo hacer es… -Kumbhiramon esboza una sonrisa traviesa y se coloca detrás de Armormon-. Pilón Tesoro.
Tu compañera le pega una colleja a Armormon con su arma que hace que vuelva a convertirse en Hookmon con un “POOF!”.El capitán continua en el suelo, berreando incluso con más fuerza. Kumbhiramon vuelve a tu lado.
-Así es menos peligroso y puede seguir pilotando –sonríe-. Démosle una oportunidad, y si vuelve a intentar ponernos el garfio encima, nos deshacemos de él definitivamente. Es un poco pusilánime, así que dudo que intente algo ahora que según Dodomon se ha quedado sin “suero”.
Cuando le propones un nombre, Tris, Kumbhiramon parece sorprendida. Entonces se lanza encima de ti y te da algo parecido a un abrazo. Parece muy contenta.
-¡Pensaba que nunca me pondrías un nombre! –exclama, llena de alegría-. ¡Cara es precioso, me encanta! ¡Tú también eres mi amiga! ¡Mi mejor amiga! –Cuando se calma un poco, te mira con suspicacia-. Creo que si no lo hubieras decidido por tu cuenta, te hubiera pedido yo que lo hicieras… A no ser que te diera demasiada pereza, claro. –Cara empieza a reírse de nuevo, aparentemente encantada con su propia broma.
Alan, Sunflowmon se acerca a Hookmon y le coge del cuello mientras hablas.
-Ya le has oído, "capitán" –musita tu compañera-. Danos una buena razón para no convertirte en un huevo y lanzarte al mar a que te coman los Tylomon. –Sunflowmon te acerca a Hookmon y lo deja en el suelo a tus pies, aunque no le quita el ojo de encima por si intenta algo raro-. Antes tú mismo has dicho que si vas a morir, te nos llevarás por delante. ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?
-¡E-eso era la adrenalina hablando, no yo! –exclama Hookmon-. ¡Por supuesto que no quiero morir! ¡Ni a manos de vosotros, ni a manos de Persiamon, ni de nadie!
-¿Y eso significa que la próxima vez que alguien más poderoso se presente, te unirás a él de nuevo para apuñalarnos por la espalda? –Sunflowmon no parece impresionada por las palabras del digimon humanoide.
-V-vale, puede que nunca lleguemos a ser amigos… -masculla por lo bajo-. ¡Pero eso no significa que no podamos ser aliados temporales! ¡Si me dejáis en esta forma, puedo llevaros hasta Internalia! ¡Y después de eso, puf, desaparezco! ¡Me iré a otra zona del Mundo Digital, muuuuuy lejos de aquí! ¡No podré apuñalaros ni nada porque nunca volveréis a ver mi patética cara! ¡Por favoooooor! –lloriquea-. Y lo que no os dije es que cualquier digimon superior a nivel Campeón puede pilotar el barco, aparte de aquellos registrados en el sistema… -admite-. Y sí, eso significa que Kumbhiramon podría intentarlo, pero…
-Acabaría por estrellaros sin querer contra una montaña o algo –Cara saca la lengua-. Nunca había visto un barco hasta hoy, así que mejor no intentar nada estúpido.
-¡Juro ser un buen digimon a partir de ahora! –Hookmon te mira con ojos llorosos-. ¡Sea donde sea que vaya, será lejos de aquí! ¡Y no causaré ningún problema! ¡He aprendido mi lección! Y-yo no soy malo, sólo cobarde… Sólo… Sólo quiero que Persiamon me deje en paz…
-¿Bueno, Alan? Parece que los demás están de acuerdo en dejar que Hookmon nos lleve siempre que le tengamos vigilado –Sunflowmon te dedica una sonrisa y te coloca una mano en el hombro-. Yo estaré de acuerdo con lo que sea que decidas, así que no te preocupes. Estoy contigo.
Es entonces que algo empieza a pitar. No parece una alarma ni nada parecido, más bien… el tono de un teléfono móvil.
-Oh… Es el comunicador… -Hookmon se queda mirando la pantalla que os señaló antes-. ¿Debería… cogerlo…? –os pregunta sin moverse-. Es probable que sea Persiamon…
@Alice (???%)
Te pones a rebuscar por los cajones de las mesitas de noche, pero lo único que encuentras son unas cuantas revistas y una… ¿trompeta? Parece hecha de plástico, pero una rápida prueba te demuestra que funciona perfectamente como un instrumento normal. El único otro lugar al que puedes llegar mientras permanezcas encadenada es un tocador con otros dos cajones y una foto enmarcada de un Nyaromon. Mientras consideras tus posibilidades, empiezas a escuchar sonidos provenientes del exterior de la habitación. Parece que alguien está roncando junto a la puerta.
Kudamon sale de su bala nada más escucharte hablar y se aleja de ti volando como si te acabaras de convertir en un monstruo, colocándose tras Asch.
-¡¿C-cómo puedes decir eso, Remy?! ¿Lo que ocurra con Persiamon te trae… sin cuidado? ¡Pensaba que te importábamos! –Norizuna parece totalmente contrariado-. ¡Todos queremos librarnos de Persiamon, pero tienes que tener en cuenta que los que trabajan para ella siguen siendo digimon con sueños y sentimientos! ¡Puede que incluso familia! ¡¿Y si les han lavado el cerebro, como con los Tanemon?! Jeremy… No puedo creer que realmente pienses lo que estás diciendo. No me lo esperaba para nada…
El Kudamon recoge los bits que ha dejado Lunamon y se los guarda.
-Así que sólo quieres volver a casa, ¿eh? Que nos las arreglemos aquí como queramos… Supongo que Lunamon tenía razón. No eres tan diferente de Persiamon, si piensas de una manera tan egoísta… Puede que no vayas a convertirte en un dictador, pero eres peor. ¡Eres de los que miran a los demás sufrir y no hacen nada, igual que MetalMamemon en “Disputas de Fronteras”! Los digimon también somos personas. Dejad ya de asumir que todos queremos veros muertos, que todos somos traidores. Persiamon no somos todos. –Nori mira a Asch-. ¿Me dejas quedarte contigo un ratito, por favor?
Y entonces vuelve a meterse en su artefacto sagrado, que cae en un bolsillo de Asch. Yuri se ha quedado boquiabierto ante esa escena sacada de un drama, y Piddomon suspira desde detrás de la barra mientras empieza a caminar en vuestra dirección.
-N-Nori puede ser un poco d-dramático e idealista a veces. Es por leer m-muchos libros –se disculpa-. I-intentaré tranquilizarle, no te p-preocupes, Jeremy… Aunque en parte estoy de acuerdo con A-Asch y con él… Lunamon no parecía tener n-ninguna mala intención, sólo estaba preocupada por su f-familia…
Piddomon se sienta junto a vosotros, dejando su bastón a un lado y trayendo una jarra de alguna clase de líquido dorado. Por su parte, parece que Yuramon ya ha salido del bar por su cuenta.
-Nadie está muy seguro de qué pasó exactamente con Persiamon –empieza el digimon ángel, pegando un sorbo a su bebida-. Nuestro anterior gobernante era un digimon de nivel Supremon llamado Dominimon. Él manejaba el reino desde el palacio que se encuentra al este de aquí. Nosotros, los digimon, aceptábamos sus leyes y políticas de trabajo debido a que no conocíamos nada mejor. Nos explotaba, e incluso cuando estábamos tan cansados que regresábamos a nuestra forma bebé, seguía obligándonos a trabajar… Había quejas y manifestaciones, claro, pero eran muy escasas y apenas tenían efecto. Teníamos demasiado miedo. Y con razón, porque cada vez que algún “rebelde” empezaba a ganar fama, Dominimon le hacía desaparecer.
Piddomon suspira y se toma una pausa en que se bebe más de la mitad de la jarra.
-Fue entonces cuando llegó ella. Persiamon. –Piddomon baja la mirada-. Sus discursos eran apasionados, llenos de idealismo y deseo de justicia. Decía que el Mundo Digital era para que todos los digimon lo disfrutemos por igual, no para que haya una persona por encima de nosotros que nos gobierne. “¡Nosotros somos más!”, solía decir. “¡Nuestra voluntad es mucho más poderosa que la de una sola persona! ¡Podemos crear un futuro para nosotros! ¡Un mundo de armonía y cooperación, donde podamos actuar según el bien común, y no tal y como le plazca a alguien que se cree poderoso!”. Empezó hablando en locales y bares apartados, no sabemos exactamente cuándo o dónde. La gente empezó a susurrar su nombre, a repetir sus frases durante las comidas familiares. Consiguió dar alguna que otra conferencia pública antes de que Dominimon se diera cuenta de su existencia. Era buena a la hora de escabullirse, esta gatita. –Piddomon bufa-. Para cuando Dominimon se dio cuenta de la verdadera amenaza que era Persiamon, era tarde. Ella era ahora la que tenía ventaja. Se había ganado miles de seguidores gracias a sus palabras, y otros miles debido a lo rápido que se extendía aquel secreto a voces. Dominimon no tuvo ninguna oportunidad cuando invadieron su palacio.
El ángel le pega un último trago a su bebida y se levanta.
-Nadie sabe qué pasó con Dominimon después de eso. ¿Está muerto? ¿Encerrado? Sólo Persiamon lo sabe. Pasaron un par de días en que no sabíamos exactamente qué iba a pasar con nosotros, ahora que éramos libres… -Piddomon deja el recipiente de cristal sobre la barra y mira hacia el techo-. Pero entonces ella salió del palacio. Y se nombró nueva gobernante de esta región del Mundo Digital, ahora que Dominimon estaba indispuesto. Las reacciones fueron mixtas. Había quien estaba de acuerdo con que la persona que les había liberado fuera su nueva guía, otros trataron de volver a rebelarse y la llamaban mentirosa y manipuladora. Éstos últimos fueron desapareciendo rápidamente. Renamon… -Piddomon parece perderse en sus recuerdos durante unos segundos-. Nadie sabe qué hizo que Persiamon cambiara tanto. ¿Era así desde el principio? ¿Le dijo algo Dominimon? Sea como sea… Es imperdonable. Ella nos explota igual, tal vez más, que nuestro anterior dictador. Nos obliga a alistarnos en su ejército, a trabajar en el campo y a minar… Y se hizo con el control de la Ciudad de los Tanemon, nuestra capital, que antes era un lugar bello y lleno de cultura. Ahora es poco más que una fortaleza. En poco más de tres meses se ha convertido en alguien incluso más tóxico que Dominimon. –Para terminar, Piddomon os mira a ambos-. Ahora se le ha metido en la cabeza que os quiere muertos. ¿Por qué? No lo sé. Pero lo que Persiamon no quiere -Piddomon sonríe- Internalia lo recibe con los brazos abiertos. Pensaba que no lo dirías nunca, chico.
Tras esas últimas palabras dirigidas a Jeremy, Piddomon camina hasta las puertas del restaurante, las abre de par en par y grita:
-¡¡¡Y QUE SU LUZ PURGUE LA OSCURIDAD DE SU MANDATO!!!
Al principio os parece que escucháis el eco del tabernero cuando la frase se repite una segunda vez. Y una tercera. Pero entonces empezáis a escuchar gritos y gritos que se atropellan los unos a los otros proviniendo del exterior. Os levantáis para echar un vistazo… y lo que veis os asombra. Lo que antes había sido un mercado bullicioso y desordenado ahora era un camino perfecto hecho de personas alineadas que exclamaban la segunda parte del santo y seña.
-Y no te preocupes por Lunamon –sonríe Piddomon, orgulloso-. Aquí no hay ningún subordinado de Persiamon. No se atreve a mandar a nadie. No a Internalia. Ningún ejército podría enfrentarse a nuestra ciudad y salir bien parado.
Es entonces que veis a Strabimon aproximándose utilizando el camino que todos los ciudadanos han formado. Todos le vitorean, y el digimon sonríe y asiente, dándole la mano a algún que otro digimon. Al final, llega frente a vosotros. Piddomon también le tiende la mano, y Strabimon la estrecha con una media sonrisa.
-Qué pronto habéis terminado vuestra visita, apenas me ha dado tiempo de avisar a mis compañeros de vuestra llegada –admite-. Y ahora, ¿me acompañáis hasta la base de operaciones? Toda esta gente quiere veros desfilar como los héroes que sois. Y no vale utilizar la excusa de que todavía no habéis hecho nada. Yo tampoco he hecho mucho, y me toca aceptarlo. La gente de a pie sólo necesita una esperanza a la que agarrarse, y esa esperanza somos nosotros. Es lo que hay.
@Matías (100%) @Adair (100%)
DemiDevimon parece quedarse pensativo cuando le respondes, Adair.
-Pero si el Maestro hubiera salido del castillo, nos hubiera avisado para prestáramos especial atención… -masculla-. ¡Y no lo ha hecho! ¡¿Cómo explicáis eso?!
-Porque nosotros dos hemos hecho de mensajeros entre el Maestro y estos humanos.
Tras liberar a Tentomon, Matías, éste echa a volar en dirección a Seraphiel y le señala a él y a sí mismo mientras miente a DemiDevimon y Kokuwamon.
-¡¿De dónde has…?!
-He estado aquí todo el rato. Vosotros os pasáis el día en vuestras torres de vigilancia, así que es probable que no os dierais cuenta de cuando íbamos y veníamos. Igual que no te has dado cuenta de que he estado aquí todo este tiempo. No sois muy buenos vigías. ¿Verdad, Seraphiel?
-Sí, eso mismo –asiente con una sonrisa.
-Koku, koku.
-¿Y vosotros sois para el Maestro…? -traduce DemiDevimon.
-Viejos conocidos –responde enseguida Tentomon-. ¡Cuánta desconfianza! No sé si al Maestro le gustaría escuchar que nos habéis hecho tantas preguntas a sus aliados de confianza y nuevos reclutas.
-Entre eso y que os habéis quedado dormidos en el trabajo… -murmura disimuladamente Lucemon, apartando la mirada.
-¡P-prometistéis no contar nada de eso…! –DemiDevimon se echa para atrás, vencido-. O-os pido disculpas por mi desconfianza… ¡Pero seguimos siendo veteranos, así que nada de tratarnos como inferiores! Venga, continuemos con la visita…-El digimon empieza a gruñir por la bajo-. ¿Qué clase de problemas requerirá de humanos? Ugh, Maestro, ¿por qué no confiáis en mí pero sí en esta gente que no he visto en mi vida…?
Seraphiel suspira aliviado y deshace el ataque que estaba formado a su espalda. Cuando te acercas a él y le susurras, Adair, muestra una expresión de disculpa.
-No estoy muy seguro de si podré controlar a qué evoluciono… Pero si me concentro mucho en que sea algo que pueda volar, espero que funcione –responde inseguro-. Y por cierto… Lo siento mucho por haberte obligado a contestar a ti solo. Esperaba que Matías te ayudara… Me he quedado bloqueado hasta que Tentomon me ha ayudado. No volverá a pasar.
Por su parte, Tentomon se pone a volar a tu lado, Matías.
-Vale, me he estado portando como un inconsciente. Supongo que esa es la razón por la que no me tomáis en serio –gruñe Tentomon-. Pero es que, ¿qué gracia le veis a la vida si no podéis divertiros? ¿Si no podéis luchar y acabar con vuestros enemigos? Os seguiré el rollo porque no quiero que os pase nada… Pero espero que me busques algo que destrozar cuando hayamos salido de aquí, o algo –Tentomon te coloca una pata en el hombro-. Lo siento, ¿vale, Matías? N-no digas que te doy igual, anda… Quiero ser fuerte para poder acabar con todo el que intente haceros daño. Pero seré más obediente, siempre que no me digas algo estúpido como “vete y no vuelvas a hablarme” –bromea-. Espero que podamos llevarnos bien a partir de ahora.
Matías, tu dispositivo digital deja de vibrar poco a poco hasta que se calma por completo.
DemiDevimon y Kokuwamon empiezan a guiaros de nuevo a través del castillo. Parecen ignorar todas las salas situadas en aquel vestíbulo y pasan directamente a la puerta a la que conduce la alfombra. Atravesáis la misma, y os encontráis con un largo pasillo, también flanqueado por series de portones de madera vieja. Esta vez si que entráis en unas cuantas. Os enseñan el comedor de los soldados, la sala de recreo, el cuarto de baño… Básicamente todos los lugares a los que los soldados tienen acceso. No os encontráis con ningún otro digimon en esas habitaciones, sin embargo. Entonces llegáis al final del pasillo.
-Koku kokuwa ku.
-Tras esta puerta está la sala del trono –DemiDevimon vuela alrededor del enorme portal-. Seguramente su consejero esté con él. ¿Estáis preparados para ver al Maestro?
@Luke (100%) @Alan (100%) @Tris (210%)
Flynn corresponde a tu abrazo con una sonrisa.
-Era una broma –se ríe-. Sí que es verdad que no hemos hecho casi nada, pero para eso están los amigos, ¿no? –Entonces se gira en dirección a Tris y Khumbiramon y Alan y Sunflowmon-. ¡Muchas gracias, chicos! No habríamos salido de esta sin vosotros.
Tris, Kumbhiramon te sonríe cuando elogias su capacidad de desdoblarse.
-Es útil, ¿eh? No estaba muy segura respecto a esta nueva forma, pero tampoco está tan mal –se ríe mientras guarda sus patas y se pone a rodar por el suelo como una pelota. Después de jugar un rato, se pone seria al escucharte-. Pues no estoy muy segura… Si fuera por mí, le mandaba directo al DigiNido, después de lo que ha estado a punto de hacerte. Pero es verdad que viajaríamos más rápido en barco… Supongo que lo que sí que puedo hacer es… -Kumbhiramon esboza una sonrisa traviesa y se coloca detrás de Armormon-. Pilón Tesoro.
Tu compañera le pega una colleja a Armormon con su arma que hace que vuelva a convertirse en Hookmon con un “POOF!”.El capitán continua en el suelo, berreando incluso con más fuerza. Kumbhiramon vuelve a tu lado.
-Así es menos peligroso y puede seguir pilotando –sonríe-. Démosle una oportunidad, y si vuelve a intentar ponernos el garfio encima, nos deshacemos de él definitivamente. Es un poco pusilánime, así que dudo que intente algo ahora que según Dodomon se ha quedado sin “suero”.
Cuando le propones un nombre, Tris, Kumbhiramon parece sorprendida. Entonces se lanza encima de ti y te da algo parecido a un abrazo. Parece muy contenta.
-¡Pensaba que nunca me pondrías un nombre! –exclama, llena de alegría-. ¡Cara es precioso, me encanta! ¡Tú también eres mi amiga! ¡Mi mejor amiga! –Cuando se calma un poco, te mira con suspicacia-. Creo que si no lo hubieras decidido por tu cuenta, te hubiera pedido yo que lo hicieras… A no ser que te diera demasiada pereza, claro. –Cara empieza a reírse de nuevo, aparentemente encantada con su propia broma.
Alan, Sunflowmon se acerca a Hookmon y le coge del cuello mientras hablas.
-Ya le has oído, "capitán" –musita tu compañera-. Danos una buena razón para no convertirte en un huevo y lanzarte al mar a que te coman los Tylomon. –Sunflowmon te acerca a Hookmon y lo deja en el suelo a tus pies, aunque no le quita el ojo de encima por si intenta algo raro-. Antes tú mismo has dicho que si vas a morir, te nos llevarás por delante. ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?
-¡E-eso era la adrenalina hablando, no yo! –exclama Hookmon-. ¡Por supuesto que no quiero morir! ¡Ni a manos de vosotros, ni a manos de Persiamon, ni de nadie!
-¿Y eso significa que la próxima vez que alguien más poderoso se presente, te unirás a él de nuevo para apuñalarnos por la espalda? –Sunflowmon no parece impresionada por las palabras del digimon humanoide.
-V-vale, puede que nunca lleguemos a ser amigos… -masculla por lo bajo-. ¡Pero eso no significa que no podamos ser aliados temporales! ¡Si me dejáis en esta forma, puedo llevaros hasta Internalia! ¡Y después de eso, puf, desaparezco! ¡Me iré a otra zona del Mundo Digital, muuuuuy lejos de aquí! ¡No podré apuñalaros ni nada porque nunca volveréis a ver mi patética cara! ¡Por favoooooor! –lloriquea-. Y lo que no os dije es que cualquier digimon superior a nivel Campeón puede pilotar el barco, aparte de aquellos registrados en el sistema… -admite-. Y sí, eso significa que Kumbhiramon podría intentarlo, pero…
-Acabaría por estrellaros sin querer contra una montaña o algo –Cara saca la lengua-. Nunca había visto un barco hasta hoy, así que mejor no intentar nada estúpido.
-¡Juro ser un buen digimon a partir de ahora! –Hookmon te mira con ojos llorosos-. ¡Sea donde sea que vaya, será lejos de aquí! ¡Y no causaré ningún problema! ¡He aprendido mi lección! Y-yo no soy malo, sólo cobarde… Sólo… Sólo quiero que Persiamon me deje en paz…
-¿Bueno, Alan? Parece que los demás están de acuerdo en dejar que Hookmon nos lleve siempre que le tengamos vigilado –Sunflowmon te dedica una sonrisa y te coloca una mano en el hombro-. Yo estaré de acuerdo con lo que sea que decidas, así que no te preocupes. Estoy contigo.
Es entonces que algo empieza a pitar. No parece una alarma ni nada parecido, más bien… el tono de un teléfono móvil.
-Oh… Es el comunicador… -Hookmon se queda mirando la pantalla que os señaló antes-. ¿Debería… cogerlo…? –os pregunta sin moverse-. Es probable que sea Persiamon…
@Alice (???%)
Te pones a rebuscar por los cajones de las mesitas de noche, pero lo único que encuentras son unas cuantas revistas y una… ¿trompeta? Parece hecha de plástico, pero una rápida prueba te demuestra que funciona perfectamente como un instrumento normal. El único otro lugar al que puedes llegar mientras permanezcas encadenada es un tocador con otros dos cajones y una foto enmarcada de un Nyaromon. Mientras consideras tus posibilidades, empiezas a escuchar sonidos provenientes del exterior de la habitación. Parece que alguien está roncando junto a la puerta.
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Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Disgusto.
Tras recibir un montón de acusaciones injustas, tuve que escuchar una narración de Piddomon a la que apenas presté atención y después él realizó una señal bastante teatral. No tardamos en descubrir que la multitud se había organizado para abrirnos paso hasta la base. Tener que exhibirme delante de todos aquellos bichos... Casi habría preferido que fuera una emboscada. Me quedé cerca de Strabimon y caminé con los brazos cruzados y la cabeza gacha, tratando de no llamar mucho la atención.
Tras recibir un montón de acusaciones injustas, tuve que escuchar una narración de Piddomon a la que apenas presté atención y después él realizó una señal bastante teatral. No tardamos en descubrir que la multitud se había organizado para abrirnos paso hasta la base. Tener que exhibirme delante de todos aquellos bichos... Casi habría preferido que fuera una emboscada. Me quedé cerca de Strabimon y caminé con los brazos cruzados y la cabeza gacha, tratando de no llamar mucho la atención.
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LightHelco
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Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
—Es una alegría saber que el guardia que han puesto para defender a una humana encadenada sea tan activo —gruñí terminando de mirar aquellos cajones antes de pasar a los siguientes —. El bicho de la foto me resultaría mas mono si no estuviese en esta situación.
Como antes, abrí todos los cajones del tocador esperando encontrar una llave o un hierro para intentar liberarme, cualquier cosa me podía ir bien ¡Incluso la trompeta para dejar sordo al guardia o matarlo del susto!
"..."
—Vale, cuando termine esto uso la trompeta —decidí viendo que la idea era tan estúpida como viable —. Seguramente tenga las llaves, asi que puedo obligarle a entrar e intentar robárselas.
Me quedaría debajo de la cama o fingiría seguir aun inconsciente, lo que fuese para poder conseguir la libertad y empezar a buscar a Válor.
—Espero que no te hayan metido en un olla, compañero...
Como antes, abrí todos los cajones del tocador esperando encontrar una llave o un hierro para intentar liberarme, cualquier cosa me podía ir bien ¡Incluso la trompeta para dejar sordo al guardia o matarlo del susto!
"..."
—Vale, cuando termine esto uso la trompeta —decidí viendo que la idea era tan estúpida como viable —. Seguramente tenga las llaves, asi que puedo obligarle a entrar e intentar robárselas.
Me quedaría debajo de la cama o fingiría seguir aun inconsciente, lo que fuese para poder conseguir la libertad y empezar a buscar a Válor.
—Espero que no te hayan metido en un olla, compañero...
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Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
@Alice (???%)
Rebuscas también en los cajones del bonito tocador, pero encuentras poco más que productos de maquillaje y otras cosas. Debajo de todo eso, sin embargo, encuentras una carta. En ella alguien ha escrito con letra muy nítida y elegante:
“Limpiad la habitación en cuanto acabemos de ahuyentar a los sectarios de esta nueva desquiciada, Persiamon o como desee hacerse llamar, y aseguraos de devolver mi colección de armas a la armería. La graciosa de la princesa ha debido pensar que sería muy gracioso dejarme un puñado de espadas sobre la cama, a ver si me tumbaba sobre ellas.”
Tras leer eso, te apresuras a rebuscar en la cama, entre las mantas y bajo la almohada, pero no encuentras ningún arma. Parece que esa carta es de hace mucho tiempo, y ya han hecho la limpieza que se pedía. ¿Por qué la dejarían en un cajón en lugar de tirarla, sin embargo?
Terminas por hacer sonar la trompeta tan fuerte como puedes, dado que no encuentras nada más que hacer.
-¡¿P-pero qué…?!
Escuchas un grito junto a la puerta y te escondes bajo la cama tan rápido como puedes. ¡Allí debajo encuentras un machete! Se debió caer ahí debajo cuando la “princesa” le gastó la broma al que escribió la carta. Entonces ves entrar a un digimon con forma humanoide: D’Arcmon. Abre la puerta de una patada, muy enfadada, y se queda en el portal unos segundos, confusa. Parece que todavía está medio dormida. Deja su espada y su bastón a un lado y se rasca la cabeza mientras empieza a buscarte perezosamente.
-¿Y la prisionera…?
No tardará demasiado en recordar que estás encadenada y mirar cerca de la cama. Sólo tienes una oportunidad. Podrías intentar correr hacia la puerta y alcanzar las armas que D’Arcmon ha dejado atrás para dejarla indefensa, pero no estás segura de si la cadena te dejará avanzar tanto. Por otro lado, puedes probar a atacarla directamente con el arma que acabas de encontrar…
Rebuscas también en los cajones del bonito tocador, pero encuentras poco más que productos de maquillaje y otras cosas. Debajo de todo eso, sin embargo, encuentras una carta. En ella alguien ha escrito con letra muy nítida y elegante:
“Limpiad la habitación en cuanto acabemos de ahuyentar a los sectarios de esta nueva desquiciada, Persiamon o como desee hacerse llamar, y aseguraos de devolver mi colección de armas a la armería. La graciosa de la princesa ha debido pensar que sería muy gracioso dejarme un puñado de espadas sobre la cama, a ver si me tumbaba sobre ellas.”
Tras leer eso, te apresuras a rebuscar en la cama, entre las mantas y bajo la almohada, pero no encuentras ningún arma. Parece que esa carta es de hace mucho tiempo, y ya han hecho la limpieza que se pedía. ¿Por qué la dejarían en un cajón en lugar de tirarla, sin embargo?
Terminas por hacer sonar la trompeta tan fuerte como puedes, dado que no encuentras nada más que hacer.
-¡¿P-pero qué…?!
Escuchas un grito junto a la puerta y te escondes bajo la cama tan rápido como puedes. ¡Allí debajo encuentras un machete! Se debió caer ahí debajo cuando la “princesa” le gastó la broma al que escribió la carta. Entonces ves entrar a un digimon con forma humanoide: D’Arcmon. Abre la puerta de una patada, muy enfadada, y se queda en el portal unos segundos, confusa. Parece que todavía está medio dormida. Deja su espada y su bastón a un lado y se rasca la cabeza mientras empieza a buscarte perezosamente.
-¿Y la prisionera…?
No tardará demasiado en recordar que estás encadenada y mirar cerca de la cama. Sólo tienes una oportunidad. Podrías intentar correr hacia la puerta y alcanzar las armas que D’Arcmon ha dejado atrás para dejarla indefensa, pero no estás segura de si la cadena te dejará avanzar tanto. Por otro lado, puedes probar a atacarla directamente con el arma que acabas de encontrar…
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Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
—¿La princesas?
¿Se referiría a Angewomon? Esperaba que sí, porque no veía a esa Digimon teniendo una hija, ¿pero entonces la carta de quién podría ser? ¿El antiguo señor del palacio, su padre? Bah, tampoco estaba con ganas de empezar a resolver misterios.
—Al plan.
Cogiendo aire, hice sonar la trompeta tan alto como pude y seguidamente me escondí debajo de la cama. Vaya suerte tuve que al esconderme en ella encontrara un machete, no podría cortar el metal con eso, pero si hacer daño. El guardia entró entonces en la habitación y desde el hueco pude ver que dejaba sus armas a un lado, pero seguramente fuera de mi alcance. Aun así la Digimon estaba indefensa y yo ahora contaba con un arma para poder hacer algo de daño, imaginaba que ni los Digimon podrían ser inmunes a que les clavaran algo en el cuerpo.
Intentando hacer el menor ruido posible, fui saliendo de mi escondite. Cuando ya estuviese casi fuera, me levantaría lo suficiente para usar el arma y cortar la pierna derecha de la Digimon y después continuar dejándola sin alguno de sus brazos. No iba a matarla de primeras, pero tampoco podía dejar que contraatacase con algún movimiento raro.
¿Se referiría a Angewomon? Esperaba que sí, porque no veía a esa Digimon teniendo una hija, ¿pero entonces la carta de quién podría ser? ¿El antiguo señor del palacio, su padre? Bah, tampoco estaba con ganas de empezar a resolver misterios.
—Al plan.
Cogiendo aire, hice sonar la trompeta tan alto como pude y seguidamente me escondí debajo de la cama. Vaya suerte tuve que al esconderme en ella encontrara un machete, no podría cortar el metal con eso, pero si hacer daño. El guardia entró entonces en la habitación y desde el hueco pude ver que dejaba sus armas a un lado, pero seguramente fuera de mi alcance. Aun así la Digimon estaba indefensa y yo ahora contaba con un arma para poder hacer algo de daño, imaginaba que ni los Digimon podrían ser inmunes a que les clavaran algo en el cuerpo.
Intentando hacer el menor ruido posible, fui saliendo de mi escondite. Cuando ya estuviese casi fuera, me levantaría lo suficiente para usar el arma y cortar la pierna derecha de la Digimon y después continuar dejándola sin alguno de sus brazos. No iba a matarla de primeras, pero tampoco podía dejar que contraatacase con algún movimiento raro.
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Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
-Haz lo que te dé la gana, supongo -dije a Nori mientras miraba a Jeremy y me encogía de hombros. Después del drama escuché la historia de Piddomon, nada fuera de lo normal, supongo, una historia muy típica. Hasta que Jeremy le cantó el santo y seña de Strabimon- Eh, espera. Si toda la ciudad esta metida en esto y ya sabéis quien somos, ¿para que puñetas necesitabas que te dijéramos una contraseña? No os escondéis precisamente.
Ora Ora Ora Ora Ora
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Seraphiel y, para mi sorpresa, Tentomon, consiguieron engañar a los guardas. Había pensado que esa mariquita-robot terminaría atacándoles y metiéndonos en problemas. Me tranquilicé al ver que no parecía intentar causar problemas. Tal vez empezara a aprender que su actitud sólo conseguiría dejarlo muerto. Al menos parecía que Matías había conseguido meterle algo de sentido en la mollera.
-No importa-le susurré al ángel digimon-. Es que Matías ha hablado todo el rato y no me esperaba que no les hiciera caso. Y pensaba que podías controlar la evolución... Si no puedes, pues qué le vamos a hacer. Tendremos que confiar en la suerte-aunque eso era algo que no me hacía ninguna gracia en absoluto. Estábamos en territorio enemigo y todo podría salir terriblemente mal.
Y antes de darme cuenta habíamos terminado en la entrada de la sala del Maestro del castillo este. Eso era malo. Había tenido la esperanza de encontrar alguna manera de escaparnos de aquí mientras explorábamos el castillo.
-¿El consejero?-pregunté antes de que el DemiDevimon pudiera abrir la puerta-. Por curiosidad, ¿quién es?-tenía la esperanza de ganar algo de tiempo. Aunque si el objetivo del Maestro también era cargarse a Persiamon, la verdad es que tampoco me importaría mucho unirme a él. El problema era que él no nos quisiera allí...
-No importa-le susurré al ángel digimon-. Es que Matías ha hablado todo el rato y no me esperaba que no les hiciera caso. Y pensaba que podías controlar la evolución... Si no puedes, pues qué le vamos a hacer. Tendremos que confiar en la suerte-aunque eso era algo que no me hacía ninguna gracia en absoluto. Estábamos en territorio enemigo y todo podría salir terriblemente mal.
Y antes de darme cuenta habíamos terminado en la entrada de la sala del Maestro del castillo este. Eso era malo. Había tenido la esperanza de encontrar alguna manera de escaparnos de aquí mientras explorábamos el castillo.
-¿El consejero?-pregunté antes de que el DemiDevimon pudiera abrir la puerta-. Por curiosidad, ¿quién es?-tenía la esperanza de ganar algo de tiempo. Aunque si el objetivo del Maestro también era cargarse a Persiamon, la verdad es que tampoco me importaría mucho unirme a él. El problema era que él no nos quisiera allí...
Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Después de escuchar la conversación que tuvieron con el piratón, vi que era un digimon muy aburrido.
—Pues vaya, no dudará en atacarnos si puede otra vez. Menudo "amigo" que sería —dije, con algo de desprecio.
Entonces recordé a Kaeru. Con todo el lio, lo habíamos dejado ahí solo, así que me dirigí junto a Flynn hacia dónde lo dejamos antes descansando. Espero que al menos él estuviese bien, después de que el tonto ese le traicionase. Y me tendría que disculpar por haberle confundido, no pensé que podría ser él, era como muy sin patas.
Pero no pude salir antes sin escuchar la alarma rara esa. Al parecer, según Hookmon podía ser Persiamon.
—Uhm, no sabría qué decir. Antes no me caías ni bien ni mal, pero ahora que sé que no serás nunca trigo limpio, no. No me fio tampoco un pelo de lo que puedas hacer, porque si puedes nos vas a intentar vender otra vez, lo has admitido. Pero soy el pequeño, que los demás elijan; yo voy a ver a Kaeru. Tengo que hablar con él. ¿Vamos, Flynn?
—Pues vaya, no dudará en atacarnos si puede otra vez. Menudo "amigo" que sería —dije, con algo de desprecio.
Entonces recordé a Kaeru. Con todo el lio, lo habíamos dejado ahí solo, así que me dirigí junto a Flynn hacia dónde lo dejamos antes descansando. Espero que al menos él estuviese bien, después de que el tonto ese le traicionase. Y me tendría que disculpar por haberle confundido, no pensé que podría ser él, era como muy sin patas.
Pero no pude salir antes sin escuchar la alarma rara esa. Al parecer, según Hookmon podía ser Persiamon.
—Uhm, no sabría qué decir. Antes no me caías ni bien ni mal, pero ahora que sé que no serás nunca trigo limpio, no. No me fio tampoco un pelo de lo que puedas hacer, porque si puedes nos vas a intentar vender otra vez, lo has admitido. Pero soy el pequeño, que los demás elijan; yo voy a ver a Kaeru. Tengo que hablar con él. ¿Vamos, Flynn?
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