Digimon: Data Disruption [Rol]

[Zodiark]

—¡Así se habla! Aunque no me debes ningún favor, me acabas de salvar la vida...

Rápidamente, saqué mi dispositivo digital y eché un vistazo a las habilidades que podía usar Kumbhiramon.

—¡Utiliza Sextuplicación para confudirle y golpéale con tu Pilón Tesoro! ¡Si te dispara ocúltate rápidamente dentro de tu armadura!

[Loud]

Oh, ha vuelto a digievolucionar, ahora esta todo ganado.

- Sunflowmon nosotros tambien, ¡Rayo solar!

[Crow]

-¡Jaja, venid, venid, probad! ¡Tenéis la oportunidad única de competir con un espécimen único incluso entre los humanos! -gritaba para atraer a más digimon, hasta que tuvimos suficiente para comer. Mientras tenia la boca llena de algo que parecía pollo, se nos acercaron un par de críos a preguntar si ibamos a derrotar a Persiamon- Chicos, para cuando acabemos con ella, va a estar comiendo sobras de un plato en el suelo. -dije mientras hacia chocar los puños- Trae, que te firmo.

Escribí "Para el valiente Bearmon, que algun día seas un tío tan guay como Asch".

[Amilinne]

@Jeremy (125%) @Asch (175%)

-Está bien –te contesta Nori, también en voz baja-. El arte rudimentario también tiene su encanto. Además –ríe-, Bearmon está tan emocionado que creo que se pondría a pegar saltos hasta por un mechón de pelo.

Una vez ambos habéis firmado la libreta de Bearmon, este se queda mirando el dibujo y las dedicatorias de ambos, maravillado.

-¡Realmente sois héroes! –exclama-. ¡¿Has visto, Lunamon?! ¡Te dije que eran héroes! ¡Van a salvarnos de Persiamon y todo volverá a la normalidad, ya lo verás! ¡Y yo algún día seré…! Esto, ¡mi hermano será tan guay como Asch! ¡Je, je, je, je!

Con una sonrisa de tonto en la cara, Bearmon sale corriendo del local, no sin antes dejaros un par de bits y probar suerte en un pulso contra Asch. Lunamon, sin embargo, se queda un rato más. Pide lo que os parece un zumo a Piddomon, y se queda mirándoos con sus grandes y expectantes ojos de infante.

-¿Derrotaréis a Persiamon? ¿Eso es una promesa? –Lunamon sorbe de la pajita sonoramente mientras te mira, Jeremy-. Ser un héroe, como dice Bearmon, no es tan fácil. Los héroes son héroes porque así los describe la historia. Y la historia la escriben los ganadores. Vosotros podríais vencer a Persiamon utilizando los métodos más despreciables imaginables, y aún así seríais recordados como mesías venidos de otro planeta para salvarnos. Es muy fácil prometer, ¿pero será tan sencillo resistiros a las tentaciones que os encontréis en vuestros viajes? –Lunamon suspira y tira el zumo una vez ha terminado-. Vosotros venís de fuera, no tenéis ni idea de lo que hemos tenido que sufrir los digimon. Persiamon también era una heroína la primera vez que la vimos. Persiamon nos salvó de otro dictador antes que ella. Y mira cómo hemos acabado –Lunamon frunce el ceño y os analiza de arriba abajo-. ¿Se repetirá la historia con vosotros? ¿Seréis diferentes? Yo ya no me creo nada. Pero si vais a eliminar a Persiamon –Lunamon estampa un par de bits sobre la mesa-, aquí tenéis el dinero de una niña. Espero que sirva para algo. Y si os encontráis a mis padres, los que me han dado ese dinero y me alimentan cada día, en el ejército de Persiamon y os veis obligados a luchar contra ellos, espero que al menos volváis a contarme cuáles fueron sus últimas palabras. Quién es héroe y quién villano depende de en qué bando te encuentres. Pero tranquilos: no diré nada. Es una misión secreta, y yo cumplo mis promesas. Vosotros tampoco le contéis nada de esto a Bearmon, por favor. ¡Mucha suerte!

Con esas palabras y sin esperar vuestra respuesta, Lunamon abandona el restaurante de Piddomon. Norizuna se queda un momento en silencio, y entonces se mete en su bala, mientras que Yuri, nervioso, mira a su alrededor en busca de algo con lo que ocupar su atención.

-Podéis quedaros con esa parte –escucháis la voz de Piddomon, que está limpiando vasos tras la barra-. No pienso tocar el dinero de una simpatizante de Persiamon.

-¿D-deberíamos encontrarnos con S-Strabimon ya, u os gustaría e-explorar un poco más el mercado? –pregunta el Ginryumon.

Yuramon no ha probado bocado desde el momento en que Lunamon empezó a hablar. Se agita un poco, y entonces echa a botar hacia la salida del establecimiento sin esperaros.

@Matías (100%) @Adair (100%)

-¿Y quién se lo va a contar, eh? ¿Vosotros? –ríe DemiDevimon-. ¿Y a quién creerá antes el Maestro? ¿A sus soldados veteranos, o a unos recién llegados de poca monta?

-Kokuwa. Kokuwa, ko –musita Kokuwamon.

-¿Eh…? Bah, qué aburrido eres, Kuwa. Podríamos haberles arrancado las extremidades o algo, hubiera sido divertido –DemiDevimon bufa-. Hace meses que no ocurre nada interesante por aquí.

-Koku. Kokuwa, koku.

-Es cierto que el Maestro busca nuevos reclutas –traduce DemiDevimon-. Nosotros prometemos no decir nada sobre vuestra… extravagante manera de entrar en el castillo si vosotros no decís nada sobre nuestra bien merecida siesta de treinta segundos. ¿Hay trato?

-Hay trato –asiente Seraphiel con una sonrisa.

El Lucemon se acerca a ti, Adair, cuando tratas de tranquilizar al Yuramon. Un par de caricias por parte de Seraphiel son suficientes para calmar al bebé, que termina por quedarse dormido en tus brazos. Y de alguna manera, su sosegada expresión también te ayuda a tranquilizarte a ti.

-Todo saldrá bien –te asegura-. Estás muy tenso; relájate. Que no noten tu miedo. –Entonces se acerca a ti, Matías, y te susurra-. Intenta ser más modesto. Si te haces demasiado el importante, acabarán por cansarse de ti. Sé humilde y haz caso de lo que te dicen. Ahora mismo son nuestros superiores.

DemiDevimon y Kokuwamon comienzan a caminar, y Seraphiel os toma la delantera para hacer de escudo en caso de que ocurra lo peor. Entráis en el castillo. Lo primero que veis es una enorme sala, una especie de vestíbulo, con forma rectangular, prácticamente vacía excepto por la alfombra que estáis pisando. Es oscura, solamente iluminada por la luz de las velas de un candelabro que cuelga del techo, y en las paredes a vuestro alrededor hay varias puertas, que seguramente conducen a diferentes pasillos con todavía más puertas. DemiDevimon y Kokuwamon os están conduciendo a la que se encuentra recto, presidiendo la habitación. Es entonces cuando continúas hablando, Matías.

-El… ¿problema? –DemiDevimon se para en seco-. ¿El que le ha confiado a sus mejores aliados…? -susurra para si mismo-. ¡Ah, claro, el problema! ¡Ja, ja! ¡Qué tonto soy, casi no me acordaba!

-¿Koku? Koku, kuwa.

-¡Pues claro que hay un “problema”! ¿Es que no te acuerdas? ¿O es que el Maestro no te lo ha confiado a ti? Ains –DemiDevimon niega con la cabeza con aires de superioridad-. Pobre… No te preocupes, estoy seguro de que si te esfuerzas más, la próxima vez también confiará en ti para desahogarse.

-¡Kokuwa! ¡Kokuwamon!

-¡Que si que hay problema, puñetas! ¡¿Es que no has escuchado a los nuevos reclutas?! ¡Y c-claro que yo lo sé! ¡El Maestro confía en mí más que en nadie!

-Kokuwamon.

-O-oh… -DemiDevimon se queda callado un segundo-. P-pues ahora que lo dices… -Entonces se da la vuelta y os mira-. Oíd, no es por nada, pero si vosotros no sois de su confianza y ni siquiera habéis estado en el castillo anteriormente, ¿cómo es que sabéis de su “problema”?

-Es sencillo… -comienza Seraphiel-. Pero dejaré que sean mis acompañantes los que os lo expliquen.

Lucemon esboza una sonrisa placentera, pero tiene las manos tras la espalda y podéis ver cómo empieza a formar una pequeña galaxia entre ellas. Parece estar esperando a que le ordenéis atacar, aunque no está seguro de si es el momento exacto para ello. Tentomon, que ha estado quieto y callado desde hace un buen rato, se agita ligeramente. Matías, acercas la oreja a la pelota de hojas.

-Matías, sácame. –El tono de Tentomon es inusualmente serio-. Sácame ahora mismo, o saldré yo a la fuerza. Y no os va a gustar. Estoy harto de que me tratéis como a una broma. Muy, muy harto…

Matías, tu dispositivo digital empieza a vibrar.

@Luke (75%) @Alan (100%) @Tris (200%)

-Pero tú también has salvado la mía, Tris, incluso si ahora mismo no te das cuenta –sonríe Kumbhiramon-. Muy bien, ¡Sextuplicación!

Kumbhiramon se multiplica diversas veces, rodeando a un totalmente patidifuso Armormon. Entonces Sunflowmon dispara su Rayo Solar directo su pecho, en el lugar en que le habían dado sus balas tras rebotar en el caparazón de la compañera de Tris. Armormon se arrodilla en el suelo.

-¡Pilón…! –la voz de Kumbhiramon hace eco debido a todas sus copias.

-¡Basta! ¡Basta, por favor! –exclama Armormon, cubriéndose la cara-. ¡Me rindo! ¡Por favor, dejadme vivir! ¡Yo…! ¡Yo creía que erais débiles! ¡Pero todos los humanos sois tan fuertes como la Capitana Pelo Flamígero…! –Para vuestra sorpresa, el digimon se echa a llorar-. ¡Yo sólo quiero navegar tranquilamente en mi barco, sin preocupaciones! S-snif… ¡Es todo culpa de P-Persiamon! S-s-snif… ¡Ella me obliga a hacer cosas malas! ¡Me dijo por el comunicador que os llevara con ella! –Armormon señala a una de las pantallas de la sala-. ¡Si no le hiciera caso, entonces me mataría! Incluso si no volviera a la Ciudad de los Tanemon, mandaría a gente más poderosa que yo a cazarme… Yo sólo quiero vivir… Por favor, no me hagáis daño… Os llevaré en barco donde queráis si prometéis protegerme de ella cuando venga a por mí… ¡Pero no me hagáis daño, os lo suplico…! ¡B-BUAAAAAAAAAH!

Flynn se rasca la cabeza, pega un par de botes para acercarse a Armormon, y le pega un bofetón en la cara. Armormon se cae de lado, sin dejar de llorar.

-Pues sí que parece que se haya rendido –musita Flynn-. Eh, Luke, ¿has visto? Le he dado el golpe de gracia, y sin evolucionar ni nada. ¿No soy genial? –sonríe.

@Alice (???%)

Angewomon deja de comer de repente cuando formulas tu pregunta. Carraspea un poco y se lleva una servilleta a la boca mientras aparta la mirada.

-Es… complicado de explicar. Tal vez yo no sea la más indicada para responderte a esa pregunta –se evade Angewomon-. Alguien… próximo a mí tuvo bastante que ver con ello –suspira la Reina-. Siendo breves, Persiamon apareció de pronto hace poco más de tres o cuatro meses. Empezó a pronunciar discursos sobre cómo la situación de todos los digimon podía mejorar, de cómo estábamos siendo manipulados y explotados por nuestro actual… bueno, ahora anterior gobernante. Todos estaban de acuerdo con su punto de vista. Y se hizo con el poder en tiempo récord. Tenía tantos seguidores que nadie pudo hacer nada cuando empezó a utilizar la espada en lugar de la palabra. Y ahora estamos así. –Angewomon niega con la cabeza-. Todavía hay personas que… de acuerdo… ella… nada que…

Alice, tu vista empieza a nublarse. La voz de Angewomon se vuelve cada vez más y más lejana. Intentas extender el brazo para encontrar a Válor, pero pierdes el conocimiento antes de conseguirlo.

…

Te despiertas en una habitación desconocida. Las paredes son de color rosa pálido, como la mayoría del palacio, y están decoradas por numerosos cuadros de lo que te parecen digimon con forma de ángel. No estás en una celda, sino en un dormitorio. De hecho, tu pierna izquierda está encadenada a la pata de una cama de matrimonio. El resto de tus extremidades, no obstante, son completamente libres. No ves a Válor por ninguna parte, y tampoco hay rastro de tu dispositivo digital. Lo último que recuerdas es estar cenando junto a Angewomon en el comedor de palacio. Encadenada como estás, puedes llegar a las mesitas de noche a cada lado de la cama, cada una con dos cajones, y a un tocador con una foto de un Nyaromon sonriendo, también con dos cajones a la vista y una silla frente al espejo.

[Crow]

Cuando Lunamon empezó con su discruso, levanté el dedo y abrí la boca varias veces, pero al final no pude decir nada antes que se marchara.
-No, Yuri, antes tenemos que dejar claras un par de cosas. Podéis decir tacos si queréis, porque joder, eso ha sido bastante duro. -cogí el dinero de la mesa y se lo tendí a Jeremy- ¿Puede Nori guardar esto en su casquillo? No quiero que se mezcle con el resto de nuestro dinero, no me parecería bien. -me dirigí a piddomon- Hasta ahora creíamos que Persiamon era muy muy mala porque nos había puteado a nosotros personalmente y nos habíamos encontrado con soldados capullos suyos. Pero igual tenia sus motivos para putearnos por un bien mayor e igual los capullos eran capullos individualmente y no capullos por ser soldados de Persiamon. Igual podrías contarnos que la hace tan mala antes de que continuemos arrasando insensiblemente sus tropas. Y no me vengas con dramones victimistas del bando oprimido, que de eso en el mundo humano tenemos mucho, cuéntanos lo que ocurrió todo lo objetivamente que puedas. Porque si yo estuviera en la misma situación que Lunamon, también pensaría lo mismo, preocuparte por tu familia es lo natural, por mucho que te importe el bien común, tus seres amados siempre van antes.

[Malfuin]

Inconsistencias.

-No me fío un pelo de esa niña -advertí-. Ha llegado fingiendo ser una cría inocente y oprimida en busca de esperanza, y en cuanto ha oído lo que quería (que irónicamente se lo he dicho por no decepcionarla, a mi lo que ocurra con Persiamon me trae sin cuidado) ha cambiado totalmente de personalidad y nos ha salido con esas. ¿Por qué tendríamos que fiarnos de que no nos delatará, si ya nos ha engañado? ¿Cómo sabemos que no la han enviado expresamente a buscar indicios de hostilidad como excusa para atacarnos? De hecho, creo que nosotros tampoco deberíamos quedarnos ese dinero, podría ser un localizador o algo por el estilo. Si lo que quieres es devolvérselo, puedes darle otras monedas diferentes cuando vuelvas a verla. Yo preferiría no encontrármela más.

Cuando escuché que Asch quería saber la historia de Persiamon, añadí:

-A mi eso no me interesa. Me trae sin cuidado lo que le haya pasado a la felina. ¿Que antes era buena y el poder la corrompió? La historia de siempre. No hay mucho peligro de que eso nos ocurra a nosotros, porque nos iremos a nuestro mundo en cuanto acabemos aquí -bufé-. Sólo tenemos que conseguir que la gata nos devuelva a casa, si hay que aplastarla primero pues mejor para todos. Luego ya se las arreglarán aquí como quieran. -Esperé a que Piddomon contara la historia y luego le dije-: Que la Luna ilumine las noches de Persia -parpadeé-. Espera, ¿Luna? -murmuré en voz baja, mirando hacia la puerta por la que se había marchado Lunamon.

Aquello cada vez me daba peor espina.

[Dark]

Todo sucedió relativamente rápido. El digimon de Tris adoptó una nueva forma, rodeó al bicho, la flor gigante de Alan atacó a Armormon y éste se puso a lloriquear y berrear.

—Bua bua bua bua Os llevaré en barco donde queráis si prometéis protegerme de ella cuando venga a por mí bua bua bua.

Entonces, Flynn se acercó a él y le dio un golpe que lo tumbó.

—Eh, Luke, ¿has visto? Le he dado el golpe de gracia, y sin evolucionar ni nada. ¿No soy genial?

Entre las palabras "Os llevaré en barco" y el hecho de que todos hubiésemos salido ilesos de esa pelea, estaba tremendamente feliz. Aunque una casi no lo cuenta, claro. Pero no le ha pasado nada, y eso es bueno. Y entonces, fui corriendo al lado de Flynn y le di un abrazo.

—¡Claro que eres genial, Flynn! Eres el mejor, en serio. Aunque hay que aceptar que nosotros ésta vez no hemos hecho mucho, ¿no? Pero —le susurré—, ya habrán otras ocasiones para lucirnos, seguro.

Después, me levanté y fui a darle las gracias a Tris y Alan por lo que hicieron. Miré al nuevo chófer llorica y me acerqué a él.

—¿Recuerdas qué te he dicho antes? Solo quiero que me des una vuelta en barco. ¿Pero cómo has conseguido ésta forma? Y más importante, ¿quieres ser mi amigo? Si dices que sí, yo encantado, tío. Y quizá a los demás no les haga mucha gracia eso, pero si nos dices cosas que no sepamos quizá se muestren un poco más receptivos, ¿no crees? Si nos ayudas, te ayudamos; y viceversa. De eso va ser amigos y todo eso. Quizá hasta consigas algún día un compañero humano y entonces os volváis los casimejores porque Flynn y yo somos los mejores. ¿No te mola la idea? Pero si quieres eliminarnos a todos, nadie querrá serlo, y eso no mola.

[bobokukemon]

—Creo que no lo estás entendiendo. No has acabado así porque yo lo haya pedido ni porque queramos reirnos de ti, estás así porque estás molestando tanto a los que nos acompañan que han decidido dejarte tal y como estás. ¿Sabes por qué? Porque te estás comportando como un inmaduro y un inconsciente, ¿acaso crees que eres el protagonista de un libro de aventuras? ¿que no puedes morir? No, no lo eres, y es por eso que deberías tener cuidado con lo que haces, y más cuando nos involucra a todos y no solo a ti. —le dije a Tentomon intentando contener mi enfado—. ¿Sabes qué? Ya me da igual, haz lo que quieras, ¿entiendes? No me voy a preocupar más por ti, no te lo mereces. Si vas a actuar tal y como lo estás haciendo no sé ni cómo pretendes ayudar. Hasta Yuramon sabe controlarse más que tú, y es un bebé.

Después de eso, comencé a despedazar la bola que atrapaba al Digimon.

—Eres libre de hacer lo que quieras, yo ya paso.

[LightHelco]

Intenté escuchar la explicación de Angewomon para enterarme bien de todas las cosas que habían pasado y ver si podíamos sacar algo de ahí en nuestra lucha con Persiamon. Pero por alguna razón, mientras comía sentía que la voz de la reina se apagaba… aun que también se iban alejando los platos y Válor.

—Oye… Válor… podrías pasar…

Siquiera pude llegar a terminar la frase cuando me precipité contra el suelo cayendo en un profundo sueño.

* * *

Despertarme no fue muy agradable, la cabeza me dolía como si me hubiesen dado con un martillo en ella y el mundo aun daba vueltas a parte de ser de color rosa… ¿espera, de color rosa? Me incorporé de golpe pudiendo ver de mejor forma el lugar donde estaba, aquello no era la habitación de Angewomon, si no una pesadilla cursi con un montón de cuadros.

Realmente no le habría dado tanta importancia y habría pensado simplemente que me habían dejado ese cuarto para que descansara, si no hubiese escuchado el chirriar de unas cadenas cuando había hecho aquel brusco movimiento.

—¿Qué cojones está pasando? —pregunté a nadie en particular mirando sorprendida el grillete que tenía agarrado a mi tobillo y el cual estaba ligado a la cama mediante una cadena —. Válor, Angewomon, si esto es una broma no tiene gracia.

Ni una respuesta. Suspiré y me levanté ya que la cadena me dejaba al menos alejarme unos pasos de la cama, tenía suerte de que no me hubiesen atado las manos también, aquello ya habría sido el colmo. Aunque no sé si lo hubiese preferido cuando al meterme las manos en los bolsillos descubría que no había ni rastro de mi dispositivo. Algo preocupada miré nuevamente estos para comprobar que realmente lo había perdido, cartera, palos de chupachups ¿Qué hacían estos todavía aquí? Fuera. Las llaves de mi casa… si, estaba todo salvo el dispositivo.

—No… es imposible que Angewomon… ¿nos ha engañado? —me dejé caer sobre la cama incapaz de imaginarme el cómo había caído tan fácilmente en la trampa de un enemigo.

Pero no tenía sentido, Angewomon era un Digimon de nivel Perfecto, mucho más poderosa que Válor y había tenido tantas oportunidades de capturarnos que el que hubiese esperado hasta la hora de cenar resultaba ilógico. ¿Pero… y si hubiese sido otra persona? ¿Quizás alguien que odiase a la ángel?

—Nefertimon, fijo que esa vieja amargada ha sido la que ha planeado todo esto, ella era la que nos quería dar la patada al principio —apreté los puños con tanta fuerza al pensar en la esfinge que casi destrozo el palo de chupachups que tenía en la mano —. No pienso quedarme aquí quieta llorando como una princesa de cuento, vamos a ver si puedo encontrar algo para liberarme e ir a pegarle una tunda a cualquiera que este reteniendo a Válor y me haya robado el dispositivo.

Rápidamente iría a las dos mesitas y empezaría abrir y revolver en los dos cajones en busca de cualquier cosa que sirviera para romper las cadenas y salir por la puerta. Ni de coña iba a dejar que me retuvieran en ese horror de cuarto de color rosa que cada vez que lo miraba más cerca estaba de vomitar la cena sobre sus paredes. Igual con eso incluso dejaba de ser tan desagradable.

[Zodiark]

—Bueno, comprenderás que yo no me pueda fiar de ti de buenas a primeras —comenté andando hacia Armormon, cruzándome de brazos—, por eso de querer atravesarme el pecho a balazos y tal. Pero como veo que Luke está muy empeñado en que seas su colega te daré un voto de confianza. Mi compañera —añadí, señalando a Kumbhiramon— y yo no te quitaremos el ojo de encima.

Tras eso y escuchar la opinión que podrían tener Alan y Sunflowmon, me retiré un poco para charlar con Kumbhiramon a solas.

—En fin, parece que todo ha salido bien, por ahora —le dije—. Y, eh, eso de clonarte a ti misma es muy guay.

Después miré de reojo a Armormon, algo preocupada, y susurrando, pregunté a mi compañera:

—¿Crees que podemos confiar en él o sigue del lado de Persiamon y nos está tendiendo una trampa?

Tras oír la respuesta de Kumbhiramon, me quedé pensativa unos segundos, observándola. Había digievolucionado una vez más, y aunque por fuera lucía distinto, sabía que seguía siendo mi compañera Digimon. A pesar de que le había dicho a Alice que no le pondría ningún nombre en particular, en ese momento sentía que necesitaba una seña de identidad propia.

—Oye, por cierto... Con tanto cambio de forma, me acabaré haciendo un lío de nombres. ¿Te importa si te pongo un mote? Como Válor o Flynn. A ver qué se me ocurre...

Cruzándome de brazos, reflexioné unos segundos mirando a la nada.

—¿Qué tal... ¡Cara!? —dije sonriente, esperando la aprobación de Kumbhiramon—. Significa 'amigo' en irlandés. ¿Qué te parece?