También menciona que necesita conseguir unos objetos llamados Esencias del alma. Esto la lleva a conocer a Orion, un espíritu con forma de niño y el cual se encuentra encadenado a un árbol. Me encanta Orion, lo adoro, quiero abrazarle, no tiene nada que ver con el hecho de que me recuerde a un personaje mío con similares características, para absolutamente nada. Orion es genial he dicho. Ambos realizan un pacto para luchar contra espiritus desatados y obtener las Esencias, aunque... parece que hay un grupo que también va a por ellas.
El capitulo es introductorio, presentando un mundo sencillo, pero con normas bien establecidas, a sus protagonistas y los enemigos a los que van a hacer frente. Tengo que decir que sobre los últimos, la descripción y función de estos seres, se me hace muy similar a lo que se explico en Gryphoon en el anterior numero sobre sus Ekhos. Es bastante casualidad, pero se han juntado ambos y queda muy similar el tener enemigos que funcionen en ambos casos como seres espectrales con nucleos, por lo demás, ninguna de las dos series tiene similitudes.
En el apartado de dibujo, tenemos nuestra primera historia con paginas a color, al haber sido una introducción, creo que no se han aprovechado del todo, ya que la mayoría han acabado en viñetas muy mundanas, pero mola ver que tendremos estas cosillas a futuro. Ana también hace muy buen trabajo creando ambiente, dandole efectos a los elementos para que se sientan más vivos y el combate contra el monstruo es frenético, pero sin ser confuso.
Limbo empieza bien, deja algunos misterios en el aire para atrapar al lector y muestra que su dibujo va a saber presentar tanto un mundo, como unas batallas llenas de dinamismo y fantasía. Con ganas de seguir leyendola... ¡y ver más de Orion! ¡Necesito Orion en mi vida!

Santi Casas nos trae una nueva historia de su serie Rondallas, está vez basada en la diosa Trebaruna. Lo que más destaco en esta ocasión es el habernos hecho llegar información sobre esta diosa tan desconocida y seguramente muchos estemos mirando quien es... descubriendo que nos ha llegado muy poco sobre ella a nuestros días.
Creo que esto ha hecho que esta nueva historia de Rondallas haya quedado algo más floja. Un grupo de mercenarios o bandidos, llegan hasta una familia de pastores y los asesinan, con la excepción de la hija pequeña que consigue esconderse, quedándose con su casa y reses. Es en ese momento que una mujer viene hasta la casa y pregunta sobre si ellos son los verdaderos dueños, creando una tensión que acabara llevándose las vidas de los criminales.
Como digo, no hay mucho que destacar sobre esta historia. El dibujo de Santi sigue siendo brutal y me gusta que le de tanta importancia, haciendo que este hable sin necesidad de onomatopeyas o detalles innecesarios. Es un buen one-shot, solo que no deja mucha huella como si lo hizo con La Hueste.
Como he dicho, es una introducción y está centrada en la parte de las desgracias que le pasan a Kioka y no la parte fantástica, que se muestra al final de este primer capitulo. Al contrario que pasaba con Sirius, se queda demasiado en prologo y no ahonda mucho más, quedando toda la trama para la siguiente parte, aunque esto también pasaba en Uroboros y Sirius contaba con muchas más paginas que las que cuenta Kioka, así que no es nada malo si este inicio se queda algo menos intenso.
Me gusta mucho como el tema de la maldición va escalando, siendo primero putadillas y terminando en algo lo suficientemente grave para hacer a Kioka moverse, por lo que puede aprovechar momentos humorísticos bien traídos en esas primeras putadillas. Tendremos que esperar al siguiente numero para ver como se desarrolla la trama.