
Capítulo 6 - Salir de casa es una mierda, porque hay monstruos que quieren matarme

Por fin empezamos el capítulo más largo del juego, en el que todos los capítulos anteriores convergen y se desarrolla la historia de verdad del juego.

No será tan desconocido el nombre cuando al guardar la partida indica que se llama Villamonte.




Vale, mami.

Sí, mami.

(silbando) Ah, otro bonito día aquí en Villamonte.

¿Verdad que sí? Qué feliz soy de vivir en paz.

Hola, Elisa. Yo que tú no me acostaría en las flores. Tienen insectos de todo tipo, y a saber el daño que podrían causar. Qué miedo.

¿Cambiar? ¿Por qué iba a querer hacerlo? Estoy muy bien así.

Eh, Elisa... Es que hemos crecido juntos. De hecho, tú eres mi única amiga. ¡Oh, no, a lo mejor te ha picado un insecto y te ha hecho olvidarlo y ahora tienes alucinaciones y sueños!

Jooo, Elisa, deja de ignorarme...

Claro que estaremos siempre juntos. Eres mi única amiga, y sin ti no sé defenderme
... ¿Elisa? ¿Hola? ... Ah, hasta Elisa me ignora.

Oh, no, el que faltaba.
Aquiles siente un fuerte golpe en el pecho, y empieza a gritar y retorcerse de dolor.
Aquiles: ¡Ay, maestro, para!
Maestro: ¡En guardia, Aquiles, en guardia!
Aquiles vuelve a sentir otro golpe y vuelve a retorcerse de dolor.

Maestro: No es fácil entrenar con la espada... y por eso tan solo te he dado unos golpecillos con el puño, para indicarte que te preparases. Ni siquiera he desenvainado la espada...
Aquiles: Pero maestro, ¡he llorado del dolor!
Maestro: ¿Llorar? El único que llora aquí soy yo, por lo patético que eres.
Aquiles: L-Lo siento, maestro. D-Disculpa, tengo que ir a llevarle el almuerzo a mi papi.

Oh, jopé, ya me he equivocado de camino otra vez...

¡Pero si no quiero aprender magia! ¡Nadie me hace caso en este pueblo!


¡Oh, no! ¡Forasteros! ¡Qué miedo!


¡Por tu culpa, ese hombre me va a hacer daño, seguro!



Poeta: Y tú, chaval ¿es que no hablas?
Aquiles: ¡Aaaaaaaaaaaah!
Aquiles huye de la casa.

Aquiles: Un... forastero... quería matarme...
Ciudadano: ¿Qué pasa, se te ha comido la lengua el gato? ¡Anda, vete de una vez!
Aquiles: ¡L-Lo siento! (Mejor que vaya a darle el almuerzo a papi.)

Sí, papi, aquí lo tienes.


Aquiles: Pero... papi. ¿Te estás muriendo?
Sr. Pinto Paredes: ¿Pero qué tonterías dices, hijo?
Aquiles: Es que... Es que el otro día leí un libro llamado 1001 discursos que soltar al morir y ponía que si alguien empieza a darte consejos y te dice que te acerques a él con un tono tan lúgubre, es que está muriéndose...
Sr. Pinto Paredes: ... Hijo, mejor vete a comer. Seguro que estarás hambriento.
Aquiles: Sí, papi.

De repente, fuera de la casa empieza a oírse un estruendo.


Aquiles: https://www.youtube.com/watch?v=VsaE8MJ4A2c
Sra. Pinto Paredes: ¡Hijo, tranquilízate! Sigue al Sr. Picolórez. Él te llevará a un sitio seguro.
Aquiles: https://www.youtube.com/watch?v=_8WDUQo_Ltw

¿Qué héroe? ¡Yo solo quiero volver con mamiiii!

... ... ... ¡Pero papìiiii!

Aquiles: (Mientras lo arrastra el Sr. Picolórez) ¡Papiiiii! ¡Que ya lo sabíaaaaaaa!
Sr. Pinto Paredes:
¡Puto niño! ¡Hasta cuando por fin nos lo quitamos de encima me fastidia! ¡Ni siquiera me da la oportunidad de darle las explicaciones de rigor que se les suelen dar a los héroes huérfanos!

detenerte.
¡Pero maestro! ¡Yo no quiero ser un héroe! ¡Nunca he salido de este pueblo! ¡Tengo miedo hasta de mi sombra!

¿Un bestiario? ¿Por qué me das un bestiario? ¡Yo de este pueblo no pienso salir nunca!

¡P-Pero maestroooobuaghhrpfoapsoff!
Aquiles se desmaya de la impresión. Pero al poco rato le despierta el ruido de una puerta abriéndose.

¡Elisa, protégeme! ¡No me dejes!

¡Eso, Elisa! ¡Sabía que no me abandonarías!

¿Elisa? ¿Por qué te has convertido en mí?

¿Elisa? ¡Nooooo! ¡No me dejes! ¡Yo solo no sobreviviré ni un minuto!



No... Elisa... ¿Por qué? ¿Por qué se ha ido? ¿Quién me va a proteger ahora? ¡Para una amiga que tenía! ... Un momento... Estos monstruos venían buscándome a mí, ¿no? ¡Y ahora se piensan que he muerto! ¡Entonces puedo salir ya y volver con papi y mami! ¡Bieeeen!

Q-Qué solitario está todo...

¡Aaaah! ¡Fuego! ¡Tengo que ir a casa a avisar a mami y a papi! ¡Qué miedo!


¡Nooooooo, mi casa! ¡Mamiiiiiiii! ¡Papiiiiiiii! ¿Holaaa? ¡Tengo miedo! ... No responde nadie. El pueblo está desierto... ¿Qué hago ahora?

Algo brilla por aquí...

¡E-Este gorro es de Elisa! ¡Oh, no! ¡Definitivamente me ha abandonado! ¡Todos me han abandonado! ¡Hasta papi y mami! ¿Qué está pasando? ¿Por quñe me buscan esos monstruos? Todos piensan que soy un héroe, pero tan solo soy un simple aldeano...

No sé que hacer... Buuuuaaaaaa... (llora) Sniff... Estoy solo... Pero no puedo quedarme aquí. Yo solo no aguantaría nada. No tengo más remedio que irme, salir a ese mundo tan terrorífico y peligroso.

Qué grande es el exterior... Me voy a perder, seguro. sniff... Pero debo moverme, que aquí no sobreviviré.

Estoy agotado... No sé adónde voy ni... ¿Eh? ¡Oh, veo una casa!

¿Hola?





¡L-Lo siento! Mi pueblo ha sido destruido y me he quedado solo... ¿Sería tan amable de permitirme dormir aquí?

¡L-Lo siento! ¡Y-Ya me voy! ...

¡Aléjate de mí, perro pulgoso! ¡Seguro que me contagias algo!

Qué maleducado es ese señor. Todo el mundo me trata mal. Tan solo quería ser amable y honesto, como me aconsejaron papi y mami... No tengo más remedio que ir al sur, pero... ¿Dónde está el sur?

¡Oh, no! ¡He vuelto al pueblo! Tendré que probar por otro camino...

¡Aaaaah! ¡Socorrooooo! ¡Monstruooos!

¡Por favor, no quiero morir!
Aquiles coge su espada y la agita contra los monstruos.

¿Eh? ¿Sigo vivo? Creo que he matado a los monstruos, con mi espada... Al final van a serme útiles las lecciones del maestro.

Puf, no puedo ni con mi alma, pero creo que he llegado.

¡Oh, vaya es enorme! Tengo un poco de miedo al ver a tantos desconocidos, pero por lo menos ya no estoy solo.


Por supuesto. Tengo miedo, pero vosotros al menos me protegeréis.

¡Nuoooooooooooooooooooh!

¡P-Pero eso me va a llevar siglos...!

... Oh, vaya, menuda desgracia.

¿En serio? ¡Muchas gracias, de verdad!

... ¿P-Por qué...? ¿Por qué tienen una mujer vestida de conejita en el grupo? ¡Que alguien me lo explique, la duda me está matando!



Mmm... Esto es a lo que le llaman "tienda", ¿no?

Sí, por favor, estoy molido.
A la mañana siguiente...
Ah, qué bien he dormido. Ahora estoy descansado. Creo que me voy a animar y voy a seguir recorriendo este castillo.


... Con lo feliz que me había despertado... Me has cortado el rollo, ¡me estás asustando, señor!


¡Aaaaaaah! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tienen que recordarme que soy el héroe cada dos por tres?! ¡Quiero volver a mi vida de antes!

Ese túnel seguro que está oscuro... Qué miedo.


Mi vida es peor. A mí me persiguen porque soy el héroe.


¿Pero por qué la gente me habla de esta gente tan rara? ¡Todos me dan miedo!

¿En serio? Mmm... A lo mejor pueden protegerme. Quizá debería ir a Endor...



No te preocupes. Total, me va a ignorar, como todo el mundo...

¿Cómo? ¡No, no, no, no! ¡Tan solo soy Aquiles, un pobre aldeano que ha tenido que abandonar su pueblo!


¡P-Pero...!



¡Pero yo no quiero ser el héroe! ¡¿Por qué tengo que ser yo?!



Sí, conozco esa historia muy bien. El ángel y el leñador son mis verdaderos papis. Un día escuché a mis otros papis del pueblo hablar sobre ello. Pero da igual, todo el mundo me ha abandonado, todos me ignoran, y encima me obligan a ser el héroe... ¡Qué vida más cruel!

Será mejor que me vaya de este castillo. La gente no hace más que recordarme que soy el héroe, y todos me ignoran. A lo mejor debería ir a Endor, a buscar ayuda y protección.

Dijeron que estaba al oeste, ¿no? ¿Iré por el buen camino?

¡Oh, no! Estos monstruos parecen muy fuertes.



¡Ah, socorro! ¡Tengo que huir!

¡Noooo!

¡Aaaaaaah! ...
Aquiles cae inconsciente. Su cuerpo ha perdido la vida, pero su mente sigue funcionando, y de repente oye una voz.
Voz misteriosa: Aquiles, despierta. Todavía no ha llegado tu hora.
Aquiles: ¿Quién habla? ¿Qué me ocurre?
Voz misteriosa: Has muerto físicamente, pero en realidad sigues vivo. Tan solo necesitas un empujón para volver a la vida.
Aquiles: ¿Estoy muerto? Pues a lo mejor estaría mejor así. Total, no quiero ser el héroe.
Voz misteriosa: Pero si no vuelves a la vida, este mundo será destruido.
Aquiles: ¡Me da igual! Todo el mundo me ignora, nadie me quiere. Además, soy muy débil.
Voz misteriosa: ... Escúchame, Aquiles. Estoy hasta el coño de que te lamentes tanto. Eres un pusilánime, lo sé, pero solo porque tú quieres. ¿Dices que todo el mundo te ignora? Pues a lo mejor es por tu culpa, inútil. Si siempre vas con esa cara de subnormal, es obvio que nadie te tomará en cuenta. Tú eres el héroe, ya sabes quiénes son tus verdaderos padres. Sí, es un marrón, y te jodes por tan mala suerte, pero apechuga. Tienes que salvar el mundo. Hasta que no lo hagas, este juego no acabará nunca, y tampoco es cuestión de que obligues al jugador a ver un puto cadáver quejarse interiormente durante horas y horas. Piensa, ¿tienes algún motivo para salvar este mundo? ¡Seguro que sí!
Aquiles: ... Ahora que lo dices...
Flashbacks del pasado aparecen en la mente de Aquiles. A través de ellos, observa cómo la gente le ignoraba, lo maltrataba verbalmente y le tomaba como un idiota. También se da cuenta del motivo de que lo ignoren: tenían miedo de él por ser el héroe, y no querían que los mosntruos atacasen el pueblo por su culpa.
Aquiles: Ahora lo entiendo... Ya sé por qué me ignoraba la gente... Tantos años de sufrimiento y debilidad... Creo que ha llegado el momento de arreglar las cosas, y eso solo lo podré conseguir asumiendo el papel del héroe. Sigo teniendo miedo, pero creo que voy a poder asumir la responsabilidad.
Voz misteriosa: Me alegra ver que has entrado en razón. Sean cuales sean tus razones para salvar el mundo, me da igual, el caso es que lo tienes que salvar. Soy la Diosa, y este mundo es mi creación. Me tiré milenios creándolo. Sería una putada tener que volver a hacerlo todo desde cero. Mm... ¿Qué me dices de ofrecerte una motivación extra?
Aquiles: ¿A qué te refieres?
La Diosa: Je, je, je... Tú tan solo espera y verás
Censurado
En ese momento, Aquiles abre los ojos...

¿Eh? ¡Anda, he vuelto a la vida! ... Mmm, noto un cosquilleo por el cuerpo... ¡Me siento muy bien! Además, me noto un poco más valiente. Por lo menos ahora estoy motivado para ser el héroe... pero eso no me hará cambiar de la noche a la mañana. Tendré que esforzarme por dejar de ser tan debilucho. En cuanto a mis razones para salvar el mundo... Creo que tengo más o menos claro por qué quiero salvarlo, pero voy a esperarme un poco más, a ver de qué me sirve este viaje que tengo que realizar.

Ah, qué bien me siento.

Ah, este debe ser el túnel al que debía ir, ¿no? ... ¡Venga, Aquiles, tú puedes! ¡N-No tienes miedo!


Vaya, pues ha sido más fácil de lo que pensaba.

Y esto deberá ser Endor.

¡Guau, esta ciudad es mucho más grande que Casablanca!

¡Oh! ¿S-Será posible que...? ¿He oído bien? ¡¿Me ha hablado alguien sin ignorarme?!

¡Ah, qué feliz soy! ¡Por fin la gente empieza a tenerme en cuenta!

¡Hay que celebrarlo!

Lo siento, señor, pero no hablo con borrachos malolientes.

Aquiles: Perdona, pero mi mamá no me deja beber cerveza. ¿No tendrás zumo?
Sirvienta: ¿Zumo? ¿En una taberna? ¡Anda y vete a casa de tu mami, niñato!
Aquiles: Jo, ya volvemos a los abusos...


¿Quién será esta chica?


Estoy de acuerdo. A lo mejor ese es uno de los motivos por los que debería salvar el mundo.

¡Oh, ¿es una adivina?! ¡A lo mejor es la chica de la que hablaban en Casablanca!

Bueno, ¿por qué no?



Oh, no, ya empezamos... Señorita, siento mucho asustarle. Me voy, gracias por su adivin...

¿Eh? ¿Cómo dice, señorita?



Aquiles: ¿He oído bien? ¿Dice que no me tiene miedo? ¿Y encima que desea ayudarme?
Meena: ¡Desde luego! Me llamo Meena, y me gustaría mucho acompañarle en su aventura. Seguro que... podemos pasar buenos momentos juntos, ¿eh? Es usted muy atractivo, señor...
Aquiles: Aquiles, me llamo Aquiles. Y puedes tutearme. Me encantaría tu compañía, Meena. Tengo mucho que aprender del mundo, y me vendría bien tu ayuda.
Meena: ¡Fantástico! Será un placer ayudarte. Pídeme lo que quieras, estoy aquí para satisfacer tus necesidades, Elegido.








Meena: Y yo soy su ayudante, su voz de la razón, su sirvienta... personal.
Aquiles: Es un placer conocerte, Maya.



(No me puedo creer que tenga ya dos ayudantes, tan guapas, tan... ¡Y encima dicen que me harán caso en todo lo que les diga! Parece que la suerte está empezando a favorecerme.)

Maya: Muy bien, hermana. Pero antes, ¿qué os parece si pasamos por el banco, a que resuelva... ciertos asuntos?
Meena: Maya, ¿no habrás vuelto a pedir un préstamo para tus apuestas?
Maya: Eh... ¡Aquiles, ayúdame, Meena se está metiendo conmigo!
Aquiles: Meena, no seas tan seria. Deja que tu hermana haga lo que crea conveniente.
Meena: ¡A callar, Aquiles! Puede que seas el héroe, pero yo soy tu "tutora", y el primer paso para ser un buen héroe, es obedecer a los que son más sabios que tú.
Aquiles: S-Sí, señora...
Maya: Pobre Aquiles, apenas lo conocíamos y va a morir tan joven


Maya: Eh... ¿Trakiba? Soy yo, Maya...
Trakiba: ¡Oh, Maya, querida! Lo siento, es que estoy todavía un poco enfadada por el follón que me ha montado mi esposo Torneko.
Aquiles: ¿Torneko? He oído hablar de él...
Trakiba: Por supuesto que has oído hablar de él. Se lanzó a la aventura para buscar no sé qué arma legendaria y poder ganarse un buen pellizco... Pero el muy ruin se marchó sin dejarme ninguna existencia en nuestra tienda de armas, y entonces me quedé sin material enseguida. No me quedó más remedio que abrir un banco...
Maya: Sí, todo es muy triste y tal, pero (en voz baja) ¿tienes el préstamo que pedí preparado?
Meena: ¿Maya? ¡No quiero secretos!
Maya: ¡Ja, ja, ja! Hermana, me duele que pienses así de mí. Estaba hablando del préstamo que pidió... Aquiles, ¿verdad?
Trakiba: ¿Aquiles?
Maya: (en voz baja) Sí, sígueme la corriente, es tan solo una broma inocente.


Aquiles: Eh ¿qué? ¡Yo no he pedido ningún préstamo!
Meena: Oh, Aquiles, espero que estés preparado para la lección que te daré esta noche. ¡Los préstamos no son buenos, y menos para un héroe!
Aquiles: Pero ¿esta noche? ¿Por qué esta noche? ¿Y qué he hecho? ¡Socorro! (Estoy empezando a arrepentirme de haberme unido a este par de diablesas). ¡Maya, no puedes hacerme esto!
Maya: ¡Ja, ja! Aquiles, era solo una bromilla inocente, sin mal alguno. Venga, no es para tanto.






Aquiles: ... Meena, ¿no debería ser labor tuya evitar que lea estas tonterías?
Meena: Sí, pero aun así estás leyéndolas, así que tú eres el único culpable. Esta noche prepárate para... mi castigo.
Aquiles: P-Pero ¿por qué tiene que ser por la noche?

Maya: ¡¿Psaro el Carnicero?! ¡Meena!
Meena: Así es, hermana. Es uno de los enemigos que buscamos.
Aquiles: Y yo también. Creo que él es el Señor del Inframundo que supuestamente tengo que derrotar.


Bueno, creo que ya va siendo hora de ir al este, tal y como ha dicho antes Meena.

Meena: Eh, Aquiles, ¿sabes acaso dónde está el este?

Meena: Bueno, Aquiles, dado que soy tu tutora, pienso enseñarte a defenderte. No soy una experta en combate físico, pero puedo enseñarte ciertas cosas sobre magia.
Maya: ¡Y yo también!


Y así Aquiles empezó a entrenarse con la ayuda de sus compañeras Maya y Meena.

Aprendió hechizos.

Volvió a morir (aunque se encontró de nuevo con la Diosa, lo que le alegró mucho)




Y así, llegó el momento de proseguir el viaje hacia el este.

A lo lejos se ve un desierto. Creo que será mejor que vayamos a esa casa que se ve, a prepararnos.

Oh, es una posada.

Meena: ¿Por qué diablos nos has hecho meternos en un pozo?
Aquiles: No sé... Ha sido... instinto...
Meena: Pues espero que aprendas a dominar tu otro instinto, dado que veo que tu mirada está donde no le corresponde... (En voz baja) Si quieres mirar, espérate a la noche.
Aquiles: ¡¿Pero por qué lo dejas todo para la noche?!


Eh... ¿No? No te he pedido nada... Pero ya que estás, ¿podrías darnos un carromato? No podemos cruzar el desierto andando, y además, tengo que salvar el mundo.


Maya: ¡Ja! Para chinchar, te diré que no. Nanay.

Meena: Estarás contenta, ¿eh, Maya? Tus "inocentes" bromas nos van a hacer tragarnos una historia de mierda.
Maya: ¡Jo, pero yo no quería que pasase esto!





Pobrecillo, sé de lo que habla. Hasta Elisa y mis papás me abandonaron... Buuuaa.. No, no debo llorar. ¡Debo ser fuerte!


Aquiles: ¿Qué hacemos ahora?
Meena: ¿Pues tú qué crees? ¡Vamos a esa cueva que ha dicho el tipejo ese!


Meena: ¡Muy bien, Aquiles! ¡Veo que vas aprendiendo!


Ahí está la cueva.

Aquiles; ¡Oh, no! ¡Una pared nos impide pasar! ¡Estamos perdidos!
Maya: ¡Tranquilo, Aquiles! Tenemos un barril de pólvora para estos casos. Un... amigo nos ayudó a conseguirlo y a hacer una travesura buenísima que...
Meena: Maya, al grano.

Maya: ¿Ves? ¡Listo!
En realidad basta con acercarse a la pared para romperla.

¿Eh?
Maya y Meena: ¡Aaaaaah!

¡Oh, no! ¡Maya, Meena! ¡Me han dejado solo...! ¿Qué hago ahora...? ... ¡Sé valiente, Aquiles, ve a buscarlas!

No me queda más remedio que ir a lo más profundo de la cueva...

¡Oh, ahí están! ¡Maya, Meena! ¡Estoy aquí!

¡Por supuesto! Ahora que por fin tengo amigos de verdad, no podía dejaros solas.


¿Maya? ¿Meena? ¿Qué os pasa? ¿Y esas miradas?

¡Ah! ¡Traición! ¡Socorro!

¿Monstruos? ¿Maya y Meena eran monstruos?



Uf, no veo bien. ¡Veo espejismos!

¡Veo demasiados monstruos! ¿Cuál es el de verdad?

Puf, menos mal que he conseguido derrotarlos...

¡Noooooooo!

¿Otra vez Maya y Meena? ¡Me estoy volviendo loco! ¡Tengo miedo!


N-No estoy seguro...



¡Otro engaño! ¡Aaaaah!

¡Por la Diosa! ¡Esta vez no voy a salir vivo!

Pero no... Tengo que ser valiente. ¡Tengo que poner en práctica todo lo que he aprendido gracias a Maya y Meena!


¡Hyaaaaaaaaa!




¡L-Lo conseguí!

Vale, debo buscar a Maya y Meena. ¡Tiene que estar por aquí!


¡Ahí están! Espero que esta vez sean de verdad.

¿Qué dices?

¿Y cómo puedo saber yo que vosotras sois Maya y Meena de verdad?

Maya: Pero hermana ¿no era yo la inocente, que se lo creía todo?


¡Por supuesto que no! ¡Eras tú, Maya! Eres una viciada a los casinos.



Supongo que sí. No nos conocemos mucho, pero si queremos colaborar juntos, tendremos que confiar los unos en los otros.

Muy bien, ahora busquemos el tesoro que se supone que hay aquí.




¡Oh, un cofre del tesoro!

Mmm... No sé qué es esto, pero quizá sea lo que buscaba ese tal Juanchito. Supongo que habrá que volver a dárselo.


Según lo que pone en una etiqueta que tiene el objeto, es un "símbolo de fe".



la gente.
Sí, nosotros hemos pasado por las mismas pruebas... y ha sido muy peligroso, pero juntos hemos superado las dificultades.


Meena: ¡Santa Diosa! Esto sí que es un cambio rápido... ¿Ahora de repente quiere viajar con nosotros?

¡Eh, no te he dicho que puedas venir con nosotros!

Maya: Uy, ya tengo en mente varias formas de probar los nuevos petardos que compré en Endor con esta yegua.

Bueno, supongo que Juanchito tendrá que venirse con nosotros si queremos el carromato...


Meena: ¡Joder con Juanchito! Mmm... ¿Qué tal será en la cama?
Juanchito es un acompañante como Oojam y Curi. No se le puede controlar en combate.

Por esta zona abundan los limos metálicos, que ayudan bastante a subir de nivel.

Maya: ¡Cómo me voy a poner las botas con este hechizo nuevo, madre!

Ah, por fin hemos salido del desierto.


Meena: ¡Menudo pueblo de paletos! Aquiles, deberíamos irnos enseguida. No me gustaría que el héroe adoptase esta forma de hablar.

Claro, ¿por qué no?


Maya: ¿Cuál sería la mejor forma de quemarle la cola a la yegua Paca? Mmm... ¡Ah, ya lo tengo...!
Meena: Maya, ¿podrías repetir lo que has dicho? Creo que no te he oído bien.
Maya: Ah, Meena... Eh... ¡Aquiles me ha dado la idea, lo juro!
Meena: ¡Aquiles! ¡Pensaba que estabas empezando a comportarte como un héroe!
Aquiles: ¡Pero si no he hecho nada...!


Meena: Mmm... Huele un poco mal cerca de ti, Juanchito, ¿no crees?
Juanchito: ¡Oh! ... He oído una ventosidad venir de la zona del guanche Aquiles.
Meena: ¡Aquiles! En serio, te la estás ganando...
Aquiles: ¡Pero...!
Juanchito: Lo siento, guanche. Tenía que salvar el pellejo, nomás.

Oh, qué zona más bonita para visitar...


Meena: Puf, qué lentitud...





Maya: Qué rollazo de visita guiada...


Ah, por fin. Bueno, continuemos.





¡Un barco! Nunca he subido en uno... A lo mejor, tener un barco nos resulta útil en nuestro viaje. Quizá deberíamos ir a Puertoumbrío...


Maya: ¡Puaj, qué asco, un viejo desnudo! ¡Es todo pellejo!
Meena: A ver si esto te hace perder la inocencia de una vez...

Meena: Aquiles, recuerda. Puertoumbrío está al sur.
Aquiles: sí, Meena. Creo que ya estoy aprendiendo a orientarme.

Aquiles: ¿Ves?
Meena: No lo celebres, ya que habría que ser idiota para perderse en línea recta.
Díselo a 





Muy original el nombre, ¿no?




Aquiles: Déjame que lo adivine: nos va a tocar ir a ese faro y derrotar a los monstruos para poder navegar con un barco.
Meena: Por supuesto. Es tu labor como héroe.
Aquiles: ¿Mi albor? ¿Y vosotros qué?
Juanchito: Nosotros te estaremos apoyando, guanche.
Maya: Pero eh, ¿no sería más fácil que incendiase algo para dar luz y que guíe al barco? ¡Me pirran los incendios!
Meena: ¡Ni pensarlo!

https://www.youtube.com/watch?v=ahgDOSybKWk





Maya: ¿Torneko? ¿No es ese el marido de Trakiba?
Meena: así es. Parece que está por esta zona, y que tiene un barco. Mmm... Quizá si solucionamos el asunto del faro, nos deje viajar con su barco.


Supongo que llegó la hora de irse al faro ese...

Un poco lejos está el faro, ¡no creéis?

Genial, otro lugar oscuro y que da miedo...



Maya: ¡Tomaaa! ¡Ya tengo dinero para cuando volvamos al casino de Endor!

En este faro hay ciertos combates complicadillos. Es recomendable entrenar hasta el nivel 12/13 más o menos.

¿Y tú eres?
Torneko: Soy Torneko Taloon, mercader profesional y rico.
Maya: ¿Torneko? ¡Tú eres el que casi deja en la ruina a Trakiba!
Torneko: ¡ah! ¿Conocéis a mi esposa? Le dejé la tienda, he sido demasiado generoso. Pero si no ha sabido administrarla, no es problema mío. Ahora mismo tengo mucho dinero gracias a mis aventuras, no creo que vuelva a Endor en mucho tiempo.
Meena: Veo que el dinero te tiene cegado.
Torneko: ¿El dinero? ¿Cegado? ¡En absoluto, muchacha! Sé que el dinero puede traer desgracias, lo sé de primera mano, pero por eso quiero conseguir todo el dinero posible, para administrarlo bien y no tener problemas. En fin, cambiemos de tema.



Aquiles: Por supuesto.
Maya: ¡Pero Aquiles! Este tipejo es despreciable.
Aquiles: No entiendo mucho de dinero y gente despreciable, pero lo qué sé es que necesitamos su ayuda cuando solucionemos lod elf aro. Y esta es la mejor forma de lograrla.
Meena: Por una vez tienes razón. Sigamos.






Se acaba de marchar.


Parece que no soy el único al que le persiguen los monstruos.

Meena: Yo que tú no haría eso. Estamos bajo techo y...

Meena: Lo que te decía.

¡El minidiablo está tan confuso que se hirió a sí mismo!



Maya: ¡Arded! ¡Arded, matojo de huesos!

¿Qué es esto? Mmm...


Vaaale, estoy viendo unos monstruos bailando... Definitivamente, este mundo da miedo.



Maya: Aquiles, di algo...
Aquiles: Eh... Esto... ¡M-Morid, c-canallas!


Maya: ¡Eh, aquí la única que puede hacer bromas con el fuego soy yo! ¡A por ellos, Aquiles!

Oh, mierda.


Maya: ¡Auxilioooo! ¡Monstruos bonitos, era broma lo que he dicho! ¡Podéis jugar con fuego si queréis! Ay....



Meena: Ah... A ver si así aprende Maya a considerar las consecuencias de sus acciones...



Meena: ¡Aquiles, no seas miedica! ¡Esto es tan solo un combate un poco peor de lo habitual!

Uf, por fin...

Supongo que el objeto de antes puede ser útil aquí...


Bueno, problema resuelto. Espero que Torneko nos ayude ahora.


Meena: ¿Y ya está? ¿No nos vas a ayudar?


Meena: O sea, que nos dejas el barco no para ayudarnos, sino para que te protejamos a ti y a tu dinero...
Torneko: ¡Yo no lo habría dicho mejor!

Sí, pero únicamente porque tienes un barco.

Torneko: Espero que nuestra colaboración me aporte muchos beneficios económicos.


Ahora toca ir al sur, ¡y tenemos el barco para viajar por el mar! Pero habrá que esperar al próximo capítulo, dado que este me ha quedado un pelín largo.
<< Anterior Índice Siguiente >>