Megaman Z-Link [Survival Rol]

[LightHelco]

"Venga ya, ¿este tío no tiene ningún punto flaco?"

Cambié al instante al Modelo P para lanzarle cuantos shurikens pudiese al cañón con la intención de estropearlo o conseguir que el disparo cargado no saliera del todo bien. Además, si aquello no funcionaba, la agilidad del ninja me ayudaría a esquivar mas fácilmente el ataque, si lo conseguía cambiaría nuevamente al Modelo FX para seguir atacando con disparos.

[Malfuin]

@Dos:

Tu shuriken no logró desviar el disparo cargado, pero estabas bien atenta y lo esquivaste sin problemas, pasando inmediatamente al modelo FX para contraatacar. Viste a Alfred pasar al Modelo L y girar su alabarda a toda velocidad a su alrededor para protegerse de sus disparos. Luego, se acercó a ti velozmente y te apuntó con la lanza. No hubo ningún ataque visible, pero una oleada de frío recorrió el aire y el cañón del Modelo FX dejó de funcionar. Además, tenías el brazo paralizado, como si se hubiera congelado por dentro. Alfred levantó su alabarda y se dispuso a atravesarte con ella.

[LightHelco]

—¡Eh! ¡Eso es trampa!

Salté rápidamente hacia atrás cambiando al Modelo H para tener mejor impulso. Antes de que pudiese terminar su arremetida y cambiar de modelo, lancé varios tornados contra el Imitador para que se mantuviese unos segundos entretenido o liado, para así, poder saltar contra él con las dos espadas cruzadas y aplastarlo contra la pared o el suelo.

—Me pregunto para que narices quieres los biometales si ya los tienes todos, deja que el resto también disfrutemos de los modelos.

[Malfuin]

@Dos:

Saltaste hacia atrás y al cambiar de modelo recuperaste la movilidad de tu brazo. Además, esquivaste el ataque de Alfred, que inmediatamente pasó a utilizar el Modelo P y, aunque recibió los tornados, estos no le afectaron demasiado. No pudiste acorralarle porque en el último momento se convirtió en una sombra y pasó a través de ti. Cuando estuvo a tu espalda, aprovechó para clavarte unos kunais en ella, que te hicieron bastante daño.

-Me temo que la posesión de esos Biometales en manos de una rebelde amenazan la seguridad de nuestra sociedad perfecta. No tengo más remedio que confiscarlos.

[LightHelco]

—Sociedad… perfecta… —balbuceé recuperándome del golpe y tomando el puesto de Dou tras que esta quedase algo debilitada — ¿Qué es… una sociedad perfecta?

—¡Vuelve aquí, Tres! Esta me la vas a pagar cara —grité acelerando el paso para intentar atrapar al reploide que huía de mi —. La que vas a recibir seguro que te ajusta los tornillos que se te han salido con esto.

Tres simplemente rio sin dejar de correr por el pasillo. A él le hacía mucha gracia esta situación, pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados tras lo que me había hecho.

—Venga, hermanita, no te lo tomes tan mal. Además, ahora nos parecemos mas, ¿no? —se intentó excusar abriendo la puerta hacia el invernadero.

—¡Que me pintes el pelo de verde no va a hacer que nos parezcamos en nada!

Corriendo aun más rápido, tome impulso para saltar contra el reploide antes de que abriera la puerta y se escondiese. Suerte tuve que el pulso le fallo y no pudo abrirla a tiempo para recibir mi placaje y que los dos acabáramos rodando por el suelo debido a eso.

—¡Te tengo! —anuncié agarrándole para que no escapase —. Prepárate ahora para mi venganza, conozco todos tus circuitos y se cómo ganarte.

—Jajajaja. Venga, Dos ¿no podemos olvidarnos de esto y…? ¡Ay!

Sujetándole las muñecas con una de las manos, había conseguido quitar una de las placas con la otra y ahora tenía acceso total a su sistema, por lo que no tardaría mucho en hacerle pagar lo del pelo. Aquello conseguía incluso hacerme sonreír de forma malvada.

—Dos, no toques ahí por favor es mi- ¡Au! —podía escuchar a mi hermano quejarse, pero yo estaba dispuesta a vengarme —. Losientolosientolosiento, pero ¡Agh! ¡Para!

—¿Se puede saber a que estáis jugando ahora? —nos habló entonces una voz desde arriba.
Los dos paramos al instante para mirar a nuestro locutor, el cual resulto ser el hombre que nos había creado, nuestro padre vaya.

—No sé qué os habrán enseñado alborotadores de Six y Acht, pero dudo que ese sea un juego seguro —hablo papa mirándonos con cara seria —. Dos, deja inmediatamente los circuitos de tu hermano.

Tan rápido como lo dijo solté a Tres y me aparté de él quedándome sentada en el suelo con los brazos cruzados, ahora fijo que ni le decía nada Tres por lo del pelo.

—¿Lo ves, Dos?, te dije que lo de imitar al antiguo héroe azul no era lo tuyo —mi respuesta a eso fue prácticamente el sacarle la lengua.

—Y Tres ¿puedes explicarme lo del bote de pintura de color verde exactamente igual a la que mancha el pelo de tu hermana en tu habitación? —continuó el hombre mirando directamente al reploide.

Este se quedó cortado al momento sin saber que decir, no me esperaba que papa le hubiese podido pillar de esa forma, Tres siempre conseguía librarse de todas las trastadas que hacía.

—Supongo que no, bien —acertó tras mirar la expresión de Tres —. Tres, quiero que ayudes a Dos a quitarse toda pintura y Dos, revierte cualquier cambio que hayas hecho en los circuitos de Tres.

—Sí, papa —respondimos los dos al unisonó.

Los dos nos quedamos un rato tirados en el suelo tras que nuestro padre se fuese. Tras unos segundos Tres me dirigió la palabra:

—La verdad es que me habría gustado verte con el pelo verde… según se los hermanos suelen tener aspectos de su físico en común… —su expresión al decir aquello parecía algo más triste, bastante alejada de la sonrisa que solía tener normalmente —. One dice que no deberíamos tratarnos como hermanos porque no nos parecemos en nada.

—Pero los hermanos pueden ser diferentes el uno del otro —no sé por qué le había hecho caso a One, era un imbécil —. O al menos así lo leí en un libro…

—Si salía en uno de tus libros supongo que será cierto… bueno, papa ha dicho que tengo que limpiarte la pintura, así que vayamos al invernadero, ahí podré coger agua suficiente para limpiarte —sonrió levantándose y abriendo esta vez la puerta.

Tras hacerlo se giró hacia mí dándome su mano como apoyo para levantarme. No dude en cogérsela y dejar que me alzara para así poder entrar juntos dentro.

—De acuerdo, pero ni se te ocurra usar la manguera —le devolví la sonrisa, aunque lo que había fuese enserio.

El simplemente se rio entrando y yendo a buscar el agua. No sabía como lo hacía para que siempre acabase sonriendo, pero la verdad es que no me importa, aquello me hacia feliz. Era nuestra vida y mientras fuésemos felices, la consideraría perfecta.

—Nunca se puede obtener la perfección… siempre habrá alguien dispuesto arrebatarte tu perfección a favor de la suya…

Sin cambiar de modelo, me giré rápidamente a donde él estaba para atacarle antes de que pudiese desaparecer, pero si lo hacía, cambiaría al modelo FX para llenar toda la sala de balas y atraparlo con ellas antes de que pudiese cambiar.

—Destruyeron nuestro mundo perfecto por miedo a perder el suyo… ¿Cuánta felicidad habéis robado para crear esto? ¿A cuántas familias habréis separado por miedo? —le pregunté intentando alejar los recuerdos de aquel día —. Una utopía no puede crearse sobre cadáveres, es por ello que voy a detener a vuestro amo.

[Malfuin]

@Dos:

Las balas de fuego se dispersaron y se adhirieron por todas partes en la sala... incluyendo a Alfred. El efecto fue inmediato y contundente: las chispas brillante atravesaron su cuerpo en cuestión de segundos, destrozándole por todas partes y dejándole un agujero en el pecho, otro en un lado de la cabeza y un tercero en uno de sus brazos, que creció tanto que la extremidad fue separada del cuerpo por el agujero y cayó al suelo.

Alfred cambió al Modelo F y comenzó a dispararte bolas de fuego con el brazo que le quedaba, apoyándose en una rodilla para mejorar su puntería.

-Tu intención es arrebatar la perfección a nuestro sistema -dijo con voz temblorosa-. Debo impedirlo.

[LightHelco]

—¡Mira más alla de esta maldita bóveda! —grité antes de agacharme y rodar por el suelo para poder esquivar los disparos de Alfred —. Quizás así te des cuenta de lo imperfecta que es vuestra sociedad.

“Eh, Dos. He visto su patrón” escuché hablar por fin a Dou tras que se recuperase del anterior golpe “¿Recuerdas que empezó como ninja?” asentí buscando el esquivar el resto de proyectiles “Y después pasó a nuestro modelo, para seguidamente ser…”

“El modelo H” ¿estaba repitiendo el orden? Si era así solo tenía que encontrar el modelo perfecto para vencer a ese… ¿cuál era la debilidad de Viento?

—¡Modelo L! —grité de forma eufórica usando la lanza para bloquear los últimos proyectiles que hubiese —. Lo siento, Dos, pero estabas tardando demasiado en decidirte —sonreí para después centrarme en el copión —. Eh, Alfred ¿qué tal si dejamos de lado la asignatura de Sociedades y nos centramos en la de Historia? Porque estas a punto de pasar a ser parte de ella.

Corrí rápidamente hacia Alfred usando la lanza a modo de escudo por si tardaba en cambiar de modelo. En cuanto esto pasara, saltaría usando el arma como apoyo para propinarle una patada que lo derribase y desde ahí ensartarle finalmente la lanza en sus circuitos.

Spoiler: Mostrar

La cursiva son los dialogos de Dou por si se estaba haciendo muy lioso diferenciar entre las dos personalidades

[Malfuin]

@Dos:

Cambiaste al Modelo L y detuviste los disparos de fuego de Alfred, quien cambió de Modelo otra vez. Volvió a usar el Modelo H, aunque ahora sólo podía llevar una espada. Se lanzó volando hacia ti, pero pudiste desviar su espada con la alabarda y propinarle una patada en la cara, que hizo saltar chispas del agujero que tenía en la cabeza.

Alfred cayó de espaldas, y la espada se le escapó de las manos. Los hologramas aparecieron frente a él y se apresuró a tocar el icono del siguiente modelo de la lista, pero antes de que pudiese activarlo, te dio tiempo a atravesarle el brazo y el pecho de un único golpe.

-Su ra-razonamiento es erróneo -declaró Alfred con voz débil-. El fun-funcionamiento interno de nuestra so-sociedad es perfecto. Para que la per-perfección sea posible, los recursos disponibles de-deben concentrarse en un área y contribuir al de-desarrollo de una sociedad totalmente aislada... Los sucesos exteriores son i-irrelevantes... La perfección hace que el sa-sacrificio merezca la... pe...

Siguió moviendo los labios durante unos momentos más, pero ya no emitía ningún sonido. En cuanto el triángulo luminoso de su frente se apagó, la puerta del ascensor se abrió automáticamente.

Entraste en el ascensor, aunque era más bien un cilindro de hierro sin suelo ni techo. Quedaste sostenida en el aire, en la oscuridad. Cuando la puerta se cerró, estabas totalmente a oscuras. Sin embargo, un segundo después, viste una luz brillante y diminuta frente a ti. Tuviste que examinarla con mucha atención para ver una pequeña carita infantil y unas alas que se agitaban a toda velocidad, enviando chispas luminosas en todas direcciones.

Seguían apareciendo luces por todas partes, luces brillantes de diferentes tamaños que tenían rostros y cuerpos hermosos, y ropas de diferentes colores. Comenzaron a volar a tu alrededor a toda velocidad, reparando cada diminuta herida que tuvieras, cada desperfecto regenerándote y dejándote en perfecto estado. Te diste cuenta, de repente, de que estabas ascendiendo a toda velocidad por aquel hueco vacío, y aquellas luces, o seres, parecían arrastrarte hacia las alturas envolviéndote con su luz. Una voz, o quizá muchas, hablaron haciendo eco en el vacío.

-Somos los Ciber Elfos. Somos la personificación de la energía generada en todos los lugares del mundo. El Amo nos ha encerrado aquí durante cientos de años, nos atrae con el poder del Modelo W, y sigue atrayéndonos, codificando y encerrando en Centra cualquier forma de energía que aparezca en el resto del mundo... Nos está utilizando para vivir eternamente. ¡Debes liberarnos! ¡Hemos esperado mucho tiempo! ¡Debemos volver para revitalizar el mundo del que vinimos!

El tubo llegó a su fin, y viste unas puertas automáticas abrirse ante ti. Las manos de cientos de Ciber Elfos te empujaron y te lanzaron más allá de la puerta, que se cerró con un chasquido detrás de ti.

Estabas en el tejado de la torre, en una pasarela estrecha que conducía hacia un trono situado al borde del abismo. El trono estaba orientado hacia el norte, hacia la línea de fuego que marcaba la autopista que se había derrumbado. Pero giró automáticamente hacia ti con un sonido mecánico y viste a la persona sentada en él.

Parecía un humano normal y corriente. Tenía la piel oscura, el pelo muy corto, casi rapado, y una perilla negra. Llevaba una chaqueta de cuero, también oscura. Suspiró al verte.

-Así que has decidido traerme los Biometales personalmente -comentó-. Quizá sea mejor así... Ya que ibas a venir de todos modos, no tendría que haberte puesto tantos impedimentos. Soy el portador del Modelo W. Puedes llamarme Will.

Se levantó y comenzó a caminar por la pasarela, en dirección a ti. Aparentemente estaba desarmado. El trono se hundió en el suelo y desapareció tras él, oculto tras una trampilla. Will extendió los brazos.

-Vamos, pequeña, has venido a matarme, ¿no? No te quedes ahí plantada. Supongo que piensas que con esos Biometales es posible vencerme. Inténtalo. Me gustaría verlo.

[LightHelco]

"Dou ¿cómo supiste que sería el modelo L su debilidad?" me preguntó Dos mientras estábamos en el ascensor “. Recordaba la rueda de los elementos de haberlas visto en uno de mis libros, pero no esperaba que papa hubiese dejado esos datos en la memoria inicial”

—La verdad es que no tengo ni idea de lo que dices con lo de esa rueda —le respondí teniendo que apartar a uno de los Ciber Elfos que tanto se estaba acercando a mi esfera ocular —. Yo solo sé que si mojas a un pájaro a este le cuesta volar, eso y que Jurel uso su lanza contra Anulado.

El que Dos no llegase a decir nada me confirmó que mi respuesta la había sorprendido o quizás hubiese decidido quedarse callada al ver a través de nuestros ojos al hombre que se encontraba sentado en un trono. El hombre se presentó como Will y lo primero que intentó fue provocarme para que me lanzara contra él, pfff, iluso, me encanta el ver como todas las cosas se caen a trozos (la verdad es que durante su presentación le había hecho poco caso por mirar la autopista), pero tampoco estaba tan loca como para saltar sobre él de buenas a primeras.

Bueno, vale, si lo estaba, pero Dos me lo impedía. Hablando de ella, parecía que quería hablar antes con el tal Will.

—Me imagino que esperaras a que yo ataque primero, pero antes quiero saber un poco el porqué de todo esto —le pedí pasando al modelo FX y manteniéndome ojo avizor de que no usara nada —. En mi época vi aparecer a un tirano que buscaba una utopía para los Reploides y por ello los humanos en los que tanto confiamos llegaron a traicionarnos incluso ¿Cuál es la historia ahora? ¿Por qué encerrar a un grupo de personas en este lugar y abandonar al resto? Eso es lo que quiero saber.

[Malfuin]

Will inclinó la cabeza. Parecía sorprendido por la pregunta, y permaneció un rato en silencio.

-Porque es viable -declaró-. La humanidad estaba acabando con los recursos energéticos del planeta demasiado rápido, y no hablemos de la cantidad de energía que consumen los reploides estándar. Íbamos a extinguirnos en cuestión de décadas de todos modos. Es mucho mejor ahorrar toda la energía que se puede producir en el mundo, mantener una pequeña colonia de vida inteligente gracias a ella. Si mis cálculos son correctos, nuestras reservas aguantarán varios miles de años, mientras que la vida fuera de Centra se extinguirá por completo en un cuarto de siglo. Su sufrimiento no se prolongará demasiado, y el sacrificio dará la oportunidad de vivir a incontables generaciones en Centra -se encogió de hombros-. No me considero un salvador ni nada por el estilo. He organizado las cosas de forma que yo lidere eternamente este mundo perfecto, sé que no hay el menor desinterés en ello. A fin de cuentas, vivir para siempre en un mundo en el que todo los demás han muerto es bastante aburrido, ¿no te parece? En cualquier caso, ¿qué te importa a ti lo que yo haga con el mundo? ¿A qué demonios has venido? Supongo que tienes claro que vas a morir, no existe ninguna forma de salir con vida de esta torre... Así que supongo que al menos puedo hacerte la concesión de recordar eternamente tus últimas palabras.