@Kamemon[III]:
-¿Designios? ¿Qué es eso? -la chica sacude la cabeza-. ¿Intentas decirme que ese cacharro espera que yo haga algo? Pero si solo es un juguete viejo.
La escuchas respirar profundamente, tratando de tranquilizarse.
-Ese otro Digimon al que has visto... Seguramente viene a matarme. Según mis cálculos, ya debería haber aparecido uno esta semana... Y lo peor es que el brazo ad interim tarda doce horas en recargarse...
Suspira.
-Me ofreces protección, pero tampoco es que parezcas muy fuerte. Al menos tienes pinta de ser resistente. Sería una estúpida si rechazara tu oferta. Pero que te quede clara una cosa, ¡no estamos conectados!
Camina hasta el ascensor del que ha salido y pulsa un botón.
-En realidad no debería confiar en ti. Pero está bien... Ven. Estaremos más seguros en mi casa. Si te soy sincera, no eres el primer Digimon que trata de protegerme, ¿sabías eso? Otro lo intentó, el día que perdí el brazo... Pero él acabó muerto -añade en tono siniestro.
@DemiDevimon[III]:
-¡ME SORPRENDO PORQUE SE SUPONE QUE NO ERES REAL! IS THIS A DREAM? OR JUST A FANTA SEA?
El chico comienza a respirar entrecortadamente. No tienes claro si está asustado o emocionado.
-Eres DemiDevimon. Evolucionas a Devimon, así que puedes usar tus brazos extensibles para levantar Digimon en el aire y soltarlos por un barranco. Eres muy bueno provocando daño por caída a Digimon que no sean muy pesados. Los Digimon Sagrados pueden deshacerte como si fueras de gelatina. El lore es un coñazo y no me lo leo mucho, pero si no recuerdo mal... Eres de los malos...
Parece estar intentando enumerar todo lo que sabe sobre tío.
-¿Las estanterías? -parece sobresaltarse-. ¡Tío, eres de los malos! ¡Las cosas hay que pagarlas! -hace un ruido desagradable con la boca-. Podría pagarlo yo, pero... ¿cómo se lo explico? No quiero que el dueño piense que he estado mangando. A fin de cuentas, vivo aquí. ¿Por qué tienes tantas ganas de quedarte ese Tamagochi, de todos modos?
@SnowAgumon[III]:
Lana te miró pensativa un momento antes de seguir trabajando, pero no respondió. La viste pasar un rato sirviendo a los clientes con amabilidad e incluso charlando con algunos. Al cabo de un rato, la gente comenzó a irse y ella comenzó a recoger las mesas. Por fin, todos los clientes se fueron y comenzó a cerrar el local.
-¡Ya puedes salir! -te llamó, y cogió una escoba-. ¿Sabes? He estado tratando de recordar esa serie de dibujos. No estoy segura, pero creo que había una voz misteriosa que... Bueno, ella fue la que eligió a los Niños Elegidos, porque todos tenían cualidades super guays.
Niega para sí misma con la cabeza.
-Pero esa voz no me elegiría a mí. Siempre lo supe. Solo soy una miedica. No tengo ninguna cualidad que valga la pena. ¿De qué sirve una chica que ni siquiera se atreve a ir al colegio? Los niños elegidos son un grupo, ¿no? Y yo no soy capaz de tener compañeros... Así que no puedo serlo.
La ves mover un montón de sillas amontonadas.
-Pero ahora que sé que sois reales... Me preocupa lo que has dicho. Me preocupa que otros Digimon vengan a atacarme. Así que... Voy a seguirte la corriente por ahora, mientras no tenga que hacer nada peligroso -sonríe con aire culpable-. Ya lo ves. Seré una elegida terrible. Ni siquiera tengo voluntad suficiente para negarme.
@Impmon[ ]:
-¡Tus ataques no me hacen nada, renacuajo! -Kokatorimon, con las plumas en llamas, atraviesa el muro de fuego y te derriba con una de sus garras-. Como dije antes, eres demasiado ambicioso... -te tiene aplastado contra el suelo polvoriento. Cuidadosamente, con su garra, sostiene tu Dispositivo Sagrado-. Voy a quitarte esta antigualla antes de convertirte en piedra. Sé de alguien a quien podría interes...
De repente, el Dispositivo Digital brilla con una luz cegadora y Kokatorimon sale despedido. Tú comienzas a rodar por el suelo a toda velocidad, como un muñeco de trapo, y te estrellas contra la barrera electromagnética. Para tu sorpresa, la atraviesas y vuelves a aparecer en el mundo humano. Todo tiene su tamaño normal aquí.
Chocas contra una mesa, derribándola, y acabas en el suelo en medio de la calle. Te sientes extremadamente cansado.
El camarero sigue envuelto en esa barrera roja, su zona ad hoc, como la llamó Kokatorimon. No parece consciente de nada de lo que ha pasado, pero se le ve sobresaltado por la mesa derribada.
-¿Pero qué demonios...? -está caminando rápidamente en tu dirección, para volver a levantar la mesa y las sillas derribadas.
@Herissmon[III]:
-Sí, bueno, ya sé que no es analógico -Niina estudia el Dispositivo Sagrado antes de aceptarlo-. Hum, no lo entiendo del todo, pero parece que sabes quién está detrás de esto, supongo que... -cuando coge el dispositivo, este brilla en sus manos y, por fuera, se vuelve de color azul oscuro. Niina se sobresalta tanto que casi lo deja caer-. ¿Pero qué acaba de pasar? -rasca una esquinita del Dispositivo Sagrado con la uña-. ¿Esto es pintura?
Se cruza de brazos y ladea la cabeza.
-Los demás no podían verte, hace un rato. La cosa es... He aprendido a predecir dónde ocurrirán algunos de los accidentes... Digamos... Con un sesenta por ciento de probabilidades. Pero cuando voy a los sitios donde va a pasar algo malo, no veo nada raro. ¿Es porque los otros seres digitales son invisibles como tú? ¿Si te llevara hasta allí, podrías verlos? -no parece convencida-. Quiero decir, no me disgusta tu plan, pero... ¿no será muy peligroso? ¿Y quién dices que es mi compañero? ¿Dónde está?
Digimon: Ad hoc
Re: Digimon: Ad hoc
- Spoiler: Mostrar
Re: Digimon: Ad hoc
- Voy a ser honesto: yo tampoco confío en ti. Creo ciegamente en este juguete, eso sí. Y me dice que esté contigo, lo haré. Así que deberías respetarlo.
Me subí al ascensor junto a ella, guardando las distancias.
- Tranquila, no siento ningún tipo de conexión yo tampoco -bufé-. Pero sí que eres mi única pista, así que te protegeré con mi vida si es necesario.
Me quité el casco y lo sostuve en mis manos para dedicarle una mirada profunda sin que nada se interpusiera.
- Y si muero haciéndolo, un problema menos para cada uno. Tú dejas de hacer de canguro y yo ya no tengo que molestarme en volver a mi mundo -volví a colocarme la protección-. Aunque ésa no es mi forma. Mi forma es dejar el trabajo hecho.
Mientras se abrían las puertas del ascensor extendí mi mano de forma respetuosa, con cuidado de no equivocarme para que tuviera que devolverme el apretón con la mano que ya no tenía.
- Kamemon, a tu servicio. ¿Podrías darme un nombre?
Me subí al ascensor junto a ella, guardando las distancias.
- Tranquila, no siento ningún tipo de conexión yo tampoco -bufé-. Pero sí que eres mi única pista, así que te protegeré con mi vida si es necesario.
Me quité el casco y lo sostuve en mis manos para dedicarle una mirada profunda sin que nada se interpusiera.
- Y si muero haciéndolo, un problema menos para cada uno. Tú dejas de hacer de canguro y yo ya no tengo que molestarme en volver a mi mundo -volví a colocarme la protección-. Aunque ésa no es mi forma. Mi forma es dejar el trabajo hecho.
Mientras se abrían las puertas del ascensor extendí mi mano de forma respetuosa, con cuidado de no equivocarme para que tuviera que devolverme el apretón con la mano que ya no tenía.
- Kamemon, a tu servicio. ¿Podrías darme un nombre?
Re: Digimon: Ad hoc
—¿De los malos? —DeviDevimon repitió, ignorando algunas palabras que no entendía de las que había dicho ese chico. Se posó de nuevo encima del monitor, plegando una de sus alas, pareciendo que adoptara una postura pensativa— Mmmm… Preferiría que me llamasen oportunista. ¡Je, je!
El digimon desplegó las alas y se echó a volar de nuevo.
—¿Por qué irías a decirle nada al dueño? He sido yo, no tú, quien ha cogido esa comida, ¿y qué iba a hacer si no? ¡Me estaba muriendo de hambre! —mintió, exagerando como él solo— Además, nadie va a sospechar de ti a menos que cierres el pico. ¿No ves que a diferencia de mí los demás humanos sí pueden verte y escucharte a ti?
DemiDevimon entrecerró los ojos y repasó el local mientras el niño parecía aturdido.
—Este sitio no está mal, pero ya lo tengo visto. ¿Oye, cómo te llamas? —le preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.
El digimon desplegó las alas y se echó a volar de nuevo.
—¿Por qué irías a decirle nada al dueño? He sido yo, no tú, quien ha cogido esa comida, ¿y qué iba a hacer si no? ¡Me estaba muriendo de hambre! —mintió, exagerando como él solo— Además, nadie va a sospechar de ti a menos que cierres el pico. ¿No ves que a diferencia de mí los demás humanos sí pueden verte y escucharte a ti?
DemiDevimon entrecerró los ojos y repasó el local mientras el niño parecía aturdido.
—Este sitio no está mal, pero ya lo tengo visto. ¿Oye, cómo te llamas? —le preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.
Re: Digimon: Ad hoc
-No creo que sea pintura, yo no lo he pinntado -digo, tocando un poco el dispositivo con la zarpa-. Supongo que sí que podría ver a otros digimon, si deciden liarla parda. Puedo verme a mi mismo, al fin y al cabo. Y supooonngo que podría ser peligroso... algunos Digimon tienen muy mala baba. Pero tu no tiennes que arrimarte a ellos, déjame eso a mi. Eso sí, yo te aviso que nni idea de quien puede ser tu verdadero compañero. Para mi los dispositivos y los niños elegidos no eran mas que leyendas hasta hace veinte minutos. Supongo que será un digimon mazo guay y legendario.
La animo con un gesto a ir andando.
-Vennga, vennga, enseñame como enncuentras digimon!
La animo con un gesto a ir andando.
-Vennga, vennga, enseñame como enncuentras digimon!
Ora Ora Ora Ora Ora
Re: Digimon: Ad hoc
Lana despues de ese tiempo de reflexion, se veia mas dispuesta y dichachera. Aunque no mas optimista claro.
-Bueno, chica, yo tengo una idea diferente de lo que es ser cobarde y valiente- dije soltando una risotada- Tener miedo de algo(en tu caso ir a lo que sea que es un colegio) no es ser una cobardica.Si lo fueras te habrias negado a ayudarme, porque un cobarde habria creado su propio mundo en el que pensaria que todo va a salir bien escondida en su casa.Estas haciendo algo que temes hacer y ya con eso me pareces la niña elegida mas valiente de todos.A parte ¿no tienes cualidades? Te desenvuelves bien en esta tienda, asi que sabes moverte bien hablando con desconocidos, yo creo que esa es una buena cualidad.
Dije con una sonrisa.
-Y sobre los demas niños, ¿qué importa si serán tus compañeros o no? -Dije con tono burlón- No sabes como son y si no te caen bien, no tienes porque ser amigo de ellos. Creo que debes cambiar tu mentalidad-dije haciendo como el que pensaba- Piensa que los otros niños son como los clientes de este negocio o el que os vende el cafe.Piensa que estas trabajando-solte un bufido-Nunca pense que daría este consejo¿Y tu crees que la voz se ha equivocado? Lo mas divertido es conocer gente con otros pensamientos jajaja.
Creo que despues de esto tuvimos suficiente charla , asi que me puse serio.
-Bien, ahora vayamos al lio: Primero¿ha habido algún problema ultimamente? Si lo hay dimelos, pero centrate en los mas cercanos, atacar ahora sería una locura, asi que mejor adivinar cuando nos podríab atacar para defendernos es una buena idea- no quería asustar a Lana con planes de ataque, quizas si encontrara a otro niño con digimon todo sería mas facil...- Y en segundo lugar... Bien, creo que la confianza debe ser del 100% para que este plan funcione, asi que voy a permitir que le pongas un mote al gran Snowagumon.Sientete orgullosa, pocos pueden decir eso-dije guiñando un ojo.
-Bueno, chica, yo tengo una idea diferente de lo que es ser cobarde y valiente- dije soltando una risotada- Tener miedo de algo(en tu caso ir a lo que sea que es un colegio) no es ser una cobardica.Si lo fueras te habrias negado a ayudarme, porque un cobarde habria creado su propio mundo en el que pensaria que todo va a salir bien escondida en su casa.Estas haciendo algo que temes hacer y ya con eso me pareces la niña elegida mas valiente de todos.A parte ¿no tienes cualidades? Te desenvuelves bien en esta tienda, asi que sabes moverte bien hablando con desconocidos, yo creo que esa es una buena cualidad.
Dije con una sonrisa.
-Y sobre los demas niños, ¿qué importa si serán tus compañeros o no? -Dije con tono burlón- No sabes como son y si no te caen bien, no tienes porque ser amigo de ellos. Creo que debes cambiar tu mentalidad-dije haciendo como el que pensaba- Piensa que los otros niños son como los clientes de este negocio o el que os vende el cafe.Piensa que estas trabajando-solte un bufido-Nunca pense que daría este consejo¿Y tu crees que la voz se ha equivocado? Lo mas divertido es conocer gente con otros pensamientos jajaja.
Creo que despues de esto tuvimos suficiente charla , asi que me puse serio.
-Bien, ahora vayamos al lio: Primero¿ha habido algún problema ultimamente? Si lo hay dimelos, pero centrate en los mas cercanos, atacar ahora sería una locura, asi que mejor adivinar cuando nos podríab atacar para defendernos es una buena idea- no quería asustar a Lana con planes de ataque, quizas si encontrara a otro niño con digimon todo sería mas facil...- Y en segundo lugar... Bien, creo que la confianza debe ser del 100% para que este plan funcione, asi que voy a permitir que le pongas un mote al gran Snowagumon.Sientete orgullosa, pocos pueden decir eso-dije guiñando un ojo.
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LightHelco
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Re: Digimon: Ad hoc
¡Ay! Este pajarraco es demasiado fuerte... ¡y pesado! No puedo casi moverme y ¡fijo que es porque me esta aplastando con su gordura!
—Si no volverme un pedrusco es ser ambicioso, lo tuyo es locura extrema. ¡Déjame ir, colchón de plumas gigante! —pataleé de forma desesperada intentando librarme de él y más nervioso me puse cuando fue a agarrar mi Dispositivo sagrado diciendo algo de... ¿qué había otros interesados? —. ¡Suelta! Es mío, no tuyo para que se lo vendas al primer coleccionista de antiguayas que veas! ¡Mío he dicho!
No se si fue cosa de estar gritando o simplemente un sistema de defensa del propio dispositivo, pero este brilló de tal forma que causó que Kokatorimon saliera despedido. La fuerza del impacto me empujo a mi también y rodé y rodé y volví a rodar hasta que choque con la barrera. Un miedo a que me volviese repeler cruzó todo mi cuerpo, pero para mi sorpresa crucé la barrera y me estampé contra una de las mesas de la cafetería.
—Qué rayos...
Y ahí me quedé por unos instantes mirando al chico incapaz de entender que había pasado. Este fue a colocar la mesa y reaccioné rapido corriendo fuera de su campo de visión, personal... ¡de todo! Ni de palo me volvía a acercar a otra de esas burbujas rojas, al menos hasta que no pudiese aplastarle la cabeza al maldito pajarraco. Tenía razón, planteaba vengarme y solo las Bestias Sagradas sabían lo terrible que sería mi venganza. ¡Ja, ja, ja!
—Deja de pensar en eso ahora —me pegué ligeramente en la cabeza para centrarme —. Ya habrá tiempo para venganzas y dominaciones digimundiales, pero por ahora tengo que buscar a la persona que señala este Dispositivo Sagrado, más cuando se que podría haber Digimon queriendo quitármelo... que raro es todo esto.
—Si no volverme un pedrusco es ser ambicioso, lo tuyo es locura extrema. ¡Déjame ir, colchón de plumas gigante! —pataleé de forma desesperada intentando librarme de él y más nervioso me puse cuando fue a agarrar mi Dispositivo sagrado diciendo algo de... ¿qué había otros interesados? —. ¡Suelta! Es mío, no tuyo para que se lo vendas al primer coleccionista de antiguayas que veas! ¡Mío he dicho!
No se si fue cosa de estar gritando o simplemente un sistema de defensa del propio dispositivo, pero este brilló de tal forma que causó que Kokatorimon saliera despedido. La fuerza del impacto me empujo a mi también y rodé y rodé y volví a rodar hasta que choque con la barrera. Un miedo a que me volviese repeler cruzó todo mi cuerpo, pero para mi sorpresa crucé la barrera y me estampé contra una de las mesas de la cafetería.
—Qué rayos...
Y ahí me quedé por unos instantes mirando al chico incapaz de entender que había pasado. Este fue a colocar la mesa y reaccioné rapido corriendo fuera de su campo de visión, personal... ¡de todo! Ni de palo me volvía a acercar a otra de esas burbujas rojas, al menos hasta que no pudiese aplastarle la cabeza al maldito pajarraco. Tenía razón, planteaba vengarme y solo las Bestias Sagradas sabían lo terrible que sería mi venganza. ¡Ja, ja, ja!
—Deja de pensar en eso ahora —me pegué ligeramente en la cabeza para centrarme —. Ya habrá tiempo para venganzas y dominaciones digimundiales, pero por ahora tengo que buscar a la persona que señala este Dispositivo Sagrado, más cuando se que podría haber Digimon queriendo quitármelo... que raro es todo esto.
Recompensa: Firma rotatoria
Re: Digimon: Ad hoc
@Kamemon[III]:
La niña te mira con reticencia, pero te da la mano.
-Mi nombre es Erika -dice, y hace una mueca-. Y no deberías hablar así de morirte, como si te diera igual. ¿Un problema menos? ¡Déjate de chorradas! ¿Tienes idea de lo que me ha costado mantenerme con vida? No sabía que los Digimon menospreciarais vuestras propias vidas. Supongo que por eso os resulta tan fácil matar.
La puerta del ascensor se abre. No lo habías advertido, pero habíais estado bajando. Ahora estás bajo tierra, en un pasillo subterráneo en el que hay varias puertas. Erika se dirige a una de ellas y saca una llave. Cuando abre la puerta, al otro lado ves una habitación demasiado sobria para una niña. Hay algunos peluches aquí y allá, pero las paredes están recubiertas de ladrillo al descubierto y todos los muebles son de madera antigua. La cama es pequeña y parece haber sido un sofá en el pasado. Hay una nevera y un microondas. Al otro lado de una pequeña puerta ves lo que parece ser un cuarto de baño.
-Conseguí que me dejaran mudarme al sótano -dice Erika, cerrando la puerta con los múltiples cerrojos que hay a este lado-. Me hacen subir a comer y cenar, pero me dejan estar aquí casi siempre. Es más seguro que arriba. Les da pena lo de mi brazo, así que me lo consienten casi todo -suspira-. Tengo bastante comida aquí. ¿Quieres comer? Me consta que los Digimon os pasáis el día zampando.
@DemiDevimon[III]:
-Oportunista, ya... -El niño te mira con suspicacia-. Tú eres como esos camperos que se van a la otra punta de la isla con MagnaGarurumon y empiezan a cargarse a los jugadores buenos desde varios kilómetros de distancia.
Te mira con cierto aire de superioridad.
-Mi nombre es Norber. ¿Te importa si te grabo en video y se lo paso a mis colegas? -sonríe-. Van a flipar. Por cierto, ¿es que quieres algo de mí? ¿Has salido del juego? -señala la pantalla-. ¿Es que los dueños del juego no te dan de comer?
@Herissmon[III]:
La niña te mira, sonríe levemente y se mete el Dispositivo Sagrado en el bolsillo. Saca su móvil, hace aparecer un mapa en él y te lo muestra.
-Vale, no sé bien a qué se debe, pero noté cierto patrón en lo referente a algunos de los accidentes.
Echa a caminar, y tú vas detrás de ella. La sigues hasta el patio, donde ella continúa explicándote sus teorías. Los niños la miran boquiabiertos al notar como Niina va hablando sola y enseñando su teléfono a alquien a quien no pueden ver, pero ella no parece darse cuenta.
-Ocurre a algunas horas muy concretas... A las 10 de la mañana, a las una de la mañana, a las ocho de la tarde y a media noche. Y siempre sucede en lugares circulares o semicirculares, como este parque -señala al gran parque circular que hay justo en frente del colegio y comienza a atravesarlo-. A veces sólo ocurren tonterías, pero han llegado a suceder cosas realmente increíbles. Una vez la bahía entera se congeló a medianoche. ¿Un Digimon podría hacer eso? Dijeron que es por el cambio climático. ¿Puedes creerlo?
Camina hasta el punto en el que el parque está dividido por un río. Hay un puente que lo cruza.
-Ahí está uno de los puntos problemáticos -susurra Niina-. La gente que está en este puente a esta hora suele perder todos los datos de sus teléfonos. No es tan grave como lo de la bahía congelada, pero en fin... Ya son casi las ocho -hace desaparecer el mapa de la pantalla y en su lugar aparece un reloj.
Miras al puente. No hay nada sospechoso ahí: unos humanos paseando a sus perros (por alguna razón incomprensible, los llevan atados a sogas por el cuello), tipos escuchando música mediante cables que surgen de teléfonos similares al de Niina, una chica que sonríe y escribe mensajes distraídamente en el suyo...
De repente algo llama tu atención. La burbuja de la chica y la de uno de los tipos que escuchan música se vuelven más solidas. Te fijas en la hora del reloj: las 19:59. ¿Niina lleva razón?
Se abren agujeros en las esferas electromagnéticas y de ellas saltan dos Digimon. Uno es Gotsumon, un tipo bastante atolondrado. El otro es Gomamon, un pendenciero. Escuchas un jadeo a tu lado.
-¡Puedo verlos! -la chica se aparta y se esconde detrás de un arbusto-. ¡No puedo creerlo! ¡Están ahí de verdad! Pero, ¿es que nadie más los ve...?
-¡He venido a la hora acordada! -exclama Gomamon.
-¡Creía que te habrías acobardado -replica Gotsumon-. ¡Porque vas a perder!
-¡Eso ya lo veremos! ¡Peces al ataque!
Del río bajo el puente saltan un montón de peces de colores que empiezan a caer sobre Gotsumon. Deben ser digitales, porque nadie parece verlos. Sin embargo, algunos humanos miran a su alrededor, molestos, y limpian con las mangas las pantallas de sus teléfonos. Parece que el agua que salpican los peces sí que la notan.
-¿Crees que unos pececillos podrán conmigo? -Gotsumon empieza a sacudírselos a manotazos-. ¡Te vas a enterar! ¡Sacuderrocas!
Golpea el suelo con los puños, y el trozo del puente en el que se encuentra Gomamon se agrieta y se desprende bajo él. El Digimon cae al agua, lo que no parece molestarle en absoluto... Pero la chica que estaba escribiendo mensajes pierde el equilibrio y también cae al agujero... Aunque logra agarrarse a la barandilla del suelo, el teléfono se le cae y la esfera electromagnética que la envuelve desaparece.
-¡Mira lo que has hecho! -exclama Gomamon, desde el río-. ¡Por tu culpa he perdido la zona ad hoc en la que vivía! ¡Me quedaré con la tuya! ¡Inmersión surfista!
Se sumerge bajo el río y luego salta desde el agua hasta llegar por encima del puente, trazando un arco que concluye con él embistiendo a Gotsumon. El Digimon petreo es derribado, y Gomamon desaparece en el interior de la zona electromagnética del tipo que había estado escuchando música.
Solo que ya nadie está escuchando nada. Todos los humanos están aterrorizados por el derrumbamiento repentino y se han alejado rápidamente del puente: todos menos la chica que sigue colgada de la barandilla y un hombre que trata de socorrerla. Pero el agujero en el puente es ancho y él no logra alcanzar el brazo de la joven.
-¡Se han pasado tres pueblos! -Niina está furiosa-. No te voy a pedir que pelees con esas bestias pardas, pero... ¿Puedes ayudar de algún modo a esa chica? ¿Por favor?
@Gelato[III]:
-Hablar con los clientes es fácil -Lana se encoge de hombros-. Llevo haciéndolo desde pequeña. No creo que eso cuente como cualidad, es sólo que estoy acostumbrada. Pero gracias por intentar animarme, eres un buen dinosaurio -sonríe, pensativa-. Me parece extraño que me pidas que te de un mote, porque tú ya tienes un nombre, pero... Está bien. Te llamaré Gelato.
Lana termina de barrer y comienza a fregar el suelo. Te pide que te sientes en una mesa hasta que se seque.
-¿Problemas? Pues... Cerca de aquí hay un puerto. Algunas noches los barcos se ponen en marcha solos y echan a navegar hacia altamar. Normalmente los encuentran al día siguiente... Pero lo más curioso es que no hay nadie allí. Creen que son adolescentes que ponen los barcos en marcha, saltan por la borda y nadan hasta la playa, pero... ¿crees que los Digimon harían esto?
Te mira pensativamente.
-Tienes poderes de hielo, ¿verdad? Una noche, la bahía entera se congeló. ¡Ni siquiera hacía frío! Quizá un Digimon como tú (pero más grande) pudiera hacer eso. También hay rumores de que ocurren cosas extrañas cerca de aquí, en el hotel del faro. Huespedes que se van sin pagar en plena noche o algo así. Y naturalmente, esta misma cafetería tiene su propia leyenda -añade en broma-. Dicen que las parejas que se quieren de verdad y vienen aquí, acaban casándose muy pronto. Pero si se han mentido el uno al otro, se separan antes de salir por la puerta -echa a reír-. Pero supongo que ningún Digimon podría hacer algo como eso.
@Impmon[ I ]:
Te encuentras muy débil, pero aun así echas a andar hacia el norte. Caminas entre las fábricas, una zona casi desierta. En una ocasión ves humanos, tipos malhumorados que procuran moverse en silencio y cargan trozos de chatarra en una carretilla. Te llama la atención el hecho de que ninguno de ellos parece tener una zona ad hoc.
Todavía te falta una buena caminata hasta que llegas a tu objetivo, en el interior de una fábrica abandonada. Al principio no parece haber nadie allí, pero cuando exploras un poco el interior, acabas por ver una luz eléctrica. El pitido del Dispositivo Sagrado te conduce directamente hacia ella. La sigues tambaleándote.
En el interior hay un chico con la cabeza casi rapada. Está inclinado sobre una mesa de trabajo a la que le falta una pata (la ha sustituido con bloques de hormigón rotos apilados) en la que hay montones de herramientas, cables y trozos de plástico. Parece estar construyendo una especie de dispositivo totalmente irreconocible para ti. La luz viene de la lámpara que usa para iluminarse.
El chico está silbando alegremente mientras trabaja. De vez en cuando saca un teléfono y revisa algo en la pantalla. En una ocasión mira en tu dirección, y entonces parece alarmarse.
-Eh, chaval, ¿qué estás haciendo ahí? -le ves de frente. Tiene facciones ásperas y la cabeza casi rapada. Las orejas le sobresalen. Los ojos son grandes y claros.
Antes de que puedas responder, notas como te flaquean las piernas y ves el mundo inclinarse, aunque sabes que eres tú quien se está cayendo. Te estás quedando inconsciente.
Cuando te despiertas, te das cuenta de que estás tapado con algo. Tienes la cara empapada. Te incorporas y notas un dolor agudo en tu cabeza. Tu visión se dobla por un momento. Te das cuenta de que estabas tendido sobre la mesa, con un montón de cables y piezas a tu alrededor. Lo que te abrigaba era la chaqueta negra, grande y llena de bolsillos, de aquel niño. Te mira con preocupación.
-Eh, chaval. ¿Qué haces aquí? ¿Te has perdido? -pregunta, genuinamente preocupado-. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Y de qué vas disfrazado? ¿Dónde están tus padres?
La niña te mira con reticencia, pero te da la mano.
-Mi nombre es Erika -dice, y hace una mueca-. Y no deberías hablar así de morirte, como si te diera igual. ¿Un problema menos? ¡Déjate de chorradas! ¿Tienes idea de lo que me ha costado mantenerme con vida? No sabía que los Digimon menospreciarais vuestras propias vidas. Supongo que por eso os resulta tan fácil matar.
La puerta del ascensor se abre. No lo habías advertido, pero habíais estado bajando. Ahora estás bajo tierra, en un pasillo subterráneo en el que hay varias puertas. Erika se dirige a una de ellas y saca una llave. Cuando abre la puerta, al otro lado ves una habitación demasiado sobria para una niña. Hay algunos peluches aquí y allá, pero las paredes están recubiertas de ladrillo al descubierto y todos los muebles son de madera antigua. La cama es pequeña y parece haber sido un sofá en el pasado. Hay una nevera y un microondas. Al otro lado de una pequeña puerta ves lo que parece ser un cuarto de baño.
-Conseguí que me dejaran mudarme al sótano -dice Erika, cerrando la puerta con los múltiples cerrojos que hay a este lado-. Me hacen subir a comer y cenar, pero me dejan estar aquí casi siempre. Es más seguro que arriba. Les da pena lo de mi brazo, así que me lo consienten casi todo -suspira-. Tengo bastante comida aquí. ¿Quieres comer? Me consta que los Digimon os pasáis el día zampando.
@DemiDevimon[III]:
-Oportunista, ya... -El niño te mira con suspicacia-. Tú eres como esos camperos que se van a la otra punta de la isla con MagnaGarurumon y empiezan a cargarse a los jugadores buenos desde varios kilómetros de distancia.
Te mira con cierto aire de superioridad.
-Mi nombre es Norber. ¿Te importa si te grabo en video y se lo paso a mis colegas? -sonríe-. Van a flipar. Por cierto, ¿es que quieres algo de mí? ¿Has salido del juego? -señala la pantalla-. ¿Es que los dueños del juego no te dan de comer?
@Herissmon[III]:
La niña te mira, sonríe levemente y se mete el Dispositivo Sagrado en el bolsillo. Saca su móvil, hace aparecer un mapa en él y te lo muestra.
-Vale, no sé bien a qué se debe, pero noté cierto patrón en lo referente a algunos de los accidentes.
Echa a caminar, y tú vas detrás de ella. La sigues hasta el patio, donde ella continúa explicándote sus teorías. Los niños la miran boquiabiertos al notar como Niina va hablando sola y enseñando su teléfono a alquien a quien no pueden ver, pero ella no parece darse cuenta.
-Ocurre a algunas horas muy concretas... A las 10 de la mañana, a las una de la mañana, a las ocho de la tarde y a media noche. Y siempre sucede en lugares circulares o semicirculares, como este parque -señala al gran parque circular que hay justo en frente del colegio y comienza a atravesarlo-. A veces sólo ocurren tonterías, pero han llegado a suceder cosas realmente increíbles. Una vez la bahía entera se congeló a medianoche. ¿Un Digimon podría hacer eso? Dijeron que es por el cambio climático. ¿Puedes creerlo?
Camina hasta el punto en el que el parque está dividido por un río. Hay un puente que lo cruza.
-Ahí está uno de los puntos problemáticos -susurra Niina-. La gente que está en este puente a esta hora suele perder todos los datos de sus teléfonos. No es tan grave como lo de la bahía congelada, pero en fin... Ya son casi las ocho -hace desaparecer el mapa de la pantalla y en su lugar aparece un reloj.
Miras al puente. No hay nada sospechoso ahí: unos humanos paseando a sus perros (por alguna razón incomprensible, los llevan atados a sogas por el cuello), tipos escuchando música mediante cables que surgen de teléfonos similares al de Niina, una chica que sonríe y escribe mensajes distraídamente en el suyo...
De repente algo llama tu atención. La burbuja de la chica y la de uno de los tipos que escuchan música se vuelven más solidas. Te fijas en la hora del reloj: las 19:59. ¿Niina lleva razón?
Se abren agujeros en las esferas electromagnéticas y de ellas saltan dos Digimon. Uno es Gotsumon, un tipo bastante atolondrado. El otro es Gomamon, un pendenciero. Escuchas un jadeo a tu lado.
-¡Puedo verlos! -la chica se aparta y se esconde detrás de un arbusto-. ¡No puedo creerlo! ¡Están ahí de verdad! Pero, ¿es que nadie más los ve...?
-¡He venido a la hora acordada! -exclama Gomamon.
-¡Creía que te habrías acobardado -replica Gotsumon-. ¡Porque vas a perder!
-¡Eso ya lo veremos! ¡Peces al ataque!
Del río bajo el puente saltan un montón de peces de colores que empiezan a caer sobre Gotsumon. Deben ser digitales, porque nadie parece verlos. Sin embargo, algunos humanos miran a su alrededor, molestos, y limpian con las mangas las pantallas de sus teléfonos. Parece que el agua que salpican los peces sí que la notan.
-¿Crees que unos pececillos podrán conmigo? -Gotsumon empieza a sacudírselos a manotazos-. ¡Te vas a enterar! ¡Sacuderrocas!
Golpea el suelo con los puños, y el trozo del puente en el que se encuentra Gomamon se agrieta y se desprende bajo él. El Digimon cae al agua, lo que no parece molestarle en absoluto... Pero la chica que estaba escribiendo mensajes pierde el equilibrio y también cae al agujero... Aunque logra agarrarse a la barandilla del suelo, el teléfono se le cae y la esfera electromagnética que la envuelve desaparece.
-¡Mira lo que has hecho! -exclama Gomamon, desde el río-. ¡Por tu culpa he perdido la zona ad hoc en la que vivía! ¡Me quedaré con la tuya! ¡Inmersión surfista!
Se sumerge bajo el río y luego salta desde el agua hasta llegar por encima del puente, trazando un arco que concluye con él embistiendo a Gotsumon. El Digimon petreo es derribado, y Gomamon desaparece en el interior de la zona electromagnética del tipo que había estado escuchando música.
Solo que ya nadie está escuchando nada. Todos los humanos están aterrorizados por el derrumbamiento repentino y se han alejado rápidamente del puente: todos menos la chica que sigue colgada de la barandilla y un hombre que trata de socorrerla. Pero el agujero en el puente es ancho y él no logra alcanzar el brazo de la joven.
-¡Se han pasado tres pueblos! -Niina está furiosa-. No te voy a pedir que pelees con esas bestias pardas, pero... ¿Puedes ayudar de algún modo a esa chica? ¿Por favor?
@Gelato[III]:
-Hablar con los clientes es fácil -Lana se encoge de hombros-. Llevo haciéndolo desde pequeña. No creo que eso cuente como cualidad, es sólo que estoy acostumbrada. Pero gracias por intentar animarme, eres un buen dinosaurio -sonríe, pensativa-. Me parece extraño que me pidas que te de un mote, porque tú ya tienes un nombre, pero... Está bien. Te llamaré Gelato.
Lana termina de barrer y comienza a fregar el suelo. Te pide que te sientes en una mesa hasta que se seque.
-¿Problemas? Pues... Cerca de aquí hay un puerto. Algunas noches los barcos se ponen en marcha solos y echan a navegar hacia altamar. Normalmente los encuentran al día siguiente... Pero lo más curioso es que no hay nadie allí. Creen que son adolescentes que ponen los barcos en marcha, saltan por la borda y nadan hasta la playa, pero... ¿crees que los Digimon harían esto?
Te mira pensativamente.
-Tienes poderes de hielo, ¿verdad? Una noche, la bahía entera se congeló. ¡Ni siquiera hacía frío! Quizá un Digimon como tú (pero más grande) pudiera hacer eso. También hay rumores de que ocurren cosas extrañas cerca de aquí, en el hotel del faro. Huespedes que se van sin pagar en plena noche o algo así. Y naturalmente, esta misma cafetería tiene su propia leyenda -añade en broma-. Dicen que las parejas que se quieren de verdad y vienen aquí, acaban casándose muy pronto. Pero si se han mentido el uno al otro, se separan antes de salir por la puerta -echa a reír-. Pero supongo que ningún Digimon podría hacer algo como eso.
@Impmon[ I ]:
Te encuentras muy débil, pero aun así echas a andar hacia el norte. Caminas entre las fábricas, una zona casi desierta. En una ocasión ves humanos, tipos malhumorados que procuran moverse en silencio y cargan trozos de chatarra en una carretilla. Te llama la atención el hecho de que ninguno de ellos parece tener una zona ad hoc.
Todavía te falta una buena caminata hasta que llegas a tu objetivo, en el interior de una fábrica abandonada. Al principio no parece haber nadie allí, pero cuando exploras un poco el interior, acabas por ver una luz eléctrica. El pitido del Dispositivo Sagrado te conduce directamente hacia ella. La sigues tambaleándote.
En el interior hay un chico con la cabeza casi rapada. Está inclinado sobre una mesa de trabajo a la que le falta una pata (la ha sustituido con bloques de hormigón rotos apilados) en la que hay montones de herramientas, cables y trozos de plástico. Parece estar construyendo una especie de dispositivo totalmente irreconocible para ti. La luz viene de la lámpara que usa para iluminarse.
El chico está silbando alegremente mientras trabaja. De vez en cuando saca un teléfono y revisa algo en la pantalla. En una ocasión mira en tu dirección, y entonces parece alarmarse.
-Eh, chaval, ¿qué estás haciendo ahí? -le ves de frente. Tiene facciones ásperas y la cabeza casi rapada. Las orejas le sobresalen. Los ojos son grandes y claros.
Antes de que puedas responder, notas como te flaquean las piernas y ves el mundo inclinarse, aunque sabes que eres tú quien se está cayendo. Te estás quedando inconsciente.
Cuando te despiertas, te das cuenta de que estás tapado con algo. Tienes la cara empapada. Te incorporas y notas un dolor agudo en tu cabeza. Tu visión se dobla por un momento. Te das cuenta de que estabas tendido sobre la mesa, con un montón de cables y piezas a tu alrededor. Lo que te abrigaba era la chaqueta negra, grande y llena de bolsillos, de aquel niño. Te mira con preocupación.
-Eh, chaval. ¿Qué haces aquí? ¿Te has perdido? -pregunta, genuinamente preocupado-. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Y de qué vas disfrazado? ¿Dónde están tus padres?
- Spoiler: Mostrar
Re: Digimon: Ad hoc
—Bien, Norber, ¿qué te parece si hacemos un trato? —sonrió travieso— Yo dejaré que me grabes y me presentes a tus amigos. También te contaré lo que es este cacharro, pero a cambio quiero que me des comida y me enseñes vuestro mundo.
Menudo chollo, pensó. Comida a cambio de hacer de modelo, qué fácil, mucho más que tener que robar a otros digimon en la ciudad.
—¿Hay trato?
Menudo chollo, pensó. Comida a cambio de hacer de modelo, qué fácil, mucho más que tener que robar a otros digimon en la ciudad.
—¿Hay trato?
Re: Digimon: Ad hoc
- Algunos Digimon creen que hay vida más allá de la muerte. Algunos creen que volveremos al digihuevo. Otros que seremos parte de la nube. Otros, que simplemente seremos datos que alimentarán la vida digital -suspiré-. Realmente, no me importa. No conozco los motivos de los demás, pero yo siempre he tenido una misión que cumplir y para mí es un honor perecer en ella si mi cuerpo no da para más y mi sacrificio sirve para algo. Tampoco sé cómo es para los humanos. Quizá sea tan incierto como para nosotros, me figuro.
Me coloqué los brazos tras la nuca y crucé el umbral del ascensor.
- Pero de nuevo, no tengo demasiados planes de hacerlo. No estoy muy seguro de cuál es mi misión aquí, pero tengo trabajo que hacer en el Mundo Digital. Asumo que todo esto es una prueba para volver, así que preferiría hacerlo con vida.
Comprobé discretamente la habitación. Como bien decía, parecía más segura que una en la altura.
- Me gusta la decoración. Y, sí, accederé a tomar algo, aunque no creo que necesite mucho. La mayoría de Digimon que conozco son unos glotones, pero a mí me basta lo básico.
Tras comer y buscar asiento, eché un vistazo al Dispositivo Sagrado y me lo señalé.
-¿Te da esto alguna pista? Es lo que me ha conducido hasta ti en primer lugar.
Me coloqué los brazos tras la nuca y crucé el umbral del ascensor.
- Pero de nuevo, no tengo demasiados planes de hacerlo. No estoy muy seguro de cuál es mi misión aquí, pero tengo trabajo que hacer en el Mundo Digital. Asumo que todo esto es una prueba para volver, así que preferiría hacerlo con vida.
Comprobé discretamente la habitación. Como bien decía, parecía más segura que una en la altura.
- Me gusta la decoración. Y, sí, accederé a tomar algo, aunque no creo que necesite mucho. La mayoría de Digimon que conozco son unos glotones, pero a mí me basta lo básico.
Tras comer y buscar asiento, eché un vistazo al Dispositivo Sagrado y me lo señalé.
-¿Te da esto alguna pista? Es lo que me ha conducido hasta ti en primer lugar.
Re: Digimon: Ad hoc
-¡Oído cocinna, jefa!
No es seguro apoyarse en la barandilla, podría no aguantar más peso, y si ese señor no llega a ayudarla, yo con mis bracitos cortos tampoco puedo. Así que me hago una bola y cargo mi Impacto Kenzan. Intentaré acumular velocidad, salir disparado y deshacer la bola cuando pase por encima del agujero para agarrarla del brazo y sacarla de ahí. Me aseguraré de moderar la potencia para no hacerle daño, he visto los estragos que ha causado Gotsumon con un simple golpe. Si consigo acercarla al señor para que la agarre y la ayude me conformaré, así podré tirar de ambos desde el suelo.
No es seguro apoyarse en la barandilla, podría no aguantar más peso, y si ese señor no llega a ayudarla, yo con mis bracitos cortos tampoco puedo. Así que me hago una bola y cargo mi Impacto Kenzan. Intentaré acumular velocidad, salir disparado y deshacer la bola cuando pase por encima del agujero para agarrarla del brazo y sacarla de ahí. Me aseguraré de moderar la potencia para no hacerle daño, he visto los estragos que ha causado Gotsumon con un simple golpe. Si consigo acercarla al señor para que la agarre y la ayude me conformaré, así podré tirar de ambos desde el suelo.
Ora Ora Ora Ora Ora