@De
Lanzas la pokéball contra Wimpod. En lo que parece ser una eternindad, la pokéball se mueve encima de la roca... hasta quedarse quieta. Recoges la pokéball, y puedes ver a Wimpod dentro de ella. ¡Has atrapado a Wimpod Nv5!
¡Sí señor! ¡Ale! Había conseguido atrapar un pokémon sin necesitar ayuda de otro. ¿Cuántos entrenadores de pacotilla podían presumir de hacerlo sin ninguna clase de experiencia? Recogí la Pokéball y sonreí. Le hubiese soltado un “¡Se siente!”, pero hubiese sido pasarse un poco. Me daba pena hacerle esto al pobre, Wimpod solo había estado en el lugar equivocado en el momento equivocado.
— ¿Ves? Te he sacado, y tranquilo, que estás en buenas manos.
Tenía la idea de que el propósito de los pokémon salvajes capturados por los entrenadores se limitaba a ser usados para peleas para que beneficien la confianza y reputación de este. Es un propósito mucho peor que los que son usados en el día a día para mejorar el estilo de vida de gente que lo necesite. Es por eso que no me caían en gracia estos bichos; dan falsas ilusiones y esperanzas a los entrenadores de que pasarán a la historia o algo si consiguen entrenarlos y mejorarlos, es una idea egoísta e infantil por la que muchos han dejado atrás a gente que de verdad les necesitaba. Yo no quería ser como ellos. Cuando hubiese conseguido las medallas suficientes para completar el experimento liberaría a Wimpod, a él y a todos los demás que capturase, pero de momento les necesitaba.
Intenté encontrar una manera más cómoda y fácil de llevar las pokéball de Houndour y Wimpod, y una vacía, para que no se repitiese lo de ahora. Saqué un cuaderno que llevaba en la mochila y anoté que había atrapado un Wimpod, mi primera captura. Tener escritas las cosas me ayudaba a recordarlas, y en un combate de entrenadores no podía permitirme “no recordar” las ventajas y desventajas que tenían los míos.
Orgullosa de mí discreto logro, me preparé para alejarme de las rocas y acercarme a un sitio con menos obstáculos. Antes de abandonar la playa, debía observar de qué eran capaces los bichos que llevaba encima.