Soul Eater: Black Priest

[Crow]

-Oh, no intentaba decir que fueras gor... -cuando clavó la cuchilla en la mesa retiré la mano de golpe. A medida que la vi transformarse mi sonrisa iba ensanchandose, hasta acabar con una sonrisa de oreja a oreja-. Igualmente encantado, Rada. No eres lo que buscaba, no, eres incluso mejor. Si, creo que podríamos hacer cosas muy guays, tu y yo -volví a tender la mano, buscando cogerla-. ¿Puedo?

[Aritriel]

Parecía que otra de los técnicos también se animaba a romper el hielo conmigo. ¡Y encima había empezado a bailar! Empecé a sonreír de oreja a oreja al escucharla y solté varias carcajadas. Me caes bien, me caes bien.

-Encantado, chica-le dije-. Puedes llamarme Trev.

Entonces una chica se acercó a mi. ¡Una valiente ha decidido animarse y aliarse conmigo! Y parecía tan animada como yo, aunque por algún motivo titubeaba un poco. ¡Pero no importaba! Me bajé de la mesa para estar a su nivel y le sonreí.

-Bien, Prue, yo soy Trev. Encantadísimo de conocerte-le agarré la mano y la sacudí con fuerza, muy animado y aún sonriente-. Huy, espera, ¿eres un arma de fuego?-dejé de sonreír un momento, pensativo-. Uf, es que lo de disparar a mi no se me da muy bien; no creo que sea el mejor compañero para ti. But dooooooon't worry. ¡La primera parte de mi oferta sigue en pie! ¡Si necesitas a alguien con quien salir de parranda, no busques más, que estoy disponible!-tras eso me reí de nuevo y le di unas cuantas palmaditas en al espalda para que no se desanimase.

[Malfuin]

-Claro -dijo Rada a Red. Al levantar el arma, te diste cuenta de que no era tan pesada como aparentaba-. Mejor no hagamos ningún disparo de prueba, podríamos volar alguna pared -rió-. Bueno, y seguramente te quedarías sin energía.

Como Red Riding Wolf ya había encontrado compañera, salió por la puerta entreabierta con ella, siguiendo a Angela y a los profesores.

-Vale, no pasa nada -dijo Prue a Trev-. Sé que a mucha gente no le va las armas de fuego. ¡Lo de irse de fiesta sigue en pie! -no parecía haber ningún otro interesado en ir con Trev a primera vista. Stuart se había acercado a él, no estaba muy claro si para ofrecerse o para regañarle por subirse a la mesa, pero se dio la vuelta al oír que tenía mala puntería.

La pelirroja sonrió a Rider.

-Es un honor conocerte -dijo-. Yo soy Flavia Nicolescu, la guadaña de tijera. Si te estás preguntando qué es una guadaña de tijera, es un poco complicado de explicar... Digamos que tengo una bisagra en un extremo (cuando estoy transformada, claro) y puedo cerrar la cuchilla a voluntad como si fuera una pinza para triturar lo que haya entre la hoja y el palo. Pero de todos modos... -lo pensó un momento-. No, no puedo formar equipo contigo. Ya decidí desde el principio que quería emparejarme con un chico. Sería mucho más romántico -suspiró-. Espero que alguno tome la iniciativa.

[Aritriel]

-Great! Ya te llamaré entonces-le sonreí a Prue. En esa ciudad había unos cuantos sitios interesantes a que quería visitar. Sería la bomba poder ir con una pandilla enorme de gente. Esperaba que los demás técnicos y sus armas se animasen a venir también. ¡Cuántos más, mejor!

Y eso me recordó que su suponía que estaba allí para buscar un arma. Tengo que pensar en menos fiestas y más en lo que toca... ¡Pero eso es aburrido! ¿Seguro que no puedo hacer las dos cosas a la vez? Tampoco estamos luchando ni nada; o no deberíamos. No, esta gente no parece tener demasiadas ganas de vivir algo de acción; y entonces me pregunté si de verdad eran armas. ¡Si sois armas y estáis aquí, se supone que queréis pegaros con los malos!

Entonces recordé que Prue no había sido la única que había parecido interesada en ser mi compañera. Me acerqué a las gemelas y me senté en una mesa frente a ellas, pero centré mi atención en la pelirroja, que era la única que se había animado antes.

-¡Eh! ¿Qué tal estáis? Antes creí ver que igual querías ser mi compañera, así que dime ¿cómo te llamas? Bueno... y también dime que tipo de arma eres, claro. Es posible que eso sea importante también-entonces me reí a carcajadas. Era la primera vez en todo el día en la que pensaba en ello, y de no ser por Prue, ni me habría dado cuenta.

[Malfuin]

-Me llamo Igna -dijo la gemela pelirroja, sonriendo-. Esta es mi hermana Suria.

-Hola -la peliazul te lanzó una mirada cortante.

-Me gustaría ser tu compañera, porque adoro las fiestas y eso -dijo Igna.

-Yo las odio -acotó Suria.

-Pero, ya sabes... Nosotras dos preferimos ir juntas, así que tendrías que convencerla a ella también.

-Hum.

-Y bueno, somos sables gemelos -explicó Igna-. Yo soy el sable del fuego, y mi hermana el sable del viento. ¿Eso te interesa?

[Aritriel]

La chica pelirroja me cayó bien en seguida. Soy un tipo fácil en ese sentido, pero no puedo evitar pensarlo cada vez que pasa. Todo el mundo me cae bien. ¡Sí señor! Pero su Hermana de Hielo era otra historia. Aunque tampoco sin pasarnos, ¿eh? No quiero decir que me caiga mal (vamos, ni nos conocemos todavía), pero podría intentar ser un poco más animada, digo yo. Pero no me desanimé. Supuse que simplemente no sería ese tipo de gente tan... tan... yo. Tan sólo tenía que convencerla, ¿no? Sin pasarme. Eso es. Sí. Exacto.

-Pues sí, sí. Desde luego, creo que se me daría mejor que disparar. Al menos no alcanzaría a un aliado por accidente. Posiblemente. Y comprendo que queráis estar juntas. Si sois gemelas, habréis estado juntas toda la vida y no querréis separaros por un desconocido cualquiera. Pero parece ser que tu y yo chocamos un poco-le dije a Suria, mirándola a los ojos esa vez-, así que qué te parece si hacemos un trato. Aunque vayamos a vivir juntos, tampoco tenemos por qué estar haciendo lo mismo constantemente, así que cada uno puede ir un poco por su lado. Si un día queréis salir conmigo de fiesta, pues fantástico. Si no queréis, pues nada, perfecto también. Que yo preferiría que vinierais porque me gusta estar con mogollón de gente, pero tampoco os voy a obligar. Y supongo que incluso podríamos hacer una especie de lista con normas o algo así. Para que haya menos problemas entre nosotros y eso- si era una persona tan no-yo como parecía, supuse que eso le interesaría. A esa gente le suelen interesar esas cosas. Creo-. Bueno, ¿qué os parece? -les sonreí, animado.

Aunque tal vez debería pensar en buscar otro arma, por si acaso...

[Dark]

-¡Hola, Flavia!

Pero gran chasco me llevé al escuchar su respuesta. ¿¡Cómo que sería más romántico!? Maldita sea, ¿pero en qué pensaba? Nada normal, seguro. Pero es que la idea de la guadaña pinza chunga era tan tentadora... ¡Pero da igual!

Míralo a Trev, qué listo el hombre este. Va a por gemelas, ¡así tiene dos armas! Pues yo iré con la chica de ojos verdes. ¡Seguro que molará más que nadie!

Entonces me dirigí como una flecha a por la chica castaña de ojos verdes.

-Eeeeeeeeeeeeeey, hooooolaaaa -dije ya un poco mustia, para entonces cambiar el chip radicalmente-. ¿Cómo te llamas? ¡Yo soy Rita, pero hay gente que me llama Rider! Cosas de juegos de palabras, supongo. Al caso, ¿cómo te llamas? -dije ya expectante, con una sonrisa de oreja a oreja e intentando contagiar felicidad, mientras pensaba en lo más profundo de mi ser PORFA.

[Malfuin]

-Lo de las normas quizá sea exagerar un poco -dijo Suria-. Creo que podemos entendernos. Yo sólo quiero que mi hermana sea feliz, y me da la impresión de que alguien despreocupado podría ponerla en peligro -pareció pensativa-. Pero si a ella le hace ilusión.

-¡Sí! -dijo Igna-. Será muy divertido. ¡Vamos, porfa, porfa!

-Está bien -asintió Suria-. No me preocupa cómo te diviertas, pero más te vale ser buen guerrero. Seremos compañeros.

-¡Genial! -exclamó Igna.

Trev salió de la habitación acompañado por las gemelas indias, ganándose miradas de envidia de toda la sala.

Rider se alejó de Flavia y entabló conversación con la chica de ojos verdes.

-Ah, hola -dijo ella-. Yo me llamo Valeria Esparza. Soy española, y puedo convertirme en una falcata -explicó-. Estaría honrada de ser tu compañera, aunque quizá me consideres un tanto aburrida -sonrió, como disculpándose-. No importa, ¿quieres ver una demostración antes de decidirte? Lo de transformarme ya lo tengo dominado.

[Dark]

-¡Ostras, una falcata! No tengo ni idea de qué es, ¡pero quiero verlo! Y me seas tan formal, ni que te fuese a comer, ja, ja. ¡Ya verás cómo te sueltas al tiempo de estar conmigo!

[Malfuin]

-Está bien, ¡pero asegurate de cogerme! -Valeria pareció deshacerse y sus átomos se recompusieron en el aire para formar una especie de sable. La hoja era más ancha en el extremo que en la base, y la empuñadura se curvaba hacia dentro formando un rectángulo en el que cabía la mano. El extremo inferior era un adorno, una calavera blanca, aunque por lo demás la empuñadura era totalmente negra. Parecía terriblemente afilada, y el acero reflejaba tu imagen como un espejo pulido, aunque dándole un curioso toque de palidez. Era un poco pesada en tu mano, pero no te costaba blandirla-. ¿Qué tal?