-¡No ha sido culpa tuya! -exclamó Zach-. ¡Te has defendido muy bien! Ojalá pudiera haber hecho más para protegerte...
Viste llegar a Senetyl desde uno de los lados del pasillo, el mismo por el que había atacado el Tankmech. Al parecer había dado toda la vuelta para buscarte. Un instante después viste llegar corriendo a Rudy por el otro lado.
-¿Qué te ha pasado en las piernas? -preguntó la voz de Trydan-. ¿Estás bien?
-¡Dime que esa sangre no es tuya! -añadió Toku, nervioso.
Sen y Rudy escucharon la advertencia de Suzu acerca de los posibles enemigos en el interior.
-Procederemos con cautela a partir de ahora -dijo Trydan-. Gracias a ti, no caeremos dos veces en la misma trampa. Pero tampoco podemos dejarte aquí. Algo podría atacarte.
-¡Eso, eso, eso! -exclamó Toku-. A ver si hay algún sitio menos expuesto dentro.
Hicieron que Suzu pasara un brazo sobre la cabeza de Suzu y otro sobre la de Sen, de forma que la llevaban en volandas. Sus piernas en aquel estado borroso no pesaban nada, así que era muy ligera. Avanzaron de forma que los tres podían apuntar el RH sin demasiados problemas y entraron en la habitación.
Se encontraron ante una especie de sala de espera, de techo alto. Había un pequeño puesto de recepción... y en él encontrasteis un ordenador. También había varios asientos de aspecto cómodo. Tres pasillos se abrían en direcciones diferentes, y había también un ascensor.
-Tenemos un ordenador ahí mismo -señalo Zach-. Pongamos el pendrive y esperemos aquí. La misión estará cumplida.
-¿No estaremos demasiado a la vista, mientras esperamos? -preguntó Trydan-. Podríamos buscar un sitio más resguardado en el que haya otro ordenador...
-¡El techo! ¡El techo! ¡El techo! -exclamó Toku.
Era un techo alto y estaba oscuro, así que os había pasado desapercibido, pero había como medio centenar de Tentomech pegados a él, todos boca abajo. Como si se tratara de auténticos insectos, empezaron simultáneamente a bajar correteando por todas las paredes y rodearos.
@Lira[II ]:
-Estaré bien -prometió Rudy-. Voy con Toku, ¿no? -sonrió, y te miró con cierta melancolía-. ¡Ten cuidado tú también! -exclamó, y se fue corriendo sin mirarte.
Entraste a través de una de las puertas de cristal y viste varios ordenadores en diferentes cubículos. La mayoría tenían abiertos programas de diseño gráfico, aunque unos pocos también mostraban consolas de programación (letras de colores sobre fondo negro) y en uno viste abierto el buscaminas. Parecía que podrías esconderte bastante bien mientras los niños del pendrive hacían su trabajo.
-Pues ya casi lo hemos conseguido -dijo Ilargi-. ¿En cuál lo metemos?
@Nenti[III]:
Metiste el pendrive en uno de los ordenadores que mostraban mensajes de error. En la pantalla apareció una pequeña ventana que destacaba sobre el resto en color azul.
DISPOSITIVO MONTADO CORRECTAMENTE. A LA ESPERA DE RECIBIR DATOS.
-¡Bien hecho, Nenti! -exclamó la voz de Kenji-. Ahora recuerda, no extraigas el dispositivo hasta que se apague la luz verde. ¡En cuanto lo haga, cógelo y sal pitando!-Apoyo eso -dijo la voz de Horus-. El suelo de este sitio todavía sigue un poco temblequeante. Como al final se caiga con nosotros dentro va a ser gracioso.
Os mirasteis un momento en silencio. La luz verde del pendrive que indicaba que los otros habían cumplido su misión no se entendía.
-Pues nada -suspiró Horus, claramente intranquilo-. Espero que no se nos haga muy larga la espera.