Cuando Impmon entró en la zona ad hoc de Rick y comenzó a buscar a Ikkakumon entre las coloridas máquinas, escuchó la voz de su compañero.
-No es culpa tuya, Impmon -dijo-. El culpable de las cosas es quien las provoca. Ese chico fue quien lanzó el cuchillo. No puedes protegernos veinticuatro horas al día. ¿Vas a echarte la culpa cada vez que nos ocurra algo malo? -suspira-. Eso sí, me siento más seguro yendo contigo. Sé que quieres vivir solo, pero si no es mucho pedir, ¿podrías seguir aguantándome hasta que todo esto acabe?
Ya has encontrado a Ikkakumon, que de hecho está en el borde que comunica el campo ad hoc de Rick con el de Norber.
-Estoy al tanto de la situación -dice-. No me importa ir a aquella zona ad hoc... Allí podré nadar a mis anchas. Sin embargo... No me apetece mucho ayudar a ese DemiDevimon. Podría haber matado al humano del cuchillo fácilmente, ¿por qué no lo hizo? No me gustan quienes dejan con vida a sus oponentes. Pero bueno, qué importa...
Ikkakumon pasa a la zona ad hoc de Norber y salta al agua que rodea la isla directamente. Le ves sumergirse un momento y volver a emerger, con el pelo blanco empapado y su cuerno brillante.
En el exterior, DemiDevimon nota instantáneamente un nuevo tipo de datos que puede utilizar y los aprovecha sin dudar ni un momento. Sólo hay una elección que puede ayudarle a curar a Norber.
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-¿Puedes aprovechar para ponerme el cheat de la invencibilidad? -murmura Norber, observando el espectáculo que se desarrolla a su alrededor. Pero luego niega con la cabeza-. Es broma. Gracias, DemiDev. Creo que me estaba desangrando. Me has salvado el pellejo. Pero ahora...
Norber mira su teléfono móvil. Suspira y se lo enseña a Rick y el resto. En él hay una foto de MetalGreymon posado en el borde de un edificio. Está rugiendo y hay misiles volando por el aire. El edificio sobre el que se encuentra está destrozado, y los cristales agrietados.
-¿Pero qué demonios...? -Rick mira a Impmon, que vuelve a estar fuera de la zona ad hoc-. ¿Quién es ese? ¿Qué sucede?
-Sucede que nuestros amigos -mira nerviosamente a Impmon-. Digoooo, aliados... Ehm... Conocidos, están peleando contra un DINOSAURIO ZOMBI CYBORG GIGANTE DEMONIACO Y NOS LO ESTAMOS PERDIENDO. ¿Corremos hasta el metro? Sea como sea tenemos que ir.
@Herissmon[III], Gelato[III]:
-Erika y Valiant están muy cera -dice Niina, asustada-. Es calle arriba, así que podemos ir todos. ¡Vamos!
Echáis a correr mirando de reojo a MetalGreymon, que vuela cada vez más bajo. El portal que le ha traído a este mundo ya se ha desvanecido, pero todavía perdura cierto brillo eléctrico en la atmósfera. Escucháis un tremendo rugido y de golpe perdéis de vista a Stingmon, que a tanta distancia ya de por sí era difícil de ver.
Por fin, os cruzáis con Kamemon, que ha dejado a salvo en un portal a Erika y Valiant y parece presto para la batalla.
@Herissmon[III], Gelato[III], @Kamemon[III]:
Te cuesta un poco encontrar el portal abierto de un edificio, lugar en el que sin duda estarán más resguardados. Valiant y Erika están discutiendo.
-¡Yo no quiero estar a salvo, quiero ir junto a Lalamon! -exclama el chico-. ¡Tengo que luchar a su lado!
-¡A su lado no serías más que un estorbo contra eso! -exclama Erika-. Yo también quiero pelear, pero ¿qué podemos hacer? Ni siquiera tengo mi brazo ad interim. ¡Y nosotros no podemos volar!
-¡Pero al menos quiero poder verle! -grita Valiant, saliendo a la calle-. ¡No quiero mirar hacia otro lado mientras Lalamon arriesga su vida por nosotros!
-¡Idiota! ¡Vuelve a entrar! -grita Erika, siguiéndole.
En la calle se encuentran con Lana, Niina, Herissmon y Gelato. Escucháis un rugido tremendo y todos miráis hacia arriba.
MetalGreymon se ha posado en el tejado de un edificio cercano, junto a una valla publicitaria. La valla estalla entre un millar de chispas cuando el Digimon la golpea casualmente con la cola. Al posar su peso abruptamente en el edificio, el Digimon ha provocado que todas las ventanas colocadas en línea bajo él se rompan simultáneamente. También ha provocado graves desperfectos en el borde del edificio. Los escombros caen por todas partes, en ocasiones abollando los coches o rompiendo sus cristales.
Se oyen muchos gritos de humanos. Nadie puede verle, pero todo el mundo sabe que está ocurriendo algo peligroso. La gente sale de los vehículos y corre a buscar refugio, dejándolos abiertos. Lana ha sacado su teléfono y está enfocando a MetalGreymon.
-¡No es momento para hacer fotos! -exclama Niina.
-¡Si hay un momento para hacer fotos, es ahora! -replica Lana.
Gelato siente la energía fluyendo del Dispositivo Digital de la chica, pero no dispone de datos en los que emplearla.
MetalGreymon dispara misiles desde sus placas pectorales. Extrañamente, empiezan a girar a su alrededor.
@Lalamon[II ]:
-NADIE ESTÁ DE MI PARTE -la voz de MetalGreymon suena como una cinta mecánica atascada-. ¡SOY LA UNIÓN DEFINITIVA DE DIGIMON Y MÁQUINA! ¡EL CYBORG MÁS FUERTE! ¡EL INDESTRUCTIBLE! ¡LA HECATOMBE DIGIEVOLUCIONADA! ¡EL VERDADERO METALGREYMON!
Tu ataque no parece hacerle gran cosa. La mayor parte del daño es absorbido por su casco metálico, aunque el ojo se le pone un poco rojo. Sin embargo, le enfurece. Su profundo rugido te aturde. Vuelves a tu estadio de Lalamon antes de que la garra retractil recupere su posición original y MetalGreymon la muerda con furia.
Queda desconcertado un momento por tu transformación, y tú vuelas a su espalda. Ha descendido mucho en el aire. De hecho, ya está cerca de los edificios. Se posa en el borde de uno de ellos y revienta una valla publicitaria con la cola. Miles de bombillas diminutas explotan entre chisporroteos y algunos cristales a gran temperatura caen sobre ti, haciéndote algo de daño. MetalGreymon levanta el morro y ruge hacia el cielo, volviendo a aturdirte. Gira un poco la cabeza y te mira con su ojo enrojecido. Sus brazos no te alcanzan, pero puede verte.
-¡VAS A MORIR, MICROBIO!
Escuchas el sonido de unas compuertas al abrirse y ves como dos misiles sonrientes vuelan rodeando a MetalGreymon y se dirigen hacia su propia espalda... Hacia ti. Parece dispuesto a provocar una explosión sobre su propio cuerpo con tal de destruirte.