Unos ruidos de pasos por nuestra habitación me despertaron por la noche, además de sentir cierta falta de calor en mi cuerpo. Pronto me di cuenta de que era, Norn se había ido. Alarmado, me levanté en silencio e intenté abrigarme un poco, no era cuestión de andar por la base en ropa interior.
Antes de abandonar la habitación que compartía con el señorito y otros dos miembros del grupo, le eché un pequeño vistazo al primero para ver si dormía bien. Satisfecho, salí por la puerta y seguí a Norn sin que esta me viera.
Se me hacía extraño que la Mareep se escapara de aquella manera, era una Pokémon muy obediente, por lo que aquella extraña salida nocturna me tenía en ascuas. La seguí hasta el exterior, exactamente hasta la pequeña charca que había en el pueblo. Era tarde, por lo que dudaba que ningún aldeano nos viera.
Norn se encontraba mirando el agua, tocándola con una de sus patitas delanteras nerviosa. Me acerqué a ella con cuidado para no sobresaltarla, hasta que finalmente pude sentarme a su lado y acariciar su suave y esponjoso cuerpo lanudo.
—¿Problemas para dormir? —le pregunté intentando sonreír, pero tras el vergonzoso espectáculo que habíamos ofrecido era difícil hacerlo —. Si mi padre o el señor Goncourt nos hubiesen visto seguramente nos habrían matado… aunque no quiero culparte de nada, Norn, después de todo yo era el que te estaba dando las ordenes…
Encogí las piernas apoyando los brazos sobre las rodillas, mi mirada fija en el agua. Al instante sentí el calor del cuerpo de mi compañera, la cual se había recostado a mi lado. Estuvimos un rato en silencio hasta que Norn se levantó y balando apuntó hacia el estanque.
—¿El estanque? ¿A qué te refieres, Norn?
La Mareep volvió a balar y en esta ocasión se acerco al agua y metió sus patas delanteras en ella. Debido a lo ocurrido en el día de hoy, sentí un miedo terrible y casi la agarré para alejarla del estanque, pero entendí que quería decirme la ovejita.
—¿Quieres… aprender a nadar?
Mi compañera asintió con la cabeza decidida. No pude hacer otra cosa que reír por lo bajo ante aquella idea, pero vaya, tampoco iba a ir en contra de alguien que podía paralizarme si así lo deseaba. Quitándome los zapatos y alguna prenda que pudiese ser molesta en el agua, entré en el estanque y agarré a la Mareep que no tardó mucho en temblar nerviosa.
—No te me acobardes ahora que estoy dentro, Norn —le pedí riendo mientras pasaba mis manos de su cuerpo a sus patas delanteras —. Muy bien, ahora sacude las patas traseras… así, Norn. Vas a darle envidia incluso al pequeño Lamarck.
Norn baló divertida ante aquel comentario mientras continuábamos aquella clase de natación. Me imaginaba que nuestra pequeña fuga no pasaría inadvertida para los miembros del PSP y que seguramente acabaríamos recibiendo algún castigo. Pero supongo que había valido la pena, ya que volvíamos a estar de humor para futuras misiones y más preparados para la siguiente vez que tuviésemos que luchar cerca de superficies acuáticas.
- Spoiler: Mostrar
- ¡Norn sube al nivel 6!
PS: +2
Atq: +0
Def: +1
AtEsp: +1
DeEsp: +1
Vel: +0