Digimon: Data Disruption [Rol]

[Amilinne]

@Alice (ERROR%)

-¿Pero qué rayos...? -masculla Angewomon, totalmente pillada por sorpresa por tu repentino arranque emocional-. ¿Crees que me importa la historia de tu vida? Porque...

-Yo... quiero...

La poderosa voz de Devidramon engulle las insignificantes quejas de Angewomon.

-Yo... quiero... -repite, su hocico humedecido por las incesantes lágrimas que surgen de sus cuatro ojos rojos-. ¡Quiero estar con Alice! ¡Es mi amiga! ¡¡MI MEJOR AMIGA!!

Los segundos siguientes son muy confusos. Escuchas la risa de Angewomon a tus espaldas y cómo sus dedos aprietan tu cabeza con más fuerza todavía. Las alas de Devidramon al alzar el vuelo para lanzarse contra tu captora te hacen daño en los oídos. La sangre apenas te llega al cerebro. Nyaromon chilla algo, pero no lo entiendes. Angewomon se acerca a tu oído.

-Tan tozudo como tú, ¿eh? Sólo tenía que admitir que no te soporta, y todo hubiera salido bien. Pero ambas sabemos que decir la verdad le cuesta demasiado, ¡ja! -Angewomon te escupe-. Espero que estés orgullosa... de tu asesino.

-¡¡DETENTE!!

La voz de Válor es lo último que escuchas antes de que los huesos de tu cráneo cedan ante la asombrosa fuerza de la Digimon de nivel Perfecto y te rompan la cabeza por completo, la sangre nublando tu vista al insante. Todo a tu alrededor se desvanece... al mismo tiempo que tu vida.

@Jeremy (75%) @Asch (150%) @Luke (75%) @Alan (100%) @Tris (0%)

Norizuna se relaja un poco al notar el tacto de tus dedos en su piel y suspira.

-Sí, he visto a Penguinmon con un niño pelirrojo más o menos igual de alto que tú, y también a Shaomon, que es lo que solía ser Labramon antes de evolucionar, con una chica casi tan grande como Asch. Había un Sunflowmon con un chico rubio... ¿Tal vez Floramon? La única otra opción sería Gazimon, y no lo veo plausible...

Nori hace como que se pierde en sus propios pensamientos mientras sigues hablando, pero al cabo de un rato no puede evitar bufar pesadamente y separarse de ti. Flota unos segundos frente a ti, intentando establecer contacto visual.

-Esto, Remy... -empieza, algo cortado-. Siento... Siento lo de antes. Fue inmaduro por mi parte. Sólo estaba pensando en mí y en los míos, cuando estoy seguro de que vosotros los humanos traídos aquí en contra de vuestra voluntad lo estáis pasando igual de mal que nosotros. Hemos sido un gran equipo todo este tiempo, y... ¡quiero que siga siendo así! -exclama, algo más animado-. Así que... ¿Me perdonas?

Yuri se recuesta a tu lado cuando te sientas, Asch. Te escucha atentamente y se pone rojo cuando mencionas su incremento de poder.

-Eh... Eh... -balbucea por lo bajo-. G-gracias. Pero si quiero llegar a ser tan f-fuerte como tú, Asch, tengo que trabajar todavía más d-duro Y esta f-forma requiere mucho sustento... Tengo hambre otra v-vez... -Se queda pensando un rato, su expresión pasando a una más seria-. Si esta a-alianza te pone en peligro, te p-protegeré. Hay m-muy pocas posibilidades de que absolutamente toda Internalia esté m-metida en el ajo y no haya ni un solo espía de Persiamon. P-pero mientras nuestros objetivos sean los mismos, no hay nada de m-malo en colaborar, ¿no? Puede que mostraros a los humanos c-como los héroes sea algo político o s-social. No sé, Kudamon s-seguramente sepa más de esto que yo... Lo que i-importa es que cuando cacemos a P-Persiamon nosotros obtendremos las respuestas que buscamos y ellos habrán destronado a la dictadora que ha aterrorizado t-toda nuestra zona del mundo digital.

Al cabo de un rato llega Dianamon con los otros tres niños y sus compañeros. Norizuna y Yuri pierden algo de tiempo lanzándose a los otros digimon, abrazándolos y poniéndose a charlar sobre sus aventuras desde el día en que se separaron. Dianamon suspira.

-Siento no poder organizar una procesión de bienvenida para vosotros también. Sin duda continuaría subiendo la moral de nuestros soldados el ver a más humanos uniéndose públicamente a nuestra empresa contra Persiamon. Pero el tiempo apremia. Tendréis tiempo para charlar después. Avancemos hacia la base si no hay más preguntas. Mañana será un día duro.

@Matías (125%) @Adair (100%)

Tras las palabras de Matías, Witchmon recoge a Tanemon del suelo antes de obligarte a subirte a su escoba, Adair.

-Decidido por mayoría absoluta, pues. -Seraphiel fija la mirada al frente-. Todo esto no habría ocurrido si no fuera por Sorcermon...

-¡A mí no me mires! -exclama Sorcermon, apuntando con su báculo hacia el techo-. Yo sólo quería... ¿Qué es lo que quería? Ah, bah, no me acuerdo. ¡Al menos hemos hecho algo de ruido! ¡Estos perdedores nos recordarán una buena temporadita!

Una bola de hielo emerge del arma del digimon mago y colisiona con la parte más alta del pasillo de piedra, provocando un derrumbe que bloquea el paso a vuestros posible perseguidores. No llegáis a ver a ninguno de ellos escapando ileso de la tormenta de nieve envenenada que habéis creado antes de que la avalancha impidiera vuestra visión.

-¡No hay más sitio en mi escoba, así que os toca correr, así que os toca correr a ti y a tu compañero! ¡Lo siento, Matías! -os informa Seraphiel.

Acto seguido echa a volar a toda velocidad por el largo corredor principal del castillo.

-¡Una carrera! -Sorcermon te coge de la muñeca y echa a correr, arrastrándote con él, Matías-. ¡Rápido, rápido! ¡No podemos dejar que nos ganen!

Aunque no tan rápido como la escoba de Witchmon, lo pasas un poco mal para seguirle el ritmo a Sorcermon. Parece tener mucha mejor capacidad física que tú. Los segundos se os hacen eternos cuando llegáis al vestíbulo principal y empezáis a ver en la lejanía la salida de la fortaleza. Está a vuestro alcance.

-Quetzalmon... Cuando dejó de resistirse y permitió que le lanzarais todos esos ataques... -De repente escuchas la voz de Tanemon, Adair-. Estaba susurrando algo... Estaba susurrando... “Ya está aquí. Ha vuelto.”

-¿Qué estás di...?

La voz de Witchmon es interrumpida por un sonido parecido al de la avalancha provocada anteriormente por Sorcermon. Ocurre demasiado rápido. Una gigantesca figura atraviesa el techo del castillo, lanzando rocas por todas partes, y aterriza en pleno centro de la sala. La diferencia de velocidad que llevabais separa a Adair, Seraphiel y Tanemon a un lado, más cerca de la salida de la fortaleza, y a Matías y Sorcermon al otro lado, junto al corredor que lleva a donde estabais luchando contra Quetzalmon, IceDevimon y Devimon.

Spoiler: Mostrar

-¡M-Majiramon...! -exclama Witchmon llevándose una mano a la cara, obviamente aterrorizado. Su grito es, sin embargo, ahogado por la propia voz del digimon dragón.

-¡¿QUIÉN OSA MANCILLAR EL NOMBRE DE MI IMPENETRABLE FORTALEZA?! -resuena el vozarrón de la criatura. Entonces se fija en aquellos que tiene frente a él: Matías y Sorcermon-. ¡¿HUH...?! ¿UN HUMANO...?

Sorcermon te empuja para colocarte a su espalda y frunce el ceño, adelantando su báculo. Majiramon todavía no se ha dado cuenta de la presencia de Adair y Seraphiel.



















@Alice (200%)

-¡¡DETENTE!!

El grito de Válor te despierta. Sientes el cuerpo débil al principio, y te llevas la mano al hombro, donde hace un rato se te había abierto la herida causada por un Gabumon siervo de Hookmon días atrás. Ahí sigue la herida, cicatrizada mucho antes de lo que debería. Ya no te duele. Sudorosa y jadeante, empiezas a recordar tus últimos momentos y te tocas la cabeza apresuradamente.

Sí, todo sigue igual de roto. Tu cráneo despedazado te devuelve a la realidad, y apenas puedes soportar las ganas de gritar. Aunque llamar a esto realidad se podría llamar exageración. Te encuentras en un espacio totalmente negro a excepción de cubos verdosos, datos y números flotantes que cambian continuamente y que eres incapaz de comprender. Aunque no parece haber ninguna clase de suelo o superficie discernible, puedes mantenerte de pie sin ningún problema.

Perderte en el paisaje hace que te des cuenta de algo. A pesar de que acabas de descubrir que tu cabeza de frente para arriba está destrozada, la sangre corriendo por tus mejillas, no te duele para nada, al igual que la herida del hombro. ¿Has muerto y esto es lo que hay “más allá”? Sea como sea y tardes lo que tardes en asimilar la situación, acabas decidiendo que no puedes quedarte quieta. Tras caminar un rato, ves un par de figuras en la lejanía de esa extraña dimensión. Por una parte ves a un Devidramon, Válor, tendido cuan largo es en el suelo. Parece inconsciente. No muy alejado de él ves otro digimon.

Spoiler: Mostrar

-Estoy harto. Todo es una pesadez... -escuchas murmurar a Arukenimon-. No me gusta estar con gente. No necesito amigos. Estoy mucho mejor solo, sin que nadie me moleste... Lo único que hacen es juzgarme... Siempre siento que necesito su aprobación... Y al final, nadie se esfuerza tanto como lo hago yo. Todos se quieren más a si mismos que a los demás. Todos fingen ser lo que no son. Todos hablan a tus espaldas. Todos decepcionan. Así que yo también fingiré... Yo también hablaré mal de los demás... Yo también decepcionaré... Así me aceptarán... Seré quienes ellos quieren que sea. -Arukenimon empieza a alejarse de vosotros-. No necesito amigos. Estoy mucho mejor solo, sin que nadie me moleste... Todos decepcionan...

[bobokukemon]

—Ah... El que faltaba.

A pesar de todo lo que habíamos hecho para escapar, nos habían atrapado. Ya no había manera de evitar lo que nos venía encima, pero quizás aún podía asegurar que el otro chico lograba salir de ahí.

—¡A-Así es, he sido yo! Estaba investigando, ya que he llegado a este lugar hace poco. Me enfrenté a los guardias intentando salir de aquí, ¡soy culpable de todo ello, lo del techo también!

Di un paso en dirección al digimon.

—¡Yo he perturbado tu fortaleza!

[Aritriel]

Me levanté despacio, intentando no llamar la atención del digimon que había aparecido. Estaba claro que era el maestro y que no teníamos ninguna oportunidad contra él. Maldita sea nuestra suerte. Por suerte parecía más interesado en el otro chico que en mi. Matías llamó su atención, y Seraphiel y yo estábamos tan cerca de la salida que decidí aprovechar la oportunidad.

Le dije al Witchmon que saliéramos de allí en dirección a la zona que parecía de jueguete y luego lanzara un ataque de agua contra el digimon para distraerlo mientras nos largábamos . Tal vez eso ayudara a Matías a huir. O tal vez no. La verdad era que me daba igual. Esto había ocurrido por culpa de su digimon y no pensaba pagar yo las consecuencias. Sólo quería largarme de allí cuanto antes.

[Dark]

-Jugar de vez en cuando no tiene nada de malo, Dodomon -Flynn le acaricia la cabeza a uno de los digimon bebés que se os acercan-. Me aseguraré de que Luke salga de esta sin ningún rasguño, y luego te enseñaremos a pasártelo bien. ¿Verdad, Luke?

—Para algo estoy aquí, ¿no?! Estamos aqui para ayudar a los Digimon a vivir tranquilos, ¿y qué mejor manera para ello que aprender a pasártelo bien?

Después de eso nos reunimos con algunos más, parecía que quedaba poco para estar todos reunidos de nuevo. Era el momento idóneo para tener respuestas, o para al menos los demás se enterasen de lo sucedido. Quería mis respuestas ya.

—Siempre se puede ofrecer algo distinto a un gran recibimiento, Dianamon —dije mientras dejaba a Dodomon en brazos de Flynn—. Quizá resulte un poco raro esto, ¿pero sabes de algún digimon que posea más poder sobre los demás que Persiamon? O algún lacayo suyo, algo así, y que controle las... ¿redes? creo. Es importante, porque nos atacó y fue quien, en definitiva, nos trajo aquí, y eso no me gusta nada.

Pensándolo bien... claro, la cara malvada nos trajo aqui estando nosotros dormidos. Entonces, Internalia no debe ser un lugar seguro, ¿no? Entonces quedarnos aqui o es peligroso, o atraerá al peligro al lugar... Algo no va bien, y ése algo está aquí. Debemos echar un vistazo por aqui.

Me acerqué a Flynn y le dije en un tono bajito para que no me escuchase nadie más.

—Creo que algo no anda bien y tiene que ver con Internalia. Tenemos que investigar esto con los demás y reunirnos cuanto antes. Y salir de aqui también, no me gusta nada.

[Malfuin]

Un equipo...

-No hay nada que perdonar, Nori -aseguré-. Yo también he estado fuera de lugar. Ya sabes lo que ocurre cuando uno tiene mucha imaginación y es un poco negativo... Las cosas que se imagina a su alrededor no son buenas. Tendrás que soportar que sea un poco paranoico, pero no quería ofender -aseguré, con una sonrisa incómoda.

Los niños recién llegados no soltaban prenda; en cambio sus Digimon comenzaron a charlar enseguida con Nori y Yuri. Alejado de mi compañero, me acerqué instintivamente a Asch y miré a los otros niños de reojo, observándolos, tratando de ubicar en mi memoria quiénes eran exactamente.

Asentí con vigor cuando Dianamon propuso volver a la base. Todavía no sabía qué nos depararía el día siguiente, pero esperaba que llegara pronto. En cierto modo, el incidente del barco me había inquietado, me había hecho pensar que estaba ante el inicio de una nueva batalla o aventura. Aunque no era un chaval particularmente intrépido, en ese momento me sentía lleno de energía; la falsa alarma me había dejado con ganas de tener algo que hacer. Especialmente ahora que volvía a contar con el apoyo de Kudamon.

[Crow]

-Hummm... tienes razón, Yuri. No creo que la tranquilidad aquí vaya a durar mucho, pero por lo pronto es mejor seguirles el rollo a esta gente, ya pensaremos en que hacer después de derrotar a Persianamon cuando lo hagamos.

Estuve acariciándole el lomo a Yuri mientras esperaba a que Dianamon llegara, y cuando lo hizo me levanté para dirigirme a ella.
-Si, esto, estoy seguro que la procesión os apetece más a vosotros que a ellos. Antes de descansar, no hay comida o algo? Yuri necesita comer algo para mantener esta forma, ser alucinante tiene un precio, y si van a estrellarse más galeones contra la ciudad quiero que esté en forma, no quedan muchos niños por llegar.

[LightHelco]

—¡Valor!

Me desperté de golpe en algún lugar que no era la sala del trono, siquiera parecía real. Un terrible dolor de cabeza me hizo que gritara sintiendo ahora el ataque de la loca de Nefertimon. Aquello dolía como mil demonios y prácticamente hizo que me olvidase de la herida del hombro… aunque esta ya se hubiese cerrado.

Pero tan pronto como llegó, el dolor desaparecido siendo bastante extraño ya que al tocarme la cara pude sentir la sangre aun corriendo sobre ella. Joder, debía parecer un zombi. Levantándome con algo de esfuerzo, miré a mí alrededor ¿dónde demonios estaba? Porque de cielo tenía muy poco con tanto negro y cubos raros.

—¿Válor? —llamé a mi compañero mientras andaba por aquel extraño lugar —¿Válor estás ahí?

No recibí respuesta, pero tampoco importó ya que pronto encontré a mi compañero tirado en el suelo… al lado de un Digimon con forma de araña.

—¡Válor, aguanta! —grité corriendo hacia él lista para arrearle un buen puñetazo a la araña.

Pero el Digimon arácnido prefirió empezar a decir lo desgraciado que era que centrarse en nosotros, cosa que aproveché para agacharme con el dispositivo digital en la mano por si servía para ayudar al Devidramon. Con la mano libre, empecé a mover a Válor con la intención de despertarlo mientras la araña seguía hablando.

—¡Oye, tú! —le corté al Digimon mirándola desafiante —. ¿Qué tal si dejas de sentir pena por ti misma y me dices que le has hecho a mi compañero? —. Me levanté con los puños preparados para luchar por Válor —. Hazlo si no quieres que te deje una nueva cara.

[Amilinne]

@Matías (125%)

-No mientas, Matías -musita Sorcermon, un aura gélida formándose a su alrededor-. Él se ha cargado su propio techo.

Cuando Majiramon está extendiendo su brazo hacia vosotros, la Presión Aquary de Witchmon atraviesa su cuerno derecho y lo separa de su cabeza. Cae junto a vosotros, Matías, provocando casi tanto estruendo como el techo al derrumbarse. Majiramon suelta un rugido de agonía y se lleva ambas manos a la cabeza. Se da la vuelta para enfrentar a los culpables, pero Adair y Seraphiel ya han desaparecido.

-... Aquarius -escuchas susurrar a Sorcermon. Parece haber terminado de conjurar algo.

Entonces notas una fuerte humedad en el ambiente. El techo empieza a gotear. De pronto, las ventanas se convierten en cascadas cuando ingentes cantidades de agua comienzan a surgir de ellas. El castillo se está inundando.

-¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO?! -exclama Majiramon, confuso. No tarda en volver a centrar vuestra atención en vosotros-. ¡TÚ...! ¡HAS SIDO TÚ, ¿VERDAD?! ¡LA MAGIA QUE INVOCAS...!

-Matías. -Sorcermon te mira a los ojos-. Sal corriendo mientras le distraigo. Cuando te hayas ido, derrumbaré la entrada tras de ti para que el agua no se filtre. Voy a llevarme a todos estos hijos de perra al infierno conmigo. -Se ríe brevemente, aunque se nota el nerviosismo en su voz-. ¿O tienes alguna idea mejor?

-¡BAO SHI! -escucháis bramar a Majiramon. Una oleada de flechas de luz se forman alrededor del digimon dragón-. NO TENÍA POR QUÉ SER ASÍ, PERO VOSOTROS LO HABÉIS QUERIDO.

Las flechas empiezan a caer en vuestra dirección con la intención de empalaros.

@Adair (0%)

Tras lanzar su ataque, Seraphiel vuelve a arrancar su escoba a toda potencia. Ninguno de los dos mira atrás, pero Tanemon pega unos cuantos gritos cuando se da cuenta de que estáis abandonando a Matías. Tras conseguir salir del castillo, Witchmon continúa en dirección a la zona colorida que antes habíais visto. Está más lejos de lo que inicialmente pensabais. Al cabo de un rato, tu dedo se descongela y empiezas a sentir dolor de nuevo. No mucho más tarde, Seraphiel se queda sin energía y vuelve a su forma de Lucemon. Los tres caéis al suelo debido a la inesperada devolución.

-¡Agh! -exclama Lucemon cayendo de frente contra el césped-. ¡M-mierda! Estoy... muy cansado... Adair, ¿cómo estás tú...?

Tanemon se echa a llorar. El muñón de tu dedo, aunque no sangra, escuece como nunca. A estas alturas estáis a tanta distancia del castillo como de la zona desconocida. Es poco probable que los enemigos puedan seguiros el rastro llegado este punto, pero tampoco llegaréis al lugar colorido en lo que queda de día sin la velocidad de Witchmon.

@Alice (200%)

Tu dispositivo digital reacciona, aunque puede que no exactamente por estar cerca de Válor. Tu circuito también parece sentirse atraído por Arukenimon, como si el digimon araña fuera una especie de imán.

-¿E-eh...? ¿Alice...? -escuchas entonces la voz de Válor, tan grave como cuando estabais en el palacio de Angewomon pero mucho más cohesiva. Le cuesta un rato abrir sus cuatro ojos-. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde etamos ¿Y Nefertimon...? ¡Aaaaah! ¡A-Alice! ¡¡Te falta media cabeza!! Oh, no, ¿he sido yo? ¿Nefertimon me ha hecho hacerte eso? Oh, no... Oh, no...

El Devidramon tarda bastante más tiempo que tú en asimilar la situación. Se levanta con tu ayuda y se queda mirando al Arukenimon, que ha ignorado todas y cada una de tus amenazas y sigue vagando a vuestro alrededor como un alma en pena, susurrando misteriosamente las mismas frases una y otra vez.

-¿Estamos muertos? -Válor apunta a tu cabeza-. Porque eso no es normal. -Y añade en voz baja-. Aunque en realidad no te queda tan mal, je, je... -De repente se da un golpe en la cabeza a si mismo-. Perdón, no debería haber dicho eso.

Arukenimon se da la vuelta bruscamente, haciendo mucho ruido con sus patas, y fija la mirada en ambos. Sus ojos parecen estar vacíos, sin vida.

-¿No deberías haberlo dicho? ¿O deberías haberlo dicho en alto? -Ahora sentís la voz de Arukenimon mucho más cerca. Es como si hubiera penetrado vuestros oídos y estuviera hablándole directamente a vuestro cerebro-. Todos fingen ser lo que no son. Tú incluido. Todos quieren sentirse aceptados. Tú incluido. Todos decepcionan. Tú incluido. ¿Por qué esforzarte por ser tú mismo cuando es mucho más fácil ponerse una máscara distinta por cada persona que conoces? Es mucho más agradable que todos te den su aprobación a que lo hagan solo unos pocos. Es mucho más fácil mentir en voz alta y ser sincero en voz baja. Las verdades pesan más que las mentiras... Y no estamos hechos para aguantar mucho peso, ¿verdad, Gazimon?

Escuchas a Devidramon tragar saliva.

-Yo... Yo... -Da un paso adelante-. ¡¿Q-quién eres?!

Arukenimon retrocede como respuesta al avance de Válor, pero entonces sonríe.

-Quedaos aquí. En este mundo, nadie os juzga. En este mundo, no es necesario decir la verdad. Porque en este mundo, nada existe. Ni siquiera la diferencia entre mentira y realidad. -Arukenimon extiende sus brazos-. Morid aquí y liberaos de todo. Liberaos de las responsabilidades, de los miedos, y del dolor. O enfrentaos a mí, y enfrentaos a un dolor mucho peor que el que deberías estar sintiendo, chica. El dolor de estar vivo. El dolor de la verdad.

Hay unos segundos de silencio entre vosotros mientras tratáis de asimilar toda la información que os acaba de dar Arukenimon. Te lo tomes como te lo tomes, Alice, Devidramon acaba por colocarse frente a ti y agarrarte de los hombros con sus garras.

-Alice. Todo lo que has dicho antes, ¿era cierto? ¿Estabas siendo sincera? -Te pregunta con el ceño fruncido-. Quiero... quiero perder el miedo a ser tan sincero como tú. Quiero perder el miedo a vivir una vida en la realidad en lugar de crear un mundo alternativo cuyos cimientos son mis mentiras. Puede que sea feliz un tiempo, pero siempre acaba derrumbándose. Porque las mentiras no son firmes. Las mentiras siempre se derrumban. Y al final sólo consiguen herir. -Con determinación señala a Arukenimon-. Quiero poder decirte que yo también te odiaba. Quiero poder decirte que hubiera elegido a cualquiera de los otros niños antes que a ti. Que eres imprudente, cabezona, malhablada e irritante. Quiero poder decirte a la cara cuándo no estoy de acuerdo contigo. Quiero tener valor. ¡Y para eso, hay que derrotar a esa cosa! -Válor asiente con la cabeza-. Te he prometido muchas veces que iba a mejorar, pero todas esas veces tenía mis dedos cruzados. No quería enfrentarme a la responsabilidad. No me parecía que valiera la pena molestarse tanto. Pero ahora lo deseo realmente. Porque sólo cuando pueda decirte todo lo que odio de ti... seré capaz de hacerte entender que las cosas que amo son el doble.

[bobokukemon]

—¡Ni se te ocurra! ¿Cómo voy dejar que te sacrifiques tan a la ligera? ¿No te acuerdas de la misión que te he dado? ¡Tú misión es encargarte de que salgamos con vida, tú vas incluído! —grité intentando escapar del ataque— ¡Tiene que haber una manera de huir!

Miré a Majiramon, no tenía pinta de ser fácil de derrotar con fuerza bruta, menos aún teniendo solo un Digimon.

—¡Intentemos hacer que se resbale y escapemos mientras tanto!

[Aritriel]

Seraphiel no pudo aguantar más y terminamos cayendo al suelo mientras él volvía a ser el ángel de antes. Solté un gruñido mientras me frotaba la mano. Empezaba a doler otra vez y ahora mi digimon no podía congelar el muñón. ¿Habría recuperado alguna técnica curativa ahora que tenía una aspecto tan diferente? No, daba igual. Seraphiel estaba exhausto, necesitaba ahorrar su energía. Mientras la herida no sangrase no me iba a preocupar.

-Estoy bastante bien. Me preocupas más tú-le respondí al digimon-. Será mejor que busquemos algún sitio en el que descansar, aprovechando que nos hemos alejado bastante del castillo.

Luego puse los ojos en blanco y recogí al Tanemon en brazos.

-Venga, no llores. No teníamos otra opción más que huir, si nos hubiéramos quedado habríamos muerto. Y Matías distrajo al otro digimon para que pudiéramos huir. ¿De verdad querías desaprovechar la oportunidad que nos había dado? Además, me aseguré de que llamábamos la atención del maestro para que tuviera la oportunidad de huir. Seguro que está bien.

La verdad era que dije lo último más para convencer al Tanemon de que no iba a pasar nada que porque lo creyera de verdad. Su digimon, después de todo, tenía demasiadas ganas de luchar contra cosas que podían aplastarlo fácilmente.