Vamos a jugar a... -Foro-

Nueva forma disponible.

-¿Esto significa que ahora puedes digievolucionar? -sabía bastante bien en qué consistía. Pero por otro lado, al ver al mono convertido en una especie de cebolla con cara adorable y al trasgo defendiéndose a la desesperada, pensé que convenía más guardar semejante recurso para una ocasión futura-. ¡Eres genial, Kudamon! ¡Acabemos con esto!

Acababa de ver otra cosa en el dispositivo. Al parecer, podía utilizar la bala sagrada como caparazón y defenderse así de los ataques. Ahora que sólo teníamos un rival...

-¡Mat, Tentomon, escuchadme, por favor! Si trabajamos juntos... ¡Tentomon podrá llegar hasta el enemigo sin quemarse! Kudamon, métete en tu bala y deja que Tentomon la use como escudo. Cuando ambos estéis cerca, ¡le atacáis a la vez! ¿Me estás escuchando, Tentomon? ¡No ataques sin protegerte! -miré indeciso al español-. ¿Puedes convencerle tú?

Al verme ardiendo, no me lo pensé mucho y me lancé a rodar al suelo como un poseso, para apagar el fuego. Aun así vislumbré como Coronamon iba a atacar a FanBeemon.
-¡Fanbeemon, Fanbeemon, Fanbeemon! -grité mientras rodaba de un lado a otro y me tiraba tierra encima- ¡Do a barrel roll! ¡Gear Sting!

—¿Puedes convencerle tú?

—¡Ojalá pudiera, este tío hace lo que le da real gana! ¡Menuda birria!

Ahora que Goblimon había soltado su arma era el momento perfecto para atacarle, pero si Tentomon decidía ignorar la orden podría recibir un golpe muy potente.

—¡Tentomon, escucha atentamente por una vez! ¡Usa a Kudamon como escudo! ¡No es tan difícil, solo hasta que recibas el ataque! —dije mientras pensaba en las palabras que le harían actuar con más iniciativa —. ¡Ah, de esa manera quedará súper molón! Después, atácale con Sacudida de mandíbula.

Mi gran estrategia había fallado. Pero solo más o menos. Por suerte, distraje el tiempo suficiente al gusano para que Penguinmon escapase de las telarañas. Y me echó la bronca por ir a ayudarlo. Jo, solo quería ayudarle, ¡pero no pasa nada!

—De acuerdo, Penguinmon. ¡Vamos a acabar con él! ¡Ataque deslizante para acercarte a él y si se resiste, utiliza otra vez el Bofetón eterno!

Respiré hondo y cerré los ojos un segundo mientras Lucemon me hablaba.

-Tienes razón... Aprovecha que se han distraído con los aguijones de Fanbeemon para acercarte y atacar con Pies Divinos-le ordené, más relajado. Entonces vi, algo alarmado de nuevo, cómo la ropa del otro chico (Asch, creía haber oído) prendía fuego, pero él se lanzaba al suelo rápidamente.- No dejes que se acerquen a él-le dije también a Lucemon, consciente de que con la ropa en llamas no tendría tiempo para preocuparse de si le atacaban o no. Aunque él no parecía extremadamente preocupado...

- Ninjamon... lo... ¡Lo has conseguido! Sabia que podias hacerlo, uf... yo estare bien, no podra alcanzarte eres el mas rapido. ¡Hay que podar esa flor mustia, enseñale como usas tu espada al estilo Iga!

Ahora si que no puedo ayudar mas, menos mal, esto me ha hecho mucho daño, tengo que protegerme en alguna parte...

—¡Qué pesado eres! ¡Vamos, Labramon, seguro que le queda muy poco, tú puedes! ¡Revienta esa burbuja con otro ladrido de los tuyos, y si no funciona, dale un buen zarpazo! ¡Después remátale dándole cabezazos y arañándole con tu garra hasta que se canse de incordiar!

Estaba bastante cansada de utilizar tantas veces la misma táctica, y no sabía si la 3ª vez funcionaría. Labramon ya había recibido un par de golpes, y otro más quizá significaba Game Over, pero por suerte, según mi dispositivo digital, mi compañero todavía tenía una técnica que podría serme de ayuda si las cosas se ponían feas... Por el momento, tenía que dedicarme a pensar en una nueva estrategia si la actual fallaba.

—¿Kiwi…mon? —balbuceé desde el suelo aun dolida por el cuerno que estaba incrustado en mi hombro.

Me costaba entender del todo el que había pasado, pero Gazimon me había salvado del ataque del enemigo. Ayudándome a alejarme del Gabumon para que pudiese arrancar la punta del cuerno sin problemas, mi compañero empezó disculparse por haberme dejado sola en combate, pero tampoco me importaba lo más mínimo, lo que iba a tomar en cuenta es que me había ayudado al final.

—Ya te he dicho que he visto preescolares que pegan más fuerte que él —repetí sonriendo y golpeándole de forma suave en el casco —. Ahora vamos a darle su merecido a esa lagartija con complejo de lobo.

Arrancandome como pude el cuerno y tirándolo al suelo, me levanté con el dispositivo en la mano para mirar los nuevos datos de Gazimon, ahora un Kiwimon. No tenía mucha cosa, pero no creo que la necesitase para vencer a nuestro enemigo.

—Vamos a ver si mi Digimon es tan bueno en la batalla como su niña elegida. Kiwimon, envíale de frente tu ejercito de Minikiwis y después atácale a su espalda con tu Patada Salto Alta —le ordené con energía, quizás no pudiese luchar, pero eso no significa que no iba a poder darle todos mis ánimos a Kiwimon —¡Machácalo, Bunnymon!

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En la wiki llaman a la High Jumping Kick "Altos Saltos de Patada" lo cual suena bastante horrible, asi que espero que no pase nada por usar el nombre de Pokemon xD (que practicamente in ingles es lo mismo)

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Off Rol: No hay problema, algunas traducciones son simplemente horribles xD

@Jeremy (100%) @Matías (-50%)

Jeremy, por mucho que buscas y buscas, no encuentras el tirachinas. Parece haberse desvanecido cuando Monmon degeneró a una forma anterior.

-¿Birria? ¡¿Birria?! –Tentomon se gira en tu dirección, Matías-. ¡La única birria aquí eres tú, que no eres capaz de comprender mi grandeza en el campo de batalla! Te voy a…

Notas como Tentomon comienza a cargar un ataque eléctrico en tu dirección.

-¡Tentomon, por favor! –interviene entonces Kudamon, colocándose frente a él-. Nos han proporcionado un buen plan, y sería una pena echarlo a perder. Quieres ganar, ¿verdad? Pues si quieres ganar y que además te felicitemos por lo fuerte que eres, ¡haznos caso!

Tentomon duda un segundo. Entonces, la energía eléctrica se disipa.

-Pero solo si luego me alabáis hasta que diga basta –concede Tentomon-. Ah, y quiero una buena comilona.

Kudamon asiente. Con una elegante pirueta, se introduce en el interior de su bala dorada, la cual Tentomon recoge al vuelo. No obstante, ha costado tanto convencer a Tentomon de que coopere que Goblimon ya tiene preparado su ataque final. Las bolas de fuego se han convertido en un rayo de energía ardiente que sale disparada en dirección a vuestros digimon. Tentomon se defiende utilizando a Kudamon como escudo, y avanza contracorriente lenta pero inexorablemente. Cuando está a un paso de llegar a Goblimon, Kudamon empieza a jadear dentro de su bala.

-N-no sé si puedo absorber más calor… -dice con voz cansada-. Voy a tener que salir… pronto…

-¡¿Qué dices, paleto?! ¡Sólo un poco más, estamos justo en frente de este papanatas!

-¡No puedo! –grita de pronto Kudamon-. ¡Tengo que salir de aquí! Si no… ¡Si no…!

-¡Oh, por el amor de…!

Para sorpresa de ambos, Tentomon lanza a un lado la bala sagrada que estaba utilizando para protegerse. La onda de energía incandescente le acierta de lleno.

-¡Oh, sí! –grita Tentomon-. ¡No necesitaba ningún escudo desde el principio! ¡Mi cuerpo arde de pasión por el placer que me brinda PELEAR!

Veis cómo una fuerte corriente eléctrica recorre el cuerpo de Tentomon justo antes de que explote el lugar en el que ambos digimon se encuentran. Se levanta una gran nube de humo y polvo que tarda un buen rato en desvanecerse. Cuando por fin sois capaces de volver a ver con claridad… sólo podéis ver otro Tanemon, que apenas puede mantenerse en pie. Tentomon parece haberse desintegrado completamente.

-Eh. ¡¡Eh!!

Matías, de repente notas una serie de débiles golpes en la pierna. Cuando bajas la mirada, puedes ver a una especie de gusanito verde cuya parte inferior aún está cubierta por su capullo de cuando se encontraba en estado larvario.

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-¡Dime lo súper molón que soy otra vez! –te ordena Minomon con voz aguda y pegando brincos, como si quisiera que lo cogieras en brazos. Para tu sorpresa, aún lleva puestas tus gafas de sol, totalmente intactas.

Kudamon, por su parte, ha salido completamente ileso de la explosión, pero se ha posado en una roca y no parece tener intención de moverse de allí.

@Alice (120%) @Tris (50%)

Kiwimon abre la boca y dispara una serie de bombas con forma de Kiwimon diminutos. Algunas explotan automáticamente al entrar en contacto con las llamas de Gabumon, pero gran parte aciertan.

-Puede que Alice sea inconsciente y no demasiado lista, y puede que sus planes sean lo más estúpido que jamás haya visto –le susurra Kiwimon a Gabumon, aprovechando la cortina de humo que los Minikiwis han provocado para colocarse a su espalda-, pero es mi compañera, ¡y no tenías ningún derecho a hacer lo que has hecho!

Y con una última patada, Kiwimon estampa al Gabumon sin cuerno contra el césped y le debilita, provocando que regrese a su forma de Tsunomon. Tu compañero vuelve a tu lado para comprobar tu estado mientras Tsunomon se va botando río arriba.

-¡El capitán os hará pasar por la tabla por esto!

-Ugh, qué pesado –Kiwimon pone los ojos en blanco-. ¿Estás bien, Alice? Deberías vendarte la herida de alguna manera para que no sangre más. ¡Has sido muy valiente, por cierto! Tu plan era muy inteligente y seguramente te hubiera salido bien de no haber sido tu oponente un Gabumon. Además, sólo he sido capaz de derrotarle tan fácilmente porque el pobre diablo no veía nada. Todavía tenía tierra en los ojos. –Kiwimon te dedica una sonrisa socarrona-. Por cierto, si aún queréis enfrentaros a Hookmon, con esta forma debería ser capaz de hacerle frente. ¡Bunnymon a tu servicio, Alice!

Tris, Labramon trata de volver a utilizar su ladrido sónico para librarse del ataque de Otamamon… Pero en esta ocasión, la burbuja no reviente, pues posee la consistencia de una roca, y cae encima de Labramon. Escuchas un breve gemido antes de que tu digimon sea aplastado.

-¡Jua, jua, jua! ¡Lo he conseguido, lo he conseguido! ¡He acabado con ese chucho de aguas yo solito! –exclama Otamamon pegándose un bailecito.

Al cabo de unos segundos, notas movimiento bajo la roca-burbuja. Con un aullido mucho más atronador que sus ladridos anteriores, el movimiento de Otamamon se resquebraja y se deshace en el aire.

-Otamamon… ¿Es que no sabes que los protagonistas siempre ganan…? –bosteza Labramon-. Ubícate. No estás en posición de ser tan creído…

Tal y como le has ordenado, Labramon se lanza encima del digimon renacuajo y le propina una serie de zarpazos y cabezazos de los que tu oponente no se puede defender. Cuando por fin pierde la consciencia, Labramon agarra el cuerpo de Otamamon con la boca y lo lanza al río.

-¿Podemos comer algo ya…? –te pide al volver, apoyando sus patas delanteras en tu pierna para ponerse de pie y lamiéndote la mano.

@Luke (75%) @Alan (100%)

Penguinmon se desliza en dirección a Kunemon para acabar con él, pero utilizando las últimas fuerzas que le quedan, el digimon oruga pega un salto y se lanza en picado, aguijón al frente, a por Penguinmon. Aunque consigue acertar y clavarle su pua venenosa a tu compañero en toda la frente, Luke, Penguinmon contraataca con tal bofetón que Kudamon sale volando. Probablemente no le veáis nunca más. Sin embargo, el digimon pingüino cae al suelo, completamente agotado.

-Luke… -murmura, usando todas sus fuerzas para hablar-. Espero que… Kunemon no haya conseguido hacerte nada… -Penguinmon tose-. Déjame aquí descansando y ve a ayudar a Alan… Él necesita tu ayuda mucho más que yo, créeme. Estoy bien…

Alan, Ninjamon asiente cuando pronuncias tus órdenes. Desenvaina su espada y, tan rápido que no puedes siquiera verlo, atraviesa a Palmon con ella. Los pétalos de la cabeza de Palmon caen al suelo, completamente marchitos, y el propio digimon brilla durante unos segundos antes de convertirse en un Yokomon inconsciente.

Ninjamon corre hacia ti, Alan, arrodillándose para observar mejor tus heridas. Tienes seis orificios repartidos por toda tu caja torácica y estómago que, aunque del tamaño de un dedal, están rezumando sangre a un ritmo alarmante.

-¿Q-qué puedo hacer por ti, Alan? –Ninjamon trata de mantener calma en su voz, pero no lo consigue del todo-. ¡¿Luke?! ¡¿Penguinmon?! –exclama-. ¡Ayudadnos, por favor! ¡Nunca he tenido que tratar las heridas de un humano…!

@Asch (75%) @Adair (100%)

-¡A-Asch! ¡E-estás ardiendo! ¡¿N-no necesitas ayuda…?!

A pesar de la obvia preocupación de FanBeemon, tu compañero cumple tus órdenes y continúa disparando sus aguijones. Sin embargo, parece que está demasiado distraído por tu problema, y no consigue acertar ninguno. Acaba volando en tu dirección para recoger arena con sus patitas y lanzártela encima. El fuego se extingue antes de causarte algo más grave que un par de quemaduras… pero Coronamon os tiene entre ceja y ceja, y dirige sus dos bolas de fuego en vuestra dirección.

Es Lucemon, sin embargo, quien recibe ambos ataques, defendiéndoos utilizando sus alas como escudo.

-¿Estáis bien? –pregunta cordialmente, y tras asegurarse de que es así, se da la vuelta.

Sus pies emiten un breve resplandor y Lucemon se coloca a la espalda de Coronamon en un instante. Entonces, le propina una patada que es seguida de un haz de energía luminosa que lanza a vuestro enemigo directo a la lava.

-Uf… -suspira Lucemon, aliviado-. Siento no haber seguido tu plan a rajatabla, Adair, pero tenía que salvarles.

El ángel se rasca el cabello, ligeramente avergonzado, y se acerca a Asch para ayudarle a levantarse. Entonces, escucháis una voz en la lejanía.

-¡Pienso contárselo al jefe! –os grita Koromon mientras cruza el puente y sale corriendo… o, mejor dicho, botando-. ¡Disfrutad del tiempo que os queda, pardillos!

Adair, tu dispositivo digital vuelve a vibrar. En esta ocasión te muestra las siguientes palabras "Descarga completada. Nueva forma disponible".

—Ahora mismo diría que eres mono, más bien, pero supongo que no ha estado tan mal. Deberías hacerme caso más a menudo, pero tu último ataque ha... sido súper molon —dije en un intento de evitar bajarle los ánimos.

Con Tentomon en forma bebé el plan para derrotar a Halsemon y recuperar el asentamiento iba a ser complicado de realizar, tan solo el chico y su digimon podrían aguantar algún ataque suyo.

Cogí a Minomon y salí corriendo hacia los Tanemon, lo que más me inquietaba en ese momento era que huyeran y avisaran a su líder. Tenía que evitar que escaparan.

—Algún movimiento extraño y practico fútbol con vosotros, ¿me habéis entendido, yerbajos? No penséis que voy a ser blando con vosotros después de lo que habéis intentado.