Re: Digimon Chapter 00
Publicado: 23 Feb 2016, 12:36
@Rudy[ ], Kiara[ ]:
Os separasteis para buscar. Mientras caminabais, Guil miró de reojo a Kiara.
-Te das cuenta de que no ser por él me habría caído, ¿verdad? -preguntó, señalando hacia el chico que se alejaba volando en Stingmon.
Toku volaba cabizbajo, claramente turbado, cargando con Rudy.
-No lo entiendo -dijo Stingmon-. No da igual, yo... podía salvarla. Lo había conseguido. Entiendo que la atacara, yo también lo hice. Lo hicimos a la vez, es sólo que Allomon estaba más lejos y su ataque llegó tarde. Y quería proteger a Guil, eso lo entiendo, pero...
Se golpeó la palma de la mano con el puño.
-¡Es que también me atacó a mí! No es que le importe mucho Guil, es que sólo le importa Guil. Tú no me harías atacar a un compañero sólo para protegerme, ¿verdad? -preguntó Toku-. Aunque lo hicieras, yo no sería capaz de obedecerte...
Desde aquel punto, la ciudad de Lilithmon era claramente visible. Tras sus altas murallas negras se erigían torreones y edificios de aspecto siniestro. La Madame debía haber llegado hacía rato. Estaba anocheciendo muy rápido.
-¡Aquí está! -exclamó Guil-. ¡Tiene que ser esta!
Toku se reunió junto al dinosaurio rojo a toda velocidad y aterrizó. Estaban junto a una enorme roca con marcas de garras. Al instante, Stingmon se colocó junto a ella y flexionó las rodillas. Comenzó a empezar a levantarla...
De repente, todo su cuerpo tembló y comenzó a deshacerse en cuadraditos. Soltó la piedra de golpe y jadeó.
-Estoy débil -murmuró-. Si sigo con esto volveré al nivel anterior...
De repente un estruendo sobresaltó al grupo. Nubes negras se arremolinaban en espiral sobre la ciudad de Lilithmon. Relámpagos rojos, muy reales y distintos a los que surgían del cañón, cubrían el cielo del norte. En la distancia, las puertas de la ciudad se abrieron y visteis, como puntos diminutos, enormes Digimon negros que marchaban hacia el puente. El cielo estaba cubierto de siluetas aladas: decenas de Karatenmon ya habían partido.
-¡Tenemos que salir de aquí! -Stingmon golpeó el suelo con un pie y volvió a tratar de levantar la roca, aunque su cuerpo era surcado por líneas brillantes que indicaban su inminente transformación. Guilmon metió ambas zarpas bajo la rendija que había levantado Toku y empujó hacia arriba con todas sus fuerzas.
De repente, Rudy y Kiara oyeron unas pisadas que retumbaban como mazos tras ellos y se dieron la vuelta. Allomon se acercaba a toda velocidad. Con sus enormes garras, levantó la roca completamente y dejó a la vista una piedra más pequeña y lisa, que contenía el ansiado Código.
Una vez que lo leísteis, Allomon soltó la piedra y se encaramó sobre la roca.
-¡Stingmon, llévatelos!
-¿Y tú qué piensas hacer? -replicó Toku.
-Hay un ejército viniendo hacia nosotros. Seré la primera línea de resistencia.
-¡Es una locura, son demasiados! -gritó Stingmon-. No puedes morir aquí.
El dinosaurio azul volvió la mirada.
-Fue la humana quien dio la orden de atacar, pero el disparo lo hice yo -su voz era como un bajo gruñido-. Es mi culpa que hayas perdido fuerzas. Es mi culpa lo que ocurrió con Lillymon. Esto me redimirá. Además, no sería capaz de dar la espalda al enemigo sabiendo que mis bebés están ocultos tras ella, en vuestra base.
Guilmon avanzó.
-Yo me quedaré y lucharé contigo -dijo-. Juntos les detendremos.
-Sí, tres serán mejor que uno -Stingmon levantó los brazos en actitud agresiva-. No sé cuánto más aguantaré, pero...
Las garras de Allomon se crisparon y la grieta sobre la que se alzaba se agrietó.
-¡MARCHAOS! -bramó-. ¡Llegarán en cuestión de minutos! ¡No quiero que veáis esto! ¡LARGO!
Os separasteis para buscar. Mientras caminabais, Guil miró de reojo a Kiara.
-Te das cuenta de que no ser por él me habría caído, ¿verdad? -preguntó, señalando hacia el chico que se alejaba volando en Stingmon.
Toku volaba cabizbajo, claramente turbado, cargando con Rudy.
-No lo entiendo -dijo Stingmon-. No da igual, yo... podía salvarla. Lo había conseguido. Entiendo que la atacara, yo también lo hice. Lo hicimos a la vez, es sólo que Allomon estaba más lejos y su ataque llegó tarde. Y quería proteger a Guil, eso lo entiendo, pero...
Se golpeó la palma de la mano con el puño.
-¡Es que también me atacó a mí! No es que le importe mucho Guil, es que sólo le importa Guil. Tú no me harías atacar a un compañero sólo para protegerme, ¿verdad? -preguntó Toku-. Aunque lo hicieras, yo no sería capaz de obedecerte...
Desde aquel punto, la ciudad de Lilithmon era claramente visible. Tras sus altas murallas negras se erigían torreones y edificios de aspecto siniestro. La Madame debía haber llegado hacía rato. Estaba anocheciendo muy rápido.
-¡Aquí está! -exclamó Guil-. ¡Tiene que ser esta!
Toku se reunió junto al dinosaurio rojo a toda velocidad y aterrizó. Estaban junto a una enorme roca con marcas de garras. Al instante, Stingmon se colocó junto a ella y flexionó las rodillas. Comenzó a empezar a levantarla...
De repente, todo su cuerpo tembló y comenzó a deshacerse en cuadraditos. Soltó la piedra de golpe y jadeó.
-Estoy débil -murmuró-. Si sigo con esto volveré al nivel anterior...
De repente un estruendo sobresaltó al grupo. Nubes negras se arremolinaban en espiral sobre la ciudad de Lilithmon. Relámpagos rojos, muy reales y distintos a los que surgían del cañón, cubrían el cielo del norte. En la distancia, las puertas de la ciudad se abrieron y visteis, como puntos diminutos, enormes Digimon negros que marchaban hacia el puente. El cielo estaba cubierto de siluetas aladas: decenas de Karatenmon ya habían partido.
-¡Tenemos que salir de aquí! -Stingmon golpeó el suelo con un pie y volvió a tratar de levantar la roca, aunque su cuerpo era surcado por líneas brillantes que indicaban su inminente transformación. Guilmon metió ambas zarpas bajo la rendija que había levantado Toku y empujó hacia arriba con todas sus fuerzas.
De repente, Rudy y Kiara oyeron unas pisadas que retumbaban como mazos tras ellos y se dieron la vuelta. Allomon se acercaba a toda velocidad. Con sus enormes garras, levantó la roca completamente y dejó a la vista una piedra más pequeña y lisa, que contenía el ansiado Código.
Una vez que lo leísteis, Allomon soltó la piedra y se encaramó sobre la roca.
-¡Stingmon, llévatelos!
-¿Y tú qué piensas hacer? -replicó Toku.
-Hay un ejército viniendo hacia nosotros. Seré la primera línea de resistencia.
-¡Es una locura, son demasiados! -gritó Stingmon-. No puedes morir aquí.
El dinosaurio azul volvió la mirada.
-Fue la humana quien dio la orden de atacar, pero el disparo lo hice yo -su voz era como un bajo gruñido-. Es mi culpa que hayas perdido fuerzas. Es mi culpa lo que ocurrió con Lillymon. Esto me redimirá. Además, no sería capaz de dar la espalda al enemigo sabiendo que mis bebés están ocultos tras ella, en vuestra base.
Guilmon avanzó.
-Yo me quedaré y lucharé contigo -dijo-. Juntos les detendremos.
-Sí, tres serán mejor que uno -Stingmon levantó los brazos en actitud agresiva-. No sé cuánto más aguantaré, pero...
Las garras de Allomon se crisparon y la grieta sobre la que se alzaba se agrietó.
-¡MARCHAOS! -bramó-. ¡Llegarán en cuestión de minutos! ¡No quiero que veáis esto! ¡LARGO!