@Senetyl[III], Rudy[II ], Lira[II ]:
Lekismon asintió y echó a correr a toda velocidad, alrededor de Karatenmon.
-¡Bomba Lunar Nocturna! ¡Bomba Lunar Nocturna! ¡Bomba Lunar Nocturna!
Las esferas de agua volaron hacia Karatenmon, que se dedicó a esquivarlas con facilidad sin apartar la vista del enemigo.
-¡Bomba Lunar Nocturna! ¡Bomba Lunar Nocturna!
-¡Disparo Lunar!
-¿¡Qué!?
Una aguja brillante se dirigió hacia Karatenmon. El Digimon se dio la vuelta y la detuvo con la espada. Miró a Stingmon, pero Toku ya se había retirado a cinco metros de distancia. Silenciosamente, Ilargi había seguido lanzando bombas.
-¡Agh! -recordándolo, Karatenmon volvió a darse la vuelta, pero las esferas de agua se le venían encima, desde todas las direcciones. Incapaz de esquivarlas, las cortó con las espadas... lo que hizo que el brillo negro que las recubría se esfumara. Aunque consiguió desviarlas parcialmente, estallaron y le salpicaron completamente. El efecto no era tan potente como para dormirle, pero se tambaleó y sacudió la cabeza.
-¡Disparo Lunar! -una aguja atravesó el brazo de Karatenmon.
-¡YA BASTA! -el enemigo giró en espiral, cortando en todas direcciones, y aleteó una vez. Acabó a cinco metros sobre el suelo y comenzó a cargar un ataque...
-
¡INFIERNO SALVAJE!
FlareRizamon rugió y el brillo que brotaba de su cuerpo comenzó a inundarlo todo. De repente, el aire alrededor de Karatenmon se incendió y una explosión espontánea le arrancó el ala. El aire siguió estallando en intensas llamas a su alrededor, mientras Trydan seguía rugiendo y el brillo de su interior se debilitaba. De algún modo, estaba teletransportando alrededor de su enemigo el fuego que había estado acumulando.
Karatenmon acabó convertido en una estatua de ceniza de forma irregular. Cayó pesadamente sobre el suelo, estallando en una nube de polvo negro, de la que salió tosiendo un Digimon mucho menos imponente. Se trataba de un Falcomon, pero su aspecto era bastante distinto del de Horus. Además, por algún extraño motivo, iba disfrazado de ninja...
-¿Vuelvo a ser un novato? -preguntó incrédulo, mirándose las plumas-. ¡Vais a pagar por esto, malditos...!
-Eh, eh, quieto ahí -Elecmon se acercó, echando chispas-. Estoy un poco cansado, pero me queda energía de sobra para freírte.
-¡Eeeeh! -oísteis una voz que venía de donde habíais venido.
Os disteis la vuelta, y al principio pensasteis que se acercaba una nueva amenaza, porque un Digimon que no habíais visto nunca (Airdramon) volaba hacia vosotros. Pero no tardasteis en distinguir a Kiara y Deputymon, que se acercaban corriendo bajo él.
@Kiara[ I ]:
-Sí, los vi antes -confesó Deputymon-. Dejé en sus manos la protección de la zona oeste... espero que no hayan salido malheridos por mi culpa -dijo, preocupado-. ¡Será mejor que nos pongamos en marcha!
-¡Estoy de acuerdo, vamos! -asintió Guil.
Cuando os acercasteis a la salida oeste de la zona, visteis a Karatenmon a lo lejos, luchando a la vez contra Stingmon y Lekismon. De repente, se elevo en el aire y pareció a punto de lanzar un ataque poderoso, pero no pudo porque una gigantesca explosión le engulló. Las llamas os cegaron y no pudisteis seguir mirando. Poco después, echasteis a correr hacia vuestros amigos.
-¡Eeeeh! -llamó Guil.
@Senetyl[III], Rudy[II ], Lira[II ], Kiara[ I ]:
Los Liollmon se acercaron corriendo al ver a Deputymon.
-¡Sheriff! ¡Sheriff! ¡Nos han salvado! -gritaron-. ¡Estos chicos nos han salvado!
-Veo que estás recuperado -comentó Lekismon, asombrada-. ¿Cómo es posible?
-Gracias a vuestros amigos -Deputymon señaló a Kiara y a Guil, quien estaba convertido en Airdramon-. Habéis salvado nuestras vidas... Y no sé cómo puedo agradecéroslo. Pero eso debe esperar -caminó directamente hacia el Falcomon negro y le derribó de una patada-. ¡Por la autoridad que me confiere el Área del Cañón del Azulado, quedas detenido! -se sacó unas esposas de debajo del pañuelo y fue a ponérselas, pero las alas del pájaro no parecían muy adecuadas para ello, así que se conformó con colocárselas en las patas y lo cogió del cogote-. Sé que necesitáis encontrar el código de esta zona, pero lo primero es encerrar a este tipejo -declaró-. No puedo ayudaros hasta que no esté entre rejas. ¿Me acompañaréis?
@Suzu[III], Nenti[III]:
-Si el ordenador fuese destruido... No sé que ocurriría. Sospecho que nada bueno. Y en cuanto a un modo de eliminar la forma física del ordenador, me temo que tampoco se me ocurre ninguna -Kyukimon pareció perezoso de repente. Prácticamente se enterró en los cojines-. No sé nada de ningún Eridani, podríais habéroslo inventado a vuestra conveniencia para obtener el código, pero... he decidido creeros. No parecéis mentirosos. Así que os daré el código. ¡Mirad!
Se incorporó de repente, y la montaña de cojines se dispersó en todas direcciones, rebotando contra las paredes. Muchos os golpearon, aunque por supuesto, no os hicieron nada. Y allí debajo, en el frío suelo de piedra bajo las patas de Kyukimon, había un código grabado.
