

Los pequeños moguris parecían pletóricos cuando entregaron el Fragmento Estelar a Loki. El elegido les había caído muy bien gracias al comentario que había hecho. Los niños se comienzan a alejar cuchicheando entre ellos.
Al tocar Loki el cristal estrellado, el ya familiar rayo de luz sale de él y se dirige hacia afuera, por donde habéis entrado en el castillo.
-Lo sé, lo sé, kupó... –respondía mientras tanto Montblanc a Zodiark- Artemición, quiero que sigas con él, kupó. Estaré más tranquilo si va con alguien conocido, kupó.
-¡Cuenta con ello! ¡Con el gran Artemición, Zodiark está más seguro que en una caja fuerte! ¡Jaja! –exclamó el moguri, blandiendo sus pistolas.
El lazo que te une a Artemición se ha hecho más fuerte.
¡Artemición ha aprendido la habilidad Tiro Kupotástico!
Mientras Loki observaba el rayo de luz, notó un tirón en su pantalón. Al mirar abajo, vio que era uno de los niños moguri que le habían entregado el Fragmento Estelar. Tenía algo en sus pequeñas manitas. Para dárselo al portador de la Llave, revoloteó un poco delante de él y lo depositó en la misma mano que sostenía el cristal estrellado.
-P-para ti, kupó. ¡Gracias, kupó! –dijo con su aguda voz, escapando avergonzado.
¡Has obtenido Llavero Kupó!
Encierra un poder que aumenta la potencia de los hechizos de elemento Viento, Luz y Agua.



Felanan y Edurna se quedan atrás mientras Sara sale corriendo a por las piernas del Lado Oscuro. Llave Katana en mano, se dirige directa a pegar un tajo que desequilibre al enemigo... pero es inútil. El ataque da de lleno en el pie del sincorazón, pero no lo llega a desequilibrar ni por asomo.
El Lado Oscuro genera rápidamente una esfera de energía en el agujero de su pecho, que es lanzada hacia Edurna, que está concentrada en preparar sus hechizos detrás de Felanan. El ataque enemigo, sin embargo, es bloqueado con cierta facilidad por el portador de la Llave Aspis.
El hechizo lunar Shock de Edurna surge de su Llave Cetro... ¡con una fuerza inusitada! Se dirige lanzado como un cometa hacia la cabeza del Lado Oscuro y, al impactar con ella, el sincorazón pierde el equilibrio y cae de rodillas hacia delante... casi aplastando a Sara.
Vuestro enemigo, todavía arrodillado, hace un extraño movimiento con su mano izquierda, como si quisiese invocar alguna especie de magia... pero le es imposible. Parece que se ha quedado mudo.
Edurna ve su oportunidad de lanzar un Morbis+ para intentar atrapar al enemigo entre sus tentáculos... sin embargo, el hechizo no parece salirle como esperaba y de los cuatro Morbis esperados tan sólo uno llega a impactar en el cuerpo del Lado Oscuro, causándole daños moderados. Parece que el no haberte recuperado de la batalla contra la Madre ha hecho mella en ti, y comienzas a cansarte.
Mientras, el sincorazón no ve ningún impedimento para comenzar a levantarse, lentamente...

-¡Entrar en el castillo, dice! –exclama Kaji.
-¡Así por las buenas! –secunda inesperadamente uno de los soldados apostados en la entrada al edificio.
-¡Qué primo! –acabó el otro guardia.
Los dos soldados comienzan a reírse a carcajadas ante la inexpresiva mirada de Kaji, que decide no hacerles caso.
-Para entrar en el castillo tienes que quedar al menos de finalista en la Liga Elemental –explica Kaji-. Allí es donde te nombran soldado y tal. Pero bueno, eso lo sabe todo el mundo.
El chico pelirrojo te mira inquisitivamente, mientras Zap se hurga la nariz detrás de él.
-A lo mejor no es de este mundo –dice el rubio.
Kaji suspira y te mira como intentando disculpar a su amigo.
-En fin, yo no tengo nada que hacer ahora mismo –dice Kaji-. La Liga no me interesa demasiado, así que...

Utilizas Ragnarok. La energía que se acumula en la punta de tu Llave Espada explota y libera tres descargas eléctricas... las tres impactan directamente sobre Auto... o eso parece. El campo de energía que ya habías visto cuando se defendió del ataque de EVA vuelve a ser visible... ¡y dos de tus descargas son devueltas hacia ti! No llegan a causarte daños significativos, sin embargo.
Por lo tanto, Auto sigue girando su volante incandescente sin pausa mientras se acerca a ti. Sin poder esquivarlo, aturdido como estás por el inesperado contraataque de tu enemigo, el ataque del volante te da de lleno y te tira al suelo.
El giro comienza a ralentizarse, y el volante pierde su potente color rojo, indicando que ya no quema.
@¿Hiro?
Ocurrió en muy poco tiempo. El hombre de la máscara espejada apartó las manos de ti como si hubiese sufrido una descarga. Y, por la luz que generaban las corrientes eléctricas que pasaban a través de tus brazos, seguramente había sido justo eso lo que había pasado.
Aprovechando tu repentina liberación, diste una oportuna voltereta en el suelo para escaparte del radio de acción de tu enemigo. Cuando te pusiste de pie, una centella negra pasó a tu lado, sin tocarte, para dirigirse directo hacia aquel hombre...
Las tornas habían cambiado. Una criatura negra, tan alta como el enmascarado, se hallaba sosteniéndolo contra la pared casi como había estado haciendo él contigo hasta hacía unos momentos. Se trata de una bestia con forma de reptil ligeramente antropomórfico, sostenido sobre dos patas y oscuro como la noche. Sus brazos, sin embargo, en vez de manos tienen unas largas cuchillas que recuerdan a las de una mantis. Con el canto de una de ellas es con lo que está manteniendo al enmascarado espejado pegado a la pared.
SINCORAZÓN EMOCIONAL: LEALTAD
-¡¡Tú!! ¡Eres...!
El hombre se sacudía, pero no lograba zafarse de la presa...