
Dejas al robot guardián estropeado en paz y Mo se te sueve a una pierna y se te mete en un bolsillo. Te introduces sin problemas por el hueco.
Cuando estás dentro, un ligero tufillo te hace deducir que se trata de un conducto de basura... Por suerte, las paredes de la cavidad son rugosas y te permiten trepar con facilidad hacia arriba.
Trepas y trepas y trepas... cada cierta altura aparece un agujero de salida, pero en ninguno de ellos se ven a EVA o Wall-E. Sigues subiendo hasta que ya no puedes trepar más y sales por lo que parece ser la abertura más alta de la nave.
Te encuentras en lo que parece ser una sala de mando, con una gran ventana panorámica y una mesa a lo largo de toda ella, llena de controles. Los robots a los que perseguías parecen estar allí... Wall-E se encuentra temblando detrás de EVA, que tiene un arma láser descargada en uno de sus brazos, apuntando a lo que parece una especie de timón blanco mate que cuelga del techo, con los mangos negros. Éste se gira y dirige un gran "ojo" luminoso de color rojo hacia ti.
-Intruso -le oyes decir, con una voz robótica.
EVA aprovecha la distracción para disparar un potente láser de color azul al timón, pero un campo de energía aparece a su alrededor y lo protege por completo del ataque.
Los mangos del timón parecen volverse de un rojo incandescente, y comienzan a girar con rapidez, acercándose a ti cada vez más...
JEFE: AUTO
Te da tiempo a fijarte en que del techo pende también un brazo robótico que sostiene una bota con tierra y el brote de una planta dentro. Wall-E no le quita ojo.

-¡Sí, hombre, que te crees tú que me voy a quedar sin saber qué coño está pasando! -exclama Kaji, que comienza a correr detrás de ti, siguiéndote junto a Zap.
Siguiendo el rayo, acabáis llegando a un gran pórtico de mármol, custodiado por dos guardas vestidos con uniformes iguales, de color negro y granate. El rayo atraviesa la puerta, pero parece estar cerrada...
-¿El castillo? -te pregunta Kaji, extrañado- ¿Qué buscas en el castillo?



Sara llega primero. Cuando aterriza con Valefor, ésta hace una reverencia y se desvanece volando hacia el cielo. La chica observa la isla sobre la que está con estupefación al ver la luminosa grieta atravesándola tan de cerca. Mientras se queda de pie, pasmada en el sitio, Felanan y Edurna llegan a su lado en las barcas. Se oye un ruido fortísimo, de rotura de cristales, y la grieta del cielo se hace más prominente... a la vez que la de la isla.
La playa se parte en dos, y los árboles del interior del islote comienzan a separarse de forma irregular, casi artificial. Al separarse, se encuentran huecos por dentro, y dejan entre sí un espacio en el que da la impresión de que la oscuridad se empieza a arremolinar...
A su vez, un Fragmento Estelar se desprende de la barrera del mundo, y va a caer justo en aquel sitio. La gran explosión de luz os ciega unos momentos. Cuando volvéis a ver, vuestros ojos tardan en acostumbrarse... o eso creéis al principio. Lo que pasa en realidad es que el lugar comienza a perder su luz por momentos, y un enorme sincorazón de color negro comienza a surgir del suelo justo en donde ha caído el cristal estrellado.
¿Por qué os resultará tan familiar su forma...?
JEFE: LADO OSCURO


-Bueno, no me gusta llamarme líder... -comenta Montblanc a la historia de Zodiark- pero sí, bueno, lo soy.
Montblanc comienza a volar y se acerca a Zodiark, poniéndose a la altura de sus ojos. Lo mira a él, luego le echa un vistazo a Loki y, por último clava su mirada en Artemición.
-Tenéis que ponernos al día, kupó -os pide Montblanc-. No pienso dejar que te vayas de nuevo sin saber en qué andas metido, kupó. Porque... ¿te vas a ir?
Montblanc te mira con una mezcla de expectación y preocupación, esperando una respuesta. Detrás de él, un grupito de pequeños niños moguri sostiene... un Fragmento Estelar. Se lo acercan a Loki, al que parecen haber visto como una buena persona aunque fuese desconocido.
-Esto cayó del cielo, kupó -dijeron todos a la vez-. Luego aparecieron esas cosas malas, kupó.
@Hiro
No hay nada en el suelo, ni en las paredes. Ni parece una trampa ni lo es. Te acercas al enmascarado espejado, pero éste no parece estar por la labor de darte el cristal. Cuando saltas a por él, te lo aleja para que no puedas cogerlo. Así varias veces... para un espectador que se pasase por allí, la escen podría resultar incluso cómica.
Cuando te lanzaste "por las malas", sin embargo, la cosa se puso seria. Antes de que lograses darle un golpe a aquel hombre, éste te interceptó con su potentísimo brazo derecho. Con una mano, te agarró del cuello y te apretó contra la pared. Puedes ver tu cara reflejada en su máscara mientras prepara su puño izquierdo, listo para asestarte un puñetazo...