EL MARQUÉS DE SADE
Cuando el Marqués se abalanzó sobre ti, te impulsaste con las alas para sobrevolarle. Uno de los taladros se desenroscó y se enrolló en tu pata; probablemente lo hacía para perseguirte si te apartabas de un salto, pero como no te alejaste no le sirvió de nada. Pasaste por encima de él, le derribaste con una patada y, sin que pudiera hacer gran cosa para defenderse, le destrozaste con un simple puñetazo. Su carne sanguinolenta pareció convertirse en un líquido negro que se derramó como un charco bajo tus patas, pero la peluca permaneció intacta. Un huevo de Kishin apareció flotando delante de ti. Lo guardaste con cuidado y te reuniste con Yu.
-Creo que está estabilizada -dijo el joven, preocupado-. Pero tiene que ver a un médico cuanto antes. Venga, salgamos de aquí, la fiesta ha acabado por hoy.
Y así era. Al fin los invitados habían notado que algo extraño estaba sucediendo y habían llamado a la policía. No había rastro de las prisioneras fugadas, pero por fortuna enseguida acudió una ambulancia y dejasteis a la duquesa en buenas manos. Vuestro primer trabajo había estado cerca del desastre.
LECCIONES EXTRA
Cuando llegasteis a la recepción, el sitio estaba casi a oscuras y el tablón de anuncios, vacío.
-Vaya, no queda casi ninguna misión -señaló Yu-. ¿Te interesa alguna de estas o esperamos a la próxima remesa?
EL FANTASMA DE LA ÓPERA
Rango: ★☆☆
Lugar: Londres.
Descripción: ¡Alguien está robando las almas de las cantantes de ópera! ¿Quién podría tener semejante fijación? Durante el próximo concierto, un técnico deberá supervisar a la multitud y encargarse de la seguridad de la artista. Seguramente el "fantasma" sea alguien entre la multitud. Se recomienda confiscar su alma, aunque no es la prioridad.
ALMAS DORMIDAS
Rango: ★☆☆
Lugar: Wyndham.
Descripción: Se están registrando una serie de casos extraños en esta ciudad australiana. Alguna criatura o persona está provocando que las almas de las personas se "duerman". Las víctimas de esta extraña afección parecen perder sus sentimientos y emociones y siguen con sus vidas de forma mecánica. Localiza al causante de estos sucesos y asegúrate de atrapar su alma.
ROMPE-SOULS
Echaste unas cuantas carreras con Igna, quien resultaba una rival muy difícil de batir. Cuando por fin lo conseguiste (tras varios intentos), ella enseguida se deprimió y dejó de jugar, así que fuiste a probar el juego de pelea. Tras un par de partidas, te fijaste en que el local se estaba quedando vacío. Suria seguía enganchada al mismo juego (su civilización ya tenía naves espaciales) y Igna estaba enfurruñada en un banco, tomándose un batido. Los últimos estudiantes se fueron y sólo quedó un chico con gafas que jugaba con absoluta concentración a un juego de recorrer un laberinto matando monstruos y reuniendo llaves.
Tenía las monedas apiladas encima de la mesa, pero ya sólo le quedaban tres. ¿Era mejor permanecer observándole o tratar de hablar con él? Las hermanas no parecían haber reparado en su presencia.
LA CONDESA SANGRIENTA
Rada se transformó y arrancaste las armas de las manos enemigas con la bayoneta. Desarmados, los guardias poco podían hacer para evitar que les estamparas contra la pared y les dejaras fuera de juego.
-Me sabe mal por ellos -admitió Rada-. Sólo querían ayudarme... aunque yo no se lo pedí.
La puerta estaba abierta. El vestíbulo tenía tres grandes puertas y una escalera de caracol que ascendía hasta las alturas. Tu percepción te indicaba la presencia de unas treinta almas puras muy cerca, más allá de la puerta de la izquierda, que estaba cerrada con candado.
FEAR AND SOULS IN LAS VEGAS
Valeria se transformó en falcata y lanzaste un tajo veloz destinado a desarmar a Bugsy. El mafioso detuvo el golpe con el antebrazo. Oíste un jadeo asombrado de tu compañera.
Había detenido el filo con la piel de la muñeca, y el arma no había podido atravesarla. ¿Cómo podía tener un cuerpo tan resistente? Sonriendo, el hombre te colocó la mano en la cara, te levantó en vilo y te recostó contra la pared de cristal.
-Este es un local privado, señoritas -dijo tranquilamente-. Me temo que los miembros del Shibusen no tienen permitido el acceso. Aun así, puede que tengáis ocasión de disfrutar de la diversión...
Te dio una patada que te hizo atravesar la pared de cristal. Caíste sobre una mesa de juego, cinco metros más abajo, y la destrozaste. Tenías la espalda llena de cortes por culpa de los cristales que habías atravesado.
-¡Tengo asuntos que atender fuera! -dijo Bugsy a sus hombres-. El Shibusen conoce la existencia de este lugar, así que tengo que empezar a buscar otro local al que trasladarnos. Ya os avisaré, chicos. Mientras tanto, os dejo con estas invitadas. Podéis jugar con ellas todo lo que queráis.
Unos nueve matones comenzaron a dispararos al mismo tiempo. Sólo tus veloces reflejos te permitieron rodar bajo otra de las mesas para ponerte a salvo, pero no era un refugio muy seguro. Con sonrisas antinaturalmente anchas, dos matones se agacharon bajo la mesa desde lados opuestos y te apuntaron con las armas a la cabeza.