Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Publicado: 17 Ago 2016, 21:51
@Luke (125%) @Tris (210%) @Alice (-75%)
Válor disfruta como un cachorrito de tu cálido toque. No parece ser capaz de hablar aún, pero su manera de actuar a lo largo del día te deja claro que aquel bebé sigue tratándose de tu amigo. Le ruge el estómago constantemente y tienes que dejar lo que sea que estés haciendo para ir a alimentarle, pero por lo demás pasa el tiempo jugando con Penguinmon y Kumbhiramon. Con toda la atención que le estás dando dudas que tarde mucho en evolucionar. Desde luego, en su forma actual poco podrá hacer en caso de tener que luchar.
@Matías (220%)
-¿Escuchar algo que no debería haber escuchado? No... No exactamente... -Hawkmon tuerce la cabeza-. ¡Sólo quiero vivir hoy para comer mañana! ¿Sabes lo que te quiero decir? Probablemente ya soy considerado un traidor a ojos de Persiamon... Así que al menos puedo intentar ganarme el favor de la Resistencia. No confiarán nunca del todo en mí, pero me da igual. Sólo quiero estar en un lugar seguro hasta que todo esto acabe. ¿Es eso mucho pedir?
Al bajar a la base, a pesar de que Dianamon os instruye estar a lo vuestro hasta que ella os llamara, parece que uno de tus comentarios llama su atención, Matías.
-¿Curar? Puedes... ¿curarlo? -El simple concepto parece quitarle un enorme peso de encima-. ¿Va en serio? Si me estás engañando, pequeño humano...
-Puedo intentarlo. Con Matías funcionó -Konpaku responde seriamente-. Fiebre, locura... agresividad... Esos son los síntomas, ¿no? Creo que puedo arreglarlo.
-¡Venid conmigo! -os ordena Dianamon al instante, cogiéndoos a ambos del brazo y prácticamente arrastrándoos por la base-. Lo que vais a ver no os va a gustar. Pero lo he tenido que hacer así, creedme. No había otra opción.
Dianamon os conduce hasta un ascensor y os lleva a uno de los pisos más altos de las instalaciones en las que os encontráis. Los pasillos de aquel ala son de metal blanco grisáceo impoluto y no tienen ninguna clase de decoración, sólo las placas. Tampoco hay ventanas y las puertas son escasas. Matías, te recuerda a alguna especie de manicomio futurista de los que salen en las películas. Al cabo de un rato os paráis delante de una puerta hecha del mismo material que las paredes, por lo que pasa muy desapercibida.
-Atrás.
Cuando Dianamon abre la puerta, un gigantesco Blossomon trata de abalanzarse contra vosotros al instante.
-¡Flecha de Artemisa!
Dianamon dispara entonces un proyectil de hielo utilizando una de las púas de su espalda, atravesando al digimon sin problema y devolviéndolo a su forma principiante. Floramon cae inconsciente sobre el blanco suelo acolchado.
-¡Floramon! -exclama Lilymon llevándose ambas manos a la boca-. No... Floramon era... ¿esa cosa?
-¡Luna de Buenas Noches! -De las lunas en las botas de Dianamon surge un haz de luz que envuelve a la compañera de Allan-. Su digimon no deja de digievolucionar constantemente. No tenemos manera de saber qué forma tomará la próxima vez, así que no podemos atarlo como hemos hecho con él. Tengo que venir de vez en cuando y volver a sumir a Floramon en un sueño temporal.
Dianamon señala con su centro hacia el centro de la sala. Allí, prácticamente crucificado, se encuentra el joven rubio. Está suspendido en el aire, atado de pies y manos a una gruesa barra de metal. Gruñe, grita y trata de zafarse de sus ataduras continuamente mientras babea, su rostro mostrando una furia inhumana. No puedes evitar compararlo con un animal salvaje que ha contraído la rabia, Matías.
-¿Estáis... seguros de poder curar esto? -Dianamon baja la mirada-. Tenemos médicos y digimon con habilidades curativas entre nuestras filas, pero ni ellos han sido capaces de arreglar al pobre Ellen y Floramon...
Konpaku te mira de reojo, Matías, súbitamente insegura.
@Asch (125%)
Yuri asiente ante tu proposición, algo asustado. Coges la alfombra por uno de sus extremos y tiras de ella de manera dramática. Debajo, tal y como esperabas, se encuentra una trampilla de madera que probablemente de con alguna clase de sótano.
-¡Esto es muy emocionante! -exclama entonces FanBeemon-. ¡Aaah! ¡Pero también me da un poquito de miedo! ¿Qué habrá ahí abajo?
Esperáis unos segundos más por si suena algún otro sonido. No hay más golpes, pero si alguna especie de gemidos ahogados.
-¡No puedo esperar! ¡La anticipación me está matando! -Yuri se separa de tu cabeza y se lanza a por la trampilla, cogiendo el pomo con sus patitas-. Asch, prepara el dispositivo por si acaso.
Yuri aguarda a que estés listo para lo que sea que esté por venir y entonces levanta la trampilla con el mismo dramatismo con el que quitaste tú la alfombra, posiblemente tratando de imitarte. Una escalerilla de mano oxidada os recibe. El pasadizo está demasiado oscuro como para distinguir qué hay abajo del todo.
-Eso ha sido... decepcionante... -murmura FanBeemon, planeando hasta la escalerilla-. Un segundo... Esto ha sido usado recientemente. ¡Mira, Asch!
Yuri se coloca frente a tu cara y te enseña un mechón sucio de pelo negro que estaba pegado en una de las barras. La abeja mira de reojo la trampilla, como preguntándote si quieres bajar por ella.
@Adair (175%)
El peón no tarda en cumplir tus órdenes. Sanzomon tarda un rato más en tomar una decisión, tal vez tratando de encontrar una manera de contrarrestar tus planes. Notas a Witchmon temblando frente a ti, mas no notas miedo alguno en él. Más bien se podría decir que es... anticipación.
-E1 a g1 y h1 a...
-¡Jeremy! -escucháis gritar entonces a Gaogamon.
@Jeremy (150%)
Echas a correr sin apenas pensártelo. El digimon que te había atacado tarda en empezar a seguirte, tal vez cogido por sorpresa al haber esperado que le respondieras con palabras en lugar de saliendo por patas. Tu perseguidor te ataca un par de veces más a grito de “Bombardeo de Nieve”. Está, sin embargo, lo bastante oscuro como para que falle casi todos sus ataques.
Algunas agujas pequeñas se te clavan en la espalda. El dolor es punzante y continuo, pero más que soportable gracias a la adrenalina que te produce la situación, y puedes seguir corriendo sin problemas. No tardas en notar que el pasillo se va ensanchando para dar lugar a una sala mucho más grande, y entonces...
-¡Jeremy!
@Adair (175%) @Jeremy (150%)
Jeremy, te encuentras frente a un enorme tablero de ajedrez que ocupa prácticamente toda la estancia. Un montón de digimon con las diferentes formas de las piezas están desperdigadas por el tablero en posiciones que no son las de inicio, así que asumes que se está librando una partida ya empezada. Tu nombre ha provenido de un digimon con forma de perro azul ocupando la casilla inicial de un caballo negro, a tu derecha. El digimon agita la cola animadamente, mirándote con la cabeza girada noventa grados en tu dirección, pero parece incapaz de lanzarse a por ti para saludarte cara a cara.
-¡Jeremy! ¡Jeremy! ¡Me alegro de que estés bien! -exclama, contento.
-¡¿Jeremy?! ¿No deberías estar en cama? -escuchas otra voz, esta vez de un digimon con aspecto de bruja. Tras éste, en la posición del rey, ves a Adair-. ¿Cómo has...? ¡Agh, no importa! ¡Aléjate! Esto podría ser peligroso...
Al otro extremo de la habitación, mirándote de frente, se encuentra otra digimon de aspecto humanoide. Va vestida como una sacerdotisa de alguna religión oriental, con un rosario de enormes cuentas en una mano. Parece ser la reina del lado blanco.
-¿Otro humano? Interesante... -musita, y apenas puedes escuchar el eco de la habitación-. Asumo que os conocéis... Dime -dice esta vez más alto-, ¿te gustaría unirte a la partida y ayudar a tus compañeros? Podría hacer una excepción y convertirte en una de las piezas blancas que aún no se han...
Sanzomon se interrumpe a si misma y frunce el ceño.
-¡Bombardeo de Nieve!
Una serie de agujas salen disparadas de la oscuridad del pasadizo en dirección a Jeremy, pero Sanzomon hace flotar su rosario frente a ella y una de las cuentas se separa del resto del collar, colocándose frente al niño y desviando el ataque sin problema.
-¿Quién osa interrumpir mi diversión? -brama la digimon de nivel Perfecto, enfadada.
El perseguidor de Jeremy sale entonces a luz.
Y no es otro que Kumamon.
-¿Q-qué es todo esto...? -masculla al instante, bajando su pistola-. He estado aquí abajo millones de veces y nunca... -Sus ojos brillan al darse cuenta de la presencia de Sanzomon-. Oh... Entonces... Ha funcionado, después de todo...
Kumamon sonríe y su rostro se torna en una mueca antinatural. Parece que se boca pudiera salirse de su cara en cualquier momento.
-¡Fuera! Este no es tu lugar. Sólo puedes verme por la presencia de estos niños -revela Sanzomon-. No me enfades o sufrirás las consecuencias.
Kumamon da un paso atrás, ligeramente amedrentado, pero vuelve a fijar la mirada en Jeremy.
-¡E-ese niño no forma parte de tu partida! -exclama-. ¡Puedo hacer lo que quiera con él, ¿no es así?! ¡No debería importarte!
Sanzomon se cruza de brazos, pensativa. Mientras tanto, el Gaogamon trata de moverse frenéticamente a grito de “¡Jeremy! ¡Jeremy! ¡Ten cuidado!”, pero no parece ser capaz de separarse del tablero de ajedrez para acudir a auxiliarte.
-Adair -murmura entonces Seraphiel-. No estoy muy seguro de qué está pasando, pero... fíjate. El rey blanco se ha quedado entre dos casillas. Puede que porque Sanzomon no ha terminado de hacer su movimiento... -Witchmon se cruza de brazos-. Tal vez cuente como que podemos movernos nosotros ahora. Y está distraída... Podemos terminar con esto en un solo turno. -Seraphiel parece convencido-. Vamos, ordéname que me mueva a h4. En lugar de pararme ahí, intentaré seguir y acabar con el rey. Si no llego a pisar la casilla de destino, debería funcionr. Así podremos recoger nuestro premio, agarrar a Jeremy e irnos de aquí. Que se peleen Sanzomon y el que acaba de llegar si quieren.
Seraphiel sabe perfectamente que él podría ordenarse el movimiento a si mismo, pero parece que quiere dejarte la decisión final a ti.
Válor disfruta como un cachorrito de tu cálido toque. No parece ser capaz de hablar aún, pero su manera de actuar a lo largo del día te deja claro que aquel bebé sigue tratándose de tu amigo. Le ruge el estómago constantemente y tienes que dejar lo que sea que estés haciendo para ir a alimentarle, pero por lo demás pasa el tiempo jugando con Penguinmon y Kumbhiramon. Con toda la atención que le estás dando dudas que tarde mucho en evolucionar. Desde luego, en su forma actual poco podrá hacer en caso de tener que luchar.
@Matías (220%)
-¿Escuchar algo que no debería haber escuchado? No... No exactamente... -Hawkmon tuerce la cabeza-. ¡Sólo quiero vivir hoy para comer mañana! ¿Sabes lo que te quiero decir? Probablemente ya soy considerado un traidor a ojos de Persiamon... Así que al menos puedo intentar ganarme el favor de la Resistencia. No confiarán nunca del todo en mí, pero me da igual. Sólo quiero estar en un lugar seguro hasta que todo esto acabe. ¿Es eso mucho pedir?
Al bajar a la base, a pesar de que Dianamon os instruye estar a lo vuestro hasta que ella os llamara, parece que uno de tus comentarios llama su atención, Matías.
-¿Curar? Puedes... ¿curarlo? -El simple concepto parece quitarle un enorme peso de encima-. ¿Va en serio? Si me estás engañando, pequeño humano...
-Puedo intentarlo. Con Matías funcionó -Konpaku responde seriamente-. Fiebre, locura... agresividad... Esos son los síntomas, ¿no? Creo que puedo arreglarlo.
-¡Venid conmigo! -os ordena Dianamon al instante, cogiéndoos a ambos del brazo y prácticamente arrastrándoos por la base-. Lo que vais a ver no os va a gustar. Pero lo he tenido que hacer así, creedme. No había otra opción.
Dianamon os conduce hasta un ascensor y os lleva a uno de los pisos más altos de las instalaciones en las que os encontráis. Los pasillos de aquel ala son de metal blanco grisáceo impoluto y no tienen ninguna clase de decoración, sólo las placas. Tampoco hay ventanas y las puertas son escasas. Matías, te recuerda a alguna especie de manicomio futurista de los que salen en las películas. Al cabo de un rato os paráis delante de una puerta hecha del mismo material que las paredes, por lo que pasa muy desapercibida.
-Atrás.
Cuando Dianamon abre la puerta, un gigantesco Blossomon trata de abalanzarse contra vosotros al instante.
-¡Flecha de Artemisa!
Dianamon dispara entonces un proyectil de hielo utilizando una de las púas de su espalda, atravesando al digimon sin problema y devolviéndolo a su forma principiante. Floramon cae inconsciente sobre el blanco suelo acolchado.
-¡Floramon! -exclama Lilymon llevándose ambas manos a la boca-. No... Floramon era... ¿esa cosa?
-¡Luna de Buenas Noches! -De las lunas en las botas de Dianamon surge un haz de luz que envuelve a la compañera de Allan-. Su digimon no deja de digievolucionar constantemente. No tenemos manera de saber qué forma tomará la próxima vez, así que no podemos atarlo como hemos hecho con él. Tengo que venir de vez en cuando y volver a sumir a Floramon en un sueño temporal.
Dianamon señala con su centro hacia el centro de la sala. Allí, prácticamente crucificado, se encuentra el joven rubio. Está suspendido en el aire, atado de pies y manos a una gruesa barra de metal. Gruñe, grita y trata de zafarse de sus ataduras continuamente mientras babea, su rostro mostrando una furia inhumana. No puedes evitar compararlo con un animal salvaje que ha contraído la rabia, Matías.
-¿Estáis... seguros de poder curar esto? -Dianamon baja la mirada-. Tenemos médicos y digimon con habilidades curativas entre nuestras filas, pero ni ellos han sido capaces de arreglar al pobre Ellen y Floramon...
Konpaku te mira de reojo, Matías, súbitamente insegura.
@Asch (125%)
Yuri asiente ante tu proposición, algo asustado. Coges la alfombra por uno de sus extremos y tiras de ella de manera dramática. Debajo, tal y como esperabas, se encuentra una trampilla de madera que probablemente de con alguna clase de sótano.
-¡Esto es muy emocionante! -exclama entonces FanBeemon-. ¡Aaah! ¡Pero también me da un poquito de miedo! ¿Qué habrá ahí abajo?
Esperáis unos segundos más por si suena algún otro sonido. No hay más golpes, pero si alguna especie de gemidos ahogados.
-¡No puedo esperar! ¡La anticipación me está matando! -Yuri se separa de tu cabeza y se lanza a por la trampilla, cogiendo el pomo con sus patitas-. Asch, prepara el dispositivo por si acaso.
Yuri aguarda a que estés listo para lo que sea que esté por venir y entonces levanta la trampilla con el mismo dramatismo con el que quitaste tú la alfombra, posiblemente tratando de imitarte. Una escalerilla de mano oxidada os recibe. El pasadizo está demasiado oscuro como para distinguir qué hay abajo del todo.
-Eso ha sido... decepcionante... -murmura FanBeemon, planeando hasta la escalerilla-. Un segundo... Esto ha sido usado recientemente. ¡Mira, Asch!
Yuri se coloca frente a tu cara y te enseña un mechón sucio de pelo negro que estaba pegado en una de las barras. La abeja mira de reojo la trampilla, como preguntándote si quieres bajar por ella.
@Adair (175%)
El peón no tarda en cumplir tus órdenes. Sanzomon tarda un rato más en tomar una decisión, tal vez tratando de encontrar una manera de contrarrestar tus planes. Notas a Witchmon temblando frente a ti, mas no notas miedo alguno en él. Más bien se podría decir que es... anticipación.
-E1 a g1 y h1 a...
-¡Jeremy! -escucháis gritar entonces a Gaogamon.
@Jeremy (150%)
Echas a correr sin apenas pensártelo. El digimon que te había atacado tarda en empezar a seguirte, tal vez cogido por sorpresa al haber esperado que le respondieras con palabras en lugar de saliendo por patas. Tu perseguidor te ataca un par de veces más a grito de “Bombardeo de Nieve”. Está, sin embargo, lo bastante oscuro como para que falle casi todos sus ataques.
Algunas agujas pequeñas se te clavan en la espalda. El dolor es punzante y continuo, pero más que soportable gracias a la adrenalina que te produce la situación, y puedes seguir corriendo sin problemas. No tardas en notar que el pasillo se va ensanchando para dar lugar a una sala mucho más grande, y entonces...
-¡Jeremy!
@Adair (175%) @Jeremy (150%)
Jeremy, te encuentras frente a un enorme tablero de ajedrez que ocupa prácticamente toda la estancia. Un montón de digimon con las diferentes formas de las piezas están desperdigadas por el tablero en posiciones que no son las de inicio, así que asumes que se está librando una partida ya empezada. Tu nombre ha provenido de un digimon con forma de perro azul ocupando la casilla inicial de un caballo negro, a tu derecha. El digimon agita la cola animadamente, mirándote con la cabeza girada noventa grados en tu dirección, pero parece incapaz de lanzarse a por ti para saludarte cara a cara.
-¡Jeremy! ¡Jeremy! ¡Me alegro de que estés bien! -exclama, contento.
-¡¿Jeremy?! ¿No deberías estar en cama? -escuchas otra voz, esta vez de un digimon con aspecto de bruja. Tras éste, en la posición del rey, ves a Adair-. ¿Cómo has...? ¡Agh, no importa! ¡Aléjate! Esto podría ser peligroso...
Al otro extremo de la habitación, mirándote de frente, se encuentra otra digimon de aspecto humanoide. Va vestida como una sacerdotisa de alguna religión oriental, con un rosario de enormes cuentas en una mano. Parece ser la reina del lado blanco.
-¿Otro humano? Interesante... -musita, y apenas puedes escuchar el eco de la habitación-. Asumo que os conocéis... Dime -dice esta vez más alto-, ¿te gustaría unirte a la partida y ayudar a tus compañeros? Podría hacer una excepción y convertirte en una de las piezas blancas que aún no se han...
Sanzomon se interrumpe a si misma y frunce el ceño.
-¡Bombardeo de Nieve!
Una serie de agujas salen disparadas de la oscuridad del pasadizo en dirección a Jeremy, pero Sanzomon hace flotar su rosario frente a ella y una de las cuentas se separa del resto del collar, colocándose frente al niño y desviando el ataque sin problema.
-¿Quién osa interrumpir mi diversión? -brama la digimon de nivel Perfecto, enfadada.
El perseguidor de Jeremy sale entonces a luz.
Y no es otro que Kumamon.
-¿Q-qué es todo esto...? -masculla al instante, bajando su pistola-. He estado aquí abajo millones de veces y nunca... -Sus ojos brillan al darse cuenta de la presencia de Sanzomon-. Oh... Entonces... Ha funcionado, después de todo...
Kumamon sonríe y su rostro se torna en una mueca antinatural. Parece que se boca pudiera salirse de su cara en cualquier momento.
-¡Fuera! Este no es tu lugar. Sólo puedes verme por la presencia de estos niños -revela Sanzomon-. No me enfades o sufrirás las consecuencias.
Kumamon da un paso atrás, ligeramente amedrentado, pero vuelve a fijar la mirada en Jeremy.
-¡E-ese niño no forma parte de tu partida! -exclama-. ¡Puedo hacer lo que quiera con él, ¿no es así?! ¡No debería importarte!
Sanzomon se cruza de brazos, pensativa. Mientras tanto, el Gaogamon trata de moverse frenéticamente a grito de “¡Jeremy! ¡Jeremy! ¡Ten cuidado!”, pero no parece ser capaz de separarse del tablero de ajedrez para acudir a auxiliarte.
-Adair -murmura entonces Seraphiel-. No estoy muy seguro de qué está pasando, pero... fíjate. El rey blanco se ha quedado entre dos casillas. Puede que porque Sanzomon no ha terminado de hacer su movimiento... -Witchmon se cruza de brazos-. Tal vez cuente como que podemos movernos nosotros ahora. Y está distraída... Podemos terminar con esto en un solo turno. -Seraphiel parece convencido-. Vamos, ordéname que me mueva a h4. En lugar de pararme ahí, intentaré seguir y acabar con el rey. Si no llego a pisar la casilla de destino, debería funcionr. Así podremos recoger nuestro premio, agarrar a Jeremy e irnos de aquí. Que se peleen Sanzomon y el que acaba de llegar si quieren.
Seraphiel sabe perfectamente que él podría ordenarse el movimiento a si mismo, pero parece que quiere dejarte la decisión final a ti.