Vamos a jugar a... -Foro-

—Antes de nada tenemos que hablar, Hawkmon. No garantizo tu seguridad si sigues acompañándonos. Nos vamos a jugar el cuello a partir de ahora, así que después de comer lo mejor será que te largues con viento fresco. Nos vamos a contarle a nadie nada, por lo que serás libre para lo que quieras. Eso sí, como me entere de que vuelves a las andadas te voy a freír a fuego lento y voy a disfrutar de cada mordisco, ¿entendido? —después de darle la charla, miré el lugar donde estaba. No parecía estar mal, pero quizás no sería lo mejor hablar en voz alta en pleno día.

Antes de poder decir nada, el otro chico explicó la situación. Ya no había mucho más que decir, así que me centré en las otras cuestiones.

—Lo último que comimos fueron unas pastas hace un buen rato y nada más desde ayer nosotros tres. No te importaría ponernos comida como para mantener la energía de esta forma, ¿verdad? Por otra parte, ¿no tendréis algo de ropa... no metálica? Supongo que no hay mucha demanda por aquí.

-Pues cuando quieras. No se me ocurre nada mejor-le respondí al digimon para que realizara su estrategia.

¿Ya había vuelto a su forma de peluche con cuerno? Vaya, eso había sido rápido… entonces, Válor no podría tardar mucho en volver a la normalidad tampoco. Tenía que aguantar, después fijo que volvía a Campeón en nada y si no le hacía yo volver a campeón a tortas.

—Me tocará creerte entonces, tampoco es que sea de las que les gusta quedarse atrás siendo la princesita a la que hay que proteger —reí levantándome de la silla y siguiendo al grupo.

Llegamos hasta la cima de una torre en donde había un digimon enorme, en serio… era un maldito zepelín con ojos, brazos y un cuerno con el que podía atravesar el muro si quisiera. ¡Molaba mil! Creo que aquel monstrenco me gustó tanto que ignoré lo que decía la reina y antes de que me diese cuenta esta nos estaba haciendo una reverencia.

—Si te sirve de algo, yo tampoco he sido de las que ha podido decir que tiene muchas amigas, siempre he pasado de todo, así que me alegro un montón de haberte conocido y… —me giré para volver a contemplar el digi-zepelín —. ¡De que nos dejes usar esta pasada de nave! ¡Siempre he querido montarme en algo así, joder! Fijo que le puedes volar la cabeza a la zorra de Nefertimon a kilómetros de distancia con esto.

Crucé la mirada con Alice, sonriente. Parecía que empezaba a animarse gracias a la reina, ahora en forma de Gabumon, y empezaba a entender que el proceso de digievolución era muy rápido y que pronto Válor volvería con nosotros.

La reina nos llevó hasta nuestro vehículo, ¡y qué sorpresa al ver que se trataba de un enorme zepelín! Había imaginado una furgoneta, un coche, quizá un pequeño avión como mucho, ¡pero no algo tan colosal! Y, para colmo, parecía estar vivo.

—¿Eso es un Digimon? —pregunté sorprendida.

Cuando Gabumon comentó que no tenía amigas, me quedé boquiabierta. ¡Era horrible! Aunque, bueno, yo tampoco tenía muchos amigos, aparte de los que había hecho en el mundo digital... Por eso en parte sabía lo que sentía, pero yo siempre había ido a mi aire así que no me afectaba demasiado.

—¡Pues aquí tienes a cuatro que serán para siempre! —dije sonriendo, mirando a Cara, Alice y el huevo de Válor.

—Si te sirve de algo, yo tampoco he sido de las que ha podido decir que tiene muchas amigas, siempre he pasado de todo, así que me alegro un montón de haberte conocido y… —Miré a Alice y a Gabumon con una tonta sonrisa en la cara, parecía que teníamos más en común de lo que pensaba—. ¡De que nos dejes usar esta pasada de nave! ¡Siempre he querido montarme en algo así, joder! Fijo que le puedes volar la cabeza a la zorra de Nefertimon a kilómetros de distancia con esto.

—Eh, esto... Creo que la venganza se te está yendo de las manos... —comenté al ver lo emocionada que estaba la chica con la idea de explotarle la cabeza a la impostora. Me quedaba claro que lo mejor iba a ser no hacerla enfadar si no quería que la tomase conmigo.

»Bueno, ¡pues vamos! ¡Con tanta hamburguesa rondando a mi alrededor, tengo un hambre atroz, y Cara también! ¡Venga, Alice!

Así pues, me agaché y abracé a Gabumon, y le deseé suerte con la reconstrucción del palacio. Después eché a correr hacia Blimpmon mientras me despedía de ella con la mano. ¡Era hora de descansar y comer un poco!

@Luke (125%) @Matías (220%)

Piddomon se queda mirando tu mano, Luke, y con un suspiro te da la espalda y va a buscar algo de comida. Flynn se siente mal por ti y te choca en lugar del ángel. Os sentáis los cinco en una de las mesas y al cabo de un rato Piddomon os trae comida y bebida para todos.

-Buen trabajo en la fortaleza -os dice con sequedad-. El asunto está más o menos bajo control ahora, así que en cuanto terminéis de comer os llevaré abajo. No tengo ropa, pero probablemente Dianamon sí.

Piddomon vuelve a la barra. Parece un tanto malhumorado. Konpaku os recomienda no molestarle más si no es necesario antes de ponerse a comer con delicadeza. Flynn empieza a zampar también, pero Hawkmon no toca su plato.

-... No quiero irme... -murmura-. Puedo ayudar, sé cosas sobre Persiamon y la Fortaleza de Rosemon... Puedo ayudar, si me dejáis. -Empieza a juguetear con algo parecido a un guisante-. Si huyo ahora, me perseguirán ambos bandos... Prefiero enfrentarme a las consecuencias.

-¿Por qué ese cambio de mentalidad tan repentino? -interviene Konpaku, sorprendida.

Pero Hawkmon baja la mirada y no responde.

Termináis de comer y le pedís a Piddomon que os lleve a la base de la Resistencia. Allí os recibe una Dianamon un tanto sombría. Tenéis preguntas, pero ella os pide que esperéis a que lleguen todos. Entonces explicará la situación.

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No estáis obligados a postear hasta nuevo aviso, aunque podéis hacerlo sin problema y conversar entre vosotros todo lo que queráis mientras estáis en la base.

@Asch (125%)

Decides echar un vistazo a la puerta a vuestra izquierda. A primera vista no parece más que una simple despensa. Ves provisiones de comida, como sacos de tubérculos y y champiñones, y trozos de cuerda cortada. Nada que te pueda ser útil a no ser que decidas coger algo de comida para el camino.

-¡Eeeeeooooo! -exclama Yuri, y le miras extrañado. El FanBeemon aparta la mirada ruborizado-. B-bueno, igual hay alguien y no responde porque no nos ha oído entrar... No me hagas caso, será mejor que nos vayamos.

Estás a punto de irte cuando escuchas un fuerte golpe bajo el suelo.

-¿Q-qué ha sido eso?

A tus pies hay una alfombra. Podrías tratar de investigar el sonido o dejarlo estar e irte.

@Adair (175%)

Seraphiel sonríe cuando le cedes el control y exclama con seguridad:

-¡F8 a e7!

Nada ocurre. Witchmon se mira a si mismo con curiosidad y, al cabo de un rato, da un paso adelante.

-Eh... Puedo moverme sin ningún problema...

Seraphiel frunce el ceño y te mira, como tratando de decirte algo pero sin pronunciar ninguna palabra. Entonces avanza hasta la casilla que hay frente a ti.

-Y me he vuelto a quedar fijado en el sitio... -dice una vez más en voz alta, y de nuevo te mira de reojo.

-F3 a e5 -continúa Sanzomon, divertida.



@Jeremy (150%)

Decides retirarte y volver al cruce donde encontraste la pluma que, potencialmente, le podría haber caído a Seraphiel. Te tomas tu tiempo para no marearte, apoyándote en la pared por el camino, hasta llegar a la bifurcación. Por el camino no has necesitado tu linterna y no te habías fijado en el por qué, pero una vez llegas allí te das cuenta de que alguien ha encendido todas las antorchas que antes estaban apagadas. Estás a punto de tomar el camino de la izquierda cuando...

-¡Bombardeo de Nieve!

Una serie de agujas se clavan a tus pies. Ninguna consigue alcanzarte, pero detienen en seco tu avance. Escuchas una voz en la oscuridad.

-Tsk, tsk, tsk... -gruñe. Te resulta familiar-. Qué poco me gustan los mirones...

Escuchas los pasos de aquel que te ha atacado. Está avanzando en tu dirección y aún no le ves bien a pesar de que el lugar está mejor iluminado que antes. Puedes enfrentarte a él o correr hacia cualquiera de los caminos bifurcados, pero el pasadizo que lleva a la entrada está bloqueado por tu enemigo.

@Tris (210%) @Alice (-100%)

La reina, sorprendida, trata de corresponder a tu abrazo, Tris, sin demasiado éxito. No parece tener demasiada experiencia con esta clase de gestos de afecto, pero aún así estás segura de que lo aprecia.

-... Muchas gracias a todas -dice al cabo de un rato, enseñando los dientes-. ¡Joder, no me voy a poner a llorar! ¡No soy una de esas, ja, ja! -A pesar de eso, se pasa la garra por los ojos y enjuaga la nariz-. Blimpmon es un digimon, sí. No le hagáis mucho caso: es un gruñón. Pero sé que está muy feliz por todos vuestros cumplidos. Se le ve en la cara.

El dirigible gruñe, avergonzado.

-Volved cuando queráis. Tenéis una segunda casa aquí.

Gabumon acaricia el huevo de Válor antes de que os subáis a Blimpmon, y éste se agita ligeramente al sentir el tacto de otro ser. La reina se despide con la mano mientras os alejáis montadas en el digimon vehículo, y al cabo de un rato desaparece en el horizonte. En el interior de Blimpmon hay una sola habitación y un baño, pero la habitación tiene tanto tres sofás grandes como una mesa, una nevera y una pequeña cocina, además de otros muebles y electrodomésticos tanto necesarios como de ocio. También veis un timón, pero Blimpmon os ordena que no lo toquéis. Las tres coméis hasta hartaros y os acabáis quedando dormidas en los sofás.

Alice, te despiertas con algo caliente sobre tu estómago. El huevo que abrazabas al quedarte dormida ha eclosionado y ahora es una adorable bolita de color azul que duerme plácidamente entre tus brazos.

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Blimpmon anuncia que durante vuestras siesta habéis llegado a los alrededores de Internalia. Os dice que es demasiado grande como para aterrizar en pleno centro. Bajáis del gran digimon, que se despide de vosotras antes de alzar el vuelo de nuevo, y entráis en la ciudad tras andar un rato. Preguntáis por el restaurante de Piddomon, tal y como os dijo Dianamon, y uno de los ciudadanos os lleva hasta allí. El ángel regente del bar asiente al veros y no necesitáis ni preguntar. Os dice que no sois las primeras en llegar y que la situación abajo ya está más o menos bajo control.

Piddomon os lleva hasta la base, y allí Dianamon os dice que entiende que probablemente tendréis preguntas pero que os llamará más tarde cuando estéis disponibles para explicaros la situación actual y responder cualquier duda que tengan tanto los niños que ya saben de la Resistencia como aquellos que acaban de llegar.

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No estáis obligados a postear hasta nuevo aviso, aunque podéis hacerlo sin problema y conversar entre vosotros todo lo que queráis mientras estáis en la base.

Encerrado.

-¿¡Pero cómo...!? -se suponía que Sylphimon y Kumamon estaban junto a la entrada. ¿De dónde había salido aquel tipo? No habría entrado derrotando a ambos, ¿verdad? ¿Y por qué me sonaba su voz? ¿Conocía a algún Digimon que lanzara ataques helados? Fruncí el ceño un momento, tratando de recordar, pero mi cabeza estaba espesa y no me venía nadie a la mente.

Resultaba obvio que no podía enfrentarme a él. No iba a tener tiempo de intentar engañarle, porque ya estaba atacándome, y aunque lo tuviera quizá no funcionara, porque seguía estando la posibilidad de que hubiera entrado por el mismo sitio que yo. El camino por el que ya había ido terminaba en un callejón sin salida, a excepción del ascensor que no sabía si podría llamar a tiempo.

Además, tenía que encontrar a Nori. Eché a correr por el camino que todavía no había investigado. Si se trataba de otro callejón sin salida estaba perdido, pero en algún lado tenían que estar Nori y Adair, ¿verdad?

Mientras corría, una duda pasó por mi cabeza.

¿Mirones? ¿A qué demonios se refiere?

Después de la mirada de Seraphiel, empecé a estar menos seguro sobre mi plan. Decidí probar otra cosa de momento.

-F7 a f5.

Realmente a parte de papeo ese sitio no tenia absolutamente nada útil? Pues que bien. Levanté una ceja al ver a Yuri berrear para llamarle la atención a cualquier posible inquilino escondido, pero no había respuesta.
-Entonces supongo que estarán en el cast...

PUM

-¿Eh? -un gran porrazo había resonado en medio de la sala, haciéndome pegar un brinco hacia atrás. Miré a Yuri de forma inquisitiva- ¿Me lo ha parecido a mí o eso ha venido de bajo tierra?

Estaba sobre una alfombra, y si quería saber si podía haber una trampilla o no, tendría que levantarla, así que la agarré por una punta dispuesto a apartarla de un tirón.

-¿Listo por si acaso, Yuri? A la de una, a la de dos, tres... ¡Ahora!

Parecía que Hawkmon estaba preocupado, pero no estaba seguro de cuál era su problema. Después de mirarlo escudriñar la comida mientras hablaba, teoricé en qué le sucedía. Me acerqué a él y le susurré al oido.

—¿Acaso has escuchado algo que no deberías haber escuchado? No creo que tuvieras problemas aquí con la reputación que parece que hemos montado, pero si quieres venir, no me parece mal.

Dejé que Hawkmon pensara lo que le había dicho y después de un rato nos dirigimos a la base, donde nos encontramos a Dianamon, que nos dijo que esperáramos.

—¿No podemos ir a curar al que se ha vuelto loco primero en vez que quedarnos cogiendo polvo?

Entonces aparecieron dos chicas desconocidas. Supuse que eran las que decía Luke que se habían desperdigado, así que solo faltaban aquellos que ya conocía.

—Bienvenidas, parece que Dianamon no está de humor, puede que haya pasado algo malo. Yo soy Matías y estos son Konpaku, Hawkmon, Luke y Flynn —dije apoyado en la pared, esperando a que vinieran los demás para poder entrar.

Aquella mañana me encontré con la mayor sorpresa que había tenido en mucho tiempo. Lo que había entre mis brazos ya no era un huevo, si no una bolita de color azul con una especie mechón-antena que le daba un aspecto bastante adorable.

—Por fin has salido del cascarón, dormilón —sonreí acariciando al pequeño ser que era ahora Válor.

Estaba muy contenta de volver a tenerlo conmigo, aunque solo fuese una bolita, era él y con eso me bastaba, además, fijo que pronto volvía a ser un Gazimon con orejas enormes y colmillos de diente de sable. Solo tenía que esperar.