@Luke (100%) @Matías (210%)
Hawkmon despierta cuando le regañas. Te mira, adormilado, y en cuanto se da cuenta de la situación en la que se encuentra empieza a aletear frenéticamente para zafarse de ti. Tras dejarte lleno de plumas aterriza en el suelo, se mira a si mismo y luego a su alrededor.
-Internalia, ¿eh...? -masculla-. E-espera, ¿no estás pensando en entregarme, verdad? Como les digas a los de aquí lo que he hecho... -extiende las alas, preparado para huir según lo que respondas.
-No vamos a decirle nada a nadie, tranquilo -sonríe Konpaku-. Aquí puedes empezar tu nueva vida, si quieres.
-Espera, ¿no habréis traído aquí a un...?
-¡Todo va bien, Flynn! -asegura Lillymon-. Es un amigo, lo prometo.
-V-vosotros sois muy confiados, ¿no...? -El Penguinmon sacude la cabeza y se lleva una aleta a la frente, pero no se queja más.
-Bueno... Entonces, ¿comida? -pide Hawkmon.
Preguntáis a uno de los locales que os guíe hasta la taberna de Piddomon. Parece saber perfectamente el lugar al que os referís y os guía por las transitadas calles de la ciudad hasta un bar de aspecto agradable. En el interior veis a un digimon angelical limpiando vasos.
-Bienvenidos... -musita Piddomon sin miraros cuando las puertas se cierran a vuestras espaldas y vuestro guía se despide de vosotros.
@Asch (125%)
-Y a pesar de todo por lo que hemos pasado en estos días, sigo con fuerzas para volver a ser Ginryumon cuando me lo pidas -dice Yuri alegremente revolviéndote el pelo con una patita-. Es gracias a ti que siempre me siento tan fuerte... Y b-bueno, supongo que es también un poco gracias a mí, je, je.
Decidís acercaros a la caseta de aspecto sobrio con la intención de llamar a la puerta.
-El Nido Digital no es peligroso. ¡Aquí sólo hay bebés y sus cuidadores! Deberíamos poder encontrar a Jeremy y el otro chico, si es que siguen aquí, y llevárnoslos a Internalia con facilidad.
Tocáis a la puerta de madera y esperáis unos segundos, pero nada ocurre. Asch, pegas un par de golpes más fuertes y hasta gritas, pero sigue sin haber respuesta. No parece que haya nadie aquí, al igual que no había nadie fuera de los muros protectores. Yuri se separa de tu cabeza y vuela hasta la puerta con curiosidad.
-E-esto es muy raro... Siempre debería haber gente por aquí... Aunque ahora que lo pienso, tampoco veo a los bebés por ningún lado...
FanBeemon apoya la pata en la puerta y ésta se abre sin dificultad. El digimon te mira durante unos instantes, dubitativo... y entonces la abre del todo. Dentro hay una habitación pequeñita, aparentemente un dormitorio, pues hay una cama (deshecha) y una mesita de noche junto a otro muebles. No parece haber nadie en esta sala. Está oscuro, pero gracias a la luz que se filtra desde fuera podéis ver una puerta a vuestra izquierda que probablemente conecte con otra habitación.
@Adair (150%)
-G1 a f3.
Sanzomon responde al movimiento de tu KnightChessmon cambiando de casilla al suyo.
-De acuerdo. Avisa cuando estés preparado... -suspira Seraphiel cruzándose de brazos.
@Jeremy (150%)
-¡¿T-te estás pasando un poco con las preguntitas, no?! -se queja el Bearmon metiendo una última caja en el interior del ascensor-. Yo no soy más que un simple cocinero... No los estoy robando, son un tributo. De Porcupamon -dice tras pensar unos instantes-. No he visto más humanos y no sé nada de ningún digimon que pueda curar cosas aquí abajo. ¡Yo sólo vengo a por mi mercancía! ¡Y ahora lárgate y no toques ninguna de las cajas o me echarán una bronca monumental! Ay, ay, ay...
Acto seguido, el digimon oso aporrea un botón en el interior de la curiosa máquina y las puertas se cierran. Vuelves a escuchar el mismo sonido extraño que cuando llegaste y, treinta segundos después, las puertas se vuelven a abrir sin rastro de Bearmon o las cajas de cartón que había arrastrado dentro.
@Tris (200%) @Alice
-Muchas gracias, Tris -sonríe Nyaromon moviendo su cola cortada-. Espero que no haga falta. ¡Si esa jodida vieja vuelve a aparecer pienso darle para el pelo con mis... propias... garras! -gruñe mientras empieza a brillar, y cuando termina de hablar ha cambiado de forma-. ¡Gabumon! Uf... Qué subidón. Pero sí, os avisaremos si necesitamos algo. Ha sido un placer conoceros, chicas.
Gabumon le da un abrazo a Tris y luego uno más largo a Alice, con cuidado de no hacerle daño. La Reina te susurra algo.
-¿Ves? Los digimon somos así. -Entonces ves como sacude ambos brazos-. Válor se recuperará tan rápido como yo he recuperado la extremidad que me cortaste, tía. Y tú incluso más rápido. No digas que eres una carga, porque cuando recuperes el ritmo seréis tan fuertes como yo o incluso más. -Te sonríe, pasa su pata por tu cara para limpiarte las lágrimas de antes y te coloca la gorra-. Y ahora ve y arrasa con todo.
Es la propia reina la que os hace levantaros y os guía por numerosos pasillos y corredores de palacio: parece que lo que habéis destruido, aunque importante por ser la sala del trono, no es más que unos pocos metros cuadrados de un edificio enorme. Camináis con lentitud para que Alice no se esfuerce en exceso y subís una escalera de caracol en lo que parece ser una de las torres.
-Bien, parece que la carca no ha tocado esto... -musita Gabumon con alivio-. Supongo que pensaba que nunca se me ocurriría huir en caso de recuperar la cordura, sino que la enfrentaría directamente. Je, la muy puta... Cómo me conoce.
Frente a vosotras y ocupando prácticamente toda la sala hay un digimon enorme con forma de dirigible. Suspira al veros y empieza a arrancar motores.
-¿Qué pasa, Reina? ¿Os habéis dado un golpe con el pico de una mesa y habéis vuelto a vuestra forma principiante por ello? -dice con sarna.
-Algún día me compraré siervos que no me insulten o traicionen -gruñe Gabumon, pero con un deje divertido en la voz-. Alice, Tris, Cara, este es Blimpmon. Os llevará de vuelta a Internalia sin problema alguno y en menos de los dos días que tardaríais andando. No es el digimon más rápido del mundo, pero en su cabina hay una neverita con comida y un sofá cama en el que descansar.
-¡Oh, esas dos cosas me vendrían genial! -exclama Cara al instante.
-Así que... Aquí nos despedimos. -La Reina os dedica una reverencia un tanto torpe-. Uh... No estoy segura de qué hacer para despedirme aparte de lo que os parecerán payasadas... Eh... Nunca he tenido... -Gabumon aparta la mirada, algo nerviosa, y dice muy bajito-... amigas.