Re: Digimon: Ad hoc
Publicado: 02 Feb 2020, 01:26
@DemiDevimon[II ], @Impmon[ I ]:
Minervamon frunce el ceño al escuchar lo que DemiDevimon acaba de decir.
-¿Cómo sabes...? Oh, ¿es cosa de ese Luglio? -Minervamon sonríe de repente-. Se trata de uno de los Appmon de los que estoy más orgullosa. Tras el asuntillo del Efecto 2000, no quedaba ningún ser digital capaz de manipular el tiempo directamente. Sin embargo, en este mundo seguían quedado montones de datos que se referían al control temporal, así que en memoria de Clockmon cree a... -la Digimon se lleva las manos a la boca y las coloca como un megáfono- ¡WATCHMON! ¡VEN AQUÍ!
-¿Pero qué horas son estas? -tras un momento, de detrás de las gradas parece un nuevo Appmon. Realmente parece un reloj de pulsera con brazos... en los que lleva más relojes. Levita hasta colocarse junto a Minervamon-. No era hora de que nos reunieramos.
-Watchmon, estos son los Digimon de los que te hablé -Minervamon os señala-. Parece que van a ayudarnos en la lucha contra Mervamon. No está todo perdido.
-A buenas horas -Watchmon os examina con ojo crítico-. Hum... Sí. Procedéis de un mundo con una frecuencia de reloj más elevada, se ve a la lengua. ¿Eso os preocupa? ¿Teméis que el tiempo se os escape mientras estáis en este mundo?
-Watchmon no posee el poder necesario para devolveros al momento en que salisteis del Mundo Digital -dice Minervamon-. Pero si usa la Aplicoalescencia para combinar su poder con el de otros Appmon, puede llegar a convertirse en Timemon.
-¡Pero no bastará cualquier Appmon! -exclama Tutomon-. ¡Sólo puede coalescerse con Calendamon y con el famoso Señor Savemon! Y según con quién se fusione, sus poderes temporales variarán. Todo depende de cómo deseéis usar su poder. Si pretendéis volver al momento en que dejasteis el Mundo Digital, la fusión tendrá que ser con Calendamon.
-Savemon está trabajando en CARA, de todos modos -musita Minervamon, pensativa-. No deberíamos hacerle volver hasta que Mervamon esté bajo control. Y en cuanto a Calendamon... Me temo que su paradero es desconocido. Quiero creer que no se ha pasado al otro bando... -Minervamon aprieta los dientes-. ¡Jo! Si simplemente pudiera usar tu poder para anticiparme a sus movimientos, Watchmon...
-¡Ya te lo he dicho mil veces, el flujo del tiempo no puede alterarse en beneficio propio! -Watchmon se indigna-. ¡Va siendo hora de que lo pilles! -se da la vuelta-. Oh, no os preocupéis -os dice-. En vuestro caso, sólo os estaría devolviendo a vuestro ciclo natural. No podríais cambiar el pasado por mucho que lo intentárais -sonríe misteriosamente-. Y sé que lo intentaríais, pero no sois un peligro para el flujo temporal. El poder del tiempo está más allá del bien y del mal... y yo soy quien lo guarda. Sólo actúo cuando llega el momento.
-Clockmon también era así de seriote -Minervamon sacude la cabeza-. Debería haberme imaginado que Watchmon sería igual de aburrido -suspira-. Bueno, da igual. Sé que tenéis prisa -dice, mirando a DemiDevimon-. Os alegrará saber que vuestro viaje de vuelta será más corto. Desde los servidores principales como este, es más fácil regresar a los nodos. Cuando saltéis al camino dorado, pensad claramente en la zona ad hoc a la que queréis ir y se os transferirá instantáneamente a ese lugar. Si no tenéis más dudas... Os desearé buen viaje, ¡y esperaré noticias vuestras!
@Kamemon[ I ], @Lalamon[ ]:
Lalamon, sales de la zona ad hoc y encuentras a Valiant mirando su teléfono. Rápida y escuetamente le pones al día.
-Así que... ¿debería salir de aquí para que Okuwamon pueda llevarse a esa Mienumon? -Valiant se acerca a la ventana. En ese momento, Martin entra en la habitación. Todavía lleva puesto el pijama y parece medio dormido, pero se sobresalta al ver a su compañero de cuarto.
-¿A dónde crees que vas? ¡Hay alienígenas ahí fuera! ¡Bajo ningún concepto puedes salir!
Aquello descoloca a Valiant.
-¿Aliens? ¿Pero de qué carajos hablas?
-Sea como sea, si sales por esa ventana avisaré al monitor. Estoy harto de tus tonterías -Martin se pone las manos en las caderas.
-Pero yo... -Valiant escucha en ese momento la sugerencia de Kamemon, aunque Lalamon no puede oirlo-. Kamemon me ha dicho que instale una aplicación de cuarentena. No lo entiendo muy bien, pero voy a hacerle caso -se saca el móvil del bolsillo y se sienta en la cama.
-¿Qué-memón? -Martin entrecierra los ojos-. ¡Tu teléfono! ¡Los aparatos electrónicos están prohibidos aquí!
-Todo el mundo se trae su teléfono, Marty -dice Valiant, exhasperado, descargando la aplicación.
Kamemon, a grandes rasgos ves y oyes lo que ha estado sucediendo fuera de la zona ad hoc. En cuanto la aplicación termina de descargarse, de entre los árboles comienza a surgir algo. Una gran fortaleza brota en la distancia... Aunque es totalmente plana, igual que los decorados de casas que forman el pueblo. Sin embargo, en cuanto el inmenso castillo ha surgido por completo, sus puertas se abren y de ellas salen unas criaturas muy reales.
Son pequeñas y redondas, pero llevan grandes escudos con lanzallamas en ambos brazos. Rápidamente caminan formando dos filas hasta rodear a Okuwamon como pequeñas hormigas en torno al cadáver de un gran escarabajo.
-¡EH, QUÉ DEMONIOS SOIS! ¿¡QUÉ QUERÉIS!?
-Somos Protecmon -dice uno de ellos-. ¡Y esta es Mienumon, una grave amenaza para la seguridad que aparece listada en las primeras posiciones del listado! ¡Debemos ponerla en cuarentena! En cuanto a vosotros, vuestro formato es extraño, pero las directivas de este dispositivo establecen que vuestra presencia debe ser tolerada y protegida -los Protecmon se inclinan ante Kamemon y Okuwamon-. ¡Os lo agradecemos por haber contenido a Mienumon! ¡La mantendremos a buen recaudo!
Las extrañas criaturas forman una bandeja de escudos sobre la que suben a Mienumon y se la llevan rápidamente al castillo de madera. Desaparecen tras la puerta, lo que significa que el castillo es tridimensional en su interior. Uno de ellos se da la vuelta.
-A propósito, si deseáis interrogarla... Las directivas establecen que sólo un tal... ¿Lalamon? tiene permiso para realizar un examen de sus datos. Pero puede entrar acompañado.
Las puertas se cierran y Kamemon oye la voz de Valiant.
-Vale, el teléfono dice que ha puesto en cuarentena un tipo de malware invisible -comenta-. ¿Esto significa que hemos detenido a esa Appmon? ¿Con sólo instalar una aplicación?
-¡Me da igual que tengas virus o no, le vas a dar el teléfono al director! -Martin parece muy cabreado.
-Hum... ¿Puedes dormir a este chico, Lalamon? -pregunta Valiant-. Normalmente no recurriría a eso, pero... -mira con irritación a su compañero de cuarto-. Sea como sea, ha sido una gran idea, Kamemon. ¿Cómo conoces la existencia de apps de cuarentena? Creía que no estabais muy familiarizados con nuestro mundo.
@Herissmon[III], @Gelato[III]:
-¿De verdad? -se sorprende Niina-. Hum, supongo que tal vez sí que me salían como destacadas algunas noticias que... -ladea la cabeza.
-¿Y yo también tengo uno? -Lana asiente a lo que ha dicho Gelato-. Es cierto, deberíamos... -saca el móvil y se queda mirándolo en silencio-. ¡Están peleando contra un Appmon! -grita.
-Entonces deberíamos volvernos ya -Niina mira a su alrededor, en busca de un viandante en cuya zona colarse.
-No, espera. Le han reducido y le han encerrado -añade Lana, más calmada.
-Qué susto. Bueno, supongo que podemos permitirnos desayunar, entonces. Ahí hay una cafetería abierta. Sentémonos fuera.
Lana y Niina son atendidas por una amable camarera, que se sorprende al ver chicas tan jóvenes yendo solas tras el anochecher... y tan glotonas, ya que ambas piden el doble de comida de lo habitual. Tras devorar enormes croasanes rellenos y probar el café, finalmente las chicas pagan la cuenta.
-Me preocupa eso de los Appmon -admite Lana, tomando su último sorbo de café-. El que hay en mi zona ad hoc parece amable, pero si hay algunos atacándonos o espiándonos... -niega con la cabeza-. Al menos con los Digimon, no vamos totalmente a ciegas. La información de Norber es sorprendentemente fiable, aunque me duela reconocerlo. Y tú, Lana, también sabes cosas gracias a la serie de dibujos.
-Recuerdo muy poco -admite Lana-. Tal como están las cosas, creo que debería volver a verla. Ahora sabemos que, aunque distorsionada, es historia real.
-Pero no aparecen Appmon, ¿no? Nunca habías oído hablar de ellos.
-En absoluto -Lana saborea los restos de su cacao-. Y si con "aplicaciones" se refieren a lo de los móviles... Ni siquiera existían los smartphones cuando se creó la serie.
-Tenemos que volver ya -Niina se levanta-. ¿Qué opináis? ¿Entramos en la zona de la camarera y pasamos a la de Norber?
La mujer que ha atendido a las niñas está escribiendo el menú del día siguiente con una tiza en una pizarra junto a la puerta, así que tenéis una buena opción ahí. Su zona ad hoc no parece contener ningún Digimon peligroso, a juzgar por el color.
Minervamon frunce el ceño al escuchar lo que DemiDevimon acaba de decir.
-¿Cómo sabes...? Oh, ¿es cosa de ese Luglio? -Minervamon sonríe de repente-. Se trata de uno de los Appmon de los que estoy más orgullosa. Tras el asuntillo del Efecto 2000, no quedaba ningún ser digital capaz de manipular el tiempo directamente. Sin embargo, en este mundo seguían quedado montones de datos que se referían al control temporal, así que en memoria de Clockmon cree a... -la Digimon se lleva las manos a la boca y las coloca como un megáfono- ¡WATCHMON! ¡VEN AQUÍ!
-¿Pero qué horas son estas? -tras un momento, de detrás de las gradas parece un nuevo Appmon. Realmente parece un reloj de pulsera con brazos... en los que lleva más relojes. Levita hasta colocarse junto a Minervamon-. No era hora de que nos reunieramos.
-Watchmon, estos son los Digimon de los que te hablé -Minervamon os señala-. Parece que van a ayudarnos en la lucha contra Mervamon. No está todo perdido.
-A buenas horas -Watchmon os examina con ojo crítico-. Hum... Sí. Procedéis de un mundo con una frecuencia de reloj más elevada, se ve a la lengua. ¿Eso os preocupa? ¿Teméis que el tiempo se os escape mientras estáis en este mundo?
-Watchmon no posee el poder necesario para devolveros al momento en que salisteis del Mundo Digital -dice Minervamon-. Pero si usa la Aplicoalescencia para combinar su poder con el de otros Appmon, puede llegar a convertirse en Timemon.
-¡Pero no bastará cualquier Appmon! -exclama Tutomon-. ¡Sólo puede coalescerse con Calendamon y con el famoso Señor Savemon! Y según con quién se fusione, sus poderes temporales variarán. Todo depende de cómo deseéis usar su poder. Si pretendéis volver al momento en que dejasteis el Mundo Digital, la fusión tendrá que ser con Calendamon.
-Savemon está trabajando en CARA, de todos modos -musita Minervamon, pensativa-. No deberíamos hacerle volver hasta que Mervamon esté bajo control. Y en cuanto a Calendamon... Me temo que su paradero es desconocido. Quiero creer que no se ha pasado al otro bando... -Minervamon aprieta los dientes-. ¡Jo! Si simplemente pudiera usar tu poder para anticiparme a sus movimientos, Watchmon...
-¡Ya te lo he dicho mil veces, el flujo del tiempo no puede alterarse en beneficio propio! -Watchmon se indigna-. ¡Va siendo hora de que lo pilles! -se da la vuelta-. Oh, no os preocupéis -os dice-. En vuestro caso, sólo os estaría devolviendo a vuestro ciclo natural. No podríais cambiar el pasado por mucho que lo intentárais -sonríe misteriosamente-. Y sé que lo intentaríais, pero no sois un peligro para el flujo temporal. El poder del tiempo está más allá del bien y del mal... y yo soy quien lo guarda. Sólo actúo cuando llega el momento.
-Clockmon también era así de seriote -Minervamon sacude la cabeza-. Debería haberme imaginado que Watchmon sería igual de aburrido -suspira-. Bueno, da igual. Sé que tenéis prisa -dice, mirando a DemiDevimon-. Os alegrará saber que vuestro viaje de vuelta será más corto. Desde los servidores principales como este, es más fácil regresar a los nodos. Cuando saltéis al camino dorado, pensad claramente en la zona ad hoc a la que queréis ir y se os transferirá instantáneamente a ese lugar. Si no tenéis más dudas... Os desearé buen viaje, ¡y esperaré noticias vuestras!
@Kamemon[ I ], @Lalamon[ ]:
Lalamon, sales de la zona ad hoc y encuentras a Valiant mirando su teléfono. Rápida y escuetamente le pones al día.
-Así que... ¿debería salir de aquí para que Okuwamon pueda llevarse a esa Mienumon? -Valiant se acerca a la ventana. En ese momento, Martin entra en la habitación. Todavía lleva puesto el pijama y parece medio dormido, pero se sobresalta al ver a su compañero de cuarto.
-¿A dónde crees que vas? ¡Hay alienígenas ahí fuera! ¡Bajo ningún concepto puedes salir!
Aquello descoloca a Valiant.
-¿Aliens? ¿Pero de qué carajos hablas?
-Sea como sea, si sales por esa ventana avisaré al monitor. Estoy harto de tus tonterías -Martin se pone las manos en las caderas.
-Pero yo... -Valiant escucha en ese momento la sugerencia de Kamemon, aunque Lalamon no puede oirlo-. Kamemon me ha dicho que instale una aplicación de cuarentena. No lo entiendo muy bien, pero voy a hacerle caso -se saca el móvil del bolsillo y se sienta en la cama.
-¿Qué-memón? -Martin entrecierra los ojos-. ¡Tu teléfono! ¡Los aparatos electrónicos están prohibidos aquí!
-Todo el mundo se trae su teléfono, Marty -dice Valiant, exhasperado, descargando la aplicación.
Kamemon, a grandes rasgos ves y oyes lo que ha estado sucediendo fuera de la zona ad hoc. En cuanto la aplicación termina de descargarse, de entre los árboles comienza a surgir algo. Una gran fortaleza brota en la distancia... Aunque es totalmente plana, igual que los decorados de casas que forman el pueblo. Sin embargo, en cuanto el inmenso castillo ha surgido por completo, sus puertas se abren y de ellas salen unas criaturas muy reales.
Son pequeñas y redondas, pero llevan grandes escudos con lanzallamas en ambos brazos. Rápidamente caminan formando dos filas hasta rodear a Okuwamon como pequeñas hormigas en torno al cadáver de un gran escarabajo.
-¡EH, QUÉ DEMONIOS SOIS! ¿¡QUÉ QUERÉIS!?
-Somos Protecmon -dice uno de ellos-. ¡Y esta es Mienumon, una grave amenaza para la seguridad que aparece listada en las primeras posiciones del listado! ¡Debemos ponerla en cuarentena! En cuanto a vosotros, vuestro formato es extraño, pero las directivas de este dispositivo establecen que vuestra presencia debe ser tolerada y protegida -los Protecmon se inclinan ante Kamemon y Okuwamon-. ¡Os lo agradecemos por haber contenido a Mienumon! ¡La mantendremos a buen recaudo!
Las extrañas criaturas forman una bandeja de escudos sobre la que suben a Mienumon y se la llevan rápidamente al castillo de madera. Desaparecen tras la puerta, lo que significa que el castillo es tridimensional en su interior. Uno de ellos se da la vuelta.
-A propósito, si deseáis interrogarla... Las directivas establecen que sólo un tal... ¿Lalamon? tiene permiso para realizar un examen de sus datos. Pero puede entrar acompañado.
Las puertas se cierran y Kamemon oye la voz de Valiant.
-Vale, el teléfono dice que ha puesto en cuarentena un tipo de malware invisible -comenta-. ¿Esto significa que hemos detenido a esa Appmon? ¿Con sólo instalar una aplicación?
-¡Me da igual que tengas virus o no, le vas a dar el teléfono al director! -Martin parece muy cabreado.
-Hum... ¿Puedes dormir a este chico, Lalamon? -pregunta Valiant-. Normalmente no recurriría a eso, pero... -mira con irritación a su compañero de cuarto-. Sea como sea, ha sido una gran idea, Kamemon. ¿Cómo conoces la existencia de apps de cuarentena? Creía que no estabais muy familiarizados con nuestro mundo.
@Herissmon[III], @Gelato[III]:
-¿De verdad? -se sorprende Niina-. Hum, supongo que tal vez sí que me salían como destacadas algunas noticias que... -ladea la cabeza.
-¿Y yo también tengo uno? -Lana asiente a lo que ha dicho Gelato-. Es cierto, deberíamos... -saca el móvil y se queda mirándolo en silencio-. ¡Están peleando contra un Appmon! -grita.
-Entonces deberíamos volvernos ya -Niina mira a su alrededor, en busca de un viandante en cuya zona colarse.
-No, espera. Le han reducido y le han encerrado -añade Lana, más calmada.
-Qué susto. Bueno, supongo que podemos permitirnos desayunar, entonces. Ahí hay una cafetería abierta. Sentémonos fuera.
Lana y Niina son atendidas por una amable camarera, que se sorprende al ver chicas tan jóvenes yendo solas tras el anochecher... y tan glotonas, ya que ambas piden el doble de comida de lo habitual. Tras devorar enormes croasanes rellenos y probar el café, finalmente las chicas pagan la cuenta.
-Me preocupa eso de los Appmon -admite Lana, tomando su último sorbo de café-. El que hay en mi zona ad hoc parece amable, pero si hay algunos atacándonos o espiándonos... -niega con la cabeza-. Al menos con los Digimon, no vamos totalmente a ciegas. La información de Norber es sorprendentemente fiable, aunque me duela reconocerlo. Y tú, Lana, también sabes cosas gracias a la serie de dibujos.
-Recuerdo muy poco -admite Lana-. Tal como están las cosas, creo que debería volver a verla. Ahora sabemos que, aunque distorsionada, es historia real.
-Pero no aparecen Appmon, ¿no? Nunca habías oído hablar de ellos.
-En absoluto -Lana saborea los restos de su cacao-. Y si con "aplicaciones" se refieren a lo de los móviles... Ni siquiera existían los smartphones cuando se creó la serie.
-Tenemos que volver ya -Niina se levanta-. ¿Qué opináis? ¿Entramos en la zona de la camarera y pasamos a la de Norber?
La mujer que ha atendido a las niñas está escribiendo el menú del día siguiente con una tiza en una pizarra junto a la puerta, así que tenéis una buena opción ahí. Su zona ad hoc no parece contener ningún Digimon peligroso, a juzgar por el color.