@Adair (125%)
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¡Lucemon digievoluciona en Witchmon!
El digimon de vestiduras rojas se mira a si mismo, satisfecho por su nueva forma, y apoya el palo de su escoba en el suelo. Sanzomon se lleva la mano al mentón, tapada por su ropa, y cavila durante unos segundos.
-Fino. Elegante. Ágil -dice en rápida sucesión-. No es robusto como una torre ni salvaje como un caballo. Witchmon hará de alfil en nuestra partida.
Entonces Sanzomon chasquea los dedos y os teletransportais a vuestras respectivas casillas, Adair ocupando el puesto de rey y Seraphiel del alfil a su lado.
-No puedo moverme... -masculla Seraphiel, intentando separar sus pies del tablero.
No tardas en comprobar que tú tampoco puedes separar las suelas de tus zapatos de la casilla de mármol blanco. Sanzomon extiende el brazo con el que sujeta su rosario hacia vosotros.
-Buena suerte, aspirantes, y que ambos bandos se diviertan -sonríe con elegancia-. Bien. Es costumbre que el lado blanco sea el primero en mover pieza. Sin embargo, como no poseéis demasiada experiencia... moveré yo primero de todos modos. -Acompaña esas palabras con una risa cantora-. Peón f2 a f4.
El peón señalado se da prisa por seguir sus órdenes y, arrastrando sonoramente sus pies en el tablero, avanza las dos casillas señaladas.
-Vuestro turno -Sanzomon se cruza de brazos-. Sorprendedme.
@Jeremy (150%)
-¡Ten cuidado! -exclama Kazemon antes de que Kumamon cierre la puerta tras de ti.
Todo se queda oscuro entonces, pero puedes continuar bajando la escalerilla de mano sujetando la linterna con los dientes. Al llegar abajo del todo la enciendes. No parece tan amenazador como habías imaginado al principio. Es oscuro y escuchas algunos ruidos de vez en cuando, pero la mayoría son simplemente gotas de agua chocando contra el suelo de piedra y las numerosas corrientes de aire. Hace frío, eso sí. La cabeza te empieza a doler de nuevo, así que decides darte prisa a pesar del miedo.
No tardas demasiado en llegar a una bifurcación. Iluminas ambos caminos con la linterna y te sorprendes al encontrar algo en ambos. En el camino del izquierda hay una pluma blanca, solitaria, siendo mecida suavemente por las corrientes de aire a ras del suelo. En el camino de la derecha, sin embargo, hay algo de pelo suelto humedecido de color negro.
@Tris (210%) @Alice
-¡Eh! ¡Espera! -exclama Cara al ver que Alice se lanza a por Nefertimon a pesar de su estado-. Madre mía, está loca...
Cara sale corriendo detrás de Alice para hacer lo que le has ordenado. Mientras tanto, Tris, sujetas el huevo de Válor así como al Nyaromon que antes saltó hacia Nefertimon.
-Ains... No creo que pare. Alice y yo somos muy parecidas, así que sé que la perseguirá hasta el mismísimo infierno -suspira Nyaromon-. Por cierto, lo que ha pasado es... una historia jodidamente larga. Ahora mismo soy una Nyaromon, pero en realidad yo soy Angewomon, la Reina y dueña de este palacio. Esa zorra era Nefertimon, mi “guardiana”. Solía ser la segunda al mando del que reinaba antes de mi. -No puedes evitar notar algo de rencor en su voz-. ¿Quién eres tú? ¿Una colega de Alice? Has llegado justo en el momento adecuado. No sé si Alice y Válor hubieran podido ellos solos con esto. Sobre todo con Válor degenerando físicamente a una velocidad tan alarmante... -Nyaromon resopla-. Y joder. Quería remodelar, pero os habéis cargado toda la sala del trono. En fin, qué se le va a hacer. Deberíamos ir a por Alice antes de que se meta en otro fregado.
Alice, haces lo posible por perseguir a Nefertimon a pesar de lo heridas que estáis ambas. Acabas estando lo suficientemente cerca de ella como para lanzarle la roca, pero Nefertimon no parece dispuesta a prestarte atención. Gruñe, dolorida, y continúa arrastrándose por el suelo. No puede evitar que la alcances del todo y trates de arrancarle el machete. Hay un forcejeo y Nefertimon te empuja con una de sus patas, pero consigues hacerte con el arma.
-Tú... ¡Vete! ¡Vete o acabaré contigo! Todavía tengo... fuerzas... al menos para eso... -masculla-. ¡Joyas... del Nilo...!
De los brazaletes de sus patas delanteras salen disparados dos rubíes repletos de energía que te sobrevuelan unos segundos y entonces tratan de ensartarte.
-¡Sextuplicación! -exclama entonces una voz a tus espaldas.
Kumbhiramon pega un salto y, multiplicando su cuerpo, desvía sin ningún problema el ataque de Nefertimon utilizando su poderosa armadura corporal.
-Tú... Te... -No le da tiempo a continuar, pues clavas el machete en su cara, atravesando su cabeza de lado a lado-. ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! -aúlla, agonizante. Su cuerpo empieza a brillar-. ¡P-PIEDRA ROSEETTAAAAAA!
Un haz de luz rosada surge del lomo de Nefertimon y de éste, una gran piedra con inscripciones. Cara se lanza para defenderte de nuevo, pero esta vez su objetivo no eras tú. En lugar de eso, Nefertimon consigue abrir un boquete en la pared del pasillo justo antes de revertir a su forma de Patamon. Se aleja rápidamente de tu machete ahora que ha recobrado un mínimo de sus fuerzas.
-¡ME VENGARÉ! -te asegura-. ¡DISPARO DE AIRE!
Patamon te obliga a retroceder con una fuerte concentración de viento que, unida a tu penoso estado corporal, te impiden reaccionar cuando echa a volar a través del boquete y desaparece en el horizonte.
-... Me parece que volveremos a verla... -murmura Kumbhiramon con tedio-. Alice, apóyate en mi y volvamos con Tris. Como hagas más esfuerzos se te va a caer lo que te queda de brazo, y dudo que te apetezca quedarte con un precioso muñón como recuerdo de este encuentro.
@Asch (210%)
-¿E-eh? Oh... ¡H-hola, Asch! ¡Me alegro de que e-estés bien! ¡Estaba p-preocupado! -exclama Ginryumon pegando saltitos a tu alrededor-. Yo estoy p-perfectamente, pero no sé d-dónde estamos. Estábamos luchando contra D-Devimon y entonces... -Yuri baja la cabeza, sonrojándose-. P-perdón por lo que dicho antes... Ha sido la a-adrenalina... Seguro que te he p-parecido un tonto, gritando esas t-tonterías... Ni que fuera T-Tentomon, je, je...
Yuri gira entonces la cabeza en dirección al orbe de cristal que se encuentra junto a vosotros y le pega un toquecito con la pata.
-No sé qué es e-esto, pero parece lo único t-tangible aquí aparte de nosotros...
Tu compañero se dispone a darle otro golpe cuando de pronto la esfera se agita ligeramente, espantando al Ginryumon y haciendo que se esconda tras tus piernas de un salto.
-¡Q-q-q-qué s-s-s-susto, l-leñe! -exclama.
-Dejadme en paz, por favor -resuena una voz suave proveniente del orbe-. No quiero hablar con nadie. No quiero estar con nadie. La soledad me gusta y la gente me da miedo... Todos me dais miedo...