@Jeremy (75%) @Asch (150%) @Luke (100%) @Alan (0%) @Tris (0%)
-Je... Nos parecemos más de lo que crees, Remy. Te entiendo perfectamente -te dice dándote un toquecito en la nariz antes de ponerse a parlotear con sus amigos digimon.
Los digimon se presentan a si mismos tanto por su nombre genérico como por los motes que les habéis puesto y acto seguido, al ver que no tenéis demasiadas ganas de hablar entre vosotros, cada uno presenta a su compañero humano para que al menos todos sepáis los nombres de los demás. Dianamon empieza a caminar y los diez la seguís a paso ligero.
-A mí no me apetece la procesión, Asch. Al pueblo, sí. El mismo pueblo que os ayudará en esta guerra e, indirectamente, a volver a casa. No subestimes el poder que puede tener un líder carismático en la gente. Algo a lo que agarrarse. Lo siento si os habéis sentido incómodos, pero sois inusuales. Era nuestra oportunidad de subir la moral. -Te explica Dianamon, Asch. Jeremy, Kudamon asiente a todo lo que Dianamon dice, convencido-. Os daremos de cenar a todos, tranquilo. Mañana será un día largo. -Entonces se lleva la mano al mentón-. ¿Un digimon más poderoso que Persiamon? Sí, nunca hemos dado por hecho que ella fuera la marionetista. Después de todo, Persiamon solamente es de nivel Perfecto. Yo soy más poderosa que ella. Pero un buen plan siempre superará la simple fuerza bruta -suspira Dianamon-. En cuanto a un lacayo que pueda controlar las redes... La mano derecha de Persiamon, el que solemos llamar Doctor, sería una buena opción. Es un Datamon, un genio informático. ¿Tal vez fuera él? -Dianamon se detiene. Habéis llegado a la entrada de la base secreta-. De todos modos, no descartéis la posibilidad de que haya algo o alguien por encima de Persiamon. Esperemos que no sea así.
Os metéis todos en la caseta destartalada. Dianamon hace lo mismo que hizo Strabimon la última vez: entrar y salir de algunas habitaciones y sacar un aparato extraño. Trastea con él unos segundos y entonces sentís un mareo y algo de malestar en el estómago. Parpadeais y... ¡estáis en un lugar completamente distinto! La base de la Resistencia se encuentra frente a vosotros una vez más para Jeremy y Asch y por primera vez para Luke, Alan y Tris.
-Y Luke, sea lo que sea lo que os trajo aquí, no tiene nada que ver con nuestro grupo. Tal vez quisiera adelantar el enfrentamiento entre vosotros y Persiamon. Tal vez os haya dejado a la deriva, esperando que os chocarais contra la barrera y os desintegrarais, y acabasteis aquí por casualidad. -Dianamon se cruza de brazos-. Pero si quisiera atraparos. Si quisiera mataros. Si quisiera robar vuestros dispositivos... Ya lo habría hecho. Lo siento, pero vuestros digimon no son rival para mí. Estamos de vuestro lado, y me gustaría que pudiéramos empezar a confiar entre nosotros cuanto antes. Nada me cabrearía más que el que arruinarais nuestra posibilidad de liberar el mundo digital por una estupidez. Como les he dicho a Jeremy y Asch antes: os necesitamos, y vosotros nos necesitáis a nosotros.
Camináis por el concurrido pasillo repleto de digimon correteando con archivos y papeles. Os flanquean filas y filas de mesas con ordenadores en los que están trabajando monstruos digitales con caras muy serias. Por fin, llegáis hasta las pantallas holográficas donde Strabimon os espera con Yuramon en brazos.
-Oh, por fin volvéis. -El digimon bestia humanoide te devuelve al Yuramon, Jeremy. Parece haberse quedado dormido-. Bienvenidos a los nuevos. Yo soy Strabimon. Os haré el resumen de lo que les he contado antes a vuestros compañeros. Si alguno de vosotros posee una Memoria en su dispositivo digital, le agradecería que me lo dejara unos segundos. Nos permitirá restaurar los datos de la zona que vuestro dispositivo Recuerda, así como revivir a aquellos digimon que hayan perdido la vida en el lugar recientemente. Será como si la influencia de Persiamon jamás hubiese existido en ese lugar. Una vez consigamos suficientes Memorias, podremos reclutar a Digimon de las zonas que hayan recuperado su esplendor e iniciaremos nuestra carga final contra la Ciudad de los Tanemon, donde se refugia Persiamon.
Strabimon extiende el brazo, esperando que alguno de vosotros le tienda su dispositivo.
-Hmm... Puede que tengas razón, Luke. Me enorgullece que estés siendo tan cuidadoso -te susurra Flynn-. Pero como ha dicho Dianamon, si quisiera nuestros dispositivos digitales a toda costa, ya nos los podría haber quitado muchas veces... Es de nivel Supremo. Incluso si no poseyera el apoyo de todos los digimon en esta base, podría con nosotros cinco sin problemas. -El Penguinmon suspira-. Creo que deberíamos ayudarles de momento. A la mínima que veamos algo que no nos gusta, nos vamos. ¿Te parece bien?
Alan, Sunflowmon brilla durante unos instantes y vuelve a su forma de Floramon.
@Matías (150%)
-¿Mi misión...? -Sorcermon se te queda mirando, sorprendido por tus palabras-. Je... Supongo que tienes razón, Matías. Proteger en lugar de destruir... ¡Vamos! ¡Hay que salir de esta los dos juntos!
Tu compañero concentra su energía en su bastón una vez más y crea una tormenta de nieve a los pies de Majiramon. El agua se hiela alrededor de las pezuñas del dragón, el cual instintivamente levanta las piernas para que no quedarse atrapado. Sin embargo, al volver a pisar el agua helada resbala y cae. La superficie de hielo bajo Majiramon se rompe. El resto del vestíbulo sigue inundándose debido al hechizo de Sorcermon, pero ahora hay placas gélidas flotando.
Todo este tiempo tú y tu digimon habéis tenido que evadir las flechas de luz que caen del techo. Aunque Sorcermon no ha tenido ningún problema, tú, Matías, has tenido un descuido y uno de los Bao Shi te ha atravesado la pierna derecha. Al darse cuenta, Sorcermon corre hacia a ti e intenta ayudar a que te levantes ofreciéndote su hombro.
-¡Súbete a mi espalda! -te grita-. ¡Rápido! ¡Tenemos que salir de aquí!
Sorcermon te sube a una de las placas de hielo a modo de balsa improvisada y empieza a empujarte en dirección a la salida. Majiramon, sin embargo, ya se ha levantado y se ha colocado frente a la salida. No parece que tenga intención de dejaros huir tan fácilmente.
-¿Matías...? -Escuchas la voz de Sorcermon. El agua ya le llega por encima de la cintura-. Necesitamos un plan. Dime que tienes un plan.
@Adair (25%)
-No, yo... Yo estoy bien... Sólo dame un minuto para recuperar el aliento...
Seraphiel se queda un buen rato tendido en el césped, respirando pesadamente. Al cabo de un rato, sus jadeos van disminuyendo en frecuencia hasta que se vuelven inexistentes. Es entonces cuando Seraphiel se levanta al fin. Aunque le has dedicado palabras tranquilizadoras a Tanemon, éste sigue llorando. Lucemon se acerca a ti y te sonríe.
-Anda, déjamelo a mí -te pide. Le tiendes a Tanemon y Seraphiel le empieza a acunar con dulzura-. Tranquilo, pequeñín, estoy aquí. Matías y Tentomon volverán con nosotros dentro de un ratito, ya lo verás. Shhh...
Entonces, Lucemon empieza a tararear una melodía. No crees haberla escuchado nunca, pero al mismo tiempo te parece muy familiar.
- Spoiler: Mostrar
- https://www.youtube.com/watch?v=EdCnejKAZrM
El tiempo se pasa volando mientras escuchas a Seraphiel, prácticamente embobado. Para cuando te das cuenta, ya está anocheciendo. El Lucemon arropa dulcemente a Tanemon, que se ha quedado dormido, en su túnica y entonces te dedica una sonrisa cariñosa.
-¿Podrías intentar encender un fuego, Adair? Esta vez no tenemos tiendas de campaña bajo las que resguardarnos, asi que tenemos que protegernos del calor de otra manera. Yo voy a buscar algo. Volveré enseguida.
Sin esperar a que le des su beneplácito, Lucemon se levanta y empieza a andar. Estáis en una pradera de césped. A vuestro alrededor no hay demasiados árboles, pero sí numerosos arbustos, flores y otro tipo de plantas. Notas como, de vez en cuando, algún digimon curioso os dedica una mirada, pero no parece que haya nadie con intenciones hostiles por el momento.
@Alice (200%)
-Alice... -Devidramon sonríe, las alas de su cabeza agitándose brevemente como las orejas de un conejo-. Sí... La verdad puede doler. Pero siempre será mejor un golpe directo que un sufrimiento paulatino y prolongado. Creo... Creo que empiezo a entenderlo. -Entonces, Válor se da la vuelta y encara a Arukenimon-. ¡Te retamos, Arukenimon! ¡Y ganaremos! ¡Eso no es ninguna mentira!
El Devidramon prepara sus garras para lanzarse al ataque, pero entonces Arukenimon extiende sus brazos hacia el cielo y suelta una carcajada vacía. No parece haber ningún sentimiento tras su risa; no hay alegría o euforia, y tampoco sarcasmo o confiaza. Su frente brilla durante un instante con un resplandor anaranjado, y entonces Arukenimon empieza a multiplicarse. Los múltiples digimon araña os empiezan a rodear y hablan, cada nueva voz uniéndose a la anterior a modo de canon.
-Yo represento los fondos ocultos de tu compañero -retumban todas las voces en la dimensión en la que os encontráis-.
El pecado de Gazimon permite que me desdoble. Su miedo por la realidad me hace intangible. Su desconfianza en la amistad sincera me oculta de vuestros ojos. Cada una de sus mentiras es un nuevo obstáculo en vuestro camino.
A pesar de la situación en la que os encontráis y lo que acabáis de escuchar, Válor no parece amedrentarse. Gira ligeramente la cabeza y te mira a los ojos, muy serio.
-Alice. No intervengas en esta batalla -te pide sinceramente-. Dame órdenes. Pero no ataques con tu propio cuerpo. Este... ser. Soy yo. Soy lo que yo he sido durante todo este tiempo. Es mi prueba. Por una vez... quiero enfrentarme a las consecuencias de mis actos. Prométemelo, ¿vale? -Sus cuatro ojos te atraviesan-. Prométemelo.
Los numerosos Arukenimon exclaman “Hilo de Araña” y de sus dedos surgen múltiples telas de araña, afiladas como espadas, que son lanzadas en todas las direcciones posibles para asegurarse de cortar en pedacito a Válor pase lo que pase.