@Jeremy (50%) @Asch (200%)
-Lo i-intentaré… -masculla Yuri, acercándose a ti-. Las multitudes... no me gustan n-nada...
En la base de la Resistencia, Strabimon esboza una efímera sonrisa.
-¿Humano? ¿Lo dices porque tengo esto? –te pregunta, Asch, sacando el dispositivo digital-. Vaya –emite una corta risa, pero no te contesta.
-¿El mejor humano? Cuánta confianza –Dianamon se ríe también, por primera vez-. Os daremos las gracias cuando hayamos terminado con esto. Después de todo, lo único que estamos haciendo es ayudarnos entre nosotros. No tenemos por qué ser condescendientes.
Dianamon se levanta y empieza a caminar en dirección a una de las pantallas holográficas. Decidís seguirla.
-Lo que llamamos Memoria son datos robados por Persiamon –empieza Dianamon mientras manipula la pantalla-. Su mano derecha, el Doctor, es un genio. Y Persiamon aprovecha su inteligencia para aumentar su poder. No sólo poseen un brebaje capaz de hacer evolucionar a los digimon en contra de su voluntad, también tienen la capacidad de hacerse con los datos de zonas enteras –Dianamon suspira, y os enseña imágenes del Asentamiento de DemiMeramon, una pradera, un bosque, un río…-. Las zonas no desaparecen, pero se debilitan. Los alimentos dejan de ser comestibles, los recursos de la tierra pierden fuerza… Los digimon que viven ahí se debilitan poco a poco. Si no hacemos nada, en unos pocos meses más todo se convertirá en un desierto sin vida.
Strabimon se acerca a vosotros y extiende su mano.
-Si tenéis alguna Memoria, sólo tenéis que dejarnos unos segundos el dispositivo digital que los contenga. En esta misma pantalla podréis ver el cambio que se produce en la zona que recupera sus datos.
-Como he dicho antes… No nos estáis ayudando. Estamos cooperando –continúa Dianamon-. Vosotros, y los otros humanos que han venido aquí… Sois Niños Elegidos. Habéis sido escogidos para recibir compañeros digimon y acudir a nuestro mundo para salvarnos. ¿Quién os ha escogido? No tengo ni la más remota idea –se encoge de hombros-. Pero nuestro mundo es débil. Para poder mandaros de vuelta al mundo humano, el mundo digital necesita recobrar su energía. Y eso significa que no sólo debéis recobrar la Memoria de esta región… -Dianamon desliza la mano por la pantalla, y el pequeño mapa se convierte en un mapamundi mostrando un planeta entero-… si no de todo el Mundo Digital.
-Y no quiero desanimaros, pero… Mucha suerte tendríamos que tener para que Persiamon posea todos esos datos en su base –suspira-. No podemos saberlo seguro, pero… Es probable que todo esto sea mucho más grande de lo que imaginamos. No sería la primera vez que el que parece el verdadero malvado no es más que una marioneta, ¿verdad? Es lo que hay –Strabimon sonríe tristemente-. Os ayudaremos en lo que podamos, siempre que vosotros prometáis ayudarnos a derrotar a Persiamon.
-Con una condición…
Dianamon se acerca a ti, Jeremy, amenazante… Pero entonces te entrega a Yuramon. El digimon bebé parece encantado de volver a verte. Luna se dispone a hablar de nuevo contigo cuando todo empieza a agitarse repentinamente. Asch, casi te caes, pero Yuri te sujeta. Jeremy, tú también pierdes el equilibrio, pero Dianamon te coge a tiempo. Norizuna entonces sale del bolsillo de Asch.
-¡¿Qué es esto?! ¡¿Un terremoto?! –exclama el Kudamon.
Strabimon se ha lanzado a los hologramas y está manipulándolos frenéticamente mientras una luz roja empieza a iluminar la base. El resto de los digimon del lugar empiezan a moverse también, unos más preocupados que otros.
-¿Un… barco…? –masculla Strabimon-. Luna, ve a comprobar el perímetro. Llévate contigo a los niños si ellos quieren. Yo intentaré controlar la situación aquí.
-Volvemos a la ciudad –os urge Dianamon-. A no ser que uno de vosotros posea Memoria… En ese caso, le pediría que se quedara aquí con Strabimon.
La digimon de nivel Supremo empieza a correr hacia lo que presumís debe ser la salida. Asch, tu dispositivo digital lleva vibrando un rato. En esta ocasión te informa de que tiene un "Nuevo Paquete de Actualización disponible. Introduzca la Contraseña". Sin embargo, no encuentras ninguna manera de introducir números o letras en el dispositivo, así que lo dejas estar de momento.
@Matías (125%) @Adair (100%)
-¿Pero qué rayos…?
DemiDevimon suelta el pomo de la puerta cuando gritas, Matías, sorprendido por tu repentino arrebato. Con un grito de guerra, Tentomon se lanza en dirección a DemiDevimon con su Giro Dinamo. Pillado desprevenido, el DemiDevimon es electrocutado y cae al suelo pegando gemidos. De una patada, Matías, le estampas contra una de las paredes de piedra.
-¡Kokuwamon! ¡Kokuwamon! –empieza a parlotear el otro soldado, alarmado.
-¡Ni se te ocurra dar la voz de alarma! ¡Gran Cruz! –exclama Seraphiel mientras una luz blanca le envuelve. Kokuwamon pega un grito cuando le alcanza el ataque-.
¡Lucemon digievoluciona en…!
- Spoiler: Mostrar

-
… ¡Witchmon! ¡Matías, Adair! ¡Rápido, subíos a mi escoba!
-¡OLA CONGELANTE!
Antes de que podáis seguir las órdenes de Seraphiel, notáis una ráfaga de viento helada en las piernas. Cuando intentáis moveros, os encontráis con que os habéis quedado aferrados al suelo. ¡Estáis congelados de rodillas para abajo!
-¡¿Qué es todo este alboroto?! –escucháis una voz madura, muy severa-. ¡¿Quiénes sois vosotros y qué hacéis aquí?!
El Quetzalmon del que os había hablado DemiDevimon se encuentra ahora en el pasillo con vosotros. Kokuwamon, que está herido debido a la Gran Cruz que le ha alcanzado antes, empieza a parlotear. DemiDevimon, por su parte, no parece poder moverse todavía.
-¡No me agradezcas nada, centinela! ¡Era imposible no escucharos con los gritos que pegáis!
-¡Los gritos que pego, querrás…! –Tentomon te mira, Matías-. Eh… ¡Maldición! ¡Nos han descubierto!
-Si Tentomon hubiera evolucionado también, podríamos haber acabado de un golpe con ambos y salir de aquí antes de que llegara Quetzalmon… -se lamenta Seraphiel, que se mantiene en guardia.
-Quiero que me expliquéis quiénes sois, qué hacéis aquí y qué queréis –Quetzalmon vuela para colocarse frente a vuestras caras. Parece severo y enfadado, pero no necesariamente agresivo.
@Luke (100%) @Alan (100%) @Tris (-50%)
Luke, sales corriendo junto a Flynn en busca de Dodomon. No parece que el rostro en las pantallas holográficas intente hacer nada deteneros. Es entonces que Sunflowmon te coge en brazos, Alan, ya que pareces paralizado por el miedo.
-¡Sí, tenemos que irnos de aquí! –exclama, obviamente asustada-. ¡Tris, Kumbhiramon! ¡No merece la pena intentar controlar el barco! ¡Vámonos!
-Pero… Pero… ¡Tengo que intentarlo! –exclama Cara, adelantándose-. Tris y Luke confían en mí… ¡No puedo decepcionarles!
A pesar del temor que le produce el rostro, Cara se acerca a las pantallas. Se coloca en el lugar exacto en el que encontrasteis a Armormon… y entonces todos los ojos de la habitación se fijan en ella.
-Movimiento equivocado –la voz del ser vuelve a sonar por todo el barco, e incluso tú lo escuchas, Luke.
Cara empieza a gritar y retorcerse de dolor en el suelo, retrocediendo en su línea evolutiva hasta que se convierte en un digimon cachorro.
- Spoiler: Mostrar

Cara rueda de vuelta a tus pies, Tris, completamente agotada.
-Y ahora… Dormid.
Alan y Tris, vuestra vista empieza a nublarse. Vuestras piernas empiezan a perder fuerzas hasta que ya no pueden soportar el peso de vuestro cuerpo. Tanto vosotros como vuestros digimon caéis al suelo, inconscientes. Lo último que escucháis antes de perder completamente el sentido es una escalofriante risa.
Luke, te encuentres con Dodomon al mismo tiempo que una risotada se escucha por todo el barco. Parece que estaba intentando ir a la sala de mando por su cuenta, a pesar de las pocas fuerzas que le quedan. Decides cogerle en brazos.
-Eza coza… -susurra-… no ez… Perziamon… -tose-. Tened… cuidado…
Si iba a decirte algo más, no puedes escucharlo, pues pierdes el conocimiento junto a Flynn.
***
No sabéis cuánto tiempo habéis dormido cuando os despertáis. Los hologramas de la sala de mando han vuelto a la normalidad: ya no hay rastro de la extraña cara que os asaltó. Si no fuera porque Hookmon ya no se encuentra entre vosotros, casi os parecería que lo vivisteis no fue más que una pesadilla. Escucháis un gran barullo en el exterior, así que decidís salir a cubierta. Parece que el barco se ha estrellado contra… ¿el muro de una ciudad? Los curiosos y asustados ciudadanos rodean el barco, aunque nadie se ha subido todavía.
-Oh… Hemoz llegado a Internalia –os dice Dodomon, que parece haberse despertado al mismo tiempo que vosotros.
Abajo, podéis escuchar una voz levantándose por encima de las demás.
-Vale, ¡¿qué se supone que es esto?! –grita una Dianamon-. ¡¿Es una broma?!
Parece que se dispone a subir al barco.
@Alice (???%)
Tratas de cortar la pata de la cama con tu machete, pero el tajo no produce un corte limpio y tu arma se queda atascada en la madera. Mientras intentas sacarlo con todas tus fuerzas, D’Arcmon coge su espada con el brazo que le queda y se acerca a ti.
-Oh, la Reina le está haciendo unos… interesantes experimentos con él –la digimon humanoide sonríe con malicia-. Qué pena que no vayas a poder ir a ver lo cambiado que está… ¡Mocosa!
Casi como si todo estuviera planeado, tras pronunciar D’Arcmon aquellas palabras escuchas un grito desgarrador que hace eco por todo el palacio. Y sabes perfectamente a quién le pertenece aquella voz.
Al mismo tiempo que D’Arcmon te está propinando una estocada descendente, ¡consigues sacar el machete! No obstante, sólo has conseguido cortar la mitad de la pata, así que sigues atada a la cama. ¿Cómo te defenderás del ataque de tu carcelera?