Gelato[III], Herissmon[III]:
Camináis tranquilamente hasta la zona del ayuntamiento, rodeada de edificios de gran antigüedad, callejuelas estrechas, plazoletas, fuentes y sinuosas escaleras que parecen escalar hacia la montaña. De camino hacia allí veis un edifico particularmente siniestro que se alza sobre un risco: la Academia a la que asiste Valiant.
Pero en general, es una zona muy tranquila. Apenas veis gente por allí, salvo algunos ancianos sentados en sillas de madera a junto a las puertas de sus casas, de madera enmohecida. También localizais algún que otro grupo de turistas que saca fotos con el móvil a las curiosidades históricas.
Y por fin, veis el ayuntamiento: se erige frente a una estrecha plaza y tiene grandes puertas de madera pintadas de verde. Antes de que podáis pisar la plaza, una anciana habla a Niina y a Lana desde un balcón a sus espaldas.
-Niñas, ¿dónde vais? -pregunta con voz quejumbrosa.
-Eh... -Lana parece bloquearse al ver que una total desconocida la increpa desde las alturas. Niina se lo toma con naturalidad.
-Íbamos a ver la plaza del ayuntamiento -replica.
-No andéis mucho por ahí -avisa la anciana-. Está llena de seguratas.
-Seguratas -repite Lana, conmocionada ante el término que ha usado la vieja.
-Los ha puesto el alcalde para vigilar que no hagan más pintadas. ¿¡No seréis vosotras las que hacéis pintadas!?
-¡No somos nosotras! -grita Lana, poniéndose roja.
-Gracias, sólo daremos una vueltecita -Niina saluda alegremente a la anciana y tira del brazo de Lana-. Y volveremos por otra calle -añade en voz baja.
Pero la anciana lleva razón respecto a los guardias. Al doblar la esquina, veis a cuatro hombres de pie, colocados frente a la fachada. Para conmoción vuestra, los cuatro tienen zonas ad hoc rojas rodeándoles. Demasiada casualidad.
Por si fuera poco, las famosas pintadas que cubren la monumental fachada os resultan legibles. Principalmente son caras mal dibujadas y garabatos sin sentido, pero no sólo podéis leer textos disimulados entre el galimatías, sino que además ni siquiera se trata de caracteres humanos. ¡Es DigiCodigo! Sólo alguien relacionado con el Mundo Digital ha podido pintar todo eso. Leéis el DigiCódigo por encima y pronto veis que forma un programa de seguridad que restringe el paso a los Digimon por debajo del nivel Perfecto.
Vuestras compañeras no pueden leer DigiCodigo, pero lo de los guardias es suficiente para que Niina saque conclusiones.
-Cuatro guardias de seguridad, todos con un Digimon en su campo ad hoc -murmura-. Imposible que sea coincidencia. Están protegiendo algo. Ahí dentro hay un Olímpico, o yo soy una rana.
@Kamemon[III], Lalamon[III]:
Lalamon, abres un resquicio la ventana (que para tu fortuna, no está atascada) y tarareas a través del hueco una melodía. Los humanos miran a su alrededor, un poco extrañados, pero enseguida comienzan a cabecear y en pocos momentos todos han apoyado las mejillas en sus teclados y exámenes por corregir.
Una vez logrado, tú y el resto entráis en el edificio y recorréis el camino hasta la sala de profesores, guiados por Erika. La joven abre la puerta con confianza y comienza a pasear por el interior de la habitación. Echa un vistazo a los exámenes a medio corregir.
-Si no fuese tan buena persona, podría aprovechar y ponerme un diez en matemáticas -bromea.
-Lalamon, ¿podemos repetir esto en la Academia? -dice Valiant sonriendo, pero enseguida se pone serio-. En fin, ahí está, la zona ad hoc roja. ¿Y cómo entramos? ¿Se supone que tenéis que atacar sus esferas? Si lo hacéis, procurad no apuntarles a ellos directamente... Ya sabéis, por si el campo electromagnético no detiene el ataque después de todo. No me suena muy fiable todo esto.
@DemiDevimon[III], Impmon[III]:
DemiDevimon e Impmon entran a las zonas ad hoc de sus respectivos compañeros. Impmon, que ya conoce bien la zona ad hoc de su propio compañero, camina por entre las coloridas máquinas hacia la abertura que se ha generado en un extremo y que comunica con la zona ad hoc de Norber.
DemiDevimon vuela hacia la extraña luz que ha aparecido en uno de los extremos de la esfera de Norber. Cuando la atraviesa, descubre que está en un lugar parecido al Mundo Digital, en el que
esto suena a todo volumen.
En el centro de esta zona ad hoc existe una versión enorme y holográfica de Norber, aunque no se aprecian bien sus detalles. A su alrededor se extiende un terreno de lo más variopinto, una suerte de enorme isla con zonas bien diferenciadas (bosque siniestro, desierto volcánico, estepa helada, vertedero y fábrica cyberpunk). Quizá de manera no del todo casual, la zona de la fábrica es la que conecta con la zona ad hoc de Rick, que parece en sí misma una enorme fábrica de juguetes.
Pero lo más curioso es que todo a tu alrededor está bastante pixelado. Puedes percibir claramente los cuadraditos planos que parecen conformarlo todo. Te acercas a examinar la hierba y te das cuenta de que es bidimensional. Además, por todas partes flotan logs: inmensas cascadas de texto antiguo, miles de líneas de lo que parecen conversaciones vía chat de Norber y otros jugadores. Todo es bastante desconcertante.
Pero resulta todavía más extraño cuando escuchas una voz que no parece venir de ninguna parte.
-¡Bienvenido a la zona ad hoc de Norberto! -es irritante y al parecer omnipresente, aunque Impmon la escucha sólo levemente desde la zona ad hoc de Rick y los humanos no parecen oirla en absoluto-. Bate las alas para avanzar, o aterriza para salir del modo aéreo y mueve un pie después del otro para moverte. Lanza DemiDardos para atacar. Mientras estés en este espacio, no consumirás energía a menos que combatas. ¿Deseas volver a escuchar la explicación?
Rick y Norber, sin oir nada de eso, se miran.
-Vale, entonces ahora sólo necesitamos acercarnos al camarero. Vamos a preguntarle por una dirección o algo -dice Norber.
-Pregúntale dónde está la tienda de tebeos -sugiere Rick-. Seguramente no la conozca, así que podrás pedirle que te la busque en el mapa de su teléfono. Cuando te haya respondido, le das las gracias y yo le pregunto por la tienda de videojuegos. Entre los dos podemos tenerle entretenido el tiempo suficiente.
-Buen plan -asiente Norber.
Ambos chicos caminan hasta el camarero y se quedan a su espalda, mirándole sin decir nada, como si no quisieran molestarle hasta que deje de estar ocupado. En realidad, sólo están consiguiendo todo el tiempo posible.
Al instante, en ambos campos ad hoc se abre un túnel hacia la zona del camarero. En el caso de Norber, se abre cerca de la zona del desierto volcánico. Para Rick, simplemente aparecen unas nuevas cintas transportadoras que conducen al nuevo horizonte.
La zona ad hoc del camarero es un padregoso desierto que flota en espiral sobre la nada y está lleno de estatuas de Digimon. Kokatorimon advierte la apertura de las nuevas zonas y os mira sin entusiasmo... Hasta que se fija en Impmon.
-¡Tú! -exclama-. ¡Así que has encontrado tu propio humano al que parasitar, ¿eh?! ¡Pero has tenido la mala suerte de que su zona se haya cruzado con la mía! ¡Esta vez no vas a librarte! ¡FORMARÁS PARTE DE MI COLECCIÓN! ¡VEN SI TE ATREVES!
-Zonas ad hoc contiguas -la voz misteriosa vuelve a hablar antes de que podáis hacer nada-. Es posible cruzar de una zona ad hoc a otra, ya sea en solitario o en compañía de tu compañero humano. Sin embargo, en caso de cruzar sin compañía, la función de digievolución se anulará en cuanto el Digimon abandone la zona ad hoc de su compañero. ¿Deseas volver a escuchar la explicación?