Vamos a jugar a... -Foro-

-Uhm... parece un poco pesada... ¡pero no importa, molas! Ya nos llevaremos guay y nos conoceremos y te llevaré cada vez mejor, ya verás, será genial y será ultra divertido, y, y, y, y de todo!

Esperé a que se destransformase para darle un abrazo de oso y mirarla con mi mejor cara de felicidad absoluta. Quiero decir, ¡qué ganas tenía de tener una compañera así! Así podríamos ir de fiesta, hacer el tonto, ¡y quizá se uniese a mis rutinas de ejercicio! Y luego a ver pelis en el sofá. E ir de aventuras, y ay, qué divertido...

Un poco incómoda, pero contenta, Valeria cruzó la puerta con Rider abrazada a ella. Los otros técnicos y armas siguieron tratando de decidir con quién se emparejarían...

DISCURSO DE BIENVENIDA

Entrasteis en una gran habitación llena de toriis que parecían guillotinas. El techo estaba pintado de color azul cielo, y las nubes dibujadas se movían. Había un montón de cruces desperdigadas por los alrededores, pero enseguida notasteis un detalle: todo resultaba simétrico.

Caminasteis hasta una especie de pedestal alto en la que había una mesa de despacho delante de un espejo. Un chico que no aparentaba mucha más edad que vosotros, con el pelo negro cruzado por líneas blancas, levantó la vista cuando os acercasteis y se levantó, carraspeando.

-¿Quién es ese? ¿Otro estudiante?

-¡Idiota! ¡Es el director: Death the Kid!

-¿Qué? ¿El director es un crío?

-No, le llaman así porque no envejece. Es un Dios de la Muerte, ya sabes.

-Es EL Dios de la Muerte.

-¡Ssssh!

-¡Bienvenidos, nuevos alumnos y alumnas de Shibusen! -dijo Kid-. Me honra ver una nueva generación de técnicos y armas, una tan prometedora. Desde la fundación de este colegio en la época de mi padre, nosotros hemos estado...

-¡Kid! ¡Corta el rollo! -gritó una voz-. No pensarás repetir el muermo de todos los años, ¿verdad?

-¡Pero si siempre lo interrumpes! -gritó Kid-. ¡Todavía no he podido acabarlo ningún año! -el director suspiró-. En fin, este es vuestro profesor de entrenamiento físico: Black★Star.

Mirasteis hacia arriba y visteis a un hombre alto y musculoso con el pelo azul y puntiagudo, subido a un torii. Llevaba una chaqueta negra larga, que dejaba los brazos totalmente al descubierto, y unos pantalones anchos blancos con un montón de estrellitas dibujadas.

-¡Aunque sea un profesor no pienso ser blando con vosotros! -os gritó Black★Star, saltando sobre la mesa de despacho de Kid y señalándoos con un dedo. Al aterrizar, derribó un portalápices, que el director se apresuró a recoger y colocar comparándolo con el que había al otro lado de la mesa-. ¡Os voy a moler a palos, hijos de...!

-¡Black★Star! -advirtió la profesora Maka, apresurándose a colocarse a su lado.

-Ya conocéis a la profesora Maka -dijo Kid, sacando una regla de un cajón para comprobar la distancia entre los dos portalápices-. Ella se encargará de enseñaros teoría de las almas, y os ayudará a entrenar vuestra percepción. En cuanto a la tercera profesora...

El espejo que había tras él comenzó a brillar y aparecieron ondas concéntricas. Un instante después, lo atravesó una mujer de pelo largo y rosa, con un vestido y un gorro de mapache.

-¿Llego tarde? -preguntó.

-Justo a tiempo -dijo Maka, sonriendo.

-Esta es Kim Diehl -explicó Kid-. Será vuestra profesora de magia. Sé que muchos técnicos son reacios a aprender de las brujas, pero os ruego que lo consideréis. Es bueno aprender un poco de todo. Ya sabéis: un alma sana reside en un cuerpo y una mente equilibradas.

-Eso no... -empezó a decir Maka, pero Kid siguió hablando.

-Es un momento importante en vuestras vidas -aseguró-. Pensad en cuáles son vuestros puntos fuertes y débiles, y actuad en consecuencia. Dentro de unos meses estaréis listos para comenzar las lecciones extra. Son muy peligrosas, y vuestra supervivencia dependerá de cuánto os preparéis, así que tomáoslo en serio.

Spoiler: Mostrar

Vuestra época de estudios os reportará una preparación equivalente a 10 huevos de Kishin. Disponéis de 10 puntos para gastar en técnicas, y en caso de no gastarlos todos quedarán guardados para más adelante. Utilizad el siguiente post para detallar qué técnicas iniciales decidís adquirir.

-Combate sin Armas (Taekwondo)
-Dominar Armas
-Fuerza Mejorada
-Velocidad Mejorada
-Resistencia Mejorada
-Sentir Almas

Una vez nos fuimos de la sala dónde conocí a Valeria, fuimos a un lugar raríiiiiiiisimo, ya que parecía que hubiese cielo pero también había techo, y habían pseudo-guillotinas y, no sé, todo raro de narices. Nos soltaron un tostón y apareció un profe que era la leche, así que al instante supe que nos llevaríamos bien. Decidí apuntarme, pues, a varias de las clases que supuse que él haría.

-Sentir Almas
-Manipulación elemental (el viento)
-Combate sin armas (aqui me pedí el MuayThai, que es un arte marcial parecida al boxeo pero Tailandesa)
-Dominar Armas
-Fuerza Mejorada
-Velocidad Mejorada

Al final, más de la mitad de mis asignaturas serían con el ninja ese... Será divertidísimo, aunque espero que Valeria pueda seguirme el ritmo, jo, no quiero arrastrarla mucho. ¡Pero daremos lo mejor de nosotras mismas, fijo! O eso creo.

Nombre:Wilbert Rothbauer
Alias:Wild
Nacionalidad:Alemana
Raza:Tecnico
Rango: 1 Estrella.
Arma:
Descripción física:Aun no siendo un chico alto, Wild con un cuerpo bastante atlético gracias a todas las actividades físicas que hace. De ojos verdes y pelo rubio, no suelen vérsele normalmente al llevar un gorro que le cubre casi media cara. Tiende a llevar sweaters o chaquetas conjuntadas con pantalones cortos y deportivas. En los bolsillos lleva normalmente pequeños objetos de juego (yo-yo, cartas…) con los que mantener sus manos ocupadas cuando tiene que estar mucho rato en un sitio.
Descripción psicológica:Wild es un chico enérgico, quizás tan enérgico que verlo llega a cansar. Incapaz de mantenerse en el mismo sitio más de un minuto, Wild tiende a correr o hacer diferentes tipos de deporte que le ayuden a calmarse. Su forma de hablar también es bastante rápida soltando todo al momento y en ocasiones sin hacer pausas entre las frases. Cualquiera diría que no piensa cuando hace las cosas y en la mayoría de ocasiones así es ya que no puede pararse a pensar y perderse la acción.
Habilidades:

* * *

—¿Ya hemos acabado? ¿Ya hemos acabado? —pregunté rápidamente tras que entráramos en la clase para conocer a varias personas.

Tras que nos dijeran que todos aquellos chicos eran armas, no pude casi esperar a que dieran el aviso para dejarnos ir a hablar con ellas. Hoy por fin podría tener un arma y claramente no iba a dejar que el día se me fuese por una aburrida explicación, por lo que salí disparado para hablar con la primera persona que llamó mi atención de todas ellas. Algo que no era muy difícil teniendo en cuenta el aspecto que tenía, de pelo rojo y unas ropas negras muy extrañas, daba más el cante que el gordito con pajarita.

—¡Eh! ¡Eh! ¡Tú! —la llamé acercándome a ella rápidamente —¿Cómo te llamas?¿Qué tipo de arma eres? Yo me llamo Wilbert Rothbaur y soy un técnico —le solté toda la información de golpe, porque hacerlo despacio igual le aburriese y tampoco quería aburrir a alguien —¿Te gusta algún deporte? A mi me encanta correr y el salto de obstáculos ¿Cuál es tu comida favorita? Fijo que tienes una, venga, cuéntame un poco sobre ti.

CEREMONIA DE BIENVENIDA

-Me llamo Flavia Nicolescu, y soy una guadaña de tijera -se presentó la pelirroja, haciendo una especie de minireverencia-. Soy una guadaña de tijera, cuando estoy transformada, puedo hacer que la hoja se cierre sobre el mango y corte lo que haya dentro. Así que es mejor no tener en medio los dedos -sonrió-. ¿Deporte? Hum.... Humm... Hummm... -se frotó las sienes-. ¡Ah, ya sé! Hace unos años jugaba al tenis. Supongo que ese es mi preferido.

—¿Tijeras? Pero eso suena peligroso, ¿no? —le pregunté a la chica algo desilusionado, había esperado algún arma más guay y que no me limitase tanto a la hora de empuñarla —. Aunque bueno, lo de poder jugar a tenis puede seguir en pie, no es lo que más me gusta, pero si es divertido podemos quedar para jugar algún día y pasar el rato en un partido en parejas con técnico y arma, ¿no crees?

Mientras Flavia me contestaba, miré hacia el resto de armas. Algunas ya habían sido cogidas y por lo tanto me tocaría descartarlas, la siguiente que más me llamaba la atención era el chico que no paraba de comer, pero sabiendo que me decían que era imposible seguirme el ritmo, a saber si el chaval lo podría hacer. Por lo que tras mirar un poco más, fui hasta el joven asiático de casi dos saltos.

—¡Ah, hola! Me llamó Wilbert Rothbauer, aunque la gente suele llamarme Wild —me presenté aprovechando el último salto —. ¿Y tú cómo te llamas? ¿Eres asiático? ¡Entonces debes ser un arma muy guay! ¿Una katana molona? ¿una peligrosa cadena con cuchilla? O…o… ¿O quizás un enorme shuriken? Bah, fijo que seas lo que seas mola, porque dicen que las armas asiáticas siempre molan y debe ser vedad, ¿verdad?

-Hola -dijo el chico, mirándote. Tenía el pelo ligeramente puntiagudo, peinado hacia un lado, con algunas mechas teñidas de diferentes colores-. Creo que estás un poco confundido. Me llamo Yu Yoon Seong, pero puedes llamarme Yu. Soy coreano, aunque no me transformo en algo particularmente oriental. Soy más bien... un guantelete. Cubro todo el brazo y tengo diferentes miniarmas incorporadas, como una cuchilla triple o un arpón encadenado. Aunque la verdad es que ni siquiera yo conozco todos los chismes que tengo incorporados -se disculpó-. Si lo que buscas es una auténtica katana japonesa, te recomiendo hablar con aquella chica -señaló a la muchacha con ojeras y el pelo tapado con un ojo-. Se llama Izumi Murasame, no creo que tenga que darte más explicaciones. La fama de su familia la precede -la miró con algo de envidia.

—¡¿Un guantelete?! —salté emocionado al escuchar la explicación de lo que era —¡Oh, tío! Eso mola más que cualquier espada. Porque las espadas hay que afilarlas y eso es aburrido, pero los guanteletes te los pones y pegas puñetazos sin parar tal que así —di varios puñetazos al aire a los que añadí una rápida patada —. Se mi pareja, Yu. Si además dices que tienes cosas que ni tú conoces, por lo que nunca me voy a cansar de mirar todo lo que puedes hacer y todo lo que haces pide que me mueva… ¡y a mí me encanta moverme!

Le dejé un par de segundos al chico mientras cogía aire para calmarme por la sorpresa que me había dado. Aun así si no aceptaba le insistiría, era un arma perfecta para mí y si, era imposible que me calmara en tan poco tiempo…bueno, era imposible calmarme con Yu delante sin que me diera una respuesta.

—Vega, se mi arma, Yu. Porfaporfaporfaporfaporfaporfa.

-Oh, pues sí que te ha hecho ilusión -el coreano pareció feliz-. Muy bien, creo que será divertido ser tu compañero. Tampoco creo que las armas como nosotros necesiten afilarse, de todos modos -se quedó pensándolo-. Bah, seguro que no. En fin, ¿vamos?

Wild y Yu salieron por la puerta.

DISCURSO DE BIENVENIDA