Vamos a jugar a... -Foro-

El caos que estaban causando Tris y Alan me despertó. Por primera vez en mucho tiempo, no me despertaba temprano por mi mismo, qué guay. Y eso, los dos locos estaban montando un escándalo.

Alan y Tris escribió:—¡Chicos, Alice ha desaparecido, y los otros digimon tambien! ¡La han secuestrado! Nos la han jugado mientras dormiamos, sabia que tendriamos que haber acabado con ellos.

—¡¿CÓMO?! —exclamé, totalmente preocupada—. Es el pin de Alice... —dije cogiéndolo y mostrándoselo a Opossumon y los demás—. ¡Encima han tenido la desfachatez de dejarme esto aquí! ¡Vamos, tenemos que ir a rescatarles! —exclamé guardando el pin en mi bolsillo, tras lo cual agarré uno de los bracitos de Opossumon y la arrastré conmigo hacia la salida del barco a toda prisa.

Estaban diciendo nosequé de que habían raptado a Alice. ¿Dos enanos raptando a esa tia y su digimon? Venga ya.
Acaricié un poco a Flynn para despertarle, le di un abrazo y, acompañándolo el ala, me acerqué al epicentro del alboroto.

—A ver, vosotros. ¿Creéis que dos enanos como esos, que estaban acobardados de nosotros, han raptado a la gamberra esa y su digimon? Es más, Kaeru anoche me dijo que se iba a nosedónde porque era muy tranquilo y pasaba de todo ya, y el otro estaba con el miedo en las venas por la tia esa. Ostras, ¿tienen venas los digimon? Igualmente, le estaba llamando capitana y todo. ¿Sois tontos? Claro que no la han raptado. Confío en Kaeru, sé que no lo haría. Antes sí, pero ahora ni de coña. Y ellos mismos dijeron que tardarían mucho en volver a su forma anterior. Por otra parte, Tris —dije señalando el bolsillo donde estaba el pin—, me juego el chupa-chups que te di ayer a que te lo ha dejado para que estés tranquila y en plan un recuerdo suyo. Por otra parte, es una mentirosa. Ha dejado que Kaeru se fuese, y me prometió que le vigilaría.

Entonces paré de hablar, solté a Flynn para poder estirarme más cómodamente y solté un bostezo enorme. Qué bien había dormido, por dios.

—Después de todo lo ocurrido, quiero saber qué leches vamos a hacer. Todos llegaremos a donde está Persiamon, así que Tris, podrás pedirle explicaciones a la bruta mentirosa, y si por alguna extraña razón le hubiesen raptado, su digimon la salvaría. Confío en ellos. Y eso, podemos ir en busca de aventuras o de respuestas. Sé que el sitio dónde quería ir Kaeru era tranquilo y no se atrevía a pasarse por ahí Persiamon, y sino tenemos más aventuras y tal por recorrer por cualquier otro sitio buscando los demás generales de la gata loca. Decidid vosotros, que para eso sois los mayores.

Me agaché a la altura de Flynn y le hice un gesto de complicidad. Creo que realmente el mayor de aqui soy yo, qué bien digo las cosas y con mucho sentido. Sí, señor.

- Pero han podido digievolucionar por la noche, o han hablado con algun compañero a traves de alguna comunicacion del barco y han venido y se la han llevado a ella sola porque saben que juntos les derrotamos. ¡Tenemos que ir a buscarla, podria estar en peligro!

@Luke (50%) @Alan (100%) @Tris (160%)

-¡Alan y Tris tienen razón! –exclama Floramon-. ¡No están! ¡Ni Alice ni Válor! ¡Tenemos que ir a buscarlos, rápido! ¡Le podrían estar haciendo algo horrible mientras hablamos!

Alan, coges un saco cercano y lo rellenas de comida. Tu dispositivo digital no parece estar reaccionando a nada, sin embargo.

-¿Qué son todos estos gritos a primera hora de la mañana…? –Opossumon parece molesta-. ¿Podéis callaros ya? Quiero seguir durmiendo… No sé nada de ningún cacharro… Y Alice y Válor deben estar perfectamente… Saben cuidarse ellos solos, no tenemos por qué esforzarnos tanto…

Por su parte, Penguinmon se mantiene firme al lado de Luke. Aunque el hecho de que le estén agarrando del ala le hace perder un poco de seriedad, intenta sonar lo más adulto posible.

-Escuchad a Luke y Opossumon, ellos son los únicos que están pensando con la cabeza fría –dice bien alto para que todos le oigan-. Alice y Válor son duros de pelar, no hay manera de que dos bebés pudieran con ellos. Y si hubiera pasado algo, habrían hecho bastante ruido como para despertarnos, fuera por el forcejeo o porque se pusieran a gritar, que sería lo más inteligente. Y también –Penguinmon señala la chapa de Tris con su ala libre-. Tendría más sentido que eso fuera un memento para Tris por parte de Alice que una trastada de DemiVeemon y Dorimon, ¿no? Después de todo, Alice y Tris estuvieron juntas todo el camino hasta aquí. –Y entonces Penguinmon contesta a tus susurros-. Estoy muy orgulloso de ti, Luke. Casi sonabas como un adulto ¡Sigue así!

De pronto, el suelo comienza a moverse a vuestros pies. Algunos de vosotros caéis al suelo, otros consiguen agarrarse a algo para mantener el equilibrio. Los sofás se tumban, la mesa se vuelca y toda la comida se cae al suelo. La habitación pronto ha sido invadida por una sinfonía de platos y vasos rompiéndose y muebles volcándose y chocando entre ellos. No hay ninguna duda…

-¡El barco se mueve! –grita Floramon.

El movimiento hace que algo ruede en vuestra dirección. Luke, decides recoger el extraño objeto con forma de bola y… ¡te sorprendes al descubrir que es Dori… no, Dodomon!

-He intentado detenerle… -masculla con las pocas fuerzas que le quedan. Parece magullado y agotado. Le han pegado una paliza-. P-pero ze ha tomado todo lo que noz quedaba del zuero del Doctor… Ahora es máz poderozo que nunca… -Dodomon tose-. Está… en la zala de mando… Donde viztéiz el holograma que indicaba quién podía hacer funcionar el barco…

Antes de que os deis cuenta, se oye un “SPLASH!”. Parece que el navío ha llegado al agua… y por lo tanto, ya no hay escapatoria.

@Alice (150%)

-Guau… Q-quiero decir… Sí, tienes razón, ¡es horrendo! –Válor se queda mirando el palacio-. Aunque… No está tan mal, ¿no? Si pintáramos los muros podría ser un buen lugar para vivir… Con todas esas habitaciones gigantes y lujosas, las torres…

Cuando Nefertimon se presenta ante vosotros, Válor se coloca delante de ti, Alice, preparado para lo que sea que pueda pasar. El digimon guardián, no obstante, no parece especialmente interesado en causaros ningún daño.

-Mi nombre es Nefertimon –te indica cuando utilizas el termino “esfinge”-. Y tú eres una humana. ¿Sabes que los de tu raza están siendo cazados por toda la región? Deberías tener más cuidado. El Kiwimon que te acompaña habría de haberte avisado.

Válor parece dudar un instante. Entonces, por alguna razón, suelta una carcajada.

-¡Vaya! ¡Lo sentimos mucho, guardiana Nefertimon! Apenas acabamos de llegar al Mundo Digital, y no sabemos nada de él. Que estamos siendo cazados es algo completamente nuevo para nosotros –asegura Válor.

-Espera… ¿Tú también? –Nefertimon se muestra incrédulo-. ¡Pero tú también eres un digimon! Entiendo que la humana no haya oído hablar de Persiamon y la dureza de su dictadura, ¡pero tú deberías haber escuchado las noticias! Persiamon domina toda la zona. No importa dónde vivas, tienes que haberlo escuchado.

-¿P-Persiamon? Nunca he escuchado ese nombre –continúa Válor, encogiéndose de hombros-. Como he dicho, acabo de llegar a este lugar junto a Alice. Mi nombre es Válor, y sería un honor que nos proporcionaras provisiones para el resto del viaje y un lugar de descanso durante unas horas aunque sea. Si de verdad estamos siendo perseguidos, no habría mayor bondad que ayudarnos en nuestra huída.

-No tengo palabras. –Nefertimon niega con la cabeza, completamente estupefacto-. ¿Un digimon que no conoce a Persiamon? Qué felices deben ser aquellos que no conocen tal desdicha. Alabada sea la ignorancia.

Nefertimon alza el vuelo y se coloca por encima de vuestras cabezas. Antes de marcharse, sin embargo, dirige en vuestra dirección una última pregunta.

-Yo no soy más que una centinela. Si deseáis pedir un tributo para vuestra travesía, deberéis pedírselo personalmente a Su Majestad –os informa-. ¿Estáis dispuestos a entrar en palacio y presentaros en audiencia?

-¡Por supuesto! Estaríamos encantados de entrar y conocer al dueño de este majestuoso palacio de espectaculares colores. –El Kiwimon te mira, sonriente-. ¿Verdad que sí, Alice?

Teniendo que fingir ser unos ignorantes, Nefertimon nos permitió pasar dentro para tener una audiencia con la persona encargada de vivir en aquel espantoso sitio.

—Ya he dicho que necesitamos comida y dirección, así que si, mejor pedírselo al mandamás que a un simple guardia —dije sin muchas ganas llevándome las manos a los bolsillos —. Por curiosidad, de camino aquí hemos visto un castillo mas… tradicional ¿sabes quién puede vivir allí?

Cuando la esfinge nos contestara y nos dejara entrar, acercaría un poco mi cara a la cabeza de Válor para susurrarle.

—Oye, ¿a qué venía todo el paripé este de que no conocemos a Persiamon? No se si es algún plan tuyo o qué, pero tampoco quiero ir de ignorante por la vida —le hice saber al Kiwimon no muy segura de la idea que pudiese tener —. Y como de seguro que es este sitio, me apuesto el almuerzo a que las mazmorras son de chocolate con cojines de algodón de azúcar.

Parecía que Opossumon y Flynn eran los únicos que pensaban de la correcta forma, como yo. Aunque Flynn había dicho nosequé de un mentos, eso no tenía tan claro qué era. Pero da igual, al fin y al cabo, me comporté como alguien adulto. Cómo molo.

Pero esa pequeña alegría duró poco, ya que notamos que el barco se movía. Espera. ¿¡SE MOVÍA!? ¡Entonces podríamos llevarlo a dónde quisiésemos! ¡Cómo mola! Aunque ¿quién lo controlaba? Y para responder a nuestras preguntas, una pequeña bola peluda viene rodando. Al cogerla, veo que es Kaeru. O era, o algo, porque no tiene patas.

—Anda, tú no tienes pinta de Kaeru. ¿Quién eres? ¿Y cómo has llegado aquí? ¿Te vienes con nosotros?

Y pasando de mi, dijo algo de un doctor, sueros y un alguien más fuerte que nunca. Y luego al agua patos: oímos el ruido del barco al chocar contra el agua y el oleaje parecía ser más... ¿acuífero? No sé.

—Chicos, creo, y solo creo, que estamos en un aprieto—dije sentándome al lado de Flynn con las piernas cruzadas y el Dodomon encima—. Mura dice noséqué de un doctor y tal, creo que Kaeru dijo algo de ello también, o el DemiVeemon de la chica huidora. Sea cómo sea, me da la sensación que estamos en el agua. Siento decir cosas obvias, pero creo que no hay salida y que estamos en un aprieto gordo, ja ja. ¿Alguna idea?

Negué con la cabeza al escuchar a Lucemon hablar sobre el combate.

-Lucemon, no pasa nada. Nos habéis dicho que nacisteis hace poco. Creo que lo normal es que seáis más débiles de lo que pensáis, os guste o no. Pero estoy seguro de que podréis volveros mucho más fuertes poco a poco. Lo importante es que hemos conseguido derrotarlos y estamos a salvo. Más o menos-añadí, pensando en el desaparecido Meramon. Pero si volvía, estaríamos preparados- Es posible que ahora no seas tan fuerte como piensas, pero no dudo que te volverás mucho más fuerte y podrás protegerme sin problemas, así que no te preocupes-asentí y sonreí un poco cuando dijo que Seraphiel le gustaba.

Reprimí un bostezo. Estaba agotado tras el día de hoy, y estaba seguro de que Seraphiel estaba todavía más cansado.

-Vamos a dormir. Necesitamos descansar. Te mereces un respiro tras el combate de hoy. Buenas noches, Seraphiel-le dije, mientras me tumbaba en el colchón y y cerraba los ojos.

No termino yo de convencerme de que este bien, a parte creo que Luke todavia piensa que esto es un juego, y espero que quien este conduciendo el barco no sea hookmon...

- Vamos a ver que ocurre, Floramon igual toca pelear, ¿Estas preparado?

@Matías (100%)

Hawkmon no te agradece que le sueltes al fin, pero se arrastra como puede hasta la comida y empieza a devorar como si fuera un perro con pico. Después de todo, todavía está atado de pies y man… patas y alas.

-Qué aburrido eres –se queja Tentomon, sentándose junto al fuego y colocándose las gafas de sol.

Al principio Tentomon no te mira cuando empiezas a regañarle. Poco a poco, va prestándote más atención hasta que va quedando claro que empieza a sentirse molesto. Parece que está a punto de levantarse para pegarte un buen golpe cuando le recuerdas sus palabras durante la pelea contra Meramon. Te cuesta un poco verlo debido a que Tentomon ya es naturalmente rojo, pero parece que se ruboriza ligeramente. Tentomon aparta la mirada.

-Eh… Seguramente quería decir “Debo volverme más fuerte para destrozar a todos mis enemigos”. Lo debiste escuchar mal. –La cáscara le da en la cabeza, pero no parece molestarle. De hecho, te devuelve su completa atención-. Oye, eh… Lo siento, ¿vale? Puede que sí que sea un poco abrasivo, pero no lo hago con mala intención… Yo… ¡Quiero ser fuerte! ¡Quiero destrozar todo lo que está a mi paso…! Pero quiero hacerlo porque me preocupo por todos. Porque quiero eliminar cualquier amenaza. No estoy tan equivocado, ¿no? Además, ser molón… ¡mola! ¿Hay algo mejor que sentirse poderoso?

Tentomon suspira y se queda mirando el fuego. Las llamas se reflejan en tus gafas de sol, Matías.

-Soy ardiente, como una hoguera –murmura Tentomon-. Y tú eres mi compañero, así que no puedes quedarte atrás. ¡Liquidemos a la competencia los dos juntos, Matías! –Tentomon pausa un segundo, coge otra cáscara y te la tira a la frente sin demasiada fuerza-. Y gracias a ti… por no verme como un caso perdido. Creo.

@Asch (150%) @Adair (75%)

-¿Y-Yuri, eh? E-es perfecto. ¡E-es decir, el otro también lo era…! Esto… cualquier n-nombre que tú sugieras es genial –sonríe Ginryumon-. N-no entiendo muy bien lo de las “t-tetas”, pero haré lo que t-tú me digas, Asch. Oh, ¡a mí también me g-gusta mucho el p-pescado! Pero no se me daba muy bien p-pescar… Eso era algo que solían hacer G-Gazimon o T-Tentomon. P-podrías enseñarme.

Cuando le planteas esas últimas dudas, Asch, Yuri trata de alejarse de ti de nuevo. Parece que le has pillado por sorpresa. Aparta la mirada, sonrojado.

-¿L-lo dices porque hablo así…? S-siempre he sido t-tartamudo, n-no le d-des m-muchas v-vueltas p-p-por favor… -El Ginryumon se rasca la cabeza. Parece que no sabe muy bien qué decir-. T-tú no me molestas, A-Asch. Por favor, n-no pienses lo contrario. ¡Eres mi c-compañero! N-no nos conocemos demasiado, p-pero ya me has ayudado m-mucho… Me encanta e-estar contigo, pero… S-supongo que me da miedo decir algo f-fuera de lugar… No soy especialmente s-sociable… Nunca sé cómo hablarle a la g-gente, y me da m-miedo que se r-rían de mí o que piensen que s-soy estúpido… -Yuri suspira-. Tú mismo d-debes pensar que soy estúpido, que un d-digimon tan grande sea tan f-frágil mentalmente… Lo siento.

Adair, Lucemon se revuelve en su colchón. Parece que tus palabras le reconfortan, pero al mismo tiempo le hacen sentir un poco incómodo.

-No deberías tener que decirme esta clase de cosas –suspira-. Lo siento, por mi culpa te ves obligado a aconsejar a alguien que ha fallado en su misión. –Pero entonces, te mira con una sonrisa-. A pesar de todo… Muchas gracias. Me has animado. Prometo hacerlo mucho mejor a partir de mañana y volverme mucho más fuerte para compensar mi debilidad actual. Ningún otro peligro, digimon o no, se acercará a ti. Lo juro por mi honor.

Seraphiel asiente cuando le informas de que preferirías dormir a continuar charlando. Cierra los ojos al mismo tiempo que tú y se hace el dormido un rato. Cuando se asegura de que ya estás soñando, Seraphiel cubre tu cuerpo con sus ocho alas a modo de manta para que no pases frío durante la noche.

@Jeremy (125%) @Matías (100%) @Asch (150%) @Adair (75%)

La noche avanza sin ninguna clase de contratiempo. Todos los niños y sus respectivos digimon hacen su turno de guardia, y al llegar la mañana todos os sentís revitalizados. Coméis algo para desayunar, reunís unas cuantas provisiones para el camino y dejáis libre a Hawkmon, aunque dice que os seguirá un tiempo más a ver en qué líos os metéis. El digimon pájaro parece especialmente interesado en Matías y Tentomon.

-Niños Elegidos.

Frente a vosotros, con porte serio y firme, se encuentra un digimon hombre bestia. Sus facciones bestiales os intimidan, sus brillantes ojos de depredador os analizan de arriba abajo. Sus garras están cubiertas por unos guantes negros, y sus pantalones están complementados con excesivos cinturones. Su pecho descubierto es incluso más peludo que su rostro blanco y lavanda.

Spoiler: Mostrar

-Strabimon –masculla Seraphiel, poniéndose en guardia.

-Niños Elegidos –repite el desconocido-. Bienvenidos al Mundo Digital. Mi nombre es Strabimon… y he venido a ayudaros.

Strabimon extiende uno de sus brazos y os muestra un DemiMeramon inconsciente descansando en la palma de su mano. Luego, de su otra mano comienza a fluir lo que parece una corriente de datos que se mete en el interior del dispositivo digital de Adair. En su pantalla aparece entonces “Memoria –Cordillera del Oeste- Recuperada”. No hace falta pensárselo mucho. El Meramon al que os estabais enfrentando es ahora el DemiMeramon que dormita en la palma de Strabimon.

@Luke (50%) @Alan (100%) @Tris (160%)

-¿Mura…? ¿Kaeru dijo…? –masculla Dodomon, incrédulo-. P-pero si yo soy… -No puede continuar, pues se pone a toser, pero consigue formular una última frase-. No sabes… cuánto te odio…

Y entonces Dodomon se queda inconsciente.

-Lista para lo que sea, Alan –asiente Floramon con determinación-. Esto es un secuestro en toda regla. Puede que Alice y Válor hayan sido capturados y estén junto a quien sea que esté conduciendo esto. ¡Tenemos que salvarlos! Y si puede ser, ¡hacernos con el control del barco!

-En esta ocasión no tengo nada que objetar –Flynn se cruza de brazos… más o menos-. No podemos huir, así que no tenemos otra opción. Vayamos a la sala de mando y acabemos con el responsable de este desastre. Y entonces, obliguémosle a llevarnos a Internalia.

-Pues yo no quiero ir –se escucha de repente de la voz de Opossumon-. Me quedo aquí. Apenas hemos descansado. Voy a dormir un rato más.

-¡¿E-estás loca?! ¡Necesitamos tu ayuda en combate, Opossumon! –exclama Flynn

-Yo confío en vosotros, podéis arreglároslas solos –responde ella, dándose la vuelta en el sofá para daros la espalda-. Estoy cansada. Buenas noches.

Flynn y Floramon parecen un poco confundidos. Miran a sus compañeros, y luego a Tris.

-Intenta convencerla mientras nosotros vamos a ver qué pasa –te pide Floramon, Tris-. No creo que vaya a escuchar a nadie más.

Penguinmon te coge de la mano, Luke, y junto a Alan y Floramon echáis a correr, dejando atrás a Opossumon y a Tristana. Salís a la cubierta, y a partir de allí seguís el camino que os indicó DemiVeemon para llegar a la sala en la que visteis la pantalla holográfica. Al entrar, veis a una especie de centauro metálico con metralletas a modo de brazos. A pesar de eso, parece que no le cuesta nada manejar los controles holográficos del navío. Cuando entráis, gira ligeramente la cabeza para miraros, y sus ojos rojos brillan intensamente.

-¡Jo, jo, jo, jo, jo, jo! –se ríe Armormon estridentemente. Conocéis esa voz-. ¡Con la capitana Pelo Flamígero fuera del barco, yo soy el que está al mando! ¡Bienvenidos, grumetillos, a vuestro crucero de placer favorito! ¿Destino? ¡Directos a las garras de Persiamon! ¡Gah, ja, ja, ja, ja, ja!

-Es mucho más fuerte que cuando era Hookmon –Flynn se echa para atrás, asustado-. N-no sé si podremos con él… ¿Y si intentamos negociar…?

@Alice (125%)

-Me temo que no conozco nada sobre ningún otro castillo. Llevo sin abandonar las cercanías de estos muros mucho más tiempo del que me gustaría admitir. Es posible que el edificio al que te refieres sea de reciente construcción.

Nefertimon parece satisfecho y sale volando al interior de los muros del palacio. Instantes después, el enorme portón rosado con relieves florales y raizales comienza a abrirse lenta y majestuosamente. Por un segundo os sentís como invitados de honor siendo recibidos por una alfombra roja. Nefertimon os espera al otro lado, y os guía a través de un extenso patio. Camináis por un camino de piedra, y a vuestro alrededor veis jardines decorados por plantas y arbustos cortados de maneras exóticas y extravagantes. Algunos tienen incluso forma de digimon.

Cuanto más os acercáis al propio palacio, sin embargo, más os parece que el “glamour” va disminuyendo. Los jardines ya no son tan ostentosos, tan solo mostrando césped bien cortado y flores de colores que se podrían encontrar en cualquier pradera. Extrañamente, también empezáis a ver digimon correteando por el patio. Digimon bebés, como Koromon, Tokomon o Picchimon, botan y juegan alegremente por la hierba. Otros más maduros, como Togemon, TobuCatmon o Sorcermon, los vigilan mientras charlan entre ellos bajo la luz del sol. Más y más digimon van apareciendo cuanto más avanzáis.

-Son refugiados –suspira Nefertimon-. Su Majestad ha decidido… hospedarlos –el centinela casi escupe la palabra, como si odiara pronunciarla- de manera que no sean perseguidos y ejecutados por el régimen de Persiamon. Antes no era así. Los jardines de palacio eran bellos, hermosos, llenos de vida y de color como las zonas junto al muro. Eso era cuando reinaba nuestro anterior monarca. Ahora todo está… -Nefertimon pausa unos segundos-. Ahora tenemos a otra persona en el trono –termina.

Por el camino, llamas la atención de Válor, que hasta el momento estaba completamente anonadado observando todas las familias que viven en aquellos jardines. No parece que jamás haya visto nada igual.

-Y-yo… N-no estoy muy seguro… -susurra Kiwimon, apartando rápidamente la mirada-. Yo… simplemente… Me ha salido así. Ha funcionado, ¿no? No le des muchas vueltas. –No parece que Válor quiera discutir este tema contigo, pues rápidamente acelera el paso para no ir a tu mismo ritmo.

No tardáis mucho más en llegar al palacio. Las puertas, aunque ligeramente menores que las de los muros exteriores, son todavía mucho más grandes de lo que estáis acostumbrados. Nefertimon se encarga de abrirlas, y sois recibidos por un amplio corredor que, en esta ocasión, si está decorado por una ostentosa alfombra roja con bordes dorados. Las paredes, de un blanco rosado tan limpio que podéis veros reflejados en ellas, tienen colgadas de ellas diversos cuadros, cada cual más vistoso y seguramente caro, que el anterior. Muchos os muestran bellos paisajes, y otros, digimon poderosos o de aspecto importante. Según andáis, veis muchas puertas flanqueadas por columnas a vuestros laterales, y cruzáis varios arcos que le dan al palacio un toque místico, tal vez incluso sagrado, como una catedral.

Poco a poco, sin embargo, igual que los jardines iban perdiendo su extravagancia, aquí vais viendo como el corredor se normaliza. Las paredes van tomando un color blanco mucho más estándar que el rosa pálido anterior. El número de cuadros va disminuyendo, al igual que el de columnas. Y entonces, llegáis al final. La alfombra roja termina en una amplia habitación que, para vuestra sorpresa, apenas está decorada. Las paredes son blancas, casi diríais que de un color gris sucio, y están desnudas; hay libros por el suelo, e incluso alguna lata y bolsas de patatas vacías. Hay algo, sin embargo, que sí que conserva la realeza que esperaríais de un lugar de este calibre. Sobre un set de tres escalones para estar siempre por encima de sus súbditos, tumbada en un trono con motivos angelicales como lo estaría cualquier niño en el sofá de su casa, está ella.

Spoiler: Mostrar

Al veros entrar a Nefertimon, a Válor y a ti, Alice, deja caer al suelo la lata de la bebida energética que tenía en la mano. El aluminio hace un ruido hueco al chocar contra el mármol del suelo.

-Su Majestad, esta humana y su compañero digimon solicitan una audiencia con vos –dice Nefertimon respetuosamente, inclinándose ante ella.

-¿Una humana? –el tono de voz de Angewomon te sorprende. Su voz es raspada, grave, casi barriobajera-. En plan, ¿una humana? ¿De las que busca Persiamon? No me jodas –bufa, pero esboza una sonrisa-. Vale, venga, soltad lo que queráis. –Nefertimon carraspea de una manera muy exagerada. Angewomon suspira-. Bienvenidos, honorables visitantes –dice burlonamente, imitando el tono de voz que tendría un noble estereotípico-. ¿Qué os conduce a mi palacio a solicitar una audiencia conmigo, Su Real Majestad, la Reina Angewomon? –Entonces, escupe en el suelo y murmura-. Puta estupidez de protocolo…

-A lo mejor deberíamos pedirle algo más que comida –te susurra Válor-. Tiene toda una comunidad de refugiados de Persiamon tras sus muros, después de todo. Y es una Reina. Seguro que sabe muchas cosas.

Ayuda.

Pero no la clase de ayuda que habríamos pedido. No humanos de nuestro mundo que vinieran en nuestra busca, sino un Digimon que nos llamaba Niños Elegidos y parecía haber estado esperándonos. ¿Para qué? ¿Para combatir a Persiamon? Estaba claro, y sin embargo...

No sabía qué pensar de Strabimon. Su aspecto era guay, supuse. Un poco macarra. No me habría sorprendido que fuera malvado, aunque no lo parecía del todo. No podía confiar sin más en alguien así, de aspecto tan peligroso, que seguramente podía atravesarte el corazón con un gesto de sus garras. Mi instinto me decía que me mantuviera a cierta distancia de él. Pero mostrarme desconfiado y contrariarle podía suponer más riesgo aun, así que decidí que de momento, me mantendría en el sitio y haría las preguntas más obvias. Si algo iba mal, Kudamon me protegería.

-¿Por qué quieres ayudarnos? -quise saber-. ¿Cómo sabías que vendríamos? Y... ¿qué es esa Memoria?

Esto esta mal, ahora estamos a saber donde, si le vencemos y punto, si es que podemos, nos quedaremos tirados en mitad del mar, habra que convencerle usando su unico punto debil.

- ¿Eeeeh? Pero si tu capitana no se ha ido del barco, como al vencerte se hizo mas fuerte y han conseguido digievolucionar al siguiente nivel, se fueron a investigar el resto del barco y a patrullarlo, con el ruido que estas haciendo no tardara mucho en venir, va a ser mejor dar media vuelta, cuando ella llegue y te vea llevandonos a persiamon... bueno, yo es que no quiero estar delante si pasa eso... ¿Y tu Floramon? Solo de imaginarmelo ya me da un miedo...

Tragatelo por favor, no nos obligues a luchar...