@Light[ I ], Rayden[III], Boku[ ], Sergio[ ], Zodiark[ ]:
Sato intentó crear un puente de hielo, pero parecía que sólo era verdaderamente efectivo si se utilizaba en una pendiente. Los trozos de hielo se hundieron, y el agujero engulló tanto a Icemon como a Raiden.
Light corrió la misma suerte, puesto que la Piddovelocidad solo sirvió para acelerar su caída. Se precipitó como un rayo a las tinieblas...
Boku y Zodiark treparon a la espalda de Ben con sus Digimon, mientras Sergio trataba en vano de salvar al resto. Finalmente, el extraño SkullGreymon atacó, y aunque Megadramon respondió al ataque, la sacudida fue demasiado fuerte.
En cualquier caso, era inútil. El Coliseo entero había desaparecido, y el agujero estaba engullendo toda la zona. Visteis, durante unos segundos, la oscuridad extendiéndose sobre la hierba verde, y borrando las casas de los Agumon y el templo. Sería imposible abandonar la zona. Caísteis a la nada.
@Sergio[ ], Light[ I ], Boku[ ]:
Os despertáis semienterrados en la arena. No tenéis ni idea de dónde estáis, pero sí que os dais cuenta de que estáis a la sombra de un gigantesco puente que cruza una enorme extensión de terreno. A un lado hay montañas y un bosque, al otro una ciudad y unas extrañas torres metálicas. Frente a vosotros, algo que os recuerda al coliseo que acabáis de abandonar. La arquitectura es parecida, pero este edificio es de color rojo y es bastante más alto. El puente lleva hasta él.
-¿Dónde estamos? -preguntó Eguzki, aturdido, sacudiéndose la arena de las alas.
-Hemos debido cambiar de zona -supuso Koku-. Al menos, seguimos vivos.
-Espero que los otros puedan decir lo mismo -suspiró Ben, y parpadeó-. Vaya, vuelvo a ser Airdramon. Ese SkullGreymon me golpeó más fuerte de lo que pensaba.
Oís un pitido, y vuestros dispositivos digitales se actualizan. Primero veis un mapa de la zona en la que estáis.
- Spoiler: Mostrar

Luego aparece el mapa general, que está bastante cambiado.
- Spoiler: Mostrar

El Área del Coliseo ha desaparecido por completo, y un extraño código de colores marca las zonas. El Área 03 ha quedado totalmente inaccesible.
@Rayden[III], Zodiark[ ]:
Estáis enterrados en medio de un montón de chatarra. Trozos de Mekanorimon, apunta Sato, aunque no tenéis ni idea de cómo lo adivina. Tras un esfuerzo, lográis liberaros, y os dais cuenta de dónde estáis. Parece una especie de nave espacial... Si es que eso es posible, porque estáis en el exterior y podéis respirar libremente. La nave es enorme, de hecho, más grande que ninguna otra estructura que hayáis visto hasta ahora en el Mundo Digital. Tiene formas de cruz, y hay varios edificios enormes construidos en ella. Por ejemplo, relativamente cerca de vosotros hay una enorme pirámide. Si miráis al cielo, no veis estrellas, sino algo que parece ser un planeta en miniatura. Reconocéis el gigantesco árbol del Área 00. Por lo visto, estáis boca abajo.
-Vale. No tengo nada ingenioso que decir sobre esto -admitió Icemon.
Mientras hablaban, un grupo de Mekanorimon se lanzó hacia vosotros desde la dirección de la pirámide. Sato se peleó para pelear, pero en realidad los Mekanorimon pasaron de largo y fueron a enfrentarse a otro grupo de Mekanorimon que, al parecer había estado escondido detrás del montón de chatarra. Pelearon fieramente durante unos segundos, hasta que uno de ellos explotó. Entonces, ambos bandos se retiraron, ignorándoos completamente.
-¿Por qué pelean entre ellos? -preguntó Tsuki con tristeza-. ¿No son amigos?
-Están siendo pilotados -dijo Sato-. Como Armaduras Magitek.
-¿Magi-qué?
En ese momento, vuestros Dispositivos Digitales soltaron un pitido y se actualizaron, incluyendo un mapa de la nueva zona.
- Spoiler: Mostrar

Luego aparece el mapa general, que está bastante cambiado.
- Spoiler: Mostrar

El Área del Coliseo ha desaparecido por completo, y un extraño código de colores marca las zonas. El Área 03 ha quedado totalmente inaccesible.
@Loud[ ]:
Solo ves negrura a tu alrededor. Durante mucho, mucho tiempo. Después, comienzas a ver cruces, miles de cruces, cruces en la negrura. También ves números, pequeños números flotando por todas partes. Lo último, lo que te convence de que estás muerto, son los fantasmas de boca repugnante que vuelan hacia ti. Esos fantasmas que acercan sus manos como garras hacia ti. Los reconoces como Bakemon. ¿Así es estar muerto en el Mundo Digital? No vas a durar mucho. Los fantasmas parecen decididos a hacerte pedazos cuando...
-¡Viximon digievoluciona en... Renamon! -algo grande y peludo te coge en brazos, salta, y te aparta de las garras de los Bakemon. ¡Renamon ha vuelto! Pero tu cuerpo también a cambiado. En el momento en que evolucionaba, has sentido un estirón, y ahora tienes la sensación de haber vuelto a tu estatura y tamaño original.
Pero no hay tiempo de decir nada. Renamon lanza ataques de hojas a los Bakemon, pero no parecen hacerlo ningún efecto.
-Eso no servirá de nada, colega -dijo una voz-. Son Campeones.
-Sería mucho más sensato que huyeras -añadió otra voz, curiosamente metálica.
Ves, detrás de ti, a un Bearmon y un Kokabuterimon que parecen curiosamente pálidos.
-¿Qué más da? -preguntó Renamon con amargura-. ¡Ya estamos muertos!
-Ni hablar, tío -protestó Bearmon-. Los muertos no pueden Digievolucionar... Y tú acabas de hacerlo.
-Pero... -Renamon pareció alegrarse al oír eso-. ¡Estamos vivos! Pero... Ahora... ¿Qué hacemos?
-Dejádmelo a mí -un Bakemon se interpuso ante el resto, en actitud defensiva.
-¿Otro Bakemon? ¿Por qué ibas tú a ayudarnos? -preguntó Renamon.
-No siempre he sido un Bakemon -dijo-. Y mi nombre es Psyche. ¡Cambio ilusorio!
La sabana que cubría al supuesto Bakemon fue cortada, y del interior surgió un deslumbrante SlashAngemon, que se lanzó contra las hordas fantasmales, convirtiendo varias decenas de enemigos en trozos de tela en cuestión de segundos.
-Será mejor que nos demos prisa -dijo Psyche-. No puedo mantener mi forma real mucho tiempo, y la necesitaré para abrir la Entrada Sacra.
-¿Entrada Sacra? -preguntó Renamon.
-Los ángeles tenemos un poder especial en este lugar -replicó Psyche-. Bienvenidos a Datos Borrados, el destino último de todos los Digimon.
Es una especie de valle infinito escalonado en varios balcones. Por el fondo corre un río dorado que tiene toda la pinta de ser oro fundido, y el suelo que pisas es blanco. Pero las paredes son negras, y están cubiertas de cruces blancas. El cielo es de colores cambiantes, pero sospechas que se debe a la tormenta de pequeños números de colores que flotan de un lado para otro con el viento. Son casi físicos: algunos se te meten por la nariz cuando aspiras, y si quieres puedes apartarlos de un manotazo, como si fueran humo. Aunque te recuerdan más a copos de nieve. En cierto modo, son preciosos.
SlashAngemon tocó una de las cruces con la punta de su espada, y esta brilló intensamente durante unos segundos. Notaste que los trozos de Bakemon se estaban reuniendo una vez más, y algunos volvían a acercarse.
-Date prisa, colega -suplicó Bearmon. Psyche gruñó, y de repente la luz os engulló. Aparecisteis en una estancia blanca, muy estrecha, con cómodos sofás y una mesita blanca. Cuando los cinco estuvisteis dentro, Bearmon, Kokabuterimon y Psyche se convirtieron en Bakemon.
-Ha estado cerca -dijo uno, que mantenía la voz de Kokabuterimon-. Lo siento, pero tenemos que volver a esta forma o nos quedaremos sin energía. En fin, solo hemos vuelto a nuestras formas originales para que confiarais en nosotros. Y ahora, decidme, ¿cómo demonios habéis llegado aquí?
Das un respingo. Durante todo este tiempo habías estado en estado de shock y no habías podido reaccionar, te habías limitado a mirar y seguir a Renamon. Comienzas a calmarte, y a recuperar el control de tu cuerpo. Estás vivo, después de todo.
Tu Dispositivo Digital se ha actualizado. Obtienes un (bastante inútil) mapa de la zona.
- Spoiler: Mostrar

Luego aparece el mapa general, que está bastante cambiado.
- Spoiler: Mostrar

El Área del Coliseo ha desaparecido por completo, y un extraño código de colores marca las zonas. El Área 03 ha quedado totalmente inaccesible.