Vamos a jugar a... -Foro-

—¿Nadie cree en nosotros? ¿Dibujos animados? No comprendo, nosotros siempre hemos estado aquí... Siempre he entendido que los humanos y los Digimon estábamos para ayudarnos, ¿me van a disparar? Ay... —Dije imaginando la situación.

Pensé en las palabras del chico, si lo que decía era verdad sería de mucha utilidad informarse sobre esos dibujos animados. De dónde venían y quiénes estaban detrás de ellos quizás revelaran más información de este lugar. Miré al humano y de nuevo al Dispositivo, parecía ser un persona de fiar y estaría más al tanto de qué hacer en la comisaría, así que respiré hondo y se lo tendí.

—Aquí tienes, por favor ten mucho cuidado con él, y por favor no dejes que te dispare la policía. Muchas gracias por la ayuda, y por considerarme interesante.

- Lo siento. Soy nuevo. Y, por lo que parece, tanto como vosotros - respondí.

Me hice con el garrote de Goblimon, que estaba tirado en el suelo y me acerqué, con algo de reparo, al Impmon que amenazaba. Sin pensármelo dos veces apoyé sus amenazas con un garrotazo limpio a la cabeza del Goblimon. Algo poco característico de mí, pero ver la agitación de Erika me había alterado demasiado.

- Ya sabes lo que hay que hacer si no quieres más. Ese "Amo" del que hablas. Desembucha.

Dejé a Impmon seguir haciendo su trabajo. Parecía que se le daba mejor.

Me giré a los chicos y señalé los dispositivos.

- Esos dispositivos se reconocen como Sagrados. Son la voz que guía mi camino y lo que me ha reunido con Erika. Si me junta con vosotros, os consideraré mis aliados. Si sus designios son luchar contra los secuaces del tal Amo, que así sea. Llegaré hasta el final si es lo que tengo que hacer.

Me recompuse un segundo.

- Por cierto, Erika. Dijiste que los Digimon que vienen a por ti son un grupo muy fijo... ¿Sabrías identificar a algún otro? Quizá estén causando problemas por ahí y nos puedan llevar, si no a su Amo, al Dispositivo que resta.

Observo la reunión, el momentáneo holograma y las explicaciones de Erika sin saber cuando intervenir, pero entonces empieza la escena de interrogación.

-¿Vosotros no seréis chunngos o algo? No me parece correcto que los niños elegidos se comporten así. Niinna es una buenna chica y no debería hacer estas cosas, deberíamos buscar los niños elegidos que faltan, hacer que toquen el dispositivo para que ganne su color y descubrir que era eso. Así no tendremos que hacer pregunntas de este modo. Evidenntemente los malos iban a por Erika porque de algún modo sabían que iba a ser una niña elegida, cuanndo estéis todos podréis derrotarle y se acabó. Vámonos, Niina.

Empiezo a andar con energía a otra parte, lejos de ese incívico espectáculo.

Los niños nada mas terminar mi informe se sorprendieron de que fuera tan dicharachero ¿Eso era algo bueno o algo malo? Sin darle importancia escuche como resumian lo que dije... pero no me dio tiempo a hablar porque aparecieron los digimon con la niña que faltaba. Cuando intente hablar todos los dispositivos brillando, haciendo que me callara un rato mas.

-Madre mía las luces.

Después de presenciar ese hecho insolito, el impmon se fue a sacar informacion al digimon atado y el kamemon a hablar con su niña elegida. El Herissmon en cambio estaba algo preocupado por si no fueramos de fiar.

- O-oye - Dije intentando pararlo con mi grito- Primero, mi nombre es Gelato, no chungo.Segundo, no sabemos cuantos niños faltan y ahora somos un grupo considerable,es mejor idea saber mas de nosotros e idear un plan entre todos. ¡Separandonos solo provocara que seamos pasto de los enemigos! Es como las historias donde un grupo de botamon visitan el bosque por la noche, la historia acaban con que se separan y son pasto del furioso Bakemon.

Dejar solo al demidevimon era algo que aunque no me gustara , era algo que no podía evitar, pero no me gustaba la idea dejar solo a alguien mas.

-Y si los digimon van a por ella, dejaros solos ahora es como dejar solo a alguien que todavia no ha activado el dispositivo, por mucho que sepais arreglarosla solos ¡Pensad en vosotros tambien!

Despues de eso me dirigi a Lana en voz baja.

-Lo siento si esta situacion te esta sobrepasando.Este día estará siendo movidito para tí.

@Impmon[II ], @Kamemon[III], @Gelato[III]:

Niina parece avergonzada al escuchar a Herissmon, y asiente.

-La verdad es que no me siento muy cómoda con esto -admite-. Aunque también entiendo que estaba intentando matar a Erika y... Bueno -se encoge de hombros-. Reunirnos todos es seguramente más importante. Iremos al cibercafé en busca del niño que falta. Espero que cuando estemos todos podamos descubrir la verdad.

Rick asiente mientras ella se marcha.

-Me parece buena idea -pero él está cruzado de brazos, imperturbable, a la espera de que el Goblimon hable. No parece darle ninguna pena. Y desde luego, tampoco a Erika.

Goblimon mira a Impmon y Kamemon, cada vez más asustado.

-Está bien, está bien, hablaré pero ¡dejad de atacarme! Queréis saber quién es mi Amo, ¿no? ¡Pues mala suerte, porque yo tampoco lo sé! En el Mundo Digital se le conoce como el Guardián de las Puertas. Tiene una jauría de Fangmon a sus órdenes, y sólo nos comunicamos con él a través de ellos. Son terroríficos, no podéis ni imaginarlo. Aunque... -baja la voz- hay quienes dicen que nunca vemos al Amo porque en realidad él no vive en el Mundo Digital, sino en el Mundo Humano. Os puedo decir dónde se supone que tenía que llevar la cabeza de la chica con el brazo ad interim. Se trata de una necrópolis que hay al este de la ciudad, siguiendo el río. Está cerca de un cementerio. Es la última parada de una de las líneas de metro... Allí nos esperan los Fangmon, y allí también hay un modo de regresar al Mundo Digital. Yo ya no podré volver -añade-. Los Fangmon olerán mi traición y me darán caza.

Erika escucha todo esto atentamente. Después, responde a Kamemon.

-Recuerdo muy bien a todos los Digimon que llevan años tratando de asesinarme -dice friamente-. Dos Ogremon diferentes. Uno o varios Pawnchessmon negros. Un Strabimon, siempre el mismo. Un Gizamon, tres Labramon (son monos, pero no os fieis) y el peor, un Wendigomon.

Lana está sentada en otro banco con Gelato, un poco separada del resto. Aun así, presta atención a lo que se dice.

-No te preocupes, Gelato, estoy bien -suspira-. Estaba pensando que quizá debería haber hido con Niina. Aunque al menos podemos ver dónde está siempre que queramos, gracias a este Dispositivo Sagrado -lo mira-. Bueno, no sé si me hace tanta gracia que ellos siempre vayan a saber dónde estoy yo, pero... -en ese momento, todos los Dispositivos Sagrados de los presentes pitan a la vez-. Ha... ¡Ha aparecido un punto nuevo! Y este es blanco. Pero no está en el ciber... ¡Está muy cerca del sitio que ha dicho Goblimon! ¿Creeis que Norber ha ido hasta allí? Pero no... Se suponía que se quedaría en el cibercafé con Motimon...

-Sea quien sea, está en peligro -Rick mira a Goblimon con expresión sombría-. ¿Y ahora qué demonios hacemos con este?

-Con gusto lo devolvería al Mundo Digital, para que esos Fangmon se ocupen de él -responde Erika con frialdad-. Pero todavía no puedo hacer eso. Quizá tendríamos que dejarlo atado al banco y largarnos.

@Herissmon[II ]:

-Los Niños Elegidos... No son lo que esperabas, ¿verdad? -Niina sube al vagón de metro con Herissmon. Hay poca gente, así que no tiene necesidad de ocultarle en su zona ad hoc-. Pero la verdad es que Erika me parece muy valiente. Se ha estado protegiendo de Digimon tan terribles como Ogremon ella sola. No sé qué habría hecho yo en su lugar.

La intención de Niina era bajar en la siguiente parada, pero justo antes de llegar, se oye un pitido en el Dispositivo Sagrado.

-Ha aparecido un nuevo punto, Herissmon. Este es blanco -la niña mira a su Digimon, pensativa-. Ah, soy estúpida. Me he ido sin apuntor el número de teléfono de ninguno de ellos. No puedo avisarles... Aunque supongo que ellos también lo están viendo. En fin, tú decides, Herissmon. ¿Vamos al cibercafé con el niño de DemiDevimon? ¿O seguimos en el tren y llegamos hasta la última parada? Allí es donde está el punto blanco... Más o menos. Eso sí, tendremos que hacer trasbordo a la línea naranja, y en la estación central de metro hay mucha gente. Si vamos allí, tendrás que volver a mi zona ad hoc.

@DemiDevimon[III]:

-Mis amigos... -Norber bufa-. El más cercano vive en otra ciudad, a 100 kilómetros de distancia. Nunca he sido capaz de hacer amigos en esta ciudad. Supongo que en el peor de los casos podría volver a la casa de mi padre, pero... Después de cómo me fui, creo que preferiría dormir en un callejón, entre cartones.

Agacha la cabeza.

-No me deja en paz, ¿sabes? Siempre está taladrándome la cabeza con que deje de jugar a videojuegos y estudie. ¡Me da tiempo a hacer los deberes en clase! ¿Qué más quiere? Él no cree en mí. No piensa que yo sea capaz de ganarme la vida como pro-gamer. Dice que los eSports son una moda pasajera, y que aunque fuera real tengo incluso menos posibilidades de ser uno de renombre que de jugar en la selección nacional de fútbol.

Hace un ruidito raro y apoya la cabeza en la mesa, ocultando la cara en las mangas.

-Ya sé que es cierto -solloza-. No soy tan tonto como todos creen. Pero si un niño se propone jugar en la selección, su padre tiene que animarle y apoyar su sueño, aunque sepa que es imposible. Los demás padres lo harían. Da igual lo que yo me proponga o lo que a mí me guste. Futbolista, cantante, humorista... Mi padre pisoteará mis sueños, sean cuales sean -levanta la vista, furioso-. Pero no. Los videojuegos se me dan bien. No voy a dejarlos, ni por mi padre ni por nadie. Me da igual vivir aquí comiendo ganchitos como si fuera un chinofarmer. Voy a demostrar a ese cerdo que se equivoca.

@Lalamon[III]:

-No te preocupes, no dejaré que nadie te dispare -el chico sonríe-. Me gusta como suena eso que dices. Digimon y humanos ayudándonos. Sí, no está nada mal.

Mientras camináis el Dispositivo, le tiendes el Dispositivo Sagrado al muchacho.

En cuanto lo toca, este emite un destello cegador. Un segundo después, descubrís que su superficie se ha vuelto totalmente blanca.

-Caray, ¿qué acaba de pasar? -el niño mira preocupado a Lalamon-. ¿Crees que lo he roto? No era mi intención... -entrecierra los ojos-. Mira, funciona. Se ve algo en la pantalla. Es un mapa de la ciudad, y hay puntos de colores. Uno rojo, uno verde, uno naranja... Mira, el azul se mueve a gran velocidad. ¿Qué crees que significan?

-Ains... No connozcas a tus héroes, dicen. Un poco decepcionnante, sí. Y los otros digimon también. Tan llennos de su estatus de digimon elegidos que no se planntean si sus acciones son tan terribles como las de los malos. Pero tu me caes bien. Tu eres maja y reflexionnas anntes de hacer cosas.

Niina me llama la atención sobre el mapa. Ha aparecido un nuevo niño elegido. ¿Y ahora que?

-Vaya, que conntrariedad. Me da cosa no ir a por el chico del Demidevimon porque aun no sale en el mapa. Pero los otros saben a donde ha ido y los nuevos deben estar connfusos, creo que deberíamos ir a verlos y los otros ya verán lo que hacemos. Espero que actúen con mas cabeza que un Nanimon, esta vez. Eso si, me da un poco de vergüennza tener que pedírtelo... pero ¿puedes conseguirme algo para comer por el camino? Con tannta acción me ha dado gusa y sería buenno tenner la ennergía a tope por si hay que pelear.

—Ha cambiado de color y se ha encendido, ¿cómo has hecho eso, pulsando alguno de los botones?

Revoloteé a su lado para poder ver la pantalla y pude comprobar mis sospechas, no tenía conocimiento de ninguno de los lugares del mapa. Fruncí el ceño intentando recordar qué estaba haciendo el día anterior a llegar allí, pero no se me ocurrió nada que pudiera haber llevado a esta situación.

—Lo siento mucho... —dije algo frustrado—. Nunca he visto un Dispositivo en funcionamiento antes, no sé qué puede estar pasando. Los Digimon que conoces, los animados, ¿ha ocurrido algo similar alguna vez?

- ¿Alguno más de vosotros cree en la reencarnación? - pregunté al aire -. Quizá el método de menor sufrimiento sea enviarle a la próxima vida. Con un poco de suerte no recuerde nada y pueda vivir en paz sin la presión del Amo y sin una muerte cruenta de manos de los Fangmon.

Respecto al próximo destino, reflexioné un poco.

- Erika, sabes que mi motivación es seguir los designios del Dispositivo. Pero, ahora mismo, mi prioridad es protegerte. Puedo ayudarte a reducir, uno por uno, esa lista de Digimon, pero coincidirás conmigo en que es mejor atacar directamente a la raíz. Tenemos guía y -miré al resto de niños y sus Digimon- quizá tengamos compañía.

> Ya conocéis mi opinión, pero dejo las cosas en vuestras manos. Os debo lealtad a cada uno de vosotros, compañeros de armas, pero sobre todo a Erika, portadora del Dispositivo y víctima de todo este embrollo.

—Carai… —el discurso de Nober había sorprendido a DemiDevimon— No tenía ni idea de lo importante que era para ti maltratar digimon al otro lado de una pantalla —bromeó— Así se habla, muchacho. Yo no tengo tantas aspiraciones como tú, ni entiendo del todo cómo funciona lo que dices, ¡pero si quieres puedo ayudarte a ser el mejor de todos! —propuso— Tan solo dime a qué humano quieres que le amargue el día, ¡y mientras no haya ningún digimon de por medio dalo por hecho, jie, je, je, je, jea!

Quién hubiese dicho que los humanos fueran así. Parecían criaturas más conformistas y sencillas, pero Norber estaba dispuesto a ir en contra de lo que le obligaban a hacer para cumplir su sueño fuese como fuese. Le caía bien a DemiDevimon.

Pero...

Si tan solo hubiese llegado al Mundo Humano sin traer el Dispositivo Sagrado consigo, ahora podría quedarse con él y tener una vida más sencilla, divertida y cómoda, descubriendo ese nuevo mundo con calma, dejando atrás la apestosa ciudad de RustTyranomon.

Y Norber podría seguir con lo que se proponía hacer, sin que nada le ligase a su misión como Niño Elegido. No tendrían que luchar y ponerse en peligro por personas y digimon que les menospreciaban.

...

—Oye, Norber. ¿Qué te parece si salimos a que nos dé el aire un rato?

Había llegado la hora de deshacerse de ese dichoso cacharro.

—No lo se, Rick, creo que lo que dice es falso... ¡Es broma! ¡Lo has hecho muy bien, Goblimon! —me seguí mofando de Goblimon palpándole la cabeza varias veces como si fuese un Digi-bebe —. Los Fangmon esos son tipos muy chungos, así que sería una idiotez acercarnos a donde el-

Antes de poder terminar la frase, una nueva señal apareció en todos los Dispositivos Sagrados y para disfrute de todos, se encontraba cerca del lugar que el Culoverde había señalado como la guarida de los Fangmon. Menudo dolor de cabeza eran algunos humanos.

—Esta claro que alguien tiene que ir rápido a por los dos cabeza-serrines que se han ido al cementerio. Tortugo no debería ir —señalé al Kamemon —. Fangmon es otro Digimon que pertenece a mi misma tribu, igual se pone intolerante y empieza a pegarles sin pensar que está en desventaja —me reí por lo bajo imaginándome la escena, muy sangrienta, pero divertida —. Creo que lo mejor es que vayamos Rick y yo. El helado de dinosaurio y su niña saben donde esta el otro que falta y mientras que Tortugo y la suya hagan cosas, no se, como preparar un plan en caso de que vengan los otros Digi-asesinos a por ella o nuestros niños.

Esperé otras propuestas antes de añadir.

—Sobre Goblimon, yo lo dejaría colgado de un árbol, así sus compañeros lo pueden usar de saco de boxeo, ¡ja, ja!