Vamos a jugar a... -Foro-

Ay, qué coñazo era estar en la enfermería. Al ser tan bestia no era raro que terminase allí, pero no conseguía acostumbrarme. ¡Era el lugar más aburrido del mundo! Y olía raro. Muy raro. Esa mezcla entre medicina y desinfectante se metía en mis pulmones y llegaba al cerebro, cómo si intentara asentarse allí y hacerme olvidar todas las cosas geniales que había aprendido y sustituirlas con pensamientos de enfermero. A veces pensaba si no sería un truco para lavarme el cerebro.

-¡Yo me apunto!-berreé de repente, cuando escuché algo sobre salir por ahí. Me daba igual a dónde fuéramos o qué hiciéramos. necesitaba salir de esa habitación con paredes blancas.

Ya estaba pensando en lugares a los que ir para proponer ideas cuando la mala bestia de la profesora intentó romperme la mano más de lo que ya estaba. Si había alguien en coma por el edificio, estaba seguro de que mi grito de dolor lo despertó.

-Eh? Oh! Ho-hola!-dije cuando las chicas abrieron la puerta. Acabé de ponerme la camisa que tenia puesta ya en el cuello tan rápido como pude para ocultar las cicatrices del costado- Eh... Bueno, supongo que no puedo negarme entonces.

Entonces aquellas escandalosas se fueron y dejaron a Rada plantada en la entrada.
-Puedes pasar y cerrar la puerta, por favor? -me contó lo que le pasaba por la cabeza. Escuché a todo mientras iba asintiendo para mostrar mi aprobación- No te preocupes, yo también he estado pensando en ellos. De momento sabemos tres cosas: Recolectan almas por algún motivo, querían asesinar a la condesa y que el nombre deja muy claro que sea lo que sea que planeen, tiene que ver con la luna. Pero no tenemos ningún hilo que una esos hechos, ningún lugar. La mejor pista que tenemos es el tal Maquiavelo, y ya se encargaran los del Shibusen de rastrearlo. Por mucho que pensemos, con lo que sabemos no sacaremos nada en claro, así que es mejor no darle vueltas hasta que nos digan algo. Y a mi no me importa ir con los demás a dar una vuelta si tu quieres. Aunque si te agobian siempre podemos escaparnos por nuestra cuenta y hacer algo más tranquilo, como ir al cine, o lo que sea. Es más, ¿te apetece ver si somos capaces de despistarlas? -le guiñé un ojo, sonriente- Aun así, es verdad que es fin de semana y debería arreglarme un poco, así que me echas una mano con la gomina, por favor? Una mano derecha, concretamente, ese lado nunca me queda bien -cogí un tubo de un cajón en la mesita de noche y se lo tendí.

Había descansado muchísimo en aquella habitación. Había estado más o menos bien, estaba acompañada, pero el no poder ver series ni salir a correr estas dos mañanas como acostumbraba a hacer se me hacía raro. Y volver a la rutina será un horror, ahora me dará más pereza que nunca y claro, como he estado tanto tiempo sin hacer nada me costará mantener un ritmo constante, ¡por no decir que mi hábito de procrastinar volverá a emerger entre las sombras y se adueñará de mí, haciéndome decir "bah, es muy tarde, ya si eso mañana". Qué horror. Solo un día, y ya me he saltado dos carreras.

En fin, una de las pequeñajas que acompañaban a Trev dijo que decían de quedar, y Kim me dijo que podía ir (siempre y cuando no hiciese volteretas), así que la cosa no pintaba tan mal a pesar de haber sido un proyecto de colador.

—La verdad es que me gustaría salir de aquí. Si sigo estando en la cama una hora más me pego un tiro o algo. ¡No quiero estar tanto rato tumbada! ¡NO SIN NO HACER NADA!

Me di cuenta entonces que quizá me harían volver. Qué mal. Mejor preguntar, supongo, pero no quiero volver. O quizá sí, pero quiero correr. O algo.

—Oye, Kim... ¿tendré que volver luego? No, ¿verdad? Y mañana podré ir a correr como siempre, ¿no? Y saltar y hacer el idiota. ¡No haré volteretas por los tejados, eso sí!

Tampoco había dicho nada de hacerlas en el aire saltando en el suelo, claro...

FIN DE SEMANA

-Tranqui, tranqui -dijo Yu, levantando las manos-. Tenemos tiempo de sobra para estar en la plaza, y si llegamos demasiado pronto te vas a aburrir y te pondrás histérico, así que tómatelo con calma y ve a desayunar tranquilamente. Yo tengo que arreglarme, tardaré una media hora, siendo realistas. ¡Hasta luego!

***

Igna se apartó los oídos de las manos tras el alarido de Trev.

-Ya me parecía a mi que te interesaría -sonrió. Entonces intervino Rita.

-¡Por supuesto que tienes que volver! -exclamó, enfadándose-. ¡Y más te vale no hacer ninguna tontería! ¿Crees que puedes recibir un montón de balazos y recibir el alta tan campante al día siguiente! ¡De no ser por mi magia, ni siquiera estarías despierta! ¿Te crees que eres Black★Star?

Pero por fin conseguisteis salir y os dirigisteis los cinco juntos al punto de reunión.

***

Rada sonrió y soltó un suspiro.

-Me ocuparé también del lado izquierdo, seguro que me queda mejor que a ti -decidió-. De todos modos... suena divertido eso de darles esquinazo, pero si desaparecemos en medio de la reunión, seguro que se enfadarán con nosotros. ¿No sería un poco maleducado? -preguntó-. Quién sabe cuando nos tocará hacer misiones conjuntas con ellos, es mejor que nos llevemos bien todos. Aunque con algunos me costaría mucho relacionarme... -opinó, pensativa. Parecía que incluso en momentos como aquel, siempre tenía en mente el trabajo.

Angela y Kana no tardaron en aparecer para buscaros, y os arrastraron al punto de reunión.

***

Aparecieron once personas: Angela, Kana, Red, Rada, Rita, Valeria, Trev, Igna, Suria, Wild y Yu.

El lugar de reunión era una concurrida plaza de Death City. Había montones de personas aquella mañana, y pasaban regularmente autobuses que podían trasladaros a cualquier lado. El ambiente era bastante alegre y el día soleado (las carcajadas del sol se oían por encima del sonido del tráfico).

-Falta bastante gente -dijo Angela-. Pero ya no creo que aparezca nadie más. ¿Qué os apetece hacer? ¡He pensado que podríamos dar una vuelta por las cafeterías y eso! ¡Luego podríamos comer!

-Yo estoy de acuerdo con eso -dijo Kana con voz inexpresiva.

-¡Pues ya van dos votos! -exclamó Angela-. ¿Quién más se apunta?

-A mi me gustaría ver una peli -dijo Valeria-. Por la tarde, quizá. Van a echar una de fantasía, de esas con grandes batallas y demás, puede ser divertido.

-Yo me apuntaría a eso -dijo Suria inmediatamente.

-¿No tenemos ya suficiente de batallas y fantasía en las lecciones extra? -preguntó Yu-. ¡Sería casi como estar haciendo deberes! ¡Podríamos ir a algún local nocturno en vez de eso, donde haya algún cantante molón y chicas que...!

-Es de día -observó Kana.

-Ah, ¿por qué no hemos salido de noche? -protestó Yu-. Bueno, quizá a Wild le gustaría que saliéramos a hacer una excursión campestre, en plan picnic y tal, no sé...

-No suena mal, pero por si lo has olvidado, te recuerdo que estamos en medio del desierto de Nevada -dijo Suria-. No quiero comer sobre una roca naranja tostada por el sol mientras veo montones de arena, pudiendo hacerlo en un restaurante.

-Vale, ¿y qué tal si hacemos algún deporte? -preguntó Yu-. A eso no le veréis pegas, ¿no? Quizá una carrera o un partido armas contra técnicos.

-¡Yo me apunto a eso! -exclamó Igna.

-Muy bien, dos votos para cafeterías, dos votos para cine y dos votos para deporte -dijo Angela-. Aunque sería mejor si sugirierais algún deporte en concreto.

-Pero yo también estoy dispuesto a ver una peli si no es de aventuras -se apresuró a matizar Yu-. Una romántica, por ejemplo, sentado al lado de una de vosotras...

-A mi me da igual -dijo Rada, sin molestarse en escuchar a Yu-. Todos vuestros planes me gustan.

-¡Eso no vale! -acusó Angela-. ¡Hay que decidirse!

-Bueno... -Rada bajó la mirada-. Entonces votaré lo mismo que Red.

—Lo de la película es un plan aburrido, te sientas y tienes que estar hasta dos horas sin poder moverte. Y en muchas ocasiones la peli es un muermazo —dejé mi opinión al ver que más de uno iba a favor de ir a ver una película —. Lo de hacer deporte mola, a mi me gusta todo lo que tenga que moverse: Futbol, Tennis, Baloncesto… gimnasia rítmica. Así que elegid el que más os mole porque me apuntaré sin dudarlo.

No, en serio, ¿por qué a Yu le interesaban las películas románticas? Si todas iban de un tío y una tía que por muchas chorradas que se digan van a acabar juntos y si eso te desvelan un secreto estúpido para que llores. Y tampoco veía el problema de dar una vuelta por el desierto, a saber que secretos encontrábamos, como un tren que nunca para o algo así.

-Ains... -suspiré- Relájate, para eso están los amigos, para diluir la atención que recibes de los demás cuando te cuesta.

Angela y Kana nos vinieron a buscar, y al final no vino toda la clase, solo un puñado que recordaba de ser bastante escandalosos. Algunas de las propuestas que hicieron eran bastante interesantes y la verdad es que me costaba decidirme.
-No me desagrada la idea de la cafetería ni la de la peli romántica, pero no crees que corres un poquito demasiado, Yu? ¿Que tal si hacemos un torneo de tenis por parejas tecnico-arma? Así entre partido y partido podemos tomar algo y charlar, y también haremos deporte. Además, así las armas no están en desventaja ante nosotros, recordad que nuestra forma física es... que nos entrena Black★Star, vaya. Igna y Suria pueden turnarse a cada set. Ademas los clubes de tenis suelen tener cafeterías decentes.

Y cuando todos quedamos, nadie sabía qué hacer. Dijeron de ir a cafeterías, o ir a hacer algún deporte, o al cine o algo no sé. Habría dicho cine, pero llevaba demasiado tiempo sin moverme. Y también porque parecía que todos querían de repente ir a jugar a algo.

—¡Yo me apunto a hacer algún deporte! Aunque... Esperad —me apresuré en decir antes que nadie dijese nada más—, no, si es cine mejor. No quiero ver a la enfermera enfadada cuando vuelva. He sido un colador y como no me cure o algo otra vez voy apañada. Si jugáis a algo, que sean carreras, sí. Así que cine me está bien también, porque la peli que dice Vale también mola y tal, el trailer parecía chulo. Sí, sí. Pero nada de cafeterías ni películas romanticonas, por dios, que no soy una maruja cincuentona.

¡Había salido de la enfermería! ¡Era libre! ¡Libre como el viento de este desierto! ¡Libre como la luz del sol que convertía esta ciudad en un horno! ¡Era libre como la música que escuchaba todos los días! ¡Libre, como... como...! ¡Bah, da igual! El caso era que ya no estaba atrapado en ese lugar de paredes blancas y nos habíamos reunido todos para hacer algo interesante.

-Yo me apunto a los deportes también-necesitaba correr o me volvería loco en cualquier momento-, ¡pero no a tenis!-repliqué con una mueca, mientras sacudía mi brazo vendado delante de ellos. No sería justo. - Y si la peli es de acción, también me vale. ¡Con una buena banda sonora!

FIN DE SEMANA

Muy bien, dos votos para cafeterías, dos votos para cine y dos votos para deporte.

-Bien, eso es otro voto para deportes -dijo Angela al oír a Wild, pareciendo un poco decepcionada-. Y dos más para deportes, concretando tenis, sin contamos el voto de Rada... Y en cuanto a Rita... ¿¡A quién estás llamando maruja!? ¡Si estuvieses en plena forma te ibas a enterar!

-Cálmate, Angela -dijo Kana, poniéndole una mano en el hombro.

-Sí, sí -la bruja asintió y escuchó a Trev-. Otro voto para deportes... Bueno, pero si no puede ser tenis, no creo que deba contarlo.

-Un momento -intervino Valeria, frunciendo el ceño-. ¿Por qué no puede ser tenis? Sé que tienes una mano herida, pero ¡tú luchas con dos espadas! ¡Eres ambidiestro, ¿no?!

-Ahí lleva razón -observó Suria-. Yo lo sé bien, suelo ir en su izquierda... Además, he oído que los zurdos tienen ventaja en partidos de tenis, así que quizá compense un poco.

-He encontrado un club donde podemos jugar -dijo Yu, que había sacado el móvil-. No tendremos problemas para conseguir las raquetas y todo lo demás, ¡podemos pasar allí todo el día!

***

Aunque había algunas personas reacias a practicar la actividad elegida, al final no les quedó más remedio que ir. Las instalaciones que Yu había elegido constituían un complejo amplio y elegante, y había bastantes personas jugando por allí aquel día, tanto jóvenes como familias con hijos. Había mucho césped alrededor de las pistas anaranjadas y algunos "espectadores" tendían allí tumbonas y sombrillas y se dedicaban a sorber refrescos o comer helados.

Valeria y Kana fueron las que dejaron más de lado la actividad. Jugaron unos pocos sets, pero pasaron casi todo el tiempo en el césped. Pasaron un buen rato hablando de sus respectivas características como armas... Lo cierto es que no parecía una conversación muy interesante para nadie ajeno a ellas.

Angela, Rada y Suria eran las jugadoras menos habilidosas, así que ocuparon una pista para jugar de un modo más casual y distendido. Mientras jugaban, hablaban de los profesores, los exámenes y otras cosas por el estilo.

Igna y Yu eran los únicos capaces de estar más o menos al nivel de los técnicos que se encontraban en plena forma, y adoptaron un enfoque más competitivo del partido. Estaban bastante serios y tenían toda la atención centrada en el juego, por lo que no hablaban mucho ni bromeaban. Querían ganar a toda costa.

Por supuesto, el resto de técnicos eligió quedarse con uno de los tres grupos, aquel con el que se sintieran más cómodos...

Cuando llevaban un buen rato dedicados al juego, hubo un revuelo en las instalaciones y una multitud se congregó en torno a una de las pistas de al lado. Desde donde estabais podíais ver perfectamente a un par de personas disputando un partido de tenis tan veloz y preciso que parecía más una especie de duelo de esgrima que un juego de pelota. Sólo con verlo sabíais que, incluso siendo técnicos de Shibusen como erais, no podíais estar a la altura de aquellos dos jugadores.

Lo más sorprendente es que uno de ellos era un niño, un extraño niño de cabello largo y plateado vestido con una camisa blanca y unos pantalones cortos. El otro jugador, completamente vestido de negro, llevaba el pelo gris, gafas, barba de tres días y un tornillo enorme sobresaliendo de su cabeza.

¡Bien! Al final se decidieron con mi propuesta. No todos estaban entusiasmados, como esperaba, pero al meno ese sitio les dejaba relajarse o ir a su bola, cosa que las cafeterías o el cine no hubieran podido. Como yo estaba totalmente sano, decidí que jugaría con Igna y Yu, que se les veía muy encendidos. Cuando ya hacía rato que jugabamos, un jaleo me llamó la atención. Sin poder evitar sentirme atraído por ese extraordinario despliegue de habilidad, me acerqué a ver a los dos jugadores que habían causado tanta expectación con ese juego tan increíble.
-¿Q-quien demonios son esos dos? ¿Como pueden jugar así?