Vamos a jugar a... -Foro-

—Tranquilo, Cael, yo me ocupo del resto, tu solo agárrate y cúbreme.

Cambiando de modelo, encaré a los reploides restante cargando uno de los brazos y saltando rápidamente. Los reploides tardarían un segundo en cambiar de dirección sus armas, por lo que en ese tiempo aprovecharía para golpear el suelo con el puño y hacerlos saltar por los aires.

—Señores viajeros, ¡se les informa de que vamos a entrar en zona de turbulencias!

@Dos:

Golpeas el suelo entre una ráfaga de disparos que no te da, y haces un profundo agujero en la placa de metal. Un círculo de llamas brota en todas direcciones, y Cael se vale de su espada para cubrirse la cara. Los reploides son arrastrados fuera de la plataforma, y la mayoría caen, aunque algunos se aferran a los bordes. En las esquinas del aparato volador parpadean rápidamente unas cegadoras luces rojas, la plataforma se inclina extrañamente hacia un lado y se ladea hasta arrastrarse por las ventanas de un edificio, dejando un surco de cristales rotos. En el reflejo del cristal te parece ver una figura cuadrúpeda corriendo, aunque el sol poniente también se refleja y no le puedes mirar directamente.

El edificio se acaba y, en vez de doblar la esquina, os vais directamente contra la pared del siguiente. El impacto casi os hace caer de la plataforma, y aplasta los brazos de uno de los reploides que se habían enganchado.

Un enorme lobo mecánico cae sobre la plataforma, y de su espalda sale una motosierra que blande con la cola. Rápidamente, corta los brazos de los otros dos reploides enganchados, suelta la motosierra y hunde el extremo de la cola en una especie de enchufe que hay en la parte delantera de la plataforma. Tras unos segundos, las luces rojas se apagan y el vehículo queda estabilizado, aunque sigue vibrando de forma preocupante.

-Confío en que el portador de un Biometal sea capaz de advertir que he actuado en su favor -dice una voz gruñona. El lobo está hablando-. No ha sido fácil estabilizar el vehículo, con los daños que ha sufrido, y en estos momentos estoy indefenso, porque si separo la cola de la entrada de datos desactivaré el sistema de control. Sin embargo, si me destruyes el resultado será el mismo y caeremos los tres. Y sospecho que eso no te gustaría -añade maliciosamente.

Te das cuenta de que ha tomado el control de la plataforma y la ha hecho elevarse muy rápido mientras hablaba. Ahora, incluso si intentabas saltar al edificio más alto, no sobrevivirías a la caída.

-Vale, suerte vosotros también.

Me puse a andar hacia el oeste.

-Mmmmm... H, voy a hablar con Z un rato. ¡Modelo Z! ... Supongo que no hace falta que te lo diga, pero si caigo derrotado, explicales lo que me has explicado a mi a los demás portadores de biometal. Dime, sabes algo mas de Zerus? Quien era? Porque hacia lo que hacia? ¿Quienes son los demás portadores? ¿Quien es El Amo? Y... ¿Que me ocurrió a mí?
Me recoloqué la coleta con nerviosismo.

Al ver el boquete que había creado una sonrisa nerviosa se dibujo en mi cara antes de que toda la plataforma se empezara a tambalear y golpearse contra el edificio más cercano.

—Vale ¡creo que me he pasado con las turbulencias! —grité agarrándome a alguna parte de la plataforma.

Al pasar por uno de los edificios me pareció ver un animal cuadrúpedo, aunque pronto lo perdía de visa al acabarse este y chocarnos contra el siguiente. De golpe el animal volvió destrozando a los reploides restantes con su cola y después enganchándola a la plataforma haciendo que se estabilizase.

El animal resulto ser un lobo mecanico que ¡hablaba! Como molaba, nunca había visto un perro parlante y ese además sabía trucos buenísimos y estaba subiendo la nav… Miré rápidamente por el agujero descubriendo que cada vez estábamos a más altura y que ya nos era imposible bajarnos.

—¿Te has vuelto loco? ¡¿Intentas matarnos o qué?! —“dijo la que se ha cargado la plataforma” —. Perro malo, llévanos ahora mismo a una de esas cosas flotantes. Si lo haces…¡te daré uno de los brazos de Cael para que puedas mordisquearlo!

@Nuler:

Caminabas hacia un gran muro de acero, tras el cual se elevaba una humareda negra. Había una gran depresión en el terreno, y te diste cuenta de que estabas en una especie de lago seco. Del enorme muro brotaban tubos de los que quizá en otro tiempo cayese el agua, pero se notaba que hacía muchísimo tiempo que no había salido ni una gota de allí. Había una especie de escala de acero que llevaba hacia lo alto del dique, así que te dirigiste hacia allí.

Zerus era un habitante de Centra. Trabajaba para el Amo, pero estaba en desacuerdo con su egoísmo... Quería que el planeta volviese a ser habitable, como en los días de antaño. El Amo... No sé quién es. Ten en cuenta que yo he permanecido muchísimo tiempo en forma de datos, y cuando por fin me fusioné con Zerus, el Amo ya me había corrompido con los datos del Modelo W. Las cosas que me las transmitió Zerus mentalmente mientras intentaba resistirse a su control. Creo que el Amo es un ser humano, creo que ha vivido muchísimo tiempo fusionado con el Modelo W, aunque no sé cómo lo reconstruyó, pues fue destruido en la antigüedad. No sé por qué los otros Biometales hemos estado tanto tiempo fuera de su alcance, si es tan poderoso... En cuanto a los otros portadores, tampoco lo tengo muy claro. Zerus pasó mucho tiempo vagando por el desierto, buscando personas capaces de fusionarse con nosotros. El desierto que nos rodea está plagado de fortalezas reploides que aniquilan a todo el que se acerca, pero el Amo creía que Zerus trabajaba para él, así que le dejaban pasar. Sé que algunos de los que rescató estaban prisioneros en las fortalezas de los reploides, o que habían sido heridos por esos reploides. Sé que a uno de vosotros lo encontró en las profundidades de una fábrica abandonada, enterrada en el desierto. Seguramente imaginaba que quienes tratasen de cruzar el desierto compartirían su objetivo, por eso os rescataba, aunque al Amo le dijo que sólo os necesitaba para devolver a los Biometales su forma física y luego mataros. Me temo que no conozco tu historia, seguramente ni siquiera Zerus lo sabía muy bien. En algún punto perderías la memoria...

Habías alcanzado la pared del dique. Comenzaste a subir por aquella escalera vertical, que acababa en una de las tuberías. No te quedaba más remedio que entrar por ella, así lo hiciste, y te topaste con una compuerta de acero, cerrada. Era inmune a tus armas. Había otra escalera de mano allí dentro, así que subiste por ella y llegaste a una especie de sala de control. Había una ventana gigante en la pared, que debía dar al interior del dique. Pero no viste agua, sólo alambres, miles de alambres cruzados en todas direcciones, formando un patrón que te resultaba familiar... Aunque no sabías qué era.

La sala de control tenía todos los aparatos inservibles. Recibían energía, pero no respondían. Había algo interfiriendo en su funcionamiento. Subiste por otra escalera hasta lo alto del muro de acero. A un lado tenías el sector polvoriento y arrasado que habías dejado atrás. Al otro lado, el interior del dique seco y más allá una ciudad atestada, llena de tuberías, de las cuales brotaba un extraño humo negro.

Desde aquel punto, reconociste el patrón de la infinidad de alambres que llenaba el dique: era una gigantesca telaraña de espino. Y en el interior, aunque no podías verlo bien, detectaste un movimiento. Una araña robótica, gigantesca, que había tejido laboriosamente aquellas redes.

@Dos:

-¿¡Qué!? ¡No! ¡No pienso darte mi brazo! -exclamó Cael-. ¿Estás loca? ¿Por qué no le ofreces el tuyo?

-A diferencia de los organismos vivos, no puedo aprovechar las proteínas y grasas de tus tejidos para mi autorreparación y recarga de energía -observó el Lobo, divertido-. En cuanto a llevaros a una de las fortalezas, ahí es donde me dirijo, así que no veo razón para que pierdas la compostura. Os llevaré hasta Reploiden...

Pasasteis a toda velocidad junto a las ventanas de uno de aquellos edificios flotantes, y acabasteis aterrizando en el tejado. Había un buen montón de reploides allí, la mayoría cortados por la mitad o reventados. Quedaba uno en pie, uno muy diferente a los demás. Llevaba una katana que parecía cargada de electricidad y tenía el pelo blanco cayendole sobre los hombros. Algunas de las piezas de su armadura parecían no encajar, como si hubiese tenido que robarlas de otros reploides y adaptarlas a su cuerpo.

-Reploiden, la misión ha sido completada -dijo el lobo, haciendo aterrizar la plataforma sobre el tejado-. Comenzó a arder en cuanto tocó el suelo, aunque a nadie pareció importarle. Cael bajó de un salto y el lobo ya había trotado junto a Reploiden. Sostenía una tarjeta con la cola y se la tendía-. Veo que has estado ocupado.

-Quería despejar la zona de enemigos para cuando aterrizarais -dijo el tal Reploiden-. Buen trabajo, Interruptor. Pero... ¿qué ha sido de Nuler? ¿Quién te acompaña? No le habrán derrotado ellos...

-Hasta donde yo sé, no -dijo Interruptor-. Estaba enfrentándose a un duro rival cuando le dejé. Quería ayudarle, pero sabía que tenías prisa. He contraído una deuda de honor con él... Me gustaría ir a cumplirla.

-Está bien -replicó Reploiden-. Te abriré los transervidores enseguida -se acercó a una pantalla que había en la pared más cercana e introdujo la tarjeta negra que Interruptor le había dado-. ¿Y quienes son tus nuevos acompañantes?

-No estoy muy seguro -confesó Interruptor-. Me los encontré a punto de estrellarse y decidí que sería una pena destruir un vehículo aéreo perfectamente funcional -la plataforma estalló a vuestras espaldas, sin que a nadie le importara-. Uno de ellos es un Megaman. No les he preguntado el motivo de su presencia. Preferí dejártelo a ti.

-Muy bien -Reploiden te miró con atención-. ¿Qué os ha traído a presencia del reploide legendario?

Era la situación más crítica en la que me había encontrado hasta ahora. El portador del biometal seguía hundiendo su arma en mí. Solo podía intentar quitármelo de encima, como fuese, o seria yo el que moriría allí. Hice un movimiento desesperado y reuní fuerzas para cargar el shuriken de energía de nuevo. Teniendo el portador tan cerca era difícil fallar usando una cosa grande y potente.

-Que rabia -dije cuando me respondió que no sabia nada de mí-. Seguro que me estrellé con la moto.

Llegué a la parte alta del dique y vi que no había nada... mas allá de una humeante urbe, una telaraña de alambre de espino y NADA de agua.

-Espero que el dique se llene con agua de otro sitio, porque si tiene que salir de aquí... estamos jodidos. Mmmmm... Vamos a tomárnoslo con calma.

Seguramente la araña seria capaz de captar cualquier movimiento que provocara en la red, así que preferí pensar como evitar que me siguiera. Intenté saltar y cortar los cables que me impidieran la caída y luego iría saltando y cortando, para cortarle el camino a la araña. Si no los había simplemente me dejaría caer y andaría intentando mantenerme fuera de su campo visual. Sin prisa, pero sin pausa.

@Jural:

Hiciste aparecer un shuriken de energía, y tu oponente trató de sacar la alabarda de tu cuerpo para poder defenderse. Pero era demasiado tarde: le atravesaste el cuerpo a la altura de los hombros, cortándole parte del pecho y separando la cabeza del cuerpo. los trozos cortados comenzaron a flotar en el agua, mientras brillaban cegadoramente... Luego su cuerpo se desvaneció, y en su lugar sólo quedó una especie de brillante casco, que un segundo después te atravesó, fusionándose contigo.

La alabarda apareció en tus manos. Te diste cuenta de que de repente podías manejarte mucho más ágilmente en el agua. Te lanzaste con gracilidad hacia Ertz, e hiciste girar el asta de tu arma a toda velocidad, picando el hielo que le retenía y liberándole en unos segundos. Entonces oíste una voz femenina bastante fría.

Pareces competente. Supongo que puedo dejar que trabajes para mí. Ya te haces una idea de cuáles son tus funciones mientras estés fusionado conmigo, sí que no tengo mucho que explicar. Simplemente te diré que, para volver a usar el Modelo P, tienes que gritar su nombre.

Así lo hiciste, y la armadura morada volvió a recubrir tu cuerpo.

Maestro, le ruego que no tenga en cuenta la falta de consideración del Modelo L. Siempre ha sido un poco... Especial. Si necesitas volver a equiparlo, simplemente tienes que volver a decir su nombre. Aunque parece que ahora no será necesario...

Enseguida viste a lo que se refería. El agua de la habitación estaba siendo drenada a toda velocidad. Enseguida volvió a quedar llena de aire y se abrió una puerta. Ertz, todavía dando patadas al suelo para hacer volar trocitos de hielo que se le quedaban pegados, se acercó a examinarla.

-Veo un par de caminos -dijo-. Una tubería tan grande por la que se puede andar de pie, y que sólo lleva un par de dedos de agua, y un conducto de ventilación cuadrado, cerrado por barrotes que parecen frágiles. ¿Por dónde tendríamos que ir?

@Nuler:

Te dejaste caer por el muro. La telaraña era densa en el centro, pero los alambres estaban bastante espaciados en los extremos, así que pudiste evitar los cables con relativa facilidad. Llegaste al suelo y te preguntaste si tu situación había mejorado: Ahora veías la araña perfectamente, colgada boca abajo del centro de la telaraña. Sus ojos rojos eran cámaras que giraban inquietas en todas direcciones. Las patas estaban terminadas en cuchillas mortales. Necesitarías dar un salto bien impulsado para alcanzarla, y aun así era probable que te detectara antes...

-Que bonito! ¿Tenéis un pote grande de insecticida? Después de los tractores asesinos y los revisores de tren con malas pulgas, una araña gigante que si me pilla me va a dejar pati-difuso. Vosotros ya me entendéis.

Me puse a correr dando un amplio rodeo, intentando no entrar en el campo visual de la araña. Si me detectaba, pegaría unos buenos saltos y cortaría unos cuantos alambres a mi paso, a ver si así le costaba un poco más perseguirme.

¡Lo habíamos logrado! No pude hacer nada por el portador, pero ahora ya tenía el primer biometal. Pero lo que había que celebrar de veras era que Ertz y yo seguíamos de una pieza. Me sentía poderoso como nunca. Con las habilidades del Modelo L notaba más capacidad de adaptación y un poder distinto al del Modelo P.

Nuestro objetivo no había cambiado a pesar del contratiempo. Teníamos que encontrar el suministro de electricidad y volver.

Ertz escribió:@
-Veo un par de caminos. Una tubería tan grande por la que se puede andar de pie, y que sólo lleva un par de dedos de agua, y un conducto de ventilación cuadrado, cerrado por barrotes que parecen frágiles. ¿Por dónde tendríamos que ir?

-Vayamos por el conducto de ventilación. Ambos sitios nos deberían llevar tarde o temprano a la superficie, pero me hago la idea de que las serpientes de la sala de antes no deben ser las únicas máquinas que se habrán vuelto locas. Por el conducto creo que llegaremos antes a la superficie…

Por un momento pensé si era la mejor opción de verdad. Si pasase cualquier cosa tendríamos menos espacio para actuar que yendo por el conducto. Me vino a la cabeza una cosa que debía comentarle a Ertz.

-A propósito, antes de caer en el remolino que nos ha arrastrado hacia aquí abajo alguien nos ha disparado desde la superficie. Tendremos que ir con sigilo una vez salgamos de aquí. Y también; Gracias. Has sido de gran ayuda contra el portador del biometal. Tendré que empezar a preocuparme más por mí y menos por ti - le dije dándole una palmada en el hombro.