Vamos a jugar a... -Foro-

- Abolidor, bloquea su bola de energía, Mago de Alabastro, tu atácale con los hechizos de nuestro primer encuentro.

@Final
La mujer cae en silencio, y aparta la mirada.

-...cada día son más los soldados que perdemos en batalla. Los magistrados nos ganan la batalla... y cada día tenemos menos aliados. No sé cuánto aguantaremos, pero...

Una alarma empieza a sonar por todo el recinto. La gente empieza a dirigirse a un único punto; la puerta principal. La dama se dirige a ti.

-Ahora podrás comprobar la fuerza de los pirexianos por ti mismo, si es que quieres ir a la batalla, Vedalken.

Dando zancadas ágiles, la mujer se sumerge en la muchedumbre.

@Drazham
El autómata recibe el ataque de lleno, y a consecuencia de esto, queda hecho trizas. Sus tres esferas se apagan. Por otra parte, el gólem consigue derribar al guardián. Parece que ahora hay vía libre hacia las ruinas.

@True
El asesino inmediatamente se lleva las manos al cuello. Parece que le falta el aire. Tras unos segundos, cae al suelo. Apenas puede murmurar unas palabras antes de su muerte.

-Esto... no quedará... así... Szadek te encontrará... y te matará... urk...

El mago desaparece, notando que ya no hay signos de vida en el cuerpo.

@Drail
El Abolidor vuelve a parar la esfera, aunque ya se le empieza a notar extenuado y cansado. El mago lanza varias ráfagas contra el Kami. Este usa sus garras para saltar sobre ti y tus monstruos.

¿Cree que le será tan fácil dañarme?

- Pacifismo.

Al entrar, me percaté de que todo el mundo posaba su mirada de extrañeza en mí. Encontré a un grupo de caballeros, y decidí acercarme a ellos.

- Disculpen, caballeros, ¿sería posible pedir su ayuda? Necesito información sobre los elfos y no sé dónde buscar. Agradecería mucho su ayuda.

-Vuelve al mundo inanimado al que perteneces -dije con un tono despectivo a mi rival caido.

No debia perder mas tiempo. Era prioritario encontrar al investigador que yacia en estas ruinas, por lo que seguí adentrándome mas y mas.

"¿Por qué debería luchar?" -me preguntaba.
Quizá porque la triste mirada de aquella mujer pedía a gritos la ayuda de un amigo. Quizá porque de aquel modo estaría más cerca de avanzar en la misión que me había sido encomendada. Quizá porque no podía dejar que la Historia pasase delante de mis ojos sin que yo tomara parte en ella.
Seguí el tumulto hacia el lugar de la batalla, parapetándome en la retaguardia. No tenía experiencia en la lucha, no quería tentar a la Suerte.

@Drail
El kami cae a tierra. El abolidor y el mago le dan los golpes finales, y el kami desaparece en la niebla. El abolidor y el mago se retiran.

@Zodiark
Los caballeros te miran, asombrados de que les hables.

-¿Que hace un elfo por aquí? Pensé que los habían echado por su comportamiento...

Los hombres te atienden y escuchan tu pregunta. Al cabo de un rato, murmuran algo entre ellos, y el mayor de ellos te habla.

-Se supone que los elfos se marcharon hacia el bosque del norte... aunque no sé mucho más. Si los buscas, deberán estar por allí.

@Drazham
Llegas a unas grandes puertas de piedra. Allí, puedes ver una inscripción.

"Quien quiera pasar, tan fuerte como los antiguos destructores debe ser.
Solo aquellos que demuestren esto, podrán obtener poder.
Alzaos, grandes criaturas, demostrad vuestra fuerza.
Ocho en total, pues los guardianes no flaquearán.
Los destructores os esperan, buscando alguien que los detenga."

@Final
Los hombres te abren paso fuera de la fortaleza, agradecidos de que los ayudes. Puedes ver que a la cabeza del pequeño ejército, está la mujer, montada sobre un gran caballo. A lo lejos, puedes ver una pequeña línea negra... pero enseguida esta se ensancha, y puedes ver con horror, lo que es.



Los pirexianos se acercan, como una gran masa unísona. La mujer habla.

-¡Esta vez sus fuerzas son menos! ¡Piensan que podrán ganarnos de improviso, pero resistiremos! ¡Por Mirrodin!

Los soldados cargan a la batalla. Te ves sumergido en la multitud, aunque siempre en la retaguardia. Sin embargo, al momento de chocar ambas fuerzas, el pelotón de personas se disipa. Te ves encarado a varias de las criaturas pirexianas. Dos de ellas recuerdan vagamente a un león, pero con la cara totalmente desfigurada, y una cuchilla en su brazo. Otras dos, con forma humana, emiten un brillo desde su "boca", y se mueve tambaleándose. El último, un gran elefante sujetando una partesana ,totalmente corrompido.

Spoiler: Mostrar

Nombre: Leonino perdido
Habilidad: Infectar (Esta criatura debilita a su rival con el paso del tiempo)
Fuerza: 2


Nombre: Devoraalmas cegador
Habilidad: Inmoviliza a la criatura objetivo (Maná pirexiano blanco)
Fuerza: 1


Nombre: Converso Loxodón
Habilidad: No
Fuerza: 4

- Oh, no tenía ni idea de que los habían echado de aquí... - murmuré -. Está bien, iré al bosque del norte. Muchísimas gracias por la información y siento las molestias - respondí a los caballeros justo antes de dar media vuelta, pero entonces volví -. Y... ¿sería mucha molestia si me pudieran decir por dónde se va al bosque del norte, por favor?

Las criaturas que han aparecido ante mi son bastante extrañas, creo que los ataques a distancia del trasgo son de gran utilidad, pero todavía no puedo usar la habilidad del lavamante...Bueno, vamos a ver cómo se portan.

-Trasgo, atacales a distancia para mantenerlos a raya, sé agresivo en esto; Lavamante...ayuda al trasgo a mantener a los zombies a raya y retirate si ves que estás en peligro.

@True
El asesino inmediatamente se lleva las manos al cuello. Parece que le falta el aire. Tras unos segundos, cae al suelo. Apenas puede murmurar unas palabras antes de su muerte.

Carne muerta yacía frente a Vebrekia, cuyo mago de ónix ya se había desvanecido junto a la vida del asaltante. Los ojos rojos de la criatura se iluminaron, pues el cadáver no se había tornado en una invocación más de ese poder infernal.

Al fin... El alma está perdida, pero su organismo aún no ha perdido la vida útil. Es la hora de empezar a expandir mi propia realidad desde el principio...

Nadie se encontraba en aquel callejón en el que el archi-demonio había dejado el cuerpo inerte, nadie podría ver lo acontecido en aquel lugar que durante un par de segundos se tornaría en un rincón de demencia sobre-humana:
Vebrekia adoptó su verdadera forma, dejando de lado todo vestigio de la pseudo-humanidad que antes poseía. Su cuerpo se transformó en una masa imposible que mutaba constantemente engendrando formas que violaban toda ley física. A su alrededor, el tiempo pareció ralentizarse hasta quedar casi inmóvil, pues la entidad liberaba su forma en múltiples dimensiones y durante ese brevísimo periodo el espacio-tiempo estaba por debajo de su existencia.

Una nueva realidad se generó dentro de aquella ciudad sin que habitante alguno lograra percibirlo, una nueva materia que envolvió el cadáver y lo hizo parte de sí, el primer alimento que Vebrekia adquiría desde el inicio de su viaje. Una corriente de energía envolvió el mundo del ser, y sus fuerzas se renovaron por un momento. Obviamente, la criatura no podía permitirse usar poder especial alguno, pero esta vez su mejor estado le permitió adoptar la forma humanoide de manera casi instantánea.

El tiempo volvió a su realidad habitual, el mundo giró de nuevo con normalidad y el ser, que ahora había cambiado de aspecto, se encontraba en un suelo en el que ya no yacía nada ni nadie.

Vebrekia ahora parecía vestir una túnica con una larga capucha que envolvía el rostro entre las sombras. En realidad no portaba vestidura alguna, mas pudo simular el tacto de las ropas de su primera presa y tornar su piel en ellas. El problema era el extraño cromatismo del vestuario, pero era un mal menor: Ahora podría hacerse pasar por un ser humano normal y corriente, y admitía que aquel alimento que había probado era mucho más fuerte que un hombre normal y corriente.

-Ahem, probando...-. La voz aún era extraña, algo desivelada, pero definitivamente más humana que antes. -Bien, ya puedo proseguir con aquello de lo que el infra-supremo me habló.

Pero... Ese pseudo-humano dijo algo...

-Esto... no quedará... así... Szadek te encontrará... y te matará... urk...

Szadek, aquel a quien debía hallar, parecía desear algo malo de su supra-persona. Vebrekia no dudó en que eso tenía algo que ver con que Nicol Bolas les haya unido en el destino. El intento de humano salió a las bulliciosas calles, y comenzó a recorrerlas con calma.

Un guardia... sí, es una buena opción para preguntar. Empezaré buscando un guarda.