Aviso: me voy a hinchar a poner spoilers, y es un tocho descomunal.
Bueno, la mayoría sabéis ya lo que opino de cada uno de los Final Fantasy... Pero de todos modos soltaré un pequeño párrafo sobre cada uno de ellos, por orden:
FFI:
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- Contrariamente a lo que mucha gente opina de él, a mi me parece un juego divertido, al menos en su versión de GBA. Su sencillez en cuanto opciones y su historia que intenta ser un pelín enrevesada con el tema del ciclo eterno (aunque sin llegar a conseguir nada concreto), lo hacen divertido. Es simplemente un buen juego, que trataba de imitar a Dragon Quest en su época y, a mi entender, lo superó sin problemas. Además, no puedo evitar emocionarme un poco cuando en el texto final el juego insinúa que eres tú quien ha viajado en el tiempo y salvado el mundo.
FFII: Una complicación innecesaria. Por lo poco que lo he soportado, intenta crear personajes más elaborados y menos mudos. No sé hasta qué punto es interesante la historia, pero supongo que no mucho... Y en cualquier caso, el sistema es demasiado embrollado, eso de poder entrar en una zona llena de enemigos fortísimos simplemente andando desanima a cualquiera y... En fin, es un fracaso tan grande que no me explico cómo no es el último de la saga. El DQ al que hiciese la competencia en aquel momento debía ser MUY malo.
FFIII: El sistema de trabajos es una gran idea. Por lo demás, es tan aburrido como tratar de leer una novela en chino antiguo.
FFIV:
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- Aquí es donde empieza FF realmente. La historia que otros tantos juegos han imitado, adulterado, copiado, plagiado y reutilizado de mil formas; Cecil es Sora, Caín es Riku, Rosa es Kairi. Edge es Kakashi. Yang es el antepasado de Sabin y de mil maromos hipermusculados más. Rydia es Yuna, Eiko y otras mil jovencitas adorables pero poderosamente mágicas más. Lugae es Hojo. Zemus es JENOVA. Etcétera, etcétera.
Es un buen juego. La historia no es la mejor del mundo, pero está bien llevada. Los sacrificios pueden parecer demasiado exagerados, pero si lo piensas lo raro es que no muera tanta gente en los demás juegos, estando en guerras iguales o peores (lo de que luego resuciten todos sí es un error).
El sistema de combate también ha sido y sigue siendo la base de otros muchos juegos actuales. Quizá no sea el mejor Final Fantasy, pero es un juego para recordar y no puedo evitar tenerlo entre mis favoritos.
FFV: Seguramente el mejor sistema de desarrollo de personajes que la saga ha conocido. Por desgracia me cuesta avanzar en él, la historia no me llama la atención. Quizá un futuro remake me ayude a terminarlo y podré tener una visión más clara del jueguecito.
FFVI:
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- Mi preferido, la joya de la corona. Tiene el mejor elenco de personajes, y además la mejor ambientación. Es un juego muy cuidado, que uno adora más cuanto más a fondo lo conoce y conoce lo que trata de resaltar.
Final Fantasy VI es un juego Steampunk. Esto significa que trata de representar una versión distorsionada de la época victoriana, añadiendo extrañas máquinas que se han desarrollado por un camino diferente al de la electrónica. Pero ADEMÁS es un Final Fantasy, lo que significa que tiene que mezclar todo esto con la arquetípica historia de la saga, llena de cristales, magia, chocobos y demás. Y lo consigue. Vemos como hay ciudades mecanizadas, minas de carbón, y otros clichés de la época que trata de representar. Nos muestra a la magia como algo del pasado, algo casi olvidado. Como algo que retorna tras mil años de paz en forma de máquinas que superan en poder destructivo a las máquinas de guerra creadas mediante el carbón y el acero. Vemos un claro imperialismo, pero no sólo por parte del Imperio. El Veldt es una versión de la Sabana, y Kohlingen una ciudad colonial como podría serlo cualquier ciudad británica en África, Bloemfontein por ejemplo. Se comunican con el continente mediante palomas mensajeras. El propio Gau, más que un personaje, forma parte de la ambientación: es el arquetipo de niño salvaje que tan de moda estaba en aquella época. Lo mismo va por Umaro, Ultros, y demás monstruos del colectivo imaginario del Siglo XIX (calamares gigantes, yetis... Ya entendéis lo que quiero decir). Está cuidado al mínimo detalle; por ejemplo, la magia es desconocida por casi todos en la primera parte del juego, pero hay algunos monstruos que la usan contra ti sin razón aparente. ¡Pero no sin razón! En la misma torre donde aparecen está un Esper, Lamú. Es fácil entender que ha sido él quien les ha enseñado a usarla, igual que te dan la opción de hacer que todos tus personajes la aprendan poco después. También está el tema de los Elixires que puedes encontrar en los relojes; creí que era un capricho de los diseñadores o una mera casualidad hasta que Kaos me enseñó el artículo sobre Elixir de la Wikipedia inglesa. ¡La gente realmente ponía elixires en los relojes! Hay tal cantidad de guiños, tanto mimo y dedicación en este juego, que creo que podríamos seguir rejugándolo infinitas veces y aun así nos quedarían cosas por descubrir y cabos por atar.
Además, es imposible no querer a los personajes, especialmente a los que llevan el peso argumental. Terra, Sabin, Edgar, Celes, Locke... Todos ellos tienen unas personalidades muy definidas y motivos claros para hacer lo que hacen; rara vez tienes la sensación de que estén actuando de forma estúpida o cayendo en una trampa obvia. Además contamos con "enemigos" como Leo que no hacen sino dar una visión más humana a la guerra, acabando con división de "buenos y malos" que suele darse en los RPG. Resultan inolvidables escenarios como el Tren Fantasma, la ópera o el Laboratorio Magitek, lugares que poco a poco nos van sumergiendo en el fascinante mundo que los amables señores de SquareSoft crearon para nosotros.
Y además, está Kefka. Un villano que representa al arquetípico payaso malvado, y que sin embargo no es en absoluto un enemigo al uso. Él es el contrapunto al tema humano que añaden Leo, Celes, los Espers... ¡El sí! Kefka es malo; malo, patético y débil. Además está jodidamente loco y es listo a rabiar. No tiene remordimientos, conciencia ni nada que se le parezca, y esto le permite pasar de ser un pelele a quien no nos tomábamos en serio a convertirse en Dios y destruir el mundo. Tal cual.
No puedo evitarlo, para mí Final Fantasy VI es el mejor RPG que existe. Está muy cerca de ser el mejor juego que existe. Ya han pasado como 17 años desde que salió y ningún otro juego ha conseguido estar a la altura. Y me creo bastante objetivo en este tema, dado que yo empecé por el X. El factor nostalgia no me ciega. Simplemente estamos ante una obra maestra.
Final Fantasy VII:
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- Para mí, este juego es un vano intento de recrear la gloria que supuso FFVI, aunque bebiendo también de FFIV y FFV y cambiando el steampunk por cyberpunk. O al menos, haciéndonos pensar que lo hace. El comienzo en Midgar es tan prometedor, la ambientación está tan cuidada, los paisajes son tan lúgubres pero a la vez maravillosos, los personajes, si bien algo antipáticos, parecen taaan interesantes. FFVII prometía, quizá prometía demasiado. Tras las gloriosas primeras horas, uno se siente desconcertado al salir al mapa y encontrarse un mundo que no es demasiado diferente del que podría encontrarse uno en FFI. Sí, una chimenea por allá, un coche por aquí, una máquina de videojuegos por allá, está bien; pero no da la sensación de que sea un mundo moderno y tecnológico. Pretende representar una época actual, y en la época actual uno no va por aquí matando dragones por los bosques. Es el mismo componente fantástico que existe en toda la saga. Pero la diferencia entre FFVI y FFVII es que en éste último no han sido capaces de lograr esa simbiosis. Sí, mezclar cyberpunk y fantasía con cristales y piros y electros es posible. Pero Final Fantasy VII no consigue hacerlo del todo.
Además, el viaje no deja de parecer una especie de recorrido turístico que nos va enseñando las ciudades de las protagonistas. "¡Eh, yo crecí aquí, detengámonos a hacer, una quest relacionada con mi pasado y así aprovechamos para contar mi historia que de otro modo no veríamos jamás porque apenas tiene que ver con la trama!". Lo de ir persiguiendo a Sephiroth es un cachondeo, o bien Sephiroth es muy majo y os hace pasar a todos por vuestra casita por turnos, como debe ser. Y luego tienes que hacer virguerías para descubrir el pasado de personajes verdaderamente importantes como Vincent (que sí, por mucho que os duela, él es mucho más relevante que Barret, Cid, Nanaki y media plantilla más).
Sin embargo, esta historia tiene algunas genialidades. Que todos hayan estado haciendo el gilipollas mientras Aerith aprovechaba para salvar el mundo por su cuenta aunque eso le cueste la vida la convierte en el mejor personaje del juego, sin duda alguna. Es su plan contra el plan de JENOVA, que os ha estado engañando todo el tiempo. Los demás sólo estáis para matar al malo a hostias sin darle muchas vueltas al asunto, son estas dos damas las que han estado llevando a cabo la verdadera batalla mental que decide el destino del mundo, una batalla que viene desde la época de los Cetra, antes de que vosotros existierais. ¡Que no me hablen de Sephiroth! Su apariencia molona y su carisma son simplemente otro engaño de JENOVA. Él es tan peón de su "mamá" como Cloud lo es de Aerith. Ambos son carne de cañón, su duelo ha sido decidido por seres mucho más poderosos e importantes.
En Final Fantasy VII, los seres humanos son lo de menos. Quizá por eso en el final del juego aparezca una Midgar abandonada. Sí; los seres humanos eran algo superfluo en comparación a la vida del planeta, y por lo visto el mundo ha seguido sin ellos. Es natural y no pasa nada por ello... Me gusta pensar que el verdadero mensaje de FFVII es que el planeta nos sobrevivirá; da igual cuánto nos esforcemos en destruirlo.
Y además, echando cuentas, Nanaki es un zombie.
Final Fantasy VIII: Quizá el problema de hacer personajes tan definidos, con personalidades tan marcadas, es que pueden caerte como el culo. No digo que FFVIII sea malo; su sistema de batalla está mal hecho, pero no es peor que el del VII, y la historia seguro que es interesante para aquellos que tengan cierto cariño a los personajes, que no es mi caso. A mí me parecían graciosos los pensamientos de Squall, pero que ese fuese el único interés que tengo en el juego es bastante triste.
A su vez, la ambientación es mucho mejor que la del VII. Esta vez sí nos podemos creer el mundo que nos presentan, llena de ciudades, autopistas y medios de transporte. Todo parece tener bastante sentido, y salta a la vista que es un mundo muy cuidado. Una vez más, este mundo ha de ser fascinante para aquellos que tengan cierto interés en él. Una vez más, no es mi caso. En consecuencia, respeto al juego. Es de los que menos me gustan, pero lo respeto. Le dejo en paz y él me deja en paz a mí, eso es todo.
FFIX:
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- Un retorno a los clásicos, con un estilo muy marcado que enamora, personajes entrañables, un mundo al estilo de los FF de SNES y unas guerras que, de nuevo, no son la clásica historia de buenos contra malos... Aunque el planteamiento aquí ya no sorprende tanto.
Sin embargo, no se me hace tan memorable. Todo lo que me sucede tengo la sensación de haberlo experimentado antes, cada nueva batalla me hace sentir que estoy luchando contra un viejo enemigo. Quizá alguien debió advertirme que Final Fantasy IX no me impactaría antes si lo jugaba justo después de los clásicos. Seguramente ese fue mi problema.
Sin embargo, lo considero de los mejores. Que la historia ya la haya visto antes no significa que la forma de contarla no sea totalmente distinta y genial. Las sensaciones al visitar a los magos negros, explorar el continente del norte o recorrer una ciudad destruida por la guerra siguen ahí, y son sensaciones que aun hoy hacen que me estremezca. Bien es cierto que este juego no es una novedad, pero también lo es que nunca pretendió serlo. Las referencias a los clásicos no están ahí por casualidad, y el resultado final es que te encuentras con uno de los mejores RPG de todos los tiempos, hecho siguiendo los antiguos esquemas, pero con la bastante experiencia en el género para haber afinado y crear un juego distinto. Y mejor que muchos de los de entonces. Desde luego, también está entre mis favoritos.
FFX:
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- Mi primer Final Fantasy. Sí, no toqué un Final Fantasy hasta PS2... Y no tenía muy claro qué se suponía que debía esperar. Y el juego no hacía mucho por ayudarme. Miradlo desde mi punto de vista; me encontraba con un extraño juego, de ambientación extraña, lleno de edificios extraños y ropa extraña. Me daban a entender que había viajado en el tiempo, y que mi padre (a quien por lo visto, yo odiaba) estaba también en esta época. Sin embargo, nada parecía muy oscuro ni amenazante. Me encontraba con un montón de gente feliz que viajaba por islas agradables y soleadas acompañando a una Invocadora muy mona cuyo padre era amigo del mío; pero no había prisa ni nada... Teníamos tiempo de pararnos a participar en un campeonato de mi deporte favorito. Sí, cierto es que había un monstruo que arrasaba alguna ciudad de vez en cuando, pero ni siquiera eso me parecía especialmente grave, porque basta con hacerse el camino de Santiago y lo eliminaremos.
Y entonces comienza el descenso a los infiernos. El tipo que apareció en mi época y me arrastró a este extraño mundo sale de la nada y me dice que el monstruo enorme y asqueroso que ataca a la gente es mi padre. No tiene mucho sentido, pero ya no veo tan claro esto de hacer un peregrinaje para matarlo. Además, comienzo a darme cuenta de que mis alegres compañeros de viaje están llenos de secretos y traumas. Me encuentro con la crudeza de la guerra, descubro que la Iglesia de Yevon no tiene intenciones tan nobles como creía (bueno, esto no me sorprendió del todo); y para colmo descubro que no puedo seguir flirteando con la tímida y adorable invocadora porque va a formar parte de un matrimonio de conveniencia.
Y por si fuera poco, ahora resulta que para matar a mi padre ELLA tiene que sacrificarse, así que va a morir jovencita. Aquí uno se da cuenta de que se está tomando el juego realmente en serio, y de que pinta verdaderamente trágico. En aquel entonces no estaba acostumbrado a los RPG, pero incluso analizándolo ahora me parece un desarrollo más que decente. Y los traumas no habían acabado ahí. Logro salvar a la Invocadora Mona y nos dirigimos a Zanarkand a intentar acabar con el tema. Ahí descubrimos que Auron es poco más que un zombie y que ya se impuso al trágico destino de la Invocación Final hace unos años. Como yo no puedo ser menos, me sublevo y mato a Yunalesca... ¡Ups, la hemos cagado! ¿Y ahora como matamos a papi? Aquí uno ya pierde un poco el hilo, porque tengo la sensación de que nos limitamos a cargar frontalmente contra él y ganamos. Demasiado bonito para ser verdad... Y lo es. El precio de todo esto es descubrir que yo no vengo de otra época, sino que soy una ilusión; vivía en un sueño y soy parte de él, yo también voy a desaparecer... Pero me parece bien. Si con ello puedo acabar con el sufrimiento de este mundo, de toda esta gente, está bien. Acepto mi muerte y... ¡Choca esos cinco, viejo!
Eso que acabo de transcribir es épico. Ningún Final Fantasy tiene un final así, donde uno mismo se sacrifique por el bien de todos en lugar de quedarse con la chica a comer perdices. Por eso mismo, me niego a aceptar la supuesta continuación que nos plantea X-2, del mismo modo que no tolero que Square ponga en duda la grandeza de JENOVA diciendo que Sephiroth la controlaba a ella. El juego está bien así, tal cual es. Ya puede ser la continuación todo lo chachi que quiera, que la mera insinuación de estropear un final tan bueno hace que no quiera tocarla.
FFXI: DATA NOT FOUND.
FFXII: Bien, aquí nos encontramos con un mundo que es una maravilla. El combate, si bien chirria un poco, está muy bien pensado. Así que tenemos muchos enemigos que explorar y parajes verdaderamente impresionantes para explorar. Lo malo es que los personajes son más sosos que los de FFI y la política de este mundo me la suda, así que no me entero de mucho y lo poco de lo que me entero me sigue dando igual. Considero FFXII un desperdicio; un mundo tan enorme, tal variedad de armas y monstruos... Joder, si hasta basé en gran medida en él mi propio juego de rol, Frontera. Pero le faltan personajes e historia. Si se pudiese hacer un mod añadiendo una historia medianamente interesante o algo así, sería dios.
De todos modos, me gustaba explorarlo y hacer misiones, así que le he dedicado muchas más horas que a otros FF, y en cierto modo me ha divertido mucho más que otros de la saga. Sigue siendo de los peores, pero merece la pena echarle el diente.
FFXIII:
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- La antítesis de su antecesor. Si en FFXII tenías un mundo abierto por explorar, aquí la única posibilidad que tienes la mayor parte del tiempo es andar hacia delante (aunque por parajes también impresionantes, sea todo dicho). Si en FFXII el sistema estaba automatizado y tú te limitabas a dar vagas directrices a los personajes, aquí ha sido modificado de forma que tienes que estar atento cada segundo y el menor descuido puede suponerte la muerte. Si en FFXII nos encontramos con un trasfondo político más bien sosillo, aquí vemos una especie de revisión de mitos clásicos de la saga, adaptados a este extraño y particular mundo. Y los personajes... Tenemos ante nosotros los mejores personajes de la saga. Sí, puede que haya dicho esto mismo sobre FFVI, pero es que los de FFXIII están al mismo nivel. Están muy vivos, y por primera vez vemos a gente que reacciona de forma natural y creíble cuando les dices que son los elegidos y tal y pascual. Al igual que en FFVI, en cierto momento del juego se separan y vemos sus vivencias por distintas partes del mundo, lo que hace que los vayamos conociendo más a fondo. Finalmente se reencuentran en un capítulo apoteósico y las cosas se ponen serias de verdad. Al igual que en FFVI, hay enemigos a los que podemos llegar a entender y no es raro que nos sorprendamos poniéndonos en la piel de un enemigo y diciendo "Joder, si es que no tiene más remedio el hombre que intentar matarme". Y también hay algún enemigo a quien llegaremos a odiar. Vale que a veces le da por ayudarnos, o eso parece... Pero en otro caso, nos hace verdaderas putadas. Sin llegar a los niveles de Kefka, desde luego, pero eso no evitó que quisiera cargármelo.
Hay un buen puñado de referencias a los clásicos, también. Normalmente nombres y cosas así, pero para mí la escena inicial es una referencia a FFVI. Un tren que lleva a la gente al reino de los muertos ¿dónde he oído eso? Y para colmo los pasajeros llevan esas túnicas que recuerdan a los espíritus del Tren Fantasma... No creo en las casualidades.
Luego está el tema de las invocaciones, donde se abandona el típico planteamiento de "derrota a tu enemigo". Aquí, la mejor forma de domar a tu invocación es poniéndote en la piel del personaje y adoptando la aptitud que éste debería mostrar. Aparecen en momentos en los que los personajes tienen crisis y están actuando de forma contraria a su propia naturaleza, a la forma de ser que les haría merecedores de llevar a esas invocaciones. Es algo que nunca había visto hacer en un RPG, y uno de mis elementos preferidos del juego. Además, me recuerda en cierto modo a Digimon. Las invocaciones son seres que podrían pasar por digimons tranquilamente, y cuando finalmente exploras Paals, ese lugar es una extraña mezcla entre grandes extensiones de terreno salvaje y elementos más o menos futuristas abandonados por ahí. No sé si esto es intencionado, pero desde luego es una bonita sensación.
Bueno, creo que ha sido bastante tocho por hoy. Supongo que a partir de ahora, cuando alguien me pregunte por un FF tendré que remitirle a este post, porque después de la parrafada no querréis oírme decir ni una palabra más del tema. Y pese a ello, estoy seguro de que me dejo muchas cosas que decir. Digan lo que digan, Final Fantasy es una gran saga e incluye algunos de los mejores RPG que existen; aunque tenga sus altibajos, en general no me ha decepcionado y siempre estoy deseoso de jugar a nuevas entregas. ¡Últimamente hasta los spin-off les están saliendo buenos! Una pena que haya gente que se dedica a criticar sistemáticamente todo lo que hace Square Enix, cuando si realmente no tuviesen interés en sus juegos no se pasarían media vida hablando de ellos. Por mi parte, siempre que vea el nombre
FINAL FANTASY en un juego sentiré una duda razonable. Quizá luego no me guste o no sea gran cosa, pero desde luego tienen el beneficio de la duda.
Desde mi punto de vista, se lo han ganado.