Vamos a Jugar a El Hobbit



En un agujero, en el suelo, vivía un Hobbit.

No un agujero sucio, húmedo y repugnante, con restos de gusanos y olor a fango.

Tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en qué sentarse o qué comer.

Era un agujero hobbit, y eso significa comodidad.


Pero empecemos por el principio. Me llamo Bilbo. Bilbo Bolsón.

Y sí, vivo aquí. En Bolsón Cerrado. El punto más al oeste del mapa. Un día estaba tranquilamente desayunando, cuando...

Dije al extraño que acababa de acercarse a mi puerta. No iba con segundas.




Dije, porque no me había enterado de nada.

No me gustó nada cómo sonaba aquello.


Le di a entender que habíamos acabado de hablar, pero...

La gente normal lo entendería y se marcharía. No esperaba que me lo recriminara.

Tampoco me importaba, pero no quería quedar mal.

Bueno, eso sí que me pilló desprevenido.
Imaginad que un personaje que aparece en mil cuentos e historias llama a vuestra puerta.

¿Sobrevivir? ¡Si ya he dicho que no quería saber nada de aventuras!

Entonces recordé que él consideraba el "Buenos días" poco menos que ofensivo.

Y creedme, si ser descortés con una visita ya es malo, serlo con un mago suena peligroso.
No es alguien a quien puedas echar por las buenas.


Me había puesto nervioso y dije lo primero que se me ocurrió para quedar bien.

Pero ya no se podía hacer nada. Decidí coger algunas cosas antes de salir.


¡Sí, algo de comida para el camino!


¡Sí, más comida para...! ¿Qué? ¿Exagerar? ¡Estaba en edad de crecer a lo ancho!


Y por supuesto, en cinco minutos todo el pueblo sabía que había hablado con el mago.

¡BUUUM!

No, pero lo he oído.

Ahora que me acuerdo, Gandalf era conocido por sus fuegos articiales, ¿tendrá algo que ver?

Pues sí que era cosa suya.

Eran tan potentes como para romper las tablas del pozo. Mejor no hacer el tonto con ellos.

Intenté bajar con cuidado al pozo, pero...


Había una curiosa piedra con una letra grabada. Me encantan las escrituras extrañas y esas cosas, así que la guardé.


Y luego tuve que trepar para salir de allí.


Y tampoco quiero que la gente vaya diciendo que me dedico a saltar por los pozos como un Tuk cualquiera.

Ya que había causado algún destrozo en su propiedad, me pareció buena idea ir a disculparme.

Pero no respondía...



Me alegré de haber entrado. ¿Qué hacen los Boffin dejando vivir sola a la pobre mujer?

Lo de curiosear por su casa sonaba bien, todo sea dicho.

Bueno, tampoco esperaba poder registrarlo todo.

Al menos el frasquito estaba a la vista.


Espero que sea comida. ...¿Qué pasa?


No entendía bien para qué eran, pero me las guardé en el bolsillo.




Ya está la gente tratando de asustarme para que no me vaya con Gandalf.
Pero no hacía falta, ya me daba bastante miedo volver a verle.

¿A ver? ¿A ver?

¡Agh! ¡Maldito Gandalf! Ha ido repartiendo petardos por todos lados.


¡Sí! Merece la pena quemarse un poco por esto.

Ese perro es bastante fiero, mejor no despertarle.

Cuando un hobbit pretende ser sigiloso, no hace el menor ruido.
En eso somos muy distintos de la Gente Grande, que andan con esas botas que retumban como martillos.


A este paso, para cuando llegue a la posada ya estarán sirviendo la cena.

Pues yo veo a la mula perfectamente... Pero estará coja o algo. A empujar, uff.

Y encima tan cerca de Delagua. Ningún hobbit que se precie sabe nadar, eso es para los patos. Además, da algo de miedo...


No sé en qué le molestan...

¡Pero me gusta cómo suena!


¡Crash! ¡Crash! Me encanta ese sonido.

Perfecto, empezaba a tener hambre.

Por fin. ¡El Dragón Verde! La posada con la mejor cerveza de la Cuaderna del Oeste.


¿Tienes algo para picar? Vengo muerto de hambre.

¿Qué?

Espero que simplemente haya confundido a Gandalf con un enano. Aunque es un poco alto para eso.

Esto es lo que decimos cuando queremos librarnos de un visitante indese... Bueno, mejor me vuelvo.


Al menos Gandalf causa furor entre los niños.


Cuando nos interesa, los hobbits tenemos muy buen oído. Mejor que el de la Gente Grande o los enanos.



El timbre. Y son las cinco, así que...

Al menos podré comer pastelillos de semillas.

...

Entonces volvieron a llamar. Le dije que se sirviese algo de té y me esperara. A saber qué quería un enano de...

¡Otro!

Y para colmo me dio a entender que venían más.



...se ha convertido mi casa en un albergue enanil? Bueno, no dije eso. Soy cortés, ante todo.

Multitud. Suena tan... Múltiple.

Iban entrando todos como si esto fuera su casa.

¡Venga! ¡Otros cuatro de golpe!


Y lo peor es que les estoy oyendo comer y vaciar mi despensa.

Gandalf llegó con unos cuantos más.



Intenté memorizar los nombres, pero ni siquiera sabía seguro cuál era cuál.

Sin embargo, el gordo Bombur era fácil de recordar.


Y bueno, Thorin era algo así como el líder. Parecía bastante mayor que el resto.


La habrá si yo me quedo sin comer...


Oh, sí, me encantaría saber qué queréis de mí exactamente.




Vienen a mi casa, se zampan toda mi comida y me llaman ladrón. No estaba muy contento...

Eran pesadillas.


Y pasar la mañana entera fregando platos cuando yo no comí nada... Otra pesadilla.


La verdad es que los sueños que tuve habían sido bastante emocionantes...
Pero mejor olvidar todo eso. Trece enanos que alimentar ya son bastante aventura.

Había que admitir que era lo más destacable que me había pasado en mucho tiempo.

Sin embargo, el agujero hobbit no estaba del todo vacío.

¿Marcharme? ¿A dónde? Si se fueron sin mí. Por suerte...

¿Qué? Oh, bueno, al menos se pagan el desayuno.





Y ahora sabéis por qué Gandalf es un hábil manipulador.

Y así tuve que salir corriendo de mi casa, sin sombrero, bastón, dinero y sin haber desayunado.

Y de algún modo, cuando llegué, Gandalf ya estaba allí.


¿Cachaba? Ah, el bastón. ¿Y de quién será la culpa?

Llamadla como queráis, eso es un bastón.

Y así partimos. Nunca había salido de la Comarca y me vi arrastrado por los caminos.

Hubo que desviarse un poco, claro. Porque hacía mal tiempo y...



Nuestra única opción era remontar el río y buscar alguna zona con menos cauce para poder cruzar.



Claro, mataré a muchas bestias salvajes a bastonazos.

¡No he robado nada!

Ya que me obligan a acompañarles, al menos haré que me tengan un poco más de respeto.

Pero antes, a ver si es posible defenderse con esta... Cachaba.

¡Parece que funciona! ¡Arrancaré cabezas como Toro Bramador!

Nunca había visto un bicho de ese tamaño. Voy a probar contra él.

Ha sido un éxit... ¡Ratas gigantes!

¡Pues ahora verás de qué está hecha mi cachaba! ¡Sí, de madera!

Vaya, ¿y ese cofre? No sé qué hará ahí... Pero tampoco puedo trepar tanto.

O tal vez pueda entrar por este agujero...

No es un agujero hobbit, eso seguro.

¡!

¡Otra vez no...!

Uff, suerte que he caído bien sobre estos... Agujeros con pinchos que saltan cuando hago movimientos bruscos...

¡Sí! Esto les demostrará que soy un gran ladr... Aventurero, sí. Eso.

Otra de estas piedras raras...

El caso es que me sentía a gusto llevándola.

Y entonces me encontré unas ruinas. Antiguamente esto debía formar parte del reino de Arnor.

Y en el interior había, bueno, piedras.

Que al colocarlas bien accionaron eso... No sé qué es. Pero lo puedo trepar.

Y logré atravesar las ruinas.

Bueno, eso pensaba.


"¡Claro, eres un ladrón! ¡Roba algo que nos ayude!" Lógica enanil.


¡Pero sois enanos! ¡Seguro que tenéis picos y martillos! ¡Abridlo vosotros!

Ya estamos rodeados de ruinas.

Pero en fin, algo útil sí que había.

Tú pareces listo, Fili. Te haré caso.

Las ruinas eran bastante imponentes, como mínimo.

Sí, ya era raro encontrarlo todo abierto.



Sé encender un fuego, gracias.

Además, ya se veía perfectamente antes.


En eso estoy de acuerdo.

Palancas que accionan rampas. Qué lugar tan raro.

¿Cohetes? ¿Cómo puede haber aquí cohetes? ¡Gandalf los ha debido dejar! Pero no se le ve el pelo.

Claro, los ha dejado aquí para que yo me lleve el mérito ante los enanos.


Pero siguen sin respetarme mucho. Veamos... Nunca he encendido uno de estos...

¿Pero qué clase de cohetes fabrica Gandalf? ¡Ha reventado todo!

Ay, ay, avispas enormes. Si me pica una me mata.

Por suerte no esquivan muy bien mis cachambazos.

¿Pero qué...?

No me gusta este sitio, no me gusta este...

¡Agh! ¡Que se me come!

Y menos mal que tengo un palo y cada vez que se me acerca le atizo, que si no...

¡Ja! ¡Toma cohete!

¡Sí! ¡He vencido a una criatura enorme y malvada! Ahora los enanos tendrán que respetarme.

Ay, al fin podemos cruzar el río. Menos mal, está anocheciendo.

Espero que podamos acampar, pero estamos a la intemperie, dónde...

¡Cada vez me respetan menos!


Luz y calorcito para un viajero empapado. He tenido suerte.

Lo retiro. En fin, si me vuelvo con las manos vacías los enanos se reirán de mí. Voy a ver si les puedo robar algo...

Soy idiota.


¡No! ¡No tengo un buen sabor! ¡Los ladrhobbits sabemos a rayos!


¡No quiero ser parte de un pastel de carne! ¡Aunque me encanten!


Menos mal, refuerzos.


Aunque quizá no debieron anunciar su llegada a voces.




Han caído en una trampa ideada por estúpidos trolls. Ahora seré yo quien no les respete.

Intentaría echar una mano, pero entendedlo... No quiero que me asen.

¿Uh?







¿...Eso se considera cocinar?






Desde luego, la fama de Gandalf es merecida, es un genio. Y deberíais oírle imitar voces de troll, en serio.

Bueno, mejor no les echo en cara por ahora lo fácilmente que se dejan atrapar. A fin de cuentas, era por salvarme.

No hagas que me arrepienta.

Uhm, bueno, eso tiene sentido. Deben tener un refugio donde ocultarse del sol.


Si Gandalf es un genio y yo pienso como él, ¡yo soy un genio!

Pues sí que había algo bajo las piedras.

Por aquí debe ser.

Aunque bueno, dudo que los trolls treparan estas enredaderas...

Al menos como explorador soy bueno.

Setas luminosas... Me pregunto a qué sabrán.

Oh, no, los trolls habían hecho prisioneros y murieron aquí...

Bueno, al menos ya les hemos vengado.

Y hay bastante variedad.






¿Para mí? Si algunas son más altas que yo...

¡Ey, esta es ideal!


Y así reemprendimos la marcha y volvimos al camino. Sobre esta aventura, los bardos compusieron una canción.

Mientras tanto, al este de las Montañas Nubladas...