@Suzu[III], Nenti[ I ]:
-¡Está bien, lo haré con el ataque menos original que puede usar un Digimon! -exclamó Horus-. ¡Joyas de fuego!
El Digimon lanzó un montón de bolas de fuego hacia Zach. Los Grumblemon que se habían aferrado a él fueron golpeados y cayeron al suelo sin que el Waspmon tuviera que hacer nada. Desde el lomo de Crowmon, Nenti y Suzu pudieron ver esto, ya que la oscuridad se estaba disipando.
...También vieron que Vikemon se había hundido profundamente en el suelo, atravesando la roca sólida, como si se hubiese fundido con ella. Sólo parte de su cabeza y un brazo estaban fuera. Comenzó a agitarse y el suelo se agitó a su alrededor, pero seis Catchmamemon se aglomeraron a su alrededor y mostraron enormes bombas.
-¡Alto ahí, reyezuelo! -gritó un Catchmamemon-. ¡Como vea una grieta más haremos explotar todo esto a la vez! ¡Ni siquiera tú sobrevivirías a tantas de nuestras bombas, y los Grumblemon se ocuparán de lo que quede! No nos importa sacrificarnos para vencerte.
Un grupo nutrido de Grumblemon salió del suelo agrietado que rodeaba a Vikemon, sin romper la roca, como si atravesaran la superficie de una piscina.
-EKKEL FAEN! -gruñó Vikemon-. ¿¡Qué demonios queréis!? ¿¡Por qué nos atacáis!? ¡No os hemos hecho nada!
-¿¡Nada!? -gritó un CatchMamemon-. ¡Has robado el sagrado Código! ¡Devuélvelo!
-¿Devolver qué? -se indignó Vikemon-. ¡No he robado nada! Drittsekk!
-¡No personalmente! ¡No personalmente! -replicó otro CatchMamemon-. ¡Pero enviaste a un humano! ¡Le vimos escapar de la cima con el Código y venir a tu ciudad!
Vikemon dejó escapar un suspiro helado. Los Grumblemon sintieron cómo el sudor se cristalizaba en sus brazos y retrocedieron con precaución.
-Es cierto que un hombre pasó dos veces por Kazdelia -admitió Vikemon-. Le ofrecimos cobijo del frío, como haríamos siempre con cualquier viajero. Pero no sé nada de sus negocios. No trabajaba para mí. Del sur vino y al sur partió... No tengo ninguna otra conexión con humanos... Aunque si es cierto lo que decís, aplastaré al muy fristelsen en cuanto le vea.
-¿¡Nos tomas el pelo!? -se indignó el primer CatchMamemon-. ¡HAY HUMANOS DEFENDIÉNDOTE! ¿Quieres hacernos creer que no les conoces?
-Pues... de hecho... -Vikemon parpadeó y giró el cuello para miraros, lo que hizo que el suelo se agrietara todavía más. Los CatchMamemon hicieron girar las bombas en sus manos, todos a la vez-. ¡Bah! Estaos quietos, faen. A ver, ¿quiénes sois vosotros, niños? Responded antes de que me hagan pedazos, y si tenéis el Código devolvedlo.
@Senetyl[III], Lira[II ]:
-Muy bien. ¡Seguidnos, pequeños! -exclamó Trydan.
-¡Haced caso al Elecmon! ¡Seguid al Elecmon! -exclamaron los Monodramon-. ¡Vamos a enseñaros un lugar muy divertido!
-Yo me ocupo de que ninguno se separe del grupo -dijo Ilargi, alejándose unos pasos-. En el peor de los casos, puedo dormirlos sin hacerles daño -añadió, guiñando un ojo.
Tardasteis un buen rato en subir a todos los bebés a la llanura. Rudy y Kiara se habían adelantado y habían salido del escondrijo hacía ya tiempo. Una vez arriba, partisteis al este y os dirigisteis rumbo a la zona del edificio medio destruido. Los Liollmon iban con vosotros, además de los Liamon y el Sheriff. El Sherif se había quedado atrás, sin embargo.
Al llegar a la llanura bajo la sombra del edificio, reunisteis a los Kapurimon (tras mucho esfuerzo) e hicisteis que también os siguieran. Los Hagurumon siguieron un rato a Senetyl, pero al alejarse cierta distancia de la torre, todos a la vez se detuvieron y dieron media vuelta, regresando al lugar al que pertenecían.
El nutrido grupo de Digimon entró por fin en el Área del Parque Científico. Los niños que rondaban por las inmediaciones se acercaron a vosotros, asombrados y temerosos.
-¿Qué demonios hacéis con tantos Digimon? -preguntó Mina, perpleja. Tenía la ropa sucia y las manos manchadas de tierra, y la seguían un par de Aruraumon que llevaban montones de digichampiñones en los brazos-. ¿Pretendéis que se queden? Vamos a tener problemas para alimentar a todos estos...
-No teníamos otra opción -explicó Ilargi-. Casi todos son bebés, apenas comerán. Además, estaban a punto de ser atacados por un ejército... ¿tú los habrías dejado atrás? Porque nosotros no. Compartiremos lo que haya.
-Bien dicho -asintió Trydan-. Los problemas, de uno en uno. Por el momento se quedarán aquí... y después ya veremos qué ocurre en sus territorios.
Al acercaros a las puertas del parque, os fijasteis en que el autobús escolar volvía a estar en su sitio. Tenía notorias marcas de garras por toda la superficie, como si algo enorme lo hubiera arañado. Tomi, Nezu y Mafy debían haberlo traído.
-Apenas tardaron nada en volver con él -comentó Mina, con preocupación, siguiendo la dirección de vuestras miradas-. Pero no se quedaron, sino que volvieron al sur. Nezu parecía muy preocupado... Debe haber problemas también en el sur.
- Spoiler: Mostrar
- La tienda de Ogremon también está en vuestro campo de visión, con el ya familiar menú:
Seta – 10B
Fideos – 20B
Bollo – 25B
Hamburseta – 25B
Además, había aparecido una máquina de refrescos dentro de la tienda:
COOKIE-COLA – 30B
REDBALL – 30B
AQUARIOS – 30B
NESSTEA – 30B
BLACKOOFEE – 30B
@Rudy[II ], Kiara[ I ]:
-¿Árbol? -exclamó Toku, al oír a Kiara-. ¡Te ha llamado Árbol, Rudy! ¿No es apropiado? ¡Me encanta corretear por los árboles cuando soy DoKunemon y también correteo por todos lados a tu alrededor! ¡Pero ahora no soy DoKunemon, sino Stingmon, y los árboles no se mueven tan rápido como nosotros...! ¡Síguenos si puedes!
Toku cogió a Rudy y echó a volar a toda velocidad.
-¡Eh! ¡Esperadnos! -exclamó Guil, que convertido en Airdramon, tuvo que esperar a que Kiara montara en él para luego intentar darles alcance.
Aun así, Toku ya llevaba un rato frente a Allomon para cuando Guil llegó a su altura. El extraño dinosaurio Digimon había abierto un ojo y os observaba con precaución.
-Sois humanos, ¿no? -dijo Allomon, haciendo un enorme esfuerzo por despertarse-. Humanos y Digimon fuertes, puedo sentirlo... He de advertiros que cruzar este puente entraña un grave peligro. El Abismo quedó maldito por obra del mago Wizardmon, quien...
-¡Es sólo una ilusión! ¡No son de verdad! ¡Los rayos no son de verdad! -exclamó Stingmon-. ¡Pero Lilithmon no puede atacarnos porque no sabe que son de mentira! ¡Pero necesitamos el Código y tú lo tienes! ¿No es cierto? ¿No es cierto?
-Hum... -Allomon suspiró-. Eso explica algunas cosas. ¿Queréis el Código? Lo coloqué bajo una enorme piedra gris que arrastré desde el acantilado. Las marcas de mis garras, eso creo. Os parecerá llamativa en medio de la hierba. Aunque ocurrió algo extraño mientras dormía...
Allomon giró el cuello y miró al otro lado del puente de tierra cubierto de hierba. Al final de la pasarela había una maraña de espinas, tan densa que proyectaba sombras negras debajo. Era alta como un muro y se extendía bloqueando completamente el paso al otro lado, pero sin llegar a invadir el puente. Os recordó al típico bosque de espinos que solía aparecer en el cuento de La Bella Durmiente.
-Esos zarzales no estaban ahí antes -anunció Allomon-. Deben ser una trampa del enemigo. ¿De qué se tratará? Si Lilithmon envía a su ejército, no necesitará el puente, ya que sus tropas pueden volar. Supongo que por eso lo habrán bloqueado. Me asusta pensar que los rayos de Wizardmon son un mero espejismo... -añadió, preocupado-. Ahora nada se interpone entre los Poromon y esos psicópatas.
-Nuestros compañeros se han llevado a los Poromon a un lugar seguro -explicó Guil-. Les mantendrán a salvo. Y en cuanto a nosotros, podemos volar tan bien como los Karatenmon. Esas espinas no nos suponen ningún problema.