El pacto de Quenamur

Por +3 de defensa llevaría los calzoncillos por encima, ya lo creo
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LightHelco
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por LightHelco » 15 Sep 2017, 19:52

No era la forma más agradable de enterarte de donde estaba todo, pero si la más efectiva. Así que cuando a Hav se le paso un poco el dolor de cabeza, intentó recordar los puntos más importantes que había mencionado su guía y escuchar lo que el resto del grupo decía.

Varios señalaron que lo mejor era ir a ver al Alcalde de forma inmediata, pero al hombre-pez no le apetecía nadar por esas aguas en aquel momento, prefería explorar un poco mejor la ciudad. Aunque claro, querer explorarla no significaba irse con el enano de copas, a saber a qué taberna de mala muerte le llevaba.

—Quizás sea buena idea dividirnos —anunció finalmente Hav —. Que algunos vayan a ver al alcalde y otros nos ocupamos de hacer amistades y buscar alojamiento —sugirió con una sonrisa —. Yo me encargo de ir a la posada y ver si puede hacer que nos hagan descuento por grupo numeroso, ya sabéis que los posaderos son mi especialidad —. En esta ocasión se le escapó una pequeña sonrisa picarona para acompañar a sus palabras.

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Santi_gf
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Santi_gf » 15 Sep 2017, 23:31

— Buena idea — concedí en cuanto Hav acabó de anunciar su propuesta, sin echarle mucha cuenta en principio a ese comentario del final —.

Todavía había miembros del grupo que no se habían posicionado sobre este asunto, pero desde luego era mucho más simple dividir el grupo que tratar de convencer a los demás de hacer tal o cual tarea antes que las demás. Por otra parte, así tardaríamos menos tiempo en empezar a ponernos a trabajar, y es que dividirnos ahora también nos podría servir para recolectar información y rumores sobre las desapariciones, o sobre cualquier asunto importante que se estuviese dando por la ciudad. Aunque, pensándolo de nuevo, quizás lo de separarnos para investigar un caso de desapariciones no fuera la sugerencia más sensata... Pero seguía siendo mucho mejor que quedarse allí discutiendo.

— Personalmente, me parece que será lo mejor: dividirnos según nuestras preferencias y luego quedar en algún sitio cuando cada uno haya terminado con lo suyo. Delante de la casa del alcalde, por ejemplo, por si tiene interés en ver el grupo al completo. Ya que estamos, si nos vamos a separar, lo más provechoso sería investigar el asunto que nos trae hasta aquí mientras tanto... Aprovecharé para preguntar por las tiendas de las plazas por las que pase por si saben algo. Hav, sería de agradecer que aprovecharas para sonsacarle algo de información útil al posadero. Y a los que prefieren ir cuanto antes a ver al alcalde, también sería de agradecer que le explicarais al llegar que los demás estamos empezando con la investigación.

Tragué saliva al callarme. Desde luego, no estaba acostumbrado a hablar tanto sin detenerme, pero no me parecía un mal plan que poner en marcha. Al menos, para empezar, aunque a los instantes de guardar silencio me pareció que lo mismo no debería de haber actuado así con tal de que no se creyeran que yo quería actuar como el líder del grupo. Menos todavía cuando apenas hacían unas semanas desde mi llegada a este. Miré de reojo a los demás mientras esperaba a ver si alguien tenía algo que añadir a la discusión, antes de ponernos en marcha hacia la plaza.

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Aritriel
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Aritriel » 18 Sep 2017, 13:07

"Útil" pensé, jugueteando con la piedra que tenía en la mano. Águila plateada recorrió mi brazo y contempló el pedrusco con curiosidad. Cuando mi compañero volvió a subir a uno de mis hombros, guardé la piedra en uno de los bolsillos. Era mejor que un simple mapa, y no tenía intención de perderla por accidente.

-Yo también creo que deberíamos ir a ver al alcalde primero...-suspiré- Pero, ya que insistís en visitar la ciudad antes, creo que será mejor que, al menos, no vayamos solos. Recordad que estamos aquí por un caso de desapariciones-luego me dirigí a Hav. No había demasiados lugares en la ciudad que me interesasen de momento, así que buscar información en a posada era una idea tan buena como cualquier otra-. ¿Te importa que te acompañe? No molestaré-le prometí, sin esforzarme en ocultar una sonrisa divertida ante sus intenciones.

Zodiark
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Zodiark » 19 Sep 2017, 12:28

Hasta aquel momento, Aria se había quedado callada, escuchando lo que sus compañeros querían hacer a continuación. Tenía muchas ganas de intervenir y de decir que ella quería ir a visitar cada uno de los rincones de la ciudad, pero sabía que aquello iba a ser imposible y que solo molestaría a los demás y les haría no tomársela en serio. Así pues, se aguantó las ganas mordiéndose el labio inferior y aguardó.

Finalmente, decidieron separarse y que cada uno fuese adonde la apeteciera, siempre y cuando no fuesen simplemente de turismo y no sacasen nada útil de aquella visita. Aria sonrió ampliamente, porque ya tenía decidido adónde ir primero.

—Si ya está decidido entonces, yo iré al Mesón del Mar. Parece que la zona está bastante frecuentada por pescadores, y un bar puede ser buen lugar para aprender cosas de esta región. Haré algunos colegas y recopilaré toda la información que pueda.

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Drail
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Drail » 19 Sep 2017, 22:57

· Rihat, Luadh, Luga, Albator & Hav

El grupo de cinco que había decidido dirigirse a la casa de Waltiln y pasar por la zona comercial de camino, inició la marcha subiendo por la pendiente de la calle principal. No fue que hasta que llegaron a la misma plaza de las tiendas y la posada que se toparon con habitantes de la ciudad. Desde allí se podía ver que, de la plaza, bajaban tres calles hasta el paseo marítimo (cada una en distintos puntos de este), y otra, en el lado opuesto en el que se encontraban, seguía subiendo en línea recta hasta la escalinata que llevaba al barrio superior.

La plaza no estaba tan desierta como las calles. Había varios grupos repartidos de adultos que charlaban, incluso algunos niños jugando cerca de la fuente. La gente que estaba sola parecía moverse con prisa hacia donde fuese que fueran. Un grupo de bardos, situado al noreste de la plaza, había conseguido reunir un buen puñado de espectadores con su música, y, detrás de ellos, quedaba un edificio con un cartel que ponía “Apotecario”. El cúmulo de gente reunida alrededor de los músicos bloqueaban el paso.

Siguiendo la pared de casas, la siguiente que llamaba la atención era un edificio de color verde apagado, adornado de un original rótulo de madera con forma de pez; se trataba de una tienda de artilugios de pesca. A diferencia del apotecario, las puertas de la tienda estaban abiertas al público. Como daba esquina a una de las calles que bajaban, se podía ver desde las ventanas algunos artículos depositados en una estantería, como cuerdas, guantes, un candil, hilos y anillas...

Sin ir más lejos de donde se situaba el grupo, les quedaba un largo edificio que recorría el lado suroeste de la plaza. A juzgar por el pictograma que había al lado de la gruesa puerta de madera y hierro que hacía de entrada, eso era la posada, bautizada con el nombre de “Reposo del Jabato”. Luga y Hav se adelantaron mientras el grupo comprobaba el último sitio relevante; una discreta y sencilla tienda de armas, a juzgar por su cartel. A pesar de lo poco decorado que estaba, desde fuera se veía más actividad en ella que en el resto de establecimientos.


· Luga & Hav

Por dentro, el Reposo del Jabato parecía bastante acogedor... y vacío. Nada más entrar, Luga y Hav se encontraron con un recibidor equipado con un mostrador barnizado junto unas estanterías con quadernos en la pared, un banco y sillas de madera. Estaba decorado con cuadros de paisajes forestales colgados de las paredes y macetas con flores que parecían un poco secas. Ni rastro de huéspedes ni el posadero, pero Luga no tardó demasiado en escuchar los pasos de alguien que se acercaba. Desde el otro lado del mostrador apareció una humana joven que no debía llegar a los veinte años. Llevaba su pelo negro recogido en un moño y parecía un poco distraída.

—Buenos días — saludó con una reverencia — . Bienvenidos al Reposo del Jabato. Mmm... ¿Quieren hacer una reserva...?


· Godin & Aria

Siguiendo las indicaciones de Arlett, Godin y Aria tomaron un camino distinto al resto y siguieron el paseo marítimo. Pasaron por el lado de tiendas de comida, como pescado y fruta. También algunos almacenes para pescadores. Cuando llegaron al final del camino que habían seguido les quedaba un pequeño mirador hacia el mar enfrente, a su derecha estaba, un poco apartado, el faro que llevaban viendo desde el puerto, y a la izquierda podían contemplar ya una playa bastante dejada, con solo dos pescadores haciéndose compañía al otro extremo de donde estaban ellos.

Por suerte, el Mesón del Mar no quedaba tan lejos. El bar quedaba orientado de cara a la playa, en un sitio bastante fácil de ver. Un cartel colgando del lateral del edificio indicaba el nombre del local.

Y a pesar de lo bien ubicado que estaba, cuando Godin y Aria entraron vieron que, a esa hora, solo estaba el tabernero con pintas de bruto limpiando vasos detrás de una barra, dando conversación a dos hombres sentados. Uno de ellos parecía pescador, y el otro era un enano con pintas de lobo de mar. Para la hora del día que era y los pocos clientes que había, ese lugar ya apestaba a bebida. Del resto de mesas solo había ocupada una, donde un orco devoraba su plato a espaldas de ellos dos. Al escucharlos llegar, los tres hombres de la barra se giraron para verlos. El enano rápidamente perdió el interés, pero el tabernero mantuvo el contacto visual con sus posibles clientes. Por lo que hace el pescador, Aria notó que no le quitaba ojo, y sonreía.

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Santi_gf
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Santi_gf » 20 Sep 2017, 22:54

Tras ver a Hav y a Luga entrar en la posada, me detuve a pensar a que sitio debería ir primero. El apotecario tendría bastantes artículos que nos vendría bien en un apuro, pero con toda esa gente de por medio se me quitaban las ganas de ir hasta su puerta, por ahora. La tienda de armas tampoco es que me llamase mucho la atención porque siempre me había defendido bien con un solo arco y el que tenía tampoco necesitaba ser cambiado por otro. Así que, la tienda de pescadores era por donde empezar. Eché un vistazo desde donde estábamos al interior de la tienda y me convencí fácilmente para comprar varios de los artículos que iba viendo, suponiendo que serían útiles en los momentos adecuados.

— Voy a ir a la tienda de pesca antes que nada. ¿Vosotros dos que váis a hacer?

Mire a la pareja que hacían Albator y Rihat después de preguntar esto último, al volver la vista de la tienda a la que iba a ir. Y no me hizo falta mirar dos veces para darme cuenta de que se defenderían bien por su cuenta, tanto juntos como separados, ante cualquier malhechor que probara su suerte con ellos. No obstante quizás quedase algo mal que solo se presentara Rihat en la casa del alcalde mientras el resto del grupo estaba disperso por la ciudad... Por otra parte, tampoco me fiaba mucho del carisma innato de Rihat para los asuntos sociales que no involucrasen el imponer a los demás.

Estuve a punto de sugerir que se fueran los dos a ver al alcalde, pero me callé a tiempo. Eran "mayorcitos", según los criterios de edad de su raza, aunque tenía que recordármelo de vez en cuando. Me quedé esperando a ver que es lo que decidían ir sin tener ninguna intención de hacerles cambiar de idea en lo que sea que decidieran, antes de dirigirme yo por mi cuenta, solo o acompañado, a la tienda de pesca.

Crow
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Crow » 21 Sep 2017, 15:04

-Pues vamos a ir a ver al alcalde, supongo, ya lo he dicho antes. No se que necesitamos comprar si ni siquiera sabemos los detalles de la misión.

La verdad es que llamarnos equipo en esos momentos hubiera sido muy generosos, estábamos menos unidos y compenetrados que el culo de un albatros y el suelo, pero oye, hay que hacer lo que hay que hacer.

-Ya os contaremos lo que nos digan, de momento vamos tirando p'allá.
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Impredecible
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Impredecible » 27 Sep 2017, 21:23

Asentí distraídamente a las palabras de Albator mientras observaba mis alrededores, tratando de quedarme un poco con todo. Era más cómodo que lo de las imágenes repentinas mentales y si ibamos a pasar un tiempo ahí casi que convenía ser capaz de recordar dónde estaban las cosas. Por si había que correr o algo. Al menos la gente estaba suficientemente distraída y a su rollo como para no prestarnos atención y no interrumpir mi observación intensa.

-Será mejor que al menos parezca que tenemos interés en lo que sea que quieren que hagamos -afirmé tras un ratete, cuando recordé de golpe que me estaban preguntando cosas-. Vamos a enterarnos de qué hacemos aquí y luego planificamos las compras.
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Drail
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Drail » 28 Sep 2017, 02:32

· Luadh

Luadh se dirigió solo a la tienda de artilugios de pesca. Por dentro, la decoración no era tan simpática y alegre como por fuera. Cañas de distintas longitudes y colores quedaban expuestas a un lateral del establecimiento, y una estantería, colocada entre dos ventanas, ocupaba el otro. Detrás de un mostrador, había un humano adulto que saludó amigablemente al elfo y le invitó a contemplar sus existencias.

· Armas
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· Arpón de hierro: (Lanza de 1 mano) 90 O
Se compone de un astil de madera armado con una punta de hierro que sirve para herir o penetrar, y otras dos, dirigidas hacia atrás, que impiden que la presa se suelte.
· Equipo
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· Guantes de pescador: (Complemento) 32 O
Prenda de lino para abrigar las manos y protegerlas del frío.

· Gorra de pescador: (Cabeza) 43 O
Gorra de lino que cubre la cabeza y las orejas. Endeble, pero de ayuda contra el sol.
· Herramientas
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· Caña de pescar corta: 70 O
Para pescar a poca profundidad. Incluye el hilo de pesca y el cebo, que consiste en una tira de goma blanda que se asemeja a un gusano.

· Caña de pescar larga: 85 O
Genial para pescar a alta mar. Incluye el hilo de pesca y el cebo, que consiste en una artesanal pieza de piedra con forma de pez.

· Red de pesca: 47 O
Trama sencilla y abierta a partir de cordel trenzado. Elástica y grande, pero se puede romper.

· Anilla de hierro: 10 O - La unidad
Mosquetón con forma de gancho que se usa para sujetar cuerdas e hilos.

· Hilo de pesca: 14 O
Hecho de una fibra resistente y flexible. Muy fino.

· Cuerda de lino: 35 O
Hecha de fibras de lino torcidas y entrelazadas, se usa para atar o sujetar cosas.

· Cebo barato: 11 O
Tira de goma blanda parecida a un gusano.

· Cebo trabajado: 22 O
Pieza de piedra cortada y pintada parecida a un pez. Hay de distintos colores.

· Candil: 58 O
Se usa para alumbrar. Hecho de hierro, lleva una asa para hacerlo fácil de transportar y un regulador que regula la intensidad de la llama. Su interior se prende con aceite.

· Aceite: 23 O
Sustancia grasa combustible almacenada en una jarra de cristal.


—Es curioso, no muchos elfos se interesan por la pesca —comentó, rascándose la cabeza— Además, nunca te había visto por aquí, ¿vienes de Sairaar?


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· Rihat & Albator

El humano y la gargún cruzaron la plaza y subieron por las escaleras que pasaban a través de un túnel cavado en la pared de roca que separaba ambos barrios. Al final de estas, les esperaba otra plaza, pero no se podía comparar con el sitio del que venían. Habían llegado al Barrio Alto.

Todo estaba inmaculado, por primera vez veían arboles decorando las calles, y, en general, el estilo de los edificios, las ventanas, los tejados, las fachadas y el mobiliario urbano, era aún más colorido y trabajado. En medio de la plaza había lo que parecía un pozo, y el suelo estaba decorado con piedras policromadas que hacían un mosaico. Se respiraba un ambiente distinto, más tranquilo y lujoso… pero no había nadie. La paz que había podía darse debido eso.

Dirigiéndose a la salida norte de la ciudad, Rihat y Albator pasaron al lado de la pastelería que Arlett les había comentado. Por el escaparate pudieron ver tartas impresionantes catalogadas con nombres pintorescos; “beso de chocolate”, “viaje de caramelo”, “sueño de vainilla”… Dentro de la tienda había un anciano conversando con una tritón en delantal.

Tras un relajante y silencioso paseo, llegaron por fin a la aparente casa de quien les había convocado desde tan lejos. Era un edificio de dos pisos con las paredes blancas llenas de hiedras. Las ventanas del piso de abajo estaban cerradas y tapadas por unas cortinas azules, y no se podía ver el interior, además, unas verjas con formas y motivos de ramas las protegían. Una larga maceta llena de flores rodeaba y protegía el acceso al interior, de tal manera que la única forma que tenían de entrar era por lo que parecía la entrada a un jardín. Del lado izquierdo de la casa salía una reja con puerta, y Rihat y Albator la cruzaron.

Al otro lado de la reja había un diminuto camino que terminaba en un pequeño muelle particular; la casa tocaba las aguas de un lago por el lado opuesto a la calle.

—¿Quién va? —escucharon.

Desde el borde de una terraza que daba al jardín por unas escaleras de madera, les llamaba una elfa sorprendida, que se había asomado al escuchar la llegada del humano y la gargún.
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Crow
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Crow » 28 Sep 2017, 13:38

-Yo voy -le contesté a la elfa. Me extraó ver OTRA elfa en casa del alcalde tras haber conocido ya una ese día. Osea, no es que sean tan poco comunes, pero tampoco salen de debajo las piedras como las culebras-. Bueno, y ella también va. Venimos a ver el alcalde, por lo de las desapariciones y tal. ¿Está en casa?
Ora Ora Ora Ora Ora
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