Novelización de Final Fantasy IX - Prólogo y capítulo 1

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darksinh6
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Novelización de Final Fantasy IX - Prólogo y capítulo 1

Mensaje por darksinh6 » 24 Jun 2015, 13:12

Muy buenas.

Escribo este tema porque me he decidido a escribir una novela (por simple diversión, no para publicarla ni nada) sobre mi amado Final Fantasy IX, un juego bellísimo y maravilloso. Y por ello, intentaré redactar la novela con figuras retóricas y todo eso para embellecerla. Por ahora he hecho el prólogo y el primer capítulo.

Prólogo - Recuerdos olvidados en una tormenta
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Silencio. Un silencio sepulcral que envuelve el ambiente. Un silencio que puede cortarse con un cuchillo. Un silencio que, de repente, desaparece entre los aullidos del viento. Un silencio que se desvanece entre el estruendo provocado por un fuerte oleaje. Un silencio ahogado por una estruendosa tormenta. Una tormenta que tiñe el cielo de un color grisáceo al quedar oscurecido por las nubes tormentosas. Una tormenta que incita al viento a causar estragos en un enorme y solitario mar. Un mar que, molesto por los ataques del viento, se revuelve agitadamente, elevándose a varios metros de altura. Un mar que enturbia la hasta entonces eterna calma de sus aguas, llenándola de un fiero oleaje. Un oleaje entre el cual se puede vislumbrar una pequeña barca moviéndose entre las salvajes olas y el penetrante vendaval. Una barca que, con una única vela y una estructura de madera poco resistente que cruje por las fuertes sacudidas, a duras penas intenta mantenerse a flote entre tamaño infierno de viento, agua y rayos. Una barca en la que viaja una mujer de cabellos de color negro azabache con un rostro delicado y de bellas facciones que, debido a la tormenta, adquiere una expresión preocupada y aterrada. Una mujer junto a la que se agazapa una niña con el mismo aspecto de la mujer. Una niña que se esconde, asustada por el estruendo de la tormenta. Una niña que cierra los ojos e intenta sujetarse a la mujer cuando la barca se eleva en el aire debido al zarandeo de una ola. Una niña que, de repente, vuelve a sentir el silencio que había quedado ahogado por el estruendo provocado por una estruendosa tormenta. Un silencio que se había desvanecido entre el estruendo provocado por un fuerte oleaje. Un silencio que, de repente, había desaparecido entre los aullidos del viento. Un silencio que podía cortarse con un cuchillo. Un silencio sepulcral que envolvía el ambiente. Silencio.

Una joven de cabellos negro azabache con un rostro delicado y de bellas facciones abre repentinamente los ojos. Se encuentra en una iluminada habitación, el gorjeo de los pájaros penetrando por una ventana abierta, y, por un momento, se siente algo desorientada. ¿Dónde estoy?, piensa la joven ¿Qué día es hoy? Confusa, intenta calmarse un momento y se toca un momento el pelo. Descubre que lleva una diadema blanca, decorada con motivos en forma de hojas y flores. Después, baja la vista y observa que lleva un vestido blanco y finamente tejido. Observa que está en una habitación con tonos granates y que ella está sentada, junto a una cama. Enseguida se da cuenta de que el tono anaranjado de la luz que entra en la habitación significa que está amaneciendo. Poco a poco empieza a recordar. Estoy en mi habitación. Debo haberme quedado dormida, ya que he tenido un sueño, piensa la joven. Pero no era un sueño normal y corriente. Parecía bastante real y al despertarme apenas recordaba algo. La joven se despereza, se levanta y se acerca a la ventana. La abre de par en par y es testigo del hermoso amanecer de la ciudad de Alexandria. Decenas de palomas sobrevuelan un bellísimo castillo con una elevada torre similar al filo de una espada, proyectando sus sombras sobre una ciudad situada cerca de un lago y en lo alto de un acantilado rodeado de cascadas. Una ciudad de casas medievales, con estructuras hechas con piedra y tejados de madera. Una ciudad que amanece feliz, contenta por la celebración del decimosexto cumpleaños de la princesa Garnet von Alexandros, una joven de largos cabellos negro azabache con un rostro delicado y de bellas facciones. Y en el cielo que se eleva sobre Alexandria, junto a las palomas, se desliza un enorme barco volador con una mujer tallada en piedra en el mascarón de proa. Un barco con un diseño extravagante y, al mismo tiempo, hermoso. Un barco gigantesco, que pesa varias toneladas, y con el espacio suficiente para transportar a más de doscientos pasajeros. Un barco que se eleva en el aire con una serie de molinos gigantes y que utiliza niebla como combustible. Y en ese barco, en lo más profundo del mismo, es donde comienza esta historia.
Capítulo 1 – Conferencia estratégica en el cielo de Alexandria
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En el interior del Prima Vista, el enorme barco volador que sobrevuela Alexandria, reinan los nervios. El grupo de teatro Tantalus se está preparando para interpretar una conocida tragedia llamada Quiero ser tu canario como celebración del cumpleaños de la princesa Garnet y por ello hay mucho movimiento en el barco. Los encargados de maquillaje corren a toda prisa buscando los tintes y pinturas necesarios, los diseñadores de los escenarios ultiman los últimos detalles, incluso la banda de música ensaya en uno de los muchos balcones del barco. No obstante, hay una parte del Prima Vista en la que reina la calma, en la que las prisas y el caos generalizado de Tantalus no tienen efecto alguno. Se trata del almacén del barco, donde se guarda el equipaje de la tripulación y aquellos elementos teatrales que no se utilizan. El almacén consiste en un largo pasillo con techo de madera, algo descuidado y no demasiado limpio, y en diversas habitaciones más grandes repletas de objetos y materiales escénicos. En dicho almacén se encuentra un joven de pelo rubio y ojos azules. Viste un chaleco azul sobre una camisa blanca y, en el cuello, tiene un lazo verde. El joven tiene los brazos al descubierto, si bien lleva unos brazales también azules y unos guantes verde oliva. Lleva además unos pantalones azules bastante holgados y unas botas grises y blancas que le vienen grandes. En el cinturón hay una vaina en la que el joven guarda un par de afiladas dagas. No obstante, a pesar del extravagante aspecto del joven, su rasgo más característico es la presencia de una larga cola marrón en la parte trasera del cuerpo. Es algo bastante destacable, puesto que ningún otro integrante de Tantalus tiene una cola similar. Tampoco ha visto la banda a nadie parecido durante sus múltiples viajes por el Continente de la Niebla, pero, a pesar de que ni ellos ni el mismo joven tienen una explicación para dicho fenómeno, no le dan mayor importancia, ya que el chico es uno de los miembros más queridos de Tantalus y, además, el protegido de Bakú, el líder de la banda.

Este joven se desliza por una barra que lleva al almacén, presuroso porque quiere llegar a tiempo a una reunión secreta organizada por Bakú. Teme llegar tarde a la cita y por ello no pierde ni un segundo por el pasillo del almacén. Finalmente, abre una de las muchas puertas y entra en una sala que está completamente a oscuras. Está oscuro como la boca del lobo… ¿Todavía no habrá llegado nadie?, se dice el joven, que se acerca a una mesa cercana y enciende una pequeña lámpara con una cerilla. Entonces se hace la luz y la habitación se hace visible a ojos del joven. Se trata de un cuarto más o menos pequeño, con una alfombra que tiene grabado el símbolo de Tantalus y varias estanterías, armarios y cajones repletos de materiales escénicos como disfraces, instrumentos o cuadros. En ese momento, se oye una voz que procede de una puerta que hay en el lateral de la habitación:

—¿Quién anda ahí?
—¡Soy yo, Yitán! —responde el joven de la cola.

Entonces se abre la puerta de donde procedía la voz y entran a la habitación tres hombres. Uno de ellos viste un simple traje azul con cinturón (del cual cuelga una espada) y tiene en la cabeza un pañuelo rojo. El segundo personaje destaca principalmente por su enorme barriga, que sobresale de la camiseta, por su barba sin afeitar y por llevar un gorro similar al de un cocinero. Finalmente, el tercer hombre, que es pelirrojo y tiene el cuerpo lleno de cicatrices, lleva un chaleco marrón y el pelo recogido con una cinta que le tapa los ojos.

—¡Hola, Yitán! Llegas tarde, tío —dice el pelirrojo.
—Oye, ¿está el jefe, Blank? —le corta Yitán.
—Aún no ha llega’o, ¿eh? —comenta el hombre barrigudo, con un curioso acento.

Justo en ese momento se abre otra puerta de la habitación y aparece una criatura muy extraña. La parte inferior de su cuerpo se corresponde a la de un ser humano, pero la cabeza es la de un monstruo, un dragón azul. Con un salto, la bestia se planta ante las cuatro personas de la habitación y pega un rugido. Antes de que Yitán y sus compañeros pudieran hacer o decir algo, el monstruo desenvaina una espada y les ataca. No obstante, Blank, el hombre pelirrojo, saca la espada y, rápidamente, bloquea el ataque de la bestia mientras les grita a sus compañeros:

—¡Yitán, Marcus, Cinna, atentos! ¡Mientras yo bloqueo sus ataques, id preparando vosotros el plan de ataque B!
—¡Entendi’o! —responde Cinna, que, mientras Yitán busca un gancho para colgarlo del techo y Marcus (el hombre del pañuelo en la cabeza) se acerca a un rincón de la pared, se escaquea y se coloca detrás del monstruo.

Mientras tanto, Blank esquiva y bloquea los ataques de la bestia sin moverse del sitio, con unos reflejos dignos de la más ágil de las criaturas del Continente de la Niebla. No obstante, Blank comete un error y, al girar un momento la cabeza para ver qué tal estaban Yitán y Marcus, se da cuenta de que la bestia estaba a punto de atacarle. Entonces, desesperado, Blank grita:

—¡Chicos, por lo que más queráis, poned en marcha el plan!
—¡A la orden, zeñor! —responde Marcus, ceceando algunas palabras—. ¡Cinna, ¿eztáz lizto?!
—¡Po’ supuesto! —dice Cinna a voz de grito mientras empuña un martillo con el que golpea al monstruo en la cabeza—. ¡Le vamo’ a dar tal paliza a este monstruo que lamentará haber entra’o en este barco!

Con el martillazo, la bestia da un alarido de dolor y, antes de poder atacar a Blank con la espada, se tambalea y da unos cuantos pasos hacia delante, mareado. En ese momento, Yitán, que había terminado de colocar el gancho, le hace una señal a Marcus, que sin pensárselo dos veces, pulsa un botón que había en la pared haciendo que el gancho baje justamente hasta la cabeza de la bestia, se enganche y suba hacia arriba llevándosela consigo. Entonces es cuando se descubre que el monstruo no era tal, sino que era un hombre bastante mayor, barbudo y con gafas de aviador, que llevaba un casco en forma de cabeza de dragón.

—¡Basta ya! ¡Me duele el tarro! ¿Qué le hacéis a vuestro jefe? —se queja Bakú, el líder de Tantalus—. Bueno… Vaya, vaya… Parece que algo habéis aprendido, bellacos.
—¡Jefe, la próxima vez que quieraz que enzayemoz una obra de teatro, avízanoz antez! —exclama Marcus, con un tono enfadado.
—¡Bah, sois unos quejicas! —se burla Bakú—. En fin, menos lloros y al lío, que tenemos planes que hacer.

Yitán, Cinna, Marcus, Blank y Bakú entran entonces en otra habitación, dispuestos a comenzar la reunión que habían convocado. El nuevo cuarto al que entran es muy similar al anterior, solo que está decorado específicamente para ser un cuarto de operaciones, con un mapa estratégico, estanterías llenas de papeles con varios planes e incluso una caja fuerte donde se guardan objetos importantes. Los miembros de Tantalus se ponen junto a una mesa con una réplica en miniatura del castillo de Alexandria y empiezan la reunión:

—Repasemos el plan de hoy. Estamos de camino al reino de Alexandria, donde la terrible banda Tantalus secuestrará a la princesa Garnet —dice Bakú, con un tono diligente, mientras saca una muñeca de trapo que simula a la princesa.
—O’ e’plicaré el re’to, ¿eh? —interviene Cinna—. Nue’tro barco pronto llegará a Alexandria. Cuando e’temo’ ahí haremo’ como si no pasara ná y representaremo’ la obra de gran éxito Quiero ser tu canario. ¡Marcu’, tú tiene’ el papel principal, ¿eh?!
—En la obra zí… ¡Pero en el zecueztro loz protagoniztaz zerán Yitán y Blank! —sigue explicando Marcus.
—En el entreacto, crearé el caos entre la gente del castillo con esto que tengo aquí… —comenta Blank, mientras se saca del bolsillo un bicho bastante grande y con un aspecto pegajoso y marrón—. Los bichos buri no me gustan nada, os lo aseguro… Pero el deber es el deber. Me aguantaré. ¡Después será tu turno, Yitán!
—¡Vale, y en la confusión raptaré a la princesa Garnet!
—¡Eso es! —exclama Bakú, satisfecho—. Nuestro objetivo es Garnet, la princesa más hermosa que jamás haya tenido Alexandria. Así que, chicos, mucha suerte y ¡al lío!
Con esas palabras, la reunión se da por acabada y cada uno de los participantes en el secuestro empieza a salir de la sala. Sin embargo, Yitán se queda algo rezagado. La princesa Garnet, ¿eh? ¡Espero que sea verdad que es una belleza, ya que si no sería un desperdicio montar tanto lío por nada!, piensa Yitán, deseoso por que comience la operación.

En ese mismo momento, el Prima Vista se acerca a Alexandria, bajo la atenta mirada de los nobles y habitantes de la ciudad. Sin embargo, entre tantas personas, destaca una figura, un niño muy pequeño, bajito, con un puntiagudo sombrero amarillo, una holgada túnica azul y una cara totalmente negra con dos puntos luminosos en lugar de ojos que observa asombrado el barco volador, con una sensación que mezcla sentimientos de sorpresa, emoción, curiosidad y, sobre todo, tristeza.

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Re: Novelización de Final Fantasy IX - Prólogo y capítulo 1

Mensaje por Malfuin » 24 Jun 2015, 14:44

Uy, esto intenté hacerlo yo con FFVI, pero lo acabé dejando por motivos que no recuerdo :lol:

Está bastante bien, pero hay algo que me incomoda y es... ¿por qué narras en presente? Hay pocas novelas que lo hagan y no destacan exactamente por su calidad (Juegos del Hambre, Divergente...). Y desde luego no termina de pegar para este juego cuya temática es, a fin de cuentas, fantasía heróica.

Me gustan las repeticiones que has utilizado en el prólogo, pero quizá lo hubiera dividido en más párrafos. Sobre el primer capítulo, haces bien en no hacerlo muy largo, pero espero que te des cuenta de que lo que has contado no es ni un 1% de la historia... vaya, que si acabas llegarás a más de cien capítulos si son de esta extensión :P

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Re: Novelización de Final Fantasy IX - Prólogo y capítulo 1

Mensaje por darksinh6 » 24 Jun 2015, 14:55

Malfuin escribió:Uy, esto intenté hacerlo yo con FFVI, pero lo acabé dejando por motivos que no recuerdo :lol:

Está bastante bien, pero hay algo que me incomoda y es... ¿por qué narras en presente? Hay pocas novelas que lo hagan y no destacan exactamente por su calidad (Juegos del Hambre, Divergente...). Y desde luego no termina de pegar para este juego cuya temática es, a fin de cuentas, fantasía heróica.

Me gustan las repeticiones que has utilizado en el prólogo, pero quizá lo hubiera dividido en más párrafos. Sobre el primer capítulo, haces bien en no hacerlo muy largo, pero espero que te des cuenta de que lo que has contado no es ni un 1% de la historia... vaya, que si acabas llegarás a más de cien capítulos si son de esta extensión :P
Pues la verdad es que lo de la narración en presente me ha salido sola. Y no sé por qué xD Ahora ya me he acostumbrado a escribirlo en presente y se me hace raro verlo en pasado. Pero sí, es una cuestión que me escamaba y que quiero cambiar, por lo que me tocará revisar los dos capítulos que he hecho.

Edito: Me ha venido enseguida a la cabeza el motivo por el que he usado presente xD Creo que ha sido porque el juego tiene un tono como de cuento, de historia de estas de cuento de hadas (en muchos aspectos), y claro, muchos cuentos (la mayoría) están en presente. Pero coincido contigo en que al ser de fantasía quedaría mejor el pasado. Ya veré lo que decido en el segundo capítulo.

No tengo planeado hacer capítulos más o menos de la misma longitud. Me guío más que nada por momentos del juego en los que queda mejor acabar un capítulo para empezar el siguiente. Soy consciente de que me queda muuuuucho por delante xD Por eso quiero hacer algunos capítulos más largos y otros más cortos, para dividir la historia de forma más "impactante", es decir, para que funcione mejor. Vamos, que a lo mejor en un mismo capítulo trato una escena (como el prólogo y el capítulo 1) y luego otros ocupan, yo qué sé, todo lo que sucede en Lindblum xD

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