Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

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Final
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Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por Final » 22 Feb 2014, 03:15

Esto es un fanfic.

Mi rol, "Kingdom Hearts: Union" se ha quedado en estado catatónico hace ya bastante tiempo, pero han quedado muchas cosas por contar. Este es mi intento de relatar algunas de esas cosas. Aviso ya con antelación de que no será una publicación regular. Me servirá como práctica de escritura cuando tenga ganas de desatar un poco a mi musa.

Aquellos que hayan leído o jugado a mi rol lo disfrutarán más, por supuesto, así que si os interesa la lectura podéis encontrarlo en el subforo de Juegos de Rol. De todas formas, esto lo hago por y para mis jugadores, que me han ayudado a montarme una cronología para la historia del rol que, personalmente, me gusta bastante. Muchos de los personajes que aparecerán aquí han sido creados por la gente que ha jugado conmigo como Game Master, así que no se trata de una historia completamente original. Sin embargo, como las versiones que aparecen en el rol de estos personajes son un poco diferentes a lo normal me he dejado un poco más de libertad a la hora de desarrollarlos. Si alguno de los roleadores piensa que estoy escribiendo mal a su personaje, por favor, que me lo haga saber.

Pasaré cada capítulo por Google Drive y lo colgaré también por aquí.

Y sin más, primer capítulo:
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Leer en Google Drive

Quizás con un recuerdo sería suficiente, y sólo una imagen podría describir todo lo que ocurrió, pero esta vez me dirijo a quien sea que me esté leyendo con palabras. Palabras salidas de mi propio puño con las que intentaré explicar la historia de cómo la oscuridad me envolvió al fin y de cómo perdí todo lo que alguna vez me importó. La historia de Utopía.

Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

1
Año 0 – Una noche en calma

Desde allí arriba, el pequeño pueblo de Utopía parecía aún más pequeño. Mi investigación me había exigido alejarme del animado bullicio urbano, aislándome en mi modesto Observatorio en la cima del monte más alto de los que rodeaban el valle en el que se asentaba la población. Allí pude encontrar un lugar de recogimiento, pasando los días solo con mi telescopio y con mi joven hija, a la que criaba en soledad después de que su madre nos dejase.
La vida de mi pequeña casi no había hecho más que empezar. Se encontraba dormida dentro de la mullida cuna de mi estudio, mientras yo me peleaba con mis apuntes. Aquella noche, su pálido cabello, corto pero ya tupido, resplandecía al reflejar la luz de la luna que yo tanto había estado observando desde que tenía memoria. Una luna que albergaba todas las respuestas a todas las preguntas, el lugar en donde residían los corazones de todos los que habían sido, son y serán. El grial de cualquier científico. Kingdom Hearts.
Obviamente, yo no era el único que anhelaba conocer el misterio de aquel fantástico cuerpo celeste, pero sí era el que más había avanzado en su investigación. Debido a ello, el resto de eruditos de Utopía acudían a menudo a mí para buscar consejo y, a veces, para ofrecerse como discípulos.
—¿Le parece bien que vuelva mañana, Profesor?
Una cálida voz me susurró desde la penumbra, sobresaltándome. Me había abstraído escuchando la respiración de mi hija, angelical en su plácido sueño, mientras intentaba poner un poco de orden en mis notas más recientes. Al volver la cabeza hacia el origen de la voz pude distinguir la mirada inquisitiva de Alistair entre las sombras.
—Sí, sí, por supuesto —respondí, despidiéndolo distraídamente con un gesto de mi mano—. Busca a Loud y dile que se vaya contigo, no quiero que se pase la noche fuera de nuevo.
Alistair suspiró.
—Siempre va por libre, creo que no le he visto dentro del observatorio ni una vez desde que es su discípulo, Profesor.
—No cuestiones sus métodos sólo porque sean distintos a los tuyos, joven —advertí, levantando un dedo hacia él—. Las ideas más lúcidas tienden a llegar cuando dejas de buscarlas.
Alistair se quedó mirándome unos segundos, seguramente buscando algo que replicar, pero finalmente se encogió de hombros y se dio la vuelta para salir del observatorio, haciendo que la luz lunar arrancase un reflejo violáceo de su cabello antes de perderse de vista. Unos segundos más tarde pude escuchar un intercambio de palabras, ininteligible a través de las paredes del pequeño edificio, pero que me sirvió para enterarme de que iba a pasar un rato más antes de que llegase a quedarme solo aquella noche. Le eché un último vistazo a los folios desperdigados en mi escritorio y, con un suspiro, me levanté de mi asiento.
Me aseguré de que mi hija seguía apaciblemente dormida antes de dirigirme hacia la puerta que llevaba a la pequeña cocina que tenía instalada en el cuarto adyacente al estudio del Observatorio. No tenía demasiado tiempo para las labores de limpieza, enfrascado como estaba la mayor parte del día en mi investigación. Por eso, cuando entré en la cocina me avergoncé un poco al darme cuenta de que estaba como nueva, limpia y brillante como un cielo despejado. Abrí el armario de los cacharros para sacar una tetera. En efecto, todo pulquérrimo.
—La señora Linne se esmera cada vez más, ¿no cree usted, Profesor? —escuché, desde detrás de mí—. ¡Menuda es!
Sonreí mientras llenaba de agua el recipiente y lo ponía sobre uno de los hornillos con el fuego encendido. Me di la vuelta para saludar al hombre de voz rasposa que había entrado en el Observatorio.
—¿No sabes que hay que llamar a la puerta antes de entrar? —le reprendí, bromeando.
—¡Los dos sabemos que soy bienvenido aquí como el que más! —se jactó, sacándose una gran mochila de arpillera de la espalda y comenzando a rebuscar en su interior.
Se trataba de mi discípulo de más edad, aunque no el más veterano. Su piel, joven pero curtida, delataba sus hábitos de cazador. Se presentó un día delante del Observatorio con la caza de toda una mañana colgada de un hatillo, prestándose a ofrecerme sus servicios a cambio de que le hiciese de tutor.
—Le traigo comida para unos días —dijo, inclinando orgulloso la mochila para dejarme ver lo que había en su interior—. Carne fresca. Especias. Calidad de la buena.
Asentí, juzgando positivamente el contenido de aquella bolsa. Señalé con la cabeza el armario despensa que había al fondo de la cocina y se apresuró a guardar allí todo lo que me había traído. Suspiré.
—Sabes que no me debes nada, ¿verdad?
—¡Tonterías! —bufó—. Usted me ofrece algo y yo otra cosa a cambio. ¡Es lo más natural del mundo! No sé cómo deja campar a sus anchas por aquí a esos mindundis de Alistair y Loud como si tuviesen todo el derecho a…
—Dyray —le interrumpí.
La arruga que se le empezaba a marcar en el ceño se disipó tras un gran esfuerzo por su parte para intentar relajarse. Inspiró hondo y dejó escapar el aire en un suspiro casi salvaje.
—¿Ya? —pregunté.
—Sí, ya —respondió, de mala gana—. Yo sé que tengo razón.
—Claro que lo sabes. Pero saber algo no significa que sea cierto.
Frunció el entrecejo de nuevo en un instante, pero antes de que el dedo acusatorio que estaba levantando diese paso a una acalorada discusión, la tetera con el agua empezó a pitar al expulsar el vapor que se había acumulado en ella. Comencé a preparar el té utilizando algunas de las hierbas que Dyray me acababa de traer y, tras unos minutos de ceremonioso silencio, los dos volvimos al estudio del Observatorio, un lugar mucho más espacioso y adecuado para tomar un té en compañía.

* * *

—¿Te vas ya, entonces?
Dyray se había levantado casi con prisa al darse cuenta del tiempo que había pasado. Se dirigió hacia la puerta de salida tras recoger su mochila, ahora prácticamente vacía, colgándosela al hombro.
—Mañana tengo que preparar mi puesto en el mercado y como tarde un poco en llegar me robarán el sitio más cercano a la plaza —se quejó, con voz amarga—. ¡Anda que tener que madrugar por culpa de una panda de…! ¡Bah!
Aventó unas cuantas moscas imaginarias con la mano, a lo que solté una leve carcajada. Se encogió de hombros, resignado, y se despidió con un gesto de la cabeza mientras se dirigía a la puerta de salida. Antes de llegar a tocar el pomo, sin embargo, ésta se abrió de par en par, dejando ver una silueta recortada contra el cielo nocturno, vagamente iluminada por la luz que salía de dentro del Observatorio.
—¡Me cago en…! —maldijo Dyray, por lo bajo—. ¿No sabes que hay que llamar a la puerta antes de entrar? ¡Que no son horas, Loud, por el amor de…!
—No vengo solo —le interrumpió Loud, con voz suave pero cortante.
Dyray se calló al instante, un tanto molesto. El aspecto de Loud no era demasiado intimidante. Su cabello oscuro caía largo y lacio sobre su espalda por detrás de sus orejas, destacándolas un poco más de la cuenta. Su mirada estaba perdida la mayor parte del tiempo, dándole un aspecto abstraído, pero si uno se fijaba en sus ojos fríos podría darse cuenta del carácter casi calculador que parecía estar escondiendo bajo aquella máscara. Se trataba de alguien muy apacible, si bien a veces un tanto brusco. Como bien había remarcado Alistair antes de irse, se pasaba más tiempo tumbado sobre la hierba en el exterior del Observatorio que dentro de él. Yo sabía que no era sólo por hacer el vago, claro. Él prefería darle una aproximación un poco más metafísica a nuestra investigación.
Detrás de él, un chico un tanto bajo al que ninguno de los presentes conocía evitaba mantener contacto visual con ninguno de los presentes. Su pelo plateado lo hacía contrastar con la oscura noche que se cernía detrás de él.
—Me ha dicho que quería hablar con usted, Profesor —explicó Loud—. Se lo dejo aquí, supongo. Yo me vuelvo a mis cosas y tal…
Su voz empezó a perder fuerza a medida que perdía interés por la situación. Al final se quedó en silencio, se dio la vuelta y se marchó por donde había venido sin mediar más palabra. Dyray se quedó mirando al chico que Loud había traído consigo, de arriba abajo, con la mirada más crítica que uno se pudiese imaginar. Al final, cerró los ojos, se ajustó bien la mochila a la espalda y suspiró.
—Usted verá, Profesor —dijo, despidiéndose con una palmada amistosa en mi hombro y saliendo al fin del Observatorio.
Me quedé entonces solo con aquel joven, que se había quedado fuera de la casa, con la entrada abierta todavía. Esperé unos segundos a que entrase, pero no parecía estar por la labor de moverse. Tosí para llamar su atención.
—¿Y bien? —pregunté.
Al fin decidió entrar, cerrando la puerta tras de sí. Comenzó a hablar todavía sin mirarme.
—Me encontré con el tío del pelazo tirado ahí fuera. Parecía que estaba muerto —comentó, refiriéndose a Loud de forma un tanto abrupta—. El del pelo lila me indicó el camino. Me dijo que siguiese el camino de pirados inconscientes.
Arqueé una ceja y le hice un gesto con la mano para que continuase. Al grano.
—Mi nombre es Renji —dijo, presentándose al fin.
—¿Y a qué vienes aquí, joven Renji? —pregunté, sabiendo ya cuál era la respuesta.
Los ojos del chico parecían estar llenos de energía. Sólo con ver cómo me dedicaba aquella apasionada mirada pude confirmar que Dyray se había apresurado al juzgarlo, como siempre.
—Vengo a que me acepte como discípulo, Profesor Fárfax.

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Malfuin
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Re: Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por Malfuin » 22 Feb 2014, 03:40

De momento se parece bastante a la historia de alguna gente de la Organización XIII, pero será interesante ver qué les sucede exactamente. Un pelín corto pero entretenido.

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LightHelco
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Re: Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por LightHelco » 22 Feb 2014, 15:13

Tal y como ha dicho Malfuin, el comienzo de la historia recuerda mucho al de la Organizacion XIII, solo que sabiendo que el sabio es el malo directamente. A ver como acaba la cosa con estos.

Sobre la hija...si es un personaje nuevo pues no puedo decir nada, si es algun jugador solo hay dos opciones y una pena que no sepamos el tiempo entre el comienzo del rol y esto para poder adivinar si es Edurna o Sara.

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Crow
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Re: Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por Crow » 22 Feb 2014, 16:29

Mola, mola. Ya tengo ganas de ver como continua.

Has olvidado que Filastair tenia el pelo verde con solo las raíces lila o lo has cambiado a propósito?
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Final
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Re: Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por Final » 23 Feb 2014, 01:43

@Malfuin
Al ser algo alternativo a KH pero con la misma base parece que me he pasado un poco con las similaridades xD A ver si los próximos informes lo arreglan un poco (:

@Light
¡En realidad en este informe se ha revelado un dato bastante importante sobre Fárfax! Hay que fijarse en cómo está escrito el texto anterior al título y recordar quién más escribía siempre en cursiva en el rol :B

@Crow
¡Pues la verdad es que pensaba que predominaba el color lila en el pelo! Si quieres lo cambio para que se adapte más. Aunque también podemos hacer que sea el verde el que predomine sobre el lila cuando se convierte en incorpóreo.

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Crow
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Re: Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por Crow » 23 Feb 2014, 01:48

Final escribió: @Crow
¡Pues la verdad es que pensaba que predominaba el color lila en el pelo! Si quieres lo cambio para que se adapte más. Aunque también podemos hacer que sea el verde el que predomine sobre el lila cuando se convierte en incorpóreo.
La segunda idea me gusta, si quieres hazlo de esa manera ^3^
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edurna
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Re: Informe Secreto - Kingdom Hearts: Utopia

Mensaje por edurna » 12 Sep 2014, 21:47

¡Es genial! y sobre la teoria de la hija, probablemente sea sara, por que edurna ya tiene familia y es mas pequeña que sara.
pero si es mas interesante el saber sobre farfax y la pandilla, muy, muy interesante
Habilidades
-Escribir en el aire.
-Encontrar la palabra "prusia" en una pagina de 40.000 letras.
-cambio de lado sadico/filosofico.
-paraguazo N19
-ostia parda vasca (con efectos secundarios de /acojono/veneno/extra de experiendia.

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