"Todos estamos obsesionados por
ser: alguien, algo, en algún sitio. Estar en un estado particular de conciencia, de salud, mental. Estar por y para.
Estar con.
Estar sin.
No eras una excepción.
Como todo el mundo, llamabas al planeta Tierra tu hogar.
Pero no eras como la mayoría de tus congéneres.
Pasaste tu infancia en un país roto por la guerra.
Tras la guerra, Manila no era el mejor lugar en el que criar a un niño.
Te mudaste a California.
Esas memorias de la infancia, aunque dolorosas, te daban paz.
Significaban que eras
alguien.
Y tenías intención de mantenerte así.
Armstrong puso un pie en la luna, y de repente todo el mundo quería ser parte de algo.
Viste naciones desaparecer de la existencia.
Los selenitas se convirtieron en la clase privilegiada de la humanidad. Eran la minoría que había viajado al espacio.
Era dificil reconciliar el mundo moderno con tus días en Manila.
El gobierno de Tierra Unida pagó tu universidad.
Pronto te uniste a Lineas Espaciales de Transporte Internacional como un asistente de ingeniero de vuelo.
Un hombre en una chaqueta de vuelo se acercó a ti tras uno de los ejercicios. Se presentó como Kurt Taylor, el presidente de ITS.
"Quiero a alguien con tu... historial como parte de nuestra siguiente misión. He oído que creciste en Manila. ¡Y mírate ahora! Ya sabes lo que dijo Nietzsche: quien tiene un por qué puede superar cualuquier cómo."
Sonrió y te pidió ser parte de una misión hacia Europa.
Ya había habido diez misiones a Europa. La siguiente sería Europa-11. Esta vez, querían mandar una nave tripulada a la superficie.
Tú solo querías ser parte de algo.
Estabas de camino a la bahía de sistemas cuando la nave entró en la orbita de Europa.
La alarma central comenzó a sonar, y las luces rojas te cegaron. La IA de Europa-11 había activado el protocolo de seguridad Código Rojo. Todo el personal tenía que ir al puente de mando.
Eso te incluía a ti.
Llegaste al final del pasillo, pero la puerta se cerró frente a ti.
Pediste a la IA que te dejase ir al puente.
La IA te dijo que el camino al puente no era seguro y debías evacuar inmediatamente.
"¿Qué está pasando?"
Una voz sintética te dijo que intentar llegar al puente sería demasiado arriesgado. Quería que evacuases.
Corrieste hacia las capsulas de escape.
Todo el mundo resultó ser más rápido que tu. Solo quedaba una cápsula disponible.
Quedó sellada y se soltó en cuanto entraste.
Podías ver las otras cápsulas de escape alejarse de Europa-11.
Intentaste hacerles señales.
Pero nadie respondió. Las otras cápsulas se alejaban, descontroladas. Estaban todas vacías.
Intentaste comunicarte con Europa-11.
Europa-11 estaba conduciendo tu cápsula, pero no conseguías que la IA respondiese tus mensajes. Algo bloqueaba la señal.
Tu cápsula se estaba alejando de la órbita.
En un Código Rojo, la IA de Europa-11 se encargaba de conducir las cápsulas de escape. Esto daba al equipo tiempo suficiente para ponerse sus trajes EVA.
La pantalla se volvió azul, lo que significaba que la IA te había abandonado.
Notaste un golpe.
La chatarra estaba golpeando tu cápsula.
La misión Europa-11 había acabado. El gran círculo del radar se había convertido en cientos de círculos más pequeños antes de desaparecer del todo.
Necesitaste un momento para procesar eso.
Pasaron ciclos.
Intentaste establecer comunicación con alguien, silbando tus canciones filipinas favoritas en el micrófono.
Un día, tuviste una respuesta.
Había música saliendo de los altavoces. Una triste voz femenina cantaba sobre el fin del mundo.