El pacto de Quenamur

Por +3 de defensa llevaría los calzoncillos por encima, ya lo creo
Zodiark
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Zodiark » 03 Ago 2017, 09:54

—Me resulta bastante raro que haya dejado el trabajo a medio hacer, parecía bastante diligente. Y se llama Rosvick, por cierto —añadí, mirando al enano de reojo y enarcando una ceja, mientras dejaba la caja en el suelo—. No le habrá pasado nada, ¿no? ¿Queréis que os ayude a poner todo en su sitio? No me importa, después de todo tampoco me gusta quedarme quieta.

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Drail
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Drail » 04 Ago 2017, 16:05

· Rihat & Luadh

—¿Que si he estado nunca allí? —repitió Arlett— Pues sí. Al fin y al cabo vivo allí. Mi hermano y yo tenemos un negocio. Él es artesano, y a pesar de tener el taller en Maltria tiene contactos que le compran a menudo.

Tras el estrechón de manos con Luadh, la elfa se cruzó de brazos, mirando con desdén el mar.

—A mí me toca la parte divertida, reparto sus productos a sus compradores en persona… Estoy en este barco haciendo el viaje para regresar a casa, y, sinceramente, espero que nada más llegar me toque salir a repartir de nuevo; Calcherth ha cambiado mucho. Es como si por cada persona decente que parte de allí viniesen cinco indeseables.

Cuando Rihat empezó a hablar, la elfa enmudeció. Al escuchar su voz, abrió los ojos como platos y se giró hacia ella.

—… ¿¡Eres una…!? —parecía muy sorprendida por su tono, pero mantuvo la voz baja— ¿¡Eres una guardiana Y una gargún!? ¡Esto es inédito! No te ofendas por favor, pero con todo lo que llevas encima me imaginaba que eras un hombre. ¡Y encima una gargún! —mientras decía esto, Arlett intentaba moverse discretamente para conseguir ver la cola que esperaba encontrar detrás de Rihat— Oh… ¡No sé cómo decirlo! ¿Te das cuenta de lo poco común que eres? Mucha gente apenas le daría importancia a esto, pero…

Su expresión cambió.

—Pero tendrás que ir con cuidado por donde vayas. Ignoro qué tipo de aventuras habéis tenido, pero harás bien en ocultar tú identidad. Sobre todo ante un titán; les hierbe la sangre nada más ver un guardián, y siendo además una gargún ten por seguro que te verían como un trofeo de caza. Pero no os preocupéis, la última vez que estuve en Calcherth no había ningún titán —rió— . Cuando desembarquemos os indicaré algunos sitios que puedan seros útiles. ¿Me presentaréis al resto de vuestra compañía? Quizás haya otro hallazgo interesante, aunque dudo que este le supere.

Y esta vez, extendió la mano hacia Rihat con una sonrisa de oreja a oreja.


· Luga

—¡Disculpa! —dijo una voz estrepitosa de alguien que se había acercado al orco— ¿No habrás visto por casualidad un mapa por aquí?

Era la chica esa de la pareja de jóvenes que el grupo había visto anteriormente. El chico también estaba allí.

—Déjalo estar, Harley… Se lo habrá llevado el viento sin que te dieses cuenta.
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Parecía un chaval relajado, un poco pasota por su tono de voz. A pesar de su edad vestía como todo un parivir preparado y equipado, a diferencia de la curiosa imagen de la chica, que contrastaba tanto con el de su acompañante.
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—¡Ay, cállate Max! ¡Te digo que es imposible, se me debe haber caído al salir a cubierta! ¡Además, si eso fuese cierto ya lo podríamos dar por perdido! ¿Es eso lo que quieres pensar?

Él se limitó solo a encogerse de hombros.

—Parece mentira… ¿Y bien? —volvió hacia Luga.

—¿Por qué no vamos a rebuscar en el camarote primero en vez de increpar a la gente? Además, ¿no querías que…?

—¡¡Sssh!! — le cortó la muchacha, expectante a la respuesta del orco.


· Hav

Vermillion relajó un poco la marcha.

—Querrá decir Diosa, ¿no, Sir Hav? … Servidor navega hacia Maltria en pos de visitar la seo de San Diandre, ubicada en el corazón del continente —parecía bastante apasionado acerca de lo que hablaba— . Quizás el nombre de Bendición del Peregrino le es más familiar; se trata ni más ni menos del edificio religioso más sobresaliente de la isla. Me hallo viajando por el mundo para recibir la bendición de la Diosa en todas sus moradas. ¿Usted es un hombre de fe, Sir Hav? De ser así le sugeriría que me acompañase, pero servidor no querría entorpecer su viaje.


· Godin & Aria

—Lo sabía —dijo entre dientes el marinero— . Estúpido renacuajo…

Arrancó las cajas de las manos de Aria con un humor de perros. Debido al escándalo armado salieron otros miembros de la tripulación, y, finalmente, el capitán del barco volvió a aparecer.

—¿Qué es esto? ¿Qué problema hay?

—¿¡Que qué problema hay!? ¡El mequetrefe de Rosvick es el problema!

De algún modo u otro, el hombre pez se esperaba esta respuesta. Al ver las cajas entendió la situación.

—Capitán, por muy novato que sea no puede hacer lo que le dé la gana. Este es su segundo viaje y ya son demasiadas las veces en que hemos hecho la vista gorda, y no estamos en un viaje de placer ni un barco pirata, esto es un negocio, ¡y no hay que tomárselo a la ligera!

—¡Sí! —añadió otro marinero— ¿Quién se piensa que es ese mocoso? ¿¡Es que no se da cuenta de que pone en peligro su reputación, capitán!? Puede que le sustituyan si sus superiores llegan a enterarse de lo mal disciplinado que está.

El hombre pez se había llevado la mano a la cabeza y justo soltaba un profundo suspiro.

—Escuchad, ahora no…


· Albator, Hav, Godin & Aria

Cuando Albator, Hav y Vermillion llegaron a cubierta y se acercaron a Godin y Aria, parecía que había empezado una discusión entre los miembros de la tripulación del barco. El mismo hombre pez que Albator y Hav habían visto antes estaba allí incluso, pero no había rastro del marinero Rosvick.

—Si usted no lo hará voy a tener una charla con él yo mismo — declaró un marinero orco, cargando con las cajas de antes, dirigiéndose hacia el interior del barco cuando fue interrumpido por su capitán.

—Esto es asunto mío, haz el favor de no empeorar las cosas. Antes me he acercado hasta el muelle de Calcherth para conseguir el permiso para atracar y me he enterado de que vamos a recibir una visita nada más llegar.

El orco palideció.

—Eh… ¿N-no será…?

—Sí, es justo lo que piensas, así que mueve tu culo verde adentro con estas cajas, olvida este asunto, y avisa a todo el mundo de que esté preparado. Y que nadie, nadie se pase de listo.

El marinero asintió gravemente y desapareció hacia el interior. Los otros marineros presentes que habían escuchado la conversación hicieron lo mismo, y no había ni uno que no pareciese agitado. Vermillion compartió una mirada confusa con Hav y Albator.

—Ruego que disculpen este pequeño altercado —empezó el capitán, dirigiéndose al grupo— Les estoy muy agradecido por habernos alertado acerca de este descuido. Pronto estaremos por fin a Calcherth, así que les recomiendo que regresen a sus camarotes a por sus pertinencias.

Se giró y siguió al resto de tripulantes.


· Todos

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Este es el último post que habrá acerca del viaje hacia Maltria. En el siguiente por fin atracareis a puerto, así que aprovechad si queréis hacer algo antes de abandonar el barco.
Última edición por Drail el 05 Ago 2017, 12:24, editado 1 vez en total.

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Aritriel
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Aritriel » 04 Ago 2017, 17:27

Una voz interrumpió mis pensamientos. Me giré y encontré dos jóvenes humanos que estaban discutiendo sobre un mapa que parecían haber perdido. Águila Plateada bajó hasta mi hombro para mirarlos con los bigotes temblando, curiosa.

-No, no lo he visto. Lo siento-me disculpé. La rápida reacción de la chica para callar a su compañero me dejó desconcertado, pero logré disimular mi sorpresa. ¿Qué clase de mapa habían perdido?-. Igual sigue en vuestro camarote.

El alboroto que montaron los marineros me llamó la atención, pero no intervine. Me quedé escuchando y mirándoles de reojo. No sabía si sus problemas podrían afectarnos, pero nunca estaba de más estar alerta. Sobre todo cuando aún no habíamos llegado a tierra y seguíamos en su barco.

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Impredecible
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Impredecible » 05 Ago 2017, 11:01

Ladeé la cabeza ante el extraño entusiasmo de la elfa. No tenía muy claro si estaba tratando de halagarme o estaba llamándome bicha rara en mi cara.
Al final, tras unos segundos de silencio, acabé optando por lo primero (aunque fuese porque un halago de vez en cuando no estaba mal, no iba a quejarme precisamente por tener una fan), encogiéndome de hombros.

-Soy consciente de mi... rareza, gracias. -Podría haber comentado que recordar a alguien que intentar cazarle había sido un deporte hasta hacía cuatro días no era la mejor forma de hacer amigos del mundo, pero mejor no crear aún mas mal rollo mientras tuviesemos que estar todos compartiendo barco-. Y lo de pasar desapercibida no es algo sencillo, esto... -señalé mi armadura con un ademán- grita "guardián" por todas partes. Pero los titanes no me dan miedo precisamente, no serían los únicos con ganas de caza... es una pena que no formen parte de la fauna local, lo haría todo más divertido.

Me giré para ver la tierra que se acercaba y suspiré. Definitivamente más valía que aquello valiese la pena para compensar tanto tiempo rodeada de agua y elfas sobreemocionadas, o tendría que empezar a renegociar mis tarifas.

Giré levemente la cabeza al ver a la elfa tendiéndome la mano y, tras un segundo, se la estreché distraidamente.
Podía acostumbrarme a eso de tener fans.
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Crow
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Crow » 05 Ago 2017, 16:15

Yo iba con lo puesto, y no tenía muchas ganas de volver a meterme dentro, así que me quedé afuera con el resto. Tengo que admitirlo, veía al capitán un poco falto de autoridad sobre sus hombres, ¿que es eso de que tomen cartas en el asunto ellos mismos? Donde hay patrón no manda marinero, leches.

-¿Que es lo que se supone que viene, que sea tan preocupante? -le pregunté al capitán.
Ora Ora Ora Ora Ora
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Santi_gf
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Santi_gf » 05 Ago 2017, 20:28

Asentí con la cabeza mientras Rihat estrechaba su mano con la de la elfa, satisfecho de ver que había ido bien su introducción, aunque yo no hubiera hecho nada. Nada, salvo preguntarme si mi compañera guardiana no le rompería la mano sin querer en un despiste, o si de verdad era tan raro que no me extrañase tanto la existencia de Rihat. Supuse que de haber salido algo más de mis bosques habría aprendido un poco más sobre las rencillas que tenían los de las otras razas entre ellos... Si es que me decidía a prestar atención a estas particularidades y trataba de relacionarme con gente de las otras razas, tareas que no me acababan de entusiasmar. Pero que podía probar a ver cómo se me daban.

— Gracias por ofrecerte a guiarnos un poco cuando lleguemos — le dije a Arlett después de que Rihat acabara de hablar con ella —. No contamos con un mapa de la zona, así que nos vendría genial algo de ayuda para orientarnos. Y claro, si quieres que te presentemos a los otros no creo que haya ningún problema. Además, creo que no deberían de andar muy lejos.

Empecé a andar de nuevo hacia donde creía que estaban los demás, cerca de donde se dejó las cajas aquel grumete, mientras instaba a las dos a seguirme si querían. Aproveche que me había adelantado un poco para mirar que Bel siguiese en su sitio y me quedé más tranquilo al verla allí, tan tranquila. Con eso quitado de mi cabeza me volví antes de seguir andando, con una pregunta apunto de salir de mi boca.

— Por curiosidad, Arlett, ¿qué suele fabricar tu hermano cómo artesano? La verdad es que tengo curiosidad por saber si se parece a la artesanía élfica de mi pueblo.

Zodiark
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Zodiark » 09 Ago 2017, 10:53

Aria se preguntó, enarcando una ceja, quién sería aquella visita tan importante por la que toda la tripulación tenía que prepararse con tanta urgencia. Se sorprendió de que incluso el capitán les ordenase que dejasen estar el tema de Rosvick, al menos por el momento, y todo por aquella visita.

De esta forma, la chica decidió aprovechar para ir a hablar con el joven marinero, y de paso iría a su camarote. Cuando le encontrase, le recomendaría que pidiese perdón a sus superiores y se esforzase por enmendar su error, ya que si no podía acabar de patitas en la calle. Tras eso, iría rápidamente a por su equipaje y se dirigiría sin perder tiempo de nuevo a la cubierta antes de que llegasen a puerto, para comprobar quién era aquella persona cuya presencia allí iba a ser tan notable.

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Fornax
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Fornax » 09 Ago 2017, 22:54

-Pues bueno, pues vale, haceros los misteriosos con vuestro recibido-murmuraba el enano entre dientes-. Yo en cuanto baje de este barco me voy a desentender de vosotros.

Paseando la mirada por los miembros del grupo que acababan de llegar, se fijó en el extraño.

-¿Sólo llevamos aun par de días en este trasto y ya te han adoptado? Hum. Me llamo Godin Hundecostillas, clérigo, fiel devoto de la Diosa y salvador de las almas de los herejes, aunque para ello tenga que hacerlo a mazazo limpio. Y tú tendrás un nombre, imagino.


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Dado que soy un clérigo, solicito más información sobre el culto a la diosa para no liarla

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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por LightHelco » 11 Ago 2017, 11:57

—Eso, Diosa. Uff, en ocasiones me lio un poco con todos esos cultos raros que han tenido los de mi raza a lo largo de la historia —intentó excusarse Hav por su error —. Una vez me encontré una estatua dedicada a un calamar gigante y todo, no, si los de mi raza son muy raritos en general.

El hombre pez escuchó atentamente, o al menos intentó esto último, ya que no podía dejar de fijarse en la ondeante melena del caballero y... ¡No! Tenía que estar atento, estaban allí por una misión, no quedarse prendado del primero que viese. No pudo hacer otra cosa que darle una negativa a lo de conocer la Bendición del Peregrino, aquellas eran aguas lejanas y desconocidas para Hav, así que era difícil el saber que habría algo de suma importancia en ellas.

—La única religión que sigo es aquella que me de algo de comer cada día, desafortunadamente la Diosa no lo hizo en cierta ocasión y perdió muchos puntos —le explicó al caballero —. Además, mis compañeros y yo ya tenemos un objetivo, pero si pasamos por al lado intentaré saludarle, Sir Vermillion —dijo aquello último con su más encantadora sonrisa.

Llegaron a cubierta donde estaban no solo el Capitán y otro marinero discutiendo, si no que algunos más de sus compañeros. Por lo que parecía, el chiquillo de antes la había liado más de lo debido e iban a tener un visitante importante para ellos abordo. Aquello sonaba interesante y podía ser información valiosa para cuando llegaran a tierra.

—Disculpe que me entrometa, capitán, ¿pero quien es esta figura de la que hablan? No conocemos a las cabezas más importantes de la zona, así que sería interesante el saber con quien vamos a tener que lidiar nada más llegar a puerto.

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Drail
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Re: El pacto de Quenamur

Mensaje por Drail » 14 Ago 2017, 23:06

· Luga

La muchacha soltó un sonoroso suspiro ante la respuesta de Luga.

—Bueno, no pasa nada, gracias, preguntaremos a los demás pasajeros y...

—Escucha —intentó razonar su acompañante, sin dejar su tono sosegado— . Deberíamos ir primero a comprobar si nos lo hemos dejado en el camarote.

—Ja, lo que hay que oír, ¿acaso crees que me olvidaría de cogerlo?

Y él se limitó solo a encogerse de hombros de nuevo, cosa que pareció irritar al extremo a la chica.

—¡No, Max! Si nos vamos ahora y no está allí será demasiado tarde para recuperarlo.

—Ni que fuese algo tan importante, Harley. Estoy seguro de que nos acordaremos, y si no ya nos apañaremos...

—Estoy convencida de haberlo llevado, pero no está dentro de mi bolsa, ¡osea que alguien me lo debe de haber quitado!

—Pues quizás el viento se lo ha llevado.

—¿¡Otra vez con...!?

—O quizás se te ha caído de camino a cubierta.

—¡Mira! —dijo agitando una bandolera que llevaba encima— ¿Lo ves? ¡Esta cerrada!

—Pues quizás está en el camarote...

—Brrrrr, ¡está bien! ¡Tú ganas! Vayamos al dichoso camarote y verás como yo tengo razón.

Preocupada y ofendida, la chica se largó pasando cerca del alboroto que Luga llevaba un rato ya observando de reojo. Le siguió el otro chico, girándose al orco y haciendo un gesto para que les disculpase por esta interrupción del viaje. Luga había contemplado que el ambiente se caldeaba, pero que todos los marineros que habían aparecido ya empezaban a retirarse de nuevo. Entonces vinieron Rihat y Luadh acompañados de la pasajera elfa.


· Rihat & Luadh

Arlett no era capaz de disimular su emoción cada vez más creciente. La muestra de autoconfianza de la gargún y el apretón de manos acabó de impresionarla, y tras eso no perdió tiempo en empezar a seguir a Luadh para conocer a los demás.

—Mi hermano hace amuletos y talismanes mágicos, nada de muebles de estilo élfico, por si te referías a ello. Se podría decir que es un forjarrunas, pero en Calcherth no hay mucha demanda de sus productos, por eso los reparto fuera del continente. Nos llegan pedidos por correspondencia y… bueno, casi siempre son de amigos y familiares o gente a quien nos han hecho publicidad… es decir… en fin, familiares y amigos de amigos y familiares.

Los tres pasaron cerca de Luga, que parecía observar desde la borda la barahúnda que había en cubierta hace un momento. Unos marineros habían estado discutiendo, pero parecía que el ambiente ya se había calmado.


· Albator, Hav, Godin & Aria

—Nada de lo que deban preocuparse ustedes —respondió el hombre pez a las preguntas de Albator y Hav— . Una simple inspección rutinaria al llegar a puerto de parte de las fuerzas de seguridad de Calcherth. Tengan a mano los documentos que llenaron en el puerto antes de zarpar para agilizar el proceso.

—Hmm —asentió Vermillion— . Gracias por su consejo.

El capitán ignoró el comentario del enano y desapareció en el interior del barco de nuevo, seguido por Aria, que había decidido ir a buscar al grumete en problemas, y la pareja de pasajeros tan curiosa. La muchacha de las gafas parecía tener bastante prisa.


· Aria

No fue muy difícil dar con Rosvick. Aria bajó siguiendo a los muchachos hasta el pasadizo donde se encontraban las entradas a todos los camarotes de los pasajeros. Allí se encontraba el marinero, barriendo con una escoba. Parecía ajeno al tema de todo lo que había sucedido en cubierta, pero, cuando Aria le recordó las cajas que había abandonado, su cara perdió todo el color.

—Ay madre, ¡qué vergüenza! Tendré que disculparme luego con el capitán, pero, entiéndalo, solo quería agilizar el trabajo de los demás. Pronto íbamos a llegar al puerto y habría que descargar las mercaderías que traemos. Sacando las cajas antes hubiésemos tardado menos, pero claro… Luego me dijeron que me pusiese a barrer y con la aparición del capitán se me fue la cabeza a otro asunto.

Pareció dudar un momento. Apoyó la escoba a la pared de madera y sacó una pequeña bolsa de ropa que llevaba colgada de la cintura. La extendió a Aria.

—Pensaba regalárselo a la otra muchacha para que se acordara de mí en sus peores momentos, pero haré caso del consejo de tu amigo marinero y me la quitaré de la cabeza. Es una pena, sus ojos eran preciosos.

Dentro de la bolsa Aria encontró un frasco de color rojo, y reconoció que se trataba de una poción de salud.

—Es para las molestias que te has tomado en avisarme. ¡Gracias!

Aria recogió su equipaje en el camarote y regresó a cubierta rápidamente.


· Albator, Hav & Godin

—¡Atiza! ¿Viaja usted con un clérigo, sir Hav?

Vermillion se llevó el puño al pecho, saludando a Godin.

—Es un placer conocer a un clérigo peregrino que difunde la palabra de la Diosa en sus viajes. Servidor se llama Vermillion Purdue, de Sanlow. Ahora, sir Hav, sé sin lugar a dudas que el motivo de su viaje a Maltria no debe preocuparme en absoluto si va con semejante compañía.

Se acercaron al grupo Rihat y Luadh, acompañados de la pasajera elfa. Cerca de ellos quedaba Luga.


· Rihat, Luadh, Luga, Albator, Hav & Godin

—Saludos. Mi nombre es Arlett Shaethonel —se presentó la elfa que acompañaba a Rihat y Luadh— . Vuestros compañeros me han informado de que el destino de vuestro grupo es Calcherth, y que no habéis estado antes allí, ¿no es así?

Mientras decía eso, se dedicaba a repasar al grupo entero con la mirada, inspeccionando a los compañeros del elfo y la gargún en busca de otro personaje interesante.

—En ese caso estaría dispuesta a mostraros algunos lugares de referencia que podrían seros útiles cuando lleguemos.

—¿Qué suerte, no? —se alegró Vermillion— Desgraciadamente, servidor no se quedará mucho tiempo por el pueblo.

Siguieron las presentaciones. El humano lamentó no haber entablado conversación con el resto de pasajeros antes, y la elfa había quedado bastante satisfecha conociendo a los compañeros de Rihat y Luadh. Al rato, subió a cubierta Aria con el equipaje del grupo.




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El Sirena Perezosa, barco en el que viajaba el grupo, por fin entraba en las aguas sucias del puerto de Calcherth. Había mucha actividad en cubierta. Arlett asomó su cabeza e hizo una mueca de asco.

—Es asqueroso. Odio el olor a tabaco y alcohol que hace aquí ahora. Si quisiera tener arcadas nada más respirar me iría a algún bar del barrio bajo…

—Cierto es. A primera vista da la apariencia de una urbe entregada al vicio —admitió Vermillion— , más no debemos juzgarla por eso. En los sitios más miserables suelen hallarse los seres más vulnerables y necesitados.

—Señor, debe disculparme, pero apostaría a que usted tampoco ha venido nunca por aquí, y le consejería que hiciese como ha dicho y se apresurase en ir donde sea que vaya.

El humano quedó sorprendido. Arlett no lo decía con mala intención, pero se notaba la decepción en sus palabras. El navío por fin se detuvo y empezaron las operaciones de amarrar. Gran parte de los tripulantes se encontraba en cubierta, incluido el marinero Rosvick y el capitán, que respiraba hondo y se ataba los botones de su chaqueta. Unos marineros prepararon una escalera de madera para que los pasajeros pudiesen desembarcar a tierra firme, pero alguien estaba esperando este momento para subir a bordo.

—Capitán Bran, bienvenido a Calcherth.

Desde el muelle saludó una figura muy baja. Era un hombre, pero parecía un enano con la barba tan frondosa y oscura que tenía. Vestía con traje y gorro de oficial, y le acompañaba una docena de soldados con lanzas, todos uniformados. Poco a poco fue subiendo a bordo acompañado de ocho hombres.

—Gracias, teniente.

El hombrecillo sonrió.

—Ahora soy comandante.

El hombre pez asintió.

—Le felicito. ¿A qué se debe su visita, comandante? Normalmente viene un inspector a encargarse de… las inspecciones. ¿Quiere revisar los papeles y las licencias? Todo está al día, con los permisos y sellos del gobierno.

El hombrecillo bien vestido ojeó a los pasajeros presentes, ignorando las palabras que le dedicaba el capitán del barco. Arlett, Vermillion, Aria, Godin y Albator pasaron sin problemas su inspección. Sus ojos se entrecerraron al revisar a Luadh, Luga y Hav, y finalmente se detuvieron un momento en Rihat.

—Confío en que lo lleva todo en orden. ¿Y qué hay de ellos? ¿Son sus pasajeros?

—Sí. Solo viajaban con nosotros once. Faltan un par, de hecho. Rosvick, haz el favor de ir a buscarles.

El chaval asintió y se alejó temblando como una hoja.

—Perfecto —siguió el comandante. Señaló a un soldado humano joven que se encontraba al lado de las escaleras que bajaban a tierra— . Mostrad vuestra documentación a ese, vosotros ya podéis bajar.

Hubo unos segundos de duda, pero finalmente Vermillion inició el paso hacia el soldado. Arlett quiso hacer lo mismo, pero no iba a hacerlo sin el resto del grupo.

—Dime Bran, ¿qué clase de mercancías lleva en el barco? — siguió.

—Suministros. Medicinas, armas, munición, alimentos, libros. Esta vez no llevamos nada para las subastas, si desea puede revisar el inventario.

—Su disposición es más que buena, capitán, pero todo esto se lo voy a dejar a las autoridades portuarias y aduanas.

—Vamos —susurró Arlett al grupo mientras la conversación seguía. Vermillion ya había terminado y abandonaba el barco— . Aquí ya no se nos ha perdido nada.
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Actualizada ficha de Aria. Añadido un pequeño texto sobre la religión del universo, como ha pedido Fornax, en el manual del jugador, en la sección de notas.
Última edición por Drail el 17 Ago 2017, 08:12, editado 2 veces en total.

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