Frontera de la Neblina

Por +3 de defensa llevaría los calzoncillos por encima, ya lo creo
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bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 16 Feb 2016, 18:04

Aunque las transformaciones ayudaban a arreglar este tipo de golpes, aún me dolía la mandíbula. Ya había pagado el dinero que debía y así que decidí quedarme en mi habitación a descansar.

Allí, pensé en todo el dinero que había sobrado. Con él, podría adquirir una nueva transformación. Pensé por unos momentos en cuáles podrían resultar útiles hasta decidirme por una especie de lagarto.

Como habitante de selva, el nuevo ambiente en el que me encontraba me resultaba extraño y no era difícil perderse con todos esos lugares que no había visto nunca. Es por ello que decidí que lo mejor sería mejorar mi orientación, para hacer los trabajos futuros más sencillos.

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Fornax
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Fornax » 20 Feb 2016, 04:23

-Padre, Madre, ya estoy de vuelta.

Tras sentarse en la cama, comenzó a relatar lo acontecido en la misión a la pequeña estatua que ocupaba el pequeño altar de la habitación. Una hora más tarde, y terminado los cánticos de agradecimiento por seguir vivo, procedió a lavar y a curarse con agua fría las muchas quemaduras que tenía por todo el cuerpo, aunque no eran graves.

Una vez finalizado el tratamiento de sus heridas, cogió el botón que le había dado Freya; aunque le había pagado (poco) por la misión, tenía hacia él una deuda de agradecimiento y se aseguraría de corbrarla con algún favor llegado al momento, y cuando llegara, tendría su olor para buscarla. Después de guardar cuidadosamente el objeto para que no perdiera su olor, cogió el cráneo y el cuello del ave gigante que había matado a Vinudren y los puso a cocer hasta que la carne se desprendió de los huesos. Con los del cuello se dedicó a ir atando algunos mediante un fino cordel y los enganchó al techo de la habitación, los cuales empezaron a moverse y a tintinear por la brisa que entraba por la ventana abierta. Con otros se dedicó a tallarlos para hacer amuletos de diversas formas y con el cráneo, simplemente le hizo un agujero allí donde le había salido fuego y puso una vela encima.

Aunque había conseguido dinero con el que saldar su deuda con Seis Cazuelas, era insuficiente para comprar otra página de hechizo, así que se dedicó a estudiar runas e inscripciones antiguas para poder descifrar textos antiguos y volverse más fuerte.

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LightHelco
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por LightHelco » 20 Feb 2016, 15:20

No pude esperar a que mis compañeros de misión regresaran, me habría gustado ya que me resultaba un poco feo el no despedirme, pero la misión había agotado todas mis fuerzas y aun con mi cuerpo cubierto de escamas para protegerme, las quemaduras que había sufrido eran graves.

—Toma tu dinero y si quieres te pago por adelantado otra semana de sueño en este lugar —fue lo primero que dije al entrar en la posada, dejando las monedas sobre la mesa para que la enana pudiera cogerlas.

Tras eso, subí las escaleras para volver a la habitación. No tarde mucho en quitarme la túnica y tirarme sobre la cama de morros y con las alas extendidas para que descansaran. La misión había salido ya que habíamos rescatado al cachorro, pero lo que había visto en esa mina me asqueaba y sentía la necesidad de volver para liberar a toda aquella gente.

—Agh… tengo que hacer algo con estas quemaduras… si a mí me están molestando, no quiero saber cómo lo debe estar pasando el lobo —gruñí reincorporándome —. Quizás si los monstruos solo se hubiesen centrado en mi habrían salido menos escaldados. Debo buscar una manera mejor de Provocar al enemigo más que simplemente intimidarle con mi aspecto.

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Santi_gf
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Santi_gf » 20 Feb 2016, 16:43

Después de pagar a la enana las diez monedas que me asegurarían un techo bajo el que descansar me fuí a mi habitación sin entretenerme mucho. Tampoco podía hacer otra cosa, mis compañeros habian salido muy mal parados de la misión: un muerto y dos heridos graves. Y sin embargo yo había escapado solo con heridas leves, gracias a una suerte que no sabía que tenía y que, sin lugar a dudas, desaparecería en el momento más inoportuno. Dejé de pensar en eso ya que sabía que no me hacía ningún bien y me dediqué a repasar lo que había aprendido durante la misión haciendo nuevas anotaciones sobre mi piel y borrando otras que ya no me resultaban utiles, aunque dejé esta tarea a medio hacer porque sentía la necesidad de lavarme antes de echarme a dormir y descansar.

- ...Mi magia no es fiable -pensaba mientras me aseaba-.

Y era verdad, desde luego, ¿cuantas veces había fallado esa misma noche en hacer un Hsaur? Necesitaba entender mejor que es lo que estaba haciendo leyendo los hechizos de mi libro. No es la primera vez que pensaba en esta necesidad, pero ahora tenía prisa por satisfascerla, ya que de la fiabilidad de mis hechizos dependían vidas. Empezando por la mía. Sin sentirme tan cansado como me sentía antes y atenazado por mi debilidad volví a mi cuarto y cogí mi espejo, que me haría falta para ver algunas notas que había escrito estos últimos días sobre todos los textos de Forntera que me resultaban curiosos. Si, esa noche tocaba estudiar, al menos hasta aprender a Descifrar Textos Antiguos.

Crow
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Crow » 20 Feb 2016, 18:57

Confuso, llegué de nuevo al Imperio de Orte tras ser atravesado por un pollo-bombarda. La verdad, de momento era la cosa mas rara que me había atacado nunca, aunque me olía que no por mucho tiempo.
El lugar en el que aparecí era un camino desde el que se veía a lo lejos una gran ciudad. Supuse que la capital, pues no me sonaba que hubiera ninguna otra ciudad tan grande que no pareciera total y absolutamente miserable, pero mientras cavilaba sobre ello, a mi pregunta respondió una caravana de carruajes que se dirigía a ella. Eran nada más y nada menos que mis compañeros (bueno, lo que quedaba de ellos que se habían unido de nuevo al grueso de las tropas), camuflados como mercaderes. Alguien les había vendido la capital e iban a tomarla desde dentro. Me subí a un carro y algunos conocidos me preguntaron que donde me había escondido todo ese tiempo. No supe como contarles la verdad sin parecer un zumbado, así que les dije que me había tirado todo ese tiempo en el bosque, matando trasgos de vez en cuando.

Cuando estábamos tomando la ciudad aparecieron los cabrones del ejercito del Rey Negro, a joder la marrana cuando casi teníamos el trabajo hecho. Como yo no tenia unidad propia, me pusieron con el destacamento de mujeres enanas con mosquete. En ese espacio cerrado no lo hacían nada mal, le daban a todo, pese a ser novatas, pero la cosa se complicó cuando se sumaron a la batalla además los jinetes de guiverno. No paraban de dejar caer trasgos de los cielos, casi no nos daba tiempo a recargar y al final acabaron usando las armas a modo de cachiporra. Ademas también estaba nuestro General Oda haciendo de las suyas, y en esas que me peleaba con dos renacuajos con nariz de cerdo que hizo estallar un edificio. Uno saltó en pedazos y el otro fue lanzado por los aires junto a mí y nos estrellamos dentro de una panadería. Perdí las armas de vista y tuve que matarlo a golpes con un pan redondo de seis kilos. Ademas esa mierda casucha casi se me cae encima. Alguien tenía que enseñarle a ese cara pan de otro mundo a controlarse un poco con los explosivos.
Al final, entre él y los otros dos generales consiguieron rechazar a las fuerzas del Rey Negro, con lo que nos quedamos con la capital, pero estaba hecha un desastre. Mientras intentábamos poner todo en orden iban pasando las semanas. Me dedicaba básicamente a cargar piedras para reparar las murallas. En estas estaba que fui un momento a mear y me quedé un rato pensando en que estarían haciendo los otros chicos de la posada, cuando me la metí de nuevo en los pantalones y alcé la vista estaba meando mirando hacia Sincropolis.

-Pues bueno. De nuevo al tajo.
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Malfuin
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Malfuin » 21 Feb 2016, 00:45

Nvazka Seis Cazuelas estaba sentada detrás de la barra, con aire pensativo. En una época terrible como aquella, hospedar Forasteros era quizá la mejor forma de ganarse la vida, dada su profesión... Raulën, el Señor de la Penumbra, daba sueldos exiguos a sus trabajadores. No eran esclavos, pero en cierto modo era casi peor: al menos a los esclavos se los alimenta, con lo que pagaban en las fábricas ni siquiera llegaba para comer. Los únicos trabajadores que iban a la posada de Nvazka eran aquellos tan adictos a la bebida que estaban dispuestos a dejar que sus familias pasaran hambre... O los pirados que ni siquiera tenían familia y que sólo bebían y dormían entre jornada y jornada.

Casi habría sido más ético no servir a ninguno de aquellos tipos.

Si hubiese tenido la posada en el Barrio de los Lores, podría haber subsistido a base de hospedar a viajeros. Pero había pocos viajeros en aquella época, las políticas del Señor Oscuro no eran muy atrayentes para los turistas. Sí, entraban montones de comerciantes a diario a la ciudad, pero solían dormir en sus propias tiendas, en sus barcos o en sus aeronaves. Y ningún visitante en su sano juicio se habría atrevido a buscar alojamiento en el Barrio de los Deudores, un simple nido de delincuencia y miseria.

Por eso Nvazka había hecho correr la voz de que aceptaba Forasteros, de que les cobraba diez monedas y no las treinta de rigor. De ese modo había logrado atraer a unos cuantos clientes, casi todos bastante novatos en el trabajo de cazarrecompensas. A mucha gente le incomodaba tratar con Forasteros, e incluso había posadas que se negaban a hospedarlos, pero Nvazka sabía que las cosas que se decían de ellos eran pamplinas: su propio padre había sido un Forastero en Frontera.

Mientras contaba las monedas que los aventureros le habían traído, pensó en cada miembro del grupo. Kineban le estaba haciendo limpiar pelos por todas partes, y no tenía ni un ápice de educación. Probablemente si hubiese sido un Nativo habría acabado dedicándose a la mendicidad y el robo. Quizá acabase haciéndolo de todos modos. Akerteh era todo lo contrario, formal y educado, aunque sus comentarios solían cargar con un tono de amargo sarcasmo que le hacía preguntarse sobre sus razones para tomar aquel mundo a broma. También educada, pero más tiesa que una escoba y sin ápice de sentido del humor, era Baseryn. ¿Qué era lo que la motivaba a quedarse en un basurero como aquel? ¿Se creía una heroína capaz de arreglar los problemas de la horrible ciudad? No era de extrañar que hubiese hecho buenas migas con Freya.

También estaban aquellos dos magos: el lobo (más pelo que barrer), que no parecía tener ninguna noción sobre cómo vivir en sociedad, aunque sentía en él un sentido del honor casi tan fuerte como el de un propio enano, y el tipo de los tatuajes, quien le parecía amable y cordial pero también lleno de secretos. Los dos pasaban mucho tiempo estudiando en sus diminutas habitaciones. Y luego aquel chico, casi tan salvaje como el propio lobo a su manera. Nvazka no era tonto, sabía que poseía alguna clase de poder extraño, aunque quizá diferente a la magia que ella había visto.

Y por fin, Vinudren... Alguien de su propia raza, o al menos de una muy parecida. Le recordaba a su padre. Al igual que él, era cazarrecompensas. Y aunque el padre de Nvazka había sido un Mercenario Legendario, un día había caído en una misión y jamás había vuelto. Ella quería creer que su progenitor seguía vivo, que tal vez había decidido quedarse en su mundo y no retornar a Frontera. Era una idea dolorosa, pero mucho mejor que la alternativa. Ahora Vinudren también había caído en un encargo; Nvazka se preguntaba sí...

La puerta se abrió de repente y la enana guardó todas las monedas en su sostén en un gesto automático, tan imperceptible como el trabajo de un prestidigitador. El enano entró por la puerta y ella trituró los pensamientos en los que había estado sumida. No debía preocuparse por el bienestar de aquellos Forasteros. Sí, le convenía que les fuera bien porque ellos pagaban, pero no podía permitir que le importaran. No podía llegar a preocuparse.

-Salud, maese enano -dijo Nvazka con hosquedad-. Esta noche prepararé pollo frito. Han venido unos cuantos conocidos vuestros a llenarme el tablón de misiones, por cierto. Los otros están encerrados en sus cuartos. Bueno, quizá el gato esté en el cuarto de alguien más. En fin, te recomiendo echar un vistazo.

La enana señaló el tablón con el dedo.

Carta a una lunática


Aprendiz.
Quedé muy impresionado ante vuestras habilidades para recopilar información... y no menos ante vuestra capacidad para defenderos. Sé que habéis cumplido mi último encargo de manera admirable, por eso he escrito esta nota personalmente para vosotros. En esta ocasión, mi patrón desea que deis con una esquiva mujer que habita en algún lugar de la ciudad... Os diré de quién se trata si os reunís conmigo en el mismo lugar que la última vez.
Noble enmascarado
Recompensa: 200 monedas

Sabotaje industrial


Aprendiz.
Quien encuentre el modo de bloquear la chimenea de la Fábrica 1 durante cinco minutos y viva para contarlo, recibirá una buena recompensa por mi parte.
Z
Recompensa: 150 monedas

Ingrediente número 1

Aprendiz.
Para elaborar el extraño mejunje que me han solicitado, necesitaré ingredientes verdaderamente infrecuentes. El primero puede conseguirse en Sincronópolis, pero... en fin, puede que la forma de adquisición no sea del todo legal. Quienes estén interesados en llevar a cabo esta misión que me visiten en mi tienda del Barrio de la Presa.
Ellen Bouros, la alquimista
Recompensa: 100 monedas

La casa de empeños

Aprendiz.
En esta ocasión, mi objetivo es acabar con unos estafadores. ¡Balanzas trucadas! ¡Tasaciones manipuladas! ¡Compran objetos de gran valor histórico y sentimental a precio de basura, sólo para venderlos en otros mercados! ¡Manipulan reliquias de gran poder mágico para que parezcan trucos de mercachifle! Sé que son unos ladrones, pero la gente me ignora cuando trato de correr la voz, les venden porque están desesperados. Y los Pradekka no harán nada, la tienda les paga comisiones. ¡Estoy tan enfadada que quiero destruir el edificio! Y no puedo hacerlo, pero vosotros sí. Sabéis que puedo pagar poco, pero seguro que allí encontraréis algunos objetos interesantes...
Freya
Recompensa: 50 monedas

Limpiando la ciudad

Aprendiz.
Tal como os cometí, he decidido emplearos para volver más seguras las calles del barrio. Las bandas de matones, ladrones, granujas y asesinos campan a sus anchas por el barrio de os deudores, pero yo sé mucho sobre estas calles y conozco sus puntos débiles. Vosotros seréis mi mano, la mano enguantada que aplastará a las pandas de maleantes. Reuníos conmigo y os contaré dónde daremos el primer golpe.
Gudd Ferrel
Recompensa: 150 monedas

El expreso de madrugada

Aprendiz.
Es hora de comenzar a planear mi fuga. Por razones obvias no podré reunirme directamente con vosotros, así que en los pasos previos a mi huida deberé aleccionaros sobre vuestros objetivos por escrito. Lo primero que necesitáis para desactivar la bomba que me mantiene preso es un invento a medio terminar que estuve desarrollando en otra de las minas, antes de que me enviaran aquí. Lo oculté en una gruta llena de runas talladas, en el centro del círculo de piedras. Llegar a esa mina no será fácil: no tendréis otra que colaros en el expreso de madrugada, un tren que sale a las seis de la mañana cada día desde el palacio y vuelve cargado de carbón y otras piedras incluso más valiosas. Si conseguís guardar mi invento en vuestro refugio, lo sabré y hallaré el modo de financiaros.
Lloyd
Recompensa: 100 monedas
La posadera volvió a mirar a Vinudren cuando él terminó de leer.

-He visto bastantes Forasteros, y creo que vosotros sois buenos en lo que hacéis... al menos en lo individual -se encogió de hombros-. Sé que no es asunto mío, pero no sois un auténtico clan, sino un puñado de tipos que se apuntan a las mismas misiones. Por muy bien que lo hagáis, si continuáis de esta manera sólo crecerán vuestras reputaciones individuales... puede que la gente no se de cuenta de que trabajáis unos con otros. La notoriedad de un grupo crece mucho más rápido; vuestras pequeñas hazañas por separado serán asociadas a un nombre común. Así es como funcionan estas cosas... -la posadera cogió una cazuela de su espalda y se la lanzó a Vinudren-. Usa esto para despertar a todo el mundo. Sácalos de sus cuartos. Haz que hablen entre ellos y decidid lo que queréis ser. Cuanto mejor os vaya -se dio unos golpecitos en el pecho y se oyó un tintineo- mejor viviré yo.
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Podéis postear qué días de la semana de aquí al próximo sábado (incluyéndolo) podéis jugar. De momento, el miércoles está descartado porque yo no podré, y quizá y el propio viernes y el sábado tampoco pueda (Habimaru viene a la ciudad, es el cumpleaños de mi hermana, etc), pero postead todas vuestras posibles opciones por si acaso, y recordad que sólo roleamos a las 10/11 de la noche.

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Flanpuntos: 11920
Drazpuntos: 500
Shypuntos: 100
Sodipuntos: 80
Loudpuntos: 46
Depuntos: 25
Codepuntos: 25
Sormapuntos: 25
Helcopuntos: 20
Kaopuntos: 10
Amipuntos: 7
Sergiopuntos: 4
Xeviipuntos: 2

Crow
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Crow » 21 Feb 2016, 01:53

-Saludos, me viene bien el curro, justo estaba en ello en mi mundo y venir aquí me ha cortado el ritmo.

Tras echarle un ojo, todas las misiones menos Ingrediente Número 1 parecían interesantes. Seguía sin fiarme de lo que quería esa alquimista que le llevaran. Tras grabarme el resto en el cerebro, la posadera me lanzó una cazuela y me animó a arrejuntar a los otros pordioseros que nos habíamos juntao para trabajar, golpeándose en el pech... ¿Pero que diablos? ¿Tiene cascabeles en las tetas? De eso las enanas de mi clan no tenían, no señor. En fin, cosas mas raras he visto...

-Igual deberías meterte tu a cazarrecompensas con las cazuelas estas, seguro que se te da de miedo -dije antes de subir las escaleras y ponerme frente a los cuartos de la gente, golpeando el aparejo de cocina- ¡A levantarse! ¡Levantaos! ¡ARRIBA! ¡Que tenemos que ponerle un nombre a esta excusa de compaña que nos hemos montado! ¡A ponernos nombre y a trabajar!

Que ganas tengo de comer ese pollo frito. Llevo semanas sobreviviendo de gachas, gatos escuálidos y estofado de perro famélico. A ver cuando se deciden Oda o Toyo a comprar comida de verdad.
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A mi en teoría me va bien cualquier día después de el jueves (jueves incluido).
Ora Ora Ora Ora Ora
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Amilinne
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Amilinne » 21 Feb 2016, 11:06

-¡¿M-miau?! -maullé, sobresaltado, cuando el sonido de las cazuelas me despertó por segunda vez. Nunca me acostumbraría a aquello. ¿Es que un honrado Tharul de buen ver no podía descansar más de doce horas en aquella posada de mala muerte?-. ¿Qué quiere ahora la enana, miau...? Ya le hemos pagado...

Pero la voz que acompañaba el ya familiar sonido de utensilios de cocina chocando unos contra otros no era la de Seis Cazuelas. Era firme y agresiva, muy de enano, pero también era masculina y atrayente. ¡Oh, claro, Vinudren! Había escuchado entre siesta y comida que algo le había pasado durante el último encargo en el que había participado, pero tampoco había prestado demasiada atención. No podía haber sido nada peor que la herida que le causaron aquellos matones, ¿verdad? Después de todo, estaba gritando en el pasillo a pleno pulmón.

-¡Aker! ¡Venga, arriba! -Golpeé al ángel con la cola suavemente-. ¡Vinu quiere algo! A lo mejor ha encontrado una misión interesante.

Me estire y sacudí un poco antes de levantarme de la cama que había tomado “prestada”. Tampoco es que fuera muy diferente a la mía, pero el calor corporal ajeno era demasiado agradable como para resistirme. Me enganché a los pantalones de Akerteh con las uñas y esperé a que él me sacara. Aún no me apetecía caminar.

-Un... ¿nombre? -musité una vez hubimos salido de la habitación, separándome por fin del ángel-. ¿Para nuestro grupo o los otros tres también?

Me puse a pensar en los Forasteros allí alojados con los que aún no había trabajado. Estaba la mujer escamada aquella, el chico con tatuajes por todo el cuerpo y... el lobo. Me estremecí. No quería trabajar con el lobo.

-D-déjame que lo piense, miau... -farfullé, intimidado por la idea de tener que compartir grupo con Bolvir-. Voy a bajar un segundo a mirar las misiones disponibles antes de nada... ¿Te vienes, Aker?

Saludé a Seis Cazuelas al llegar a la planta baja y me fijé en el tablón. Tal y como imaginaba. Había pasado suficiente tiempo como para que se actualizara la selección de encargos. El nombre de Gudd Ferrel me llamó la atención enseguida. Parecía haber hecho caso de mi sugerencia y nos quería contratar para que nos deshiciéramos de algunos paletos más. Por otro lado, la misión de la alquimista seguía estando allí. La verdad es que aquella también me producía curiosidad. Un tercer encargo estaba firmada por el mismo noble enmascarado que la otra vez y prometía volver a pagar bien. No quería encontrarme de nuevo con aquel Pradekka... Pero era demasiado tentador como para que no me interesara. Decidí darle prioridad a Limpiando la ciudad, Ingrediente número 1 y Carta a una lunática.

A pesar de reconocer el nombre de “Z”, seguía sin demasiadas ganas de cumplir la misión Sabotaje industrial. Al menos hasta que creyera poseer todos los recursos necesarios para ello. Y no tenía ni pajolera idea de qué estaba diciendo aquel tal Lloyd, así que le dejaría El expreso de madrugada al grupo que probablemente sabia de quién se trataba.

Y finalmente me quedaba la tontería altruística de la tal Freya. La hubiera descartado de inmediato de no leer que habría cosas interesante en el lugar. Podía valer la pena si conseguía llevarme una o dos cositas, pero si había que salir de ahí por patas la recompensa no era nada emocionante. Si nadie estaba interesado en hacer mis tres favoritas, supuse que La casa de empeños era una alternativa decente.

Una vez Aker terminara de hacer su propia selección, subiría las escaleras de nuevo par encontrarme con Vinudren y el resto. Mientras me arrastraba para subir de nuevo al primer piso me hice una nota mental de pararme por alguna tiendecita y vender la daga de aquel rufián cobardica al que le tiré la cabeza de su amigo. Algo de dinero extra me vendría bien si tenía que coger un tren o algo así.

-No se me ocurre ningún buen nombre, la verdad -mascullé rascándome detrás de la oreja-. “El Clan Fronterizo” o “Los Siete Forasteros” o algo así tirando a genérico estaría bien para no llamar mucho la atención de gente raruna.
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Yo puedo cualquier noche porque soy basura. Si la cosa cambia ya avisaré.

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Impredecible
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Impredecible » 21 Feb 2016, 11:41

Ya estaban ahí las cazuelas. Definitivamente el servicio de habitaciones no mejoraba ni después de pagar. ¿Es que un honrado ángel no podía reflexionar sobre sus claros errores existenciales que le habían llevado a acabar teniendo una cama de régimen compartido?

Me levanté perezosamente en un barullo de sábanas, plumas y pelos de gato, tratando de encontrarle algo de coherencia a la situación. Tenía un enano en el pasillo, un gato en la cama, un hacha en el armario y un aburrimiento importante encima. Ya iba siendo hora de que surgiese entretenimiento.

También era buen momento para que alguien me explicase qué hacia andando con un gato colgando.

Tras armarme por si acaso (jamás podría explicar el por si acaso qué, pero nunca estaba de más tener un hacha a mano), salí de la habitación. No podía negar que me alegraba ver a Vinudren. Había oído que la última misión en la que había colaborado no había ido precisamente bien del todo, pero por lo visto ya se le habían pasado todos los males. Los enanos eran desconcertantemente duros. Daban miedo.

-¿Agruparse? -pregunté una vez fuera, vigilando de reojo a los que iban saliendo o llegando-. ¿Los grupos no se hacen con gente con la que has trabajado antes y sabes que son de fiar? No se vosotros pero ni sé todavía cómo se llama la mitad de la gente de aquí...

Necesitando pensar en ello, decidí aprovechar el tiempo para echarle un ojo a las misiones. Grupo o no, necesitaba dinero. Y pelear un poquito, eso también. Demasiado tiempo desde la última vez.

Revisé el tablón. Un par de nombres de los anunciantes me eran familiares: al parecer Ferrel y el tipo de la máscara habían quedado suficientemente satisfechos con nuestra actuación como para requerirnos otra vez. Eso era motivador, y dinero fácil era dinero fácil.

Por otra parte, pese a lo poco que me había llamado la atención la primera vez, la misión de la chimenea empezaba a resultarme atrayente. La última vez que había cogido una misión que parecía aburrida me había llevado una grata sorpresa, y eso nunca estaba de más.

Así pues, tomé nota de unirme a Carta a una lunática, Sabotaje Industrial y Limpiando la ciudad, y decidí volver a ese intento de reunión que se estaba formando junto a las habitaciones. Si bien una idea de grupo a esas alturas era algo extraña, no estaba nada en contra de las agrupaciones. A más mejor.

-Vale, grupo... -dije según llegué-, pero a mí no me miréis para el nombre. No se me dan bien los nombres. Quiero decir, ¿habéis visto el mío?
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¡Disponible todos los días! El martes tengo clase pero estaré de vuelta para las 10, 10:15 como muy tarde.
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bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 21 Feb 2016, 11:56

El sonido metálico me sobresaltó una vez más, a pesar de haberlo escuchado tantas veces antes, y casi me tira de la pared. Había pasado la noche anterior merodeando mientras practicaba la transformación que había recobrado y pensé que esa superficie era buena como cualquier otra. Aún me sentía extraño durmiendo en eso que llamaban cama y no podía conciliar el sueño sin al menos estar transformado.

Bajé al suelo lentamente y desde ahí volví a mi forma original. Dejé que un bosteo saliera de mi boca mientras me preparaba y salí de la habitación para encontrarme con el enano.

-Oh, me dijeron que el otro día te mataron. Buenos días -dije bostezando e intentando desperezarme.

Creía haber escuchado algo de un nombre de grupo, pero no me importan ni tenía nada que aportar, así que dejé que los demás lo decidieran entre ellos y me bajé a ver el tablón. Parecía que había varias misiones nuevas, incluida una del tipo del día anterior. No decía el lugar de encuentro, así que entendí que estaba esperando a la misma expedición. Quizás no fuera muy complicada, así que me decidí por esa y por la de limpiar la ciudad.
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Yo prácticamente estoy libre todos los días menos hoy y el sábado, que juraría que hay alguno de los roles.

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